Secaderos es el título de la nueva película de la directora española Rocío Mesa, estrenada recientemente y ambientada en los pueblos rurales de la Vega de Granada. La cinta narra la historia de dos jóvenes mujeres que viven un verano de transición vital en un entorno de secaderos de tabaco, un cultivo tradicional de la zona que se encuentra en declive.

Por un lado, está Vera, una niña que pasa las vacaciones de verano con sus abuelos en el pueblo. Ella representa la mirada inocente y llena de ilusión ante la vida rural, muy diferente a la rutina gris de la ciudad donde vive el resto del año. La pequeña descubre la magia de la naturaleza y entabla una conexión especial con un ser fantástico formado por hojas de tabaco, que parece interactuar solo con los ojos maravillados de la infancia.

En contraste, la otra protagonista es Nieves, una adolescente nativa del pueblo que sueña con escapar de ese entorno que siente como una jaula y anhela vivir nuevas experiencias lejos de allí. Ella encarna el descontento y la frustración de una juventud atrapada en un modo de vida del que no puede salir debido a las limitaciones económicas y sociales.

De este modo, la cinta ofrece una mirada compleja sobre la realidad del mundo rural, alejada de idealizaciones nostálgicas pero también de demonizaciones maniqueas. Por un lado, visibiliza la dureza de unas condiciones laborales y unos roles de género que constriñen las aspiraciones personales. Pero por otro lado, también rescata la riqueza de unos vínculos comunitarios y familiares que proporcionan un sentimiento de arraigo y pertenencia.

A nivel formal, Secaderos apuesta por una estética evocadora y onírica, con toques de realismo mágico que introducen la fantasía en el retrato social. Destaca el uso de intérpretes no profesionales de la zona, lo que aporta veracidad y matices genuinos del habla andaluza. También sorprende la criatura creada por los diseñadores David Martí y Montse Ribé, que logran dar forma visual a la metáfora de la conexión espiritual con la tierra.

La película muestra un mundo rural cambiante, donde los secaderos de tabaco representan unas tradiciones en vías de extinción debido a los cambios económicos y la especulación urbanística. De este modo, la cinta se inscribe en la corriente de nuevo cine rural español que está surgiendo en los últimos años, especialmente de la mano de directoras que aportan una mirada personal y comprometida sobre estos espacios en transformación.

En definitiva, Secaderos se erige como una ópera prima prometedora de Rocío Mesa, que demuestra un estilo propio en su aproximación poética y social a los paisajes humanos de la España vaciada. Una cinta que conecta lo local y lo universal, lo documental y lo onírico, la denuncia social y la evocación lírica. Una mirada joven y femenina que contribuye a expandir los horizontes temáticos y estéticos del cine rural.