Hablar del Festival Tomavistas es recordar la apuesta más decidida por una manera distinta de vivir la música en Madrid. Desde su nacimiento, el Tomavistas ha sido mucho más que un simple escaparate de bandas: ha construido una comunidad de oyentes curiosos, atentos a la calidad y al detalle, que buscan algo más allá del cartel de moda. Cada edición ha sido un reflejo de su personalidad única: espacios cómodos, carteles cuidadosamente diseñados, sonidos que dialogan entre generaciones y estilos, y una sensibilidad palpable hacia el descubrimiento y la emoción genuina. A lo largo de los años, el festival ha sabido conjugar la delicadeza y la euforia, lo íntimo y lo colectivo. Desde los primeros pogos al atardecer hasta los bailes liberadores al filo de la medianoche, cada momento en Tomavistas ha parecido construido para quedarse suspendido en la memoria. No importaba si era en el césped del Tierno Galván o en los espacios más impersonales de IFEMA: siempre había un grupo, una canción, un instante que lograba conectar de forma profunda. En este especial, hacemos un recorrido por algunos de los conciertos más memorables que han marcado la historia reciente del festival. Desde la ensoñación perfecta de Beach House hasta la celebración colectiva de Belle & Sebastian, pasando por la desbordante energía de La Femme o los destellos de genio de Kevin Morby, recordamos por qué el Tomavistas ha sido y seguirá siendo un refugio imprescindible para los amantes de la música en vivo.
Beach House (2019)
La noche del viernes en Tomavistas 2019 alcanzó su clímax emocional con el concierto de Beach House, en lo que muchos consideran todavía hoy uno de los hitos más memorables del festival. Desde el primer momento, la dupla formada por Victoria Legrand y Alex Scally envolvió al público en una atmósfera onírica de luces cambiantes y rostros ocultos, favoreciendo que la música fuera la verdadera protagonista. La interpretación de temas de su entonces reciente álbum '7', como la majestuosa 'Lemon Glow' o la hipnótica 'Levitation', dejó claro que el dúo de Baltimore había alcanzado un nuevo nivel de contundencia y sofisticación. Más allá de la presentación de su material más reciente, Beach House también tuvo el generoso detalle de rescatar joyas de su primera etapa, como la emocional 'Master of None', que sonó especialmente poderosa en directo. El concierto navegó con soltura entre la languidez envolvente y momentos de mayor intensidad controlada, gracias a los teclados de Legrand, capaces de construir castillos de ensoñación, y a la guitarra de Scally, que aportaba la necesaria conexión con la tierra. Cada canción parecía una invitación a perderse dentro de un sueño consciente, donde el tiempo se disolvía en capas de sonido etéreo. Lejos de ser un simple ejercicio de melancolía, el concierto de Beach House fue una auténtica lección de cómo construir emoción en directo. La perfecta combinación de repertorio, sonido y puesta en escena convirtió su actuación en un momento mágico e irrepetible, que consolidó para siempre su leyenda dentro de la historia de Tomavistas.
Toro y Moi (2019)
Si Beach House nos había sumido en un sueño delicado, Toro y Moi se encargó de despertarnos con un estallido de groove y color en la noche madrileña. Chaz Bear, líder absoluto del proyecto, ofreció en Tomavistas 2019 un concierto que fue una auténtica celebración del movimiento y la vitalidad, centrado en su entonces último trabajo 'Outer Peace'. Desde el arranque con 'Mirage', quedó claro que la propuesta sería una invitación abierta a dejarse llevar por los sintetizadores brillantes, los ritmos bailables y los coros filtrados por autotune. La ejecución en directo potenció todo el lado más sintético y enérgico de su discografía, rescatando la frescura del chillwave de sus orígenes pero con una nueva dosis de brío y luminosidad. Canciones como 'Fading', 'Freelance' o 'Girl Like You' sonaron directas, chispeantes y absolutamente irresistibles, ayudadas por una banda compacta y un Chaz Bear que, aunque tímido en sus movimientos, irradiaba una simpatía contagiosa. Cada pequeño gesto, cada sonrisa cómplice, multiplicaba la conexión con el público, que respondió entregándose al baile sin reservas. El clímax del concierto llegó con 'Rose Quartz', donde el espíritu electrónico más hedonista de Toro y Moi estalló definitivamente, convirtiendo el recinto en una pista de baile improvisada bajo las estrellas. Su concierto en Tomavistas 2019 no solo reafirmó su estatus de artesano del pop contemporáneo, sino que dejó una impronta imborrable: la de haber regalado uno de los momentos más desinhibidos y felices de toda la historia reciente del festival.
The Beths (2019)
Entre la efervescencia de la tarde y el bullicio constante de la jornada del sábado en Tomavistas 2019, The Beths consiguieron emerger como una de las grandes revelaciones del festival. Con su combinación irresistible de noise pop suavizado y un jangle pop radiante, el cuarteto neozelandés conquistó al público desde el primer acorde de 'Great No One', la misma canción que abría su excelente debut 'Future Me Hates Me'. La voz cercana y carismática de Elizabeth Stokes, junto con los ágiles punteos de Jonathan Pearce, tejieron una actuación vibrante y sin fisuras. A pesar del calor asfixiante, la simpatía desbordante de Elizabeth —que incluso se atrevió a comunicarse en un español sencillo pero entrañable— derribó cualquier barrera cultural, desatando vítores y aplausos entre los asistentes. The Beths hilvanaron un repertorio impecable donde no faltaron joyas como 'Little Death', 'Uptown Girl' o la conmovedora 'You Wouldn’t Like Me', con sus cambios de ritmo perfectamente medidos. Cada canción estallaba como una pequeña explosión de melodía y electricidad controlada, reafirmando que la banda había llegado para quedarse. Su directo, fresco, honesto y libre de artificios, dejó claro que su talento no radica solo en el estudio, sino que se multiplica sobre el escenario. The Beths ofrecieron un concierto donde la energía y la emoción caminaron de la mano en perfecta armonía, firmando uno de esos momentos inesperadamente mágicos que solo Tomavistas sabe propiciar. Para muchos, fue el concierto soñado del festival.
Deerhunter (2019)
Cuando el sol ya había dejado paso a la penumbra, Deerhunter subieron al escenario de Tomavistas 2019 para firmar uno de los conciertos más atípicos y memorables de aquella edición. Bradford Cox, siempre camaleónico, apareció ataviado con unos guantes de aviador que apenas tardó en desprenderse, dejando entrever la crudeza que impregnó todo su directo. Apoyados en la solidez de su entonces reciente álbum 'Why Hasn’t Everything Already Disappeared?', la banda de Atlanta tejió un concierto que transcurrió entre la amenaza constante de la oscuridad y destellos de una extraña belleza melódica. El setlist navegó entre la tensión y la liberación: canciones como 'Death in Midsummer' comenzaron con una placidez casi engañosa, solo para enredarse poco a poco en un mar de guitarras crepitantes y teclados que ganaban protagonismo de manera casi hipnótica. Deerhunter consiguieron así crear un espacio sonoro donde la calma y la inquietud se alternaban en un juego de espejos, dejando al público atrapado en su magnetismo. No faltaron tampoco clásicos como la siempre emotiva 'Desire Lines', que desplegó toda su capacidad para abrir grietas emocionales en quienes la escuchaban. Cerrando su actuación con una vibrante 'Coronado', la banda se mostró agradecida y enérgica, dejando una última ráfaga de vitalidad antes de abandonar el escenario. Lo que ofrecieron no fue simplemente un concierto, sino una experiencia inmersiva y profundamente emocional, donde el alma cambiante de Deerhunter quedó expuesta en toda su complejidad. Un broche de oro para una edición que ya de por sí había rozado lo inolvidable.
Kevin Morby (2022)
En una edición especial de reencuentros como fue Tomavistas 2022, Kevin Morby ofreció uno de los conciertos más sólidos y emotivos del festival. Presentando su álbum recién estrenado 'This Is a Photograph', el músico de Kansas City demostró una vez más por qué su folk rock de tintes clásicos ha sabido encontrar un hueco propio en el panorama contemporáneo. Acompañado por una banda totalmente renovada, Morby desplegó un directo preciso, caluroso y repleto de matices, en el que cada canción encontraba su espacio para respirar y emocionar. El set arrancó con fuerza gracias a temas como la propia 'This Is a Photograph' y la evocadora 'A Random Act of Kindness', donde la capacidad narrativa de Morby brilló especialmente. Su habilidad para conjugar pequeñas historias personales con un lenguaje musical universal convirtió cada interpretación en una suerte de viaje íntimo. No faltaron guiños a etapas anteriores, como 'Dorothy' o 'Wander', recibidas con entusiasmo por un público que, pese a las dimensiones poco acogedoras de IFEMA, consiguió generar una atmósfera cálida y cercana. El concierto fue una perfecta mezcla entre introspección y desbordes de alegría controlada, permitiendo que la intensidad fluyese de manera orgánica a lo largo de todo el repertorio. Lejos de optar por la fórmula fácil del gran éxito tras gran éxito, Kevin Morby ofreció un concierto de artista en plenitud creativa, consciente de su fuerza sobre el escenario y capaz de emocionar sin necesidad de artificios. Un directo que confirmó su categoría de valor seguro en cualquier festival que apueste por la música con alma.
La Femme (2023)
En la edición de 2023, La Femme ofrecieron, sin duda, uno de los conciertos más completos y vibrantes de todo Tomavistas. Desde el primer acorde de 'Packshot', la formación francesa desplegó su abanico camaleónico de sonidos, viajando con maestría entre el electro pop más oscuro, el rock surfero y los guiños psicodélicos que les han convertido en una de las propuestas más originales de la escena europea. Su capacidad para cambiar de registro sin perder cohesión fue, una vez más, su mayor baza. A lo largo del concierto, el repertorio navegó por todas las etapas de su discografía: desde la melancolía elegante de 'Où va le monde', que logró un momento de comunión total con el público, hasta la fiesta desatada de temas como 'Sacatela' o 'Cool Colorado'. Cada canción parecía abrir una nueva puerta en el imaginario de La Femme, consiguiendo que el público transitara con ellos desde la ensoñación hasta la celebración sin perder nunca el hilo de la actuación. En la recta final, no faltaron guiños a su icónico 'Psycho Tropical Berlin' con piezas tan emblemáticas como 'Antitaxi' o 'Sur la planche 2013', coreadas de forma entusiasta por los asistentes. Para sorpresa y deleite general, ofrecieron un bis delicado con 'Le Jardin', recordando que también en la quietud pueden resultar absolutamente magnéticos. Su concierto en Tomavistas 2023 fue una demostración magistral de versatilidad, carisma y precisión sonora, consolidándolos como uno de los grandes triunfadores de la jornada.
Belle & Sebastian (2024)
Pocos conciertos en la historia de Tomavistas han sabido condensar tanta emoción, ternura y celebración colectiva como el que ofrecieron Belle & Sebastian en 2024. Liderados por un Stuart Murdoch en estado de gracia, los escoceses desplegaron casi dos horas de música que abarcó todas las épocas de su trayectoria, construyendo un auténtico oasis de nostalgia luminosa. Desde las primeras notas, el septeto conectó de manera inmediata con un público que mezclaba generaciones, evidenciando el poder intergeneracional de su cancionero. El repertorio fue un paseo equilibrado entre los clásicos de los noventa y los temas más recientes, logrando que himnos como 'There's Too Much Love' convivieran de manera natural con nuevas joyas. Las armonías vocales entre Murdoch y Stevie Jackson brillaron con una calidez envolvente, mientras las guitarras tejían atmósferas bucólicas perfectas para una tarde de primavera madrileña. Cada canción, cada mirada entre los miembros de la banda, cada interacción con el público transmitía una autenticidad que pocas formaciones conservan tras tantos años de carrera. Uno de los momentos más inolvidables llegó cuando Murdoch invitó a una veintena de fans a subir al escenario durante 'The Boy With the Arab Strap', desatando un baile espontáneo que transformó el concierto en una fiesta entrañable. El cierre con 'Sleep The Clock Around', interpretado entre abrazos y sonrisas cómplices, selló una actuación que fue mucho más que un repaso de éxitos: fue una celebración de la música como refugio, como lenguaje universal de emociones compartidas.
Fotografías a cargo de Javier Rosa, Noé R. Rivas, Óscar L. Tejeda, Adrián YR y Liberto Peiró