Especial

La Luz y los misterios de la existencia



Por -

El cuarteto de Seattle, La Luz, lograron de una forma muy precisa capturar la esencia de su ciudad natal en su primer lanzamiento de larga duración, ‘It's Alive’ (Hardly Art, 2013). A pesar de haber surgido como un meteoro en la escena musical local en 2012, Alice Sandahl, Lena Simon, Marian Li Pino, Abbey Blackwell y Shana Cleveland plasmaron en su disco debut la atmósfera gris y melancólica que caracteriza al clima del noroeste del Pacífico.

Lo que a simple vista podría interpretarse como un revés, la prolongada temporada de lluvias que azota a Seattle, se convierte en una fuente de inspiración creativa para la banda. En lugar de sucumbir a la tentación de escapar de este entorno deprimente, las integrantes de La Luz se refugiaron en sus hogares, entregándose por completo a la composición y dejando que la melancolía invada sus canciones.

El resultado es un álbum que rezuma una vibra etérea y onírica, como si las notas musicales fueran condensaciones que se deslizan por los cristales empañados. Los acordes de guitarra serpenteantes evocan los remolinos de la niebla matinal, mientras que la sección rítmica recrea el constante repiqueteo de las gotas de lluvia contra el pavimento.

No obstante, lejos de sumirse en la autocompasión, ‘It's Alive’ destila una atmósfera reconfortante y acogedora. Es como si La Luz nos invitara a acurrucarnos junto a una chimenea encendida mientras la tormenta arrecia en el exterior. Sus melodías cautivadoras nos envuelven con la misma calidez que un edredón de franela en una noche de invierno.

Aunque las influencias del surf rock y el sonido de los años 60 son innegables, la banda logra trascender estas etiquetas genéricas para forjar un estilo propio e inconfundible. Es como si hubieran destilado lo mejor de esas corrientes y lo hubieran mezclado con los vapores especiados de Seattle, obteniendo un cálido brebaje musical.

Dos años después de su debut, llegó el momento de facturar su continuación con ‘Weirdo Shrine’, un trabajo que reivindica la singularidad y la autenticidad del cuarteto. Este disco, lanzado en 2015, es una oda a la libertad de ser una misma, abrazando aquello que nos hace diferentes y únicas.

Las melodías contienen un aire retro y psicodélico que evoca los inicios del rock, con un sonido surf y solos de guitarra desafiantes. La voz de Shana Cleveland se pasea entre letras cargadas de intensidad emocional, explorando temas como la muerte, la obsesión y el anhelo. Cada canción es un pequeño santuario dedicado a los anhelos y fijaciones personales que todos experimentamos en algún momento.

Bajo la producción de Ty Segall, leyenda del garage rock, el álbum logró capturar la energía cruda y vibrante que La Luz transmite en sus actuaciones en vivo. El sonido no fue aislado, sino que se grabó utilizando micrófonos ambientales para atrapar la esencia del conjunto en la sala de ensayo, dotando al disco de una cualidad orgánica y auténtica.

En este disco, el grupo asume su condición de outsiders y la convierte en un sello de autenticidad. No pretenden ser las más cool ni las más populares, sino que abrazan su rareza con orgullo. Ser diferente es visto como una virtud, una forma de inspiración y una manera honesta de relacionarse con el mundo.

Las integrantes de La Luz proyectan una imagen poderosa en el escenario, desinhibidas y cómodas con su propia extrañeza. Lejos de buscar encajar en los moldes establecidos, prefieren forjar su propio camino, abrazar sus singularidades y expresarse sin filtros ni imposiciones.

Haciendo giras europeas con cada vez más asiduidad, en 2018 vio la luz ‘Floating Features’, un disco que amalgama con maestría los contrastes que definen su propuesta musical. Desde sus inicios demostraron lo bien que sabían fusionar con naturalidad las armonías vocales luminosas heredadas del rock femenino de los 60 con la oscuridad y el filo amenazante del surf rock instrumental.

En su tercera entrega de larga duración, logran un equilibrio exquisito entre ambas vertientes. Los arranques impetuosos e intensos se entremezclan con momentos de delicadeza sublime, reflejando la dualidad que permea su estilo. Formaciones envolventes de órgano y guitarra eléctrica crean atmósferas psicodélicas y oníricas, mientras que los patrones rítmicos sincopados de la batería inyectan una vitalidad desbordante.

La destreza técnica de las cuatro integrantes se pone de manifiesto en intrincados interludios instrumentales que rezuman energía y desbordan virtuosismo. No obstante, su verdadera genialidad radica en la capacidad de conjugar tales demostraciones de pericia con una sensibilidad pop inigualable. Los estribillos cautivadores y las voces entrelazadas con primor contrastan con los arreglos cerebrales y la complejidad estructural de las piezas.

A nivel lírico, prevalece una inquietud existencial por trascender las limitaciones terrenales y sumergirse en otras dimensiones. Esta búsqueda por conexiones más elevadas entronca con la propia música del conjunto, que fluctúa en un limbo entre lo etéreo y lo corpóreo. Su sonido parece habitar un plano intersticial, suspendido entre la liviandad de la armonía vocal y la gravedad rítmica de la instrumentación.

En su faceta interpretativa, La Luz despliega una sinceridad arrolladora que acentúa la autenticidad de su propuesta. Sus actuaciones en directo generan una complicidad especial con el respetable, favoreciendo experiencias catárticas de comunión a través de la música. Esta capacidad de generar vínculos auténticos otorga a su obra una dimensión casi mística o cuasi-religiosa.

Alcanzando casi la década desde su formación, llegó el momento de que viese la luz su LP homónimo, el primero en formato trío, ya que Marian Li Pino dejó la banda. En esta ocasión, desde los primeros acordes, nos transportan a ambientes exóticos y lejanos, invitándonos a perdernos en ensoñaciones musicales suaves y lánguidas.

La vocalista y compositora principal, Shana Cleveland, encontró inspiración en los misterios del mundo natural que la rodea en su actual residencia rural. Al alejarse del bullicio citadino, pudo prestar atención plena a los detalles más nimios de su entorno, descubriendo extrañezas fascinantes en lo cotidiano. Esta inmersión en la naturaleza impregnó su proceso creativo, dotando a las canciones de una atmósfera onírica y etérea.

En colaboración con el reconocido productor y compositor Adrian Younge, la banda logró capturar una esencia cinematográfica en ciertas piezas instrumentales. Younge desafió a los músicos a entregar interpretaciones más sentidas y expresivas, impulsándolos a explorar nuevos terrenos artísticos. Su influencia se percibe en los pasajes más psicodélicos y visionarios del disco.

A pesar de estas incursiones experimentales, el grupo no abandona su característico corazón pop. Temas como ‘Metal Man’ y ‘Watching Cartoons’ combinan con maestría los elementos psicodélicos y las melodías pegadizas, demostrando la importancia que Cleveland le otorga a la variedad sonora en sus trabajos. Cada álbum debe ser, en sus propias palabras, "un viaje, no un simple paseo".

La reciente maternidad de la líder también dejó su huella en las letras, aunque de manera sutil e indirecta. Las canciones abordan el amor desde una perspectiva más profunda y madura, sin caer en literalismos facilones.

Avanzando hasta el presente, 'News of the Universe', el próximo disco del grupo llegará a nuestros oídos esta primavera, encontrándonos también ante una banda rejuvenecida, ya que Shanna se rodea en esta ocasión de Audrey Johnson, Maryam Qudus y Lee Johnson. Este nuevo disco marca un giro significativo en su trayectoria, abordando temas existenciales y reflexiones sobre la vida y la muerte, derivados de la experiencia personal de su líder, Shana Cleveland, al enfrentarse directamente al cáncer.

El álbum se construye como un lienzo sonoro que captura las emociones contrastantes vividas por Cleveland durante su difícil travesía. Mientras que algunas canciones reflejan la incertidumbre y el miedo ante lo desconocido, otras transmiten una sensación de esperanza y aceptación.

La apertura del disco, ‘Strange World’, nos sumerge en un ambiente psicodélico y etéreo, con un coro que actúa como un mantra reconfortante. Este tema establece el tono introspectivo que permea a lo largo de la producción.

Destacan también piezas como ‘Poppies’ y ‘Dandelions’, donde Cleveland utiliza metáforas naturales para explorar el ciclo de la vida y la inevitabilidad del cambio. Estas composiciones, envueltas en arreglos barrocos y ensoñadores, invitan al oyente a apreciar la belleza efímera que nos rodea.

Por otro lado, cortes como ‘Blue Moth Cloud Shadow’ y ‘Always in Love’ ofrecen un respiro emocional, transportándonos a paisajes oníricos impulsados por órganos celestiales y melodías cautivadoras. Estas canciones actúan como un bálsamo para el alma, recordándonos la importancia del amor y la conexión humana.

Uno de los aspectos más destacados de ‘News of the Universe’ es su producción íntima y colaborativa. Al trabajar exclusivamente con mujeres, desde la ingeniería hasta la masterización, Cleveland logró crear un entorno seguro para explorar emociones profundas y vulnerabilidades sin restricciones.

La química entre la banda y la productora Maryam Qudos es palpable, dando forma a las canciones con ideas frescas y estructuras inesperadas. Esta sinergia femenina aporta una perspectiva auténtica y poderosa al álbum que a bien seguro marcará nuestra primavera.

La Luz actuarán en la próxima edición del Festival Tomavistas

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.