La nueva película de David Cronenberg, Crímenes del futuro, marca el regreso del aclamado director canadiense al género de terror corporal que tan bien domina. Ambientada en un futuro distópico, la cinta sigue a Saul Tenser, un artista interpretado por Viggo Mortensen, que tiene la extraña habilidad de desarrollar nuevos órganos internos. Junto a su pareja Caprice (Léa Seydoux), Saul realiza performances en las que ella le extirpa estos órganos ante una audiencia fascinada.
En este mundo futurista, los humanos se han adaptado a un entorno sintético y sufren constantes transformaciones y mutaciones. La mayoría ha perdido la capacidad de sentir dolor, por lo que buscan nuevas formas de placer, siendo la cirugía una de las más excitantes. Las operaciones de Saul y Caprice se han convertido en todo un espectáculo underground por su naturaleza vanguardista y perturbadora.
Sin embargo, no todo el mundo ve con buenos ojos esta exploración artística del cuerpo. Una organización paramilitar intenta mantener un registro de los nuevos órganos que van apareciendo, con objetivos que no están del todo claros. Mientras, un grupo radical quiere aprovechar la fama de Saul para impulsar una nueva era en la evolución humana. En medio de todas estas fuerzas, la pareja de artistas deberá replantearse hasta dónde están dispuestos a llegar por su arte.
Con su imaginería corporal extrema y su reflexión sobre la condición humana, Crímenes del futuro recupera el espíritu de películas clásicas de Cronenberg como La mosca o Videodrome. El director vuelve a sus temas recurrentes, como la delgada línea entre lo tecnológico y lo orgánico, o la metamorfosis del cuerpo como manifestación de traumas psicológicos.
La cirugía y el dolor se exploran desde una perspectiva tanto artística como erótica, en ocasiones de forma casi pornográfica. Pero más allá del shock visual, Cronenberg plantea interesantes ideas sobre la búsqueda del placer, la superación del sufrimiento y los límites a los que estamos dispuestos a llegar.
Viggo Mortensen está espléndido en el papel de Saul, un hombre atormentado por su propia mutación corporal pero incapaz de renunciar a ella por su valor artístico. Junto a él, Léa Seydoux aporta sensualidad y misterio como su compañera Caprice. Completan el reparto Kristen Stewart como una empleada obsesionada con Saul y Scott Speedman como el líder de un extraño culto.
La película cuenta con imaginativos diseños de producción que contribuyen a crear un futuro perturbador pero fascinante. La excelente banda sonora de Howard Shore también juega un papel importante en la atmósfera inquietante.
Crímenes del futuro supone un regreso por todo lo alto de David Cronenberg, que demuestra que sigue siendo uno de los directores imprescindibles del género fantástico. Su perturbadora mezcla de imágenes impactantes y reflexión existencial no ha perdido ni un ápice de su capacidad para provocar y hacer pensar al espectador. Una propuesta arriesgada que sin duda no dejará indiferente a nadie.
Deja una respuesta