Urban Homes es el proyecto electrónico de los alemanes Benjamin Riedl, Stephan Weinand y Oliver Bersin. Su LP debut llegará el próximo día 18 de noviembre a través del sello berlinés Altin Village & Mine, mostrándonos su particular homenaje a la música dance. A lo largo de las 13 canciones que componen Jams, nos vamos a encontrar vamos a encontrar texturas que parten de una electrónica inquieta y vivaz, que huye de sobrecargado para acercarse a estructuras pop y elementos que intentan acercarse a lo orgánico. Junto a Hanitra Wagner como artista vocal invitada, el trío nos presenta en cada una de sus “jams”, diferentes escenas de colorido y evasión rítmica, reflejando una enorme versatilidad a la hora de conseguir pequeños mundos encerrados en cada tema. Aprovechando la inminente salida del trabajo, aprovechamos para entrevistarlos.
Hola, ¿qué tal va todo?
Hola amigos, ¡todo bien!
Vamos allá. En este nuevo trabajo, podríamos decir que habéis desarrollado unas canciones muy influenciadas por la música dance. ¿Es vuestro homenaje al género?
Bueno sí, en cierto modo, se podría decir que nuestro álbum Jams es nuestro propio guiño subjetivo sobre la historia de la música dance. Algunas de las influencias son bastante obvias, otras probablemente más sutiles. Sin embargo, en ningún momento se trató de un plan estratégico. No intentamos hacer un disco bailable. Tampoco creemos que el álbum lo acabara siendo. Por falta de un término mejor, diríamos que es un disco pop que en gran medida hace referencia a diferentes géneros y épocas de la música dance, que resulta ser la música en la que hemos estado más interesados durante estos dos últimos años.
Aunque las 13 canciones que aparecen en el disco están rodeadas por la música dance, en cada una aparece un ambiente muy diferente. ¿Fue difícil para vosotros delimitar los sonidos que debía contener cada tema?
Una vez más, el ambiente de las pistas nunca llegó de forma estratégica, en la mayoría de los casos el ambiente de una canción viene dado en sus fundamentos, es decir, una armonía simple, un parche o un ritmo que sirvió como la base de una canción entera. Lo que teníamos que aprender (todavía estamos trabajando en ello) era a contenernos y no poner demasiadas ideas musicales juntas. En algunos casos, usar algo polirítmico y poliharmónico, como capas, sirve bien en una canción y ayuda a transmitir una idea musical, pero muy a menudo, menos es mucho más. Si se comparan todas las canciones del disco, las últimas pistas en el álbum que compusimos (como ‘Blue Note Jam’, ‘Killer Dub Jam’, ‘Final Jam’, ‘Future Jam’, por ejemplo) las mantuvimos más simples y evolucionaron bastante rápido, sin embargo tuvimos más problemas con canciones más densas donde tuvimos que combinar algo así como +50 pistas diferentes en nuestro DAW.
"No intentamos hacer un disco bailable. Tampoco creemos que el álbum lo acabara siendo. "
Al mismo tiempo, cada canción tiene un título muy representativo. ¿Fue muy intuitivo para vosotros ponerle título a cada tema?
Bueno, como el título del álbum indica, la base de cada pista en nuestro álbum provenían realmente de jams (sesiones improvisadas) largas y abiertas en nuestro pequeño estudio, para las cuales conectamos todos nuestros instrumentos y equipos y dejamos que las cosas fluyeran. Cuando después compartimos estas ideas a través de nuestro Dropbox, les dimos títulos asociativos de trabajo, simplemente de forma irónica y sólo como bromas estúpidas. Pero entonces nos empezó a gustar y, en consecuencia, algunos de esos títulos se quedaron hasta que se convirtieron en el título real o se combinaron con algunas nuevas ideas. Así que sí, fue bastante intuitivo. Entonces decidimos seguir con el concepto de "jams", ya que, al final, eso es de lo que va el álbum, nos pareció lo más coherente. No nos tomamos a nosotros mismos demasiado en serio así que gusta bastante este aspecto humorístico sobre los títulos de nuestras canciones.
Hanitra Wagner aparece en algunos apartados vocales de los temas. ¿Cómo surgió la posibilidad de colaborar con ella?
Ella ha sido buena amiga de la banda desde mucho antes de que se involucrara con sus otras bandas y proyectos. De vez en cuando ella aparecía durante nuestras sesiones de grabación y jams, y nos ayudaba con las voces. Nada fue nunca realmente planeado. No había estrategia o un claro concepto involucrado. Pasó de forma natural.
Sois tres personas en la banda. A la hora de empezar a componer los temas, ¿os dividís el proceso entre los tres o participáis los tres en todos los temas?
Esa es una buena pregunta, una que constantemente nos preguntamos a nosotros mismos y de la que todavía no hemos encontrado la respuesta final. Todos tenemos otras obligaciones además de la banda (trabajo, familias, otras bandas, etc.). Benjamín vive en Berlín, el resto de nosotros se encuentra todavía en Colonia, por lo que reunirnos para practicar o escribir canciones no siempre es fácil. Tenía que haber algún tipo de división del trabajo. Sin embargo, en realidad no nos asignamos diferentes instrumentos (batería, bajo, melodías principales, voz) de manera clara en la banda, igual que se haría en una banda de rock. Todo el mundo participó y tuvo algo que decir en casi todo. Pero no todo el mundo era capaz de invertir la misma cantidad de tiempo y energía en el proceso de grabación del disco. Oliver produjo todo el álbum, por lo que a menudo se sentó allí solo y juntó todas las piezas e hizo la mayor parte de la estructuración. Aún así, Jams es un esfuerzo descomunal, la verdadera magia siempre llega cuando nuestras ideas e impulsos chocan y se unen.
"No nos tomamos a nosotros mismos demasiado en serio así que gusta bastante este aspecto humorístico sobre los títulos de nuestras canciones. "
En un disco con tantas y tan diversas capas, supongo que cada canción sufriría muchos cambios respecto a la idea inicial. ¿Cambiasteis muchas cosas respecto a las versiones originales de los temas?
Oh sí. Si hubieras escuchado las primeras encarnaciones de algunos de los temas del disco, algunos de los cuales se remontan a 2012 más o menos, probablemente te reirías o ni siquiera podrías reconocerlos. En principio habíamos pensado terminar el disco a finales de 2014. Esa fue la fecha límite que nuestro sello, Altin Village & Mine, nos dio. A excepción de una canción, ya teníamos todo el material junto pero no estábamos listos todavía, todavía faltaba algo, por eso hicimos un pequeño descanso y después comenzamos a volver a grabar y a re-estructurarlo todo. En retrospectiva, estamos muy contentos de habernos tomado nuestro tiempo, ya que algunas de las canciones salieron mucho mejor.
A lo largo del disco aparecen diferentes tipos de guitarras, conectadas muy bien con las partes puramente electrónicas, como ocurre en ‘Summer Rolls’. Para ti, ¿resultó natural incluir estos elementos en los temas?
Sí, todo lo relacionado con este álbum parecía natural. A pesar de que claramente queríamos abandonar el rock clásico o la actitud indie de ser artistas "auténticos", nunca nos deshicimos de las guitarras porque nos encanta el instrumento y la forma en que el tono de una guitarra puede ser un agradable contraste con los instrumentos electrónicos. Es muy posible que para futuras grabaciones volvamos a instrumentos más orgánicos y acústicos.
No conozco exactamente cuáles son vuestras influencias en la música electrónica. Sin embargo, ¿crees que la música dance fue esencial cuando comenzasteis como músicos?
La música electrónica ha sido una gran influencia, no hay duda de ello. Pero no necesariamente desde el principio, cuando por primera vez nos socializamos musicalmente nos introducimos en diferentes tipos de música. Todos hemos crecido durante la década de 1990, una época donde la música electrónica se comercializó. Obviamente éramos conscientes de las subculturas electrónicas como el jungle, tecno, trip-hop, drum and bass, etc., y las apreciamos en cierta medida, pero el techno superficial y la cultura rave parecía ser la antítesis de lo que nos proponíamos como jóvenes punkies politizados. Simplemente no conocíamos la mayoría de las cosas buenas, era la era pre-Internet, por lo que el acceso a la buena música era mucho más difícil de lo que es hoy en día. Cuando luego, muchos años más tarde, conocimos cómo de profunda y significativa puede ser la música dance, descubrimos todos los tesoros que el género tiene que ofrecer, fue como una revelación.
"Jams es un esfuerzo descomunal, la verdadera magia siempre llega cuando nuestras ideas e impulsos chocan y se unen."
En todas vuestras entrevistas nos gusta que nos dejéis una pregunta para el siguiente grupo a entrevistar. ¿Cuál es la tuya?
¿Ha cambiado tu perspectiva o expectación de hacer música a lo largo de los años? Si es así, ¿Por qué razón?
Del mismo modo tenemos una para ti de Chris Cohen, dice así: ¿por qué hacer música?
Porque en un mundo altamente racionalizado, la música, como forma de arte, es uno de los pocos lugares sagrados donde podemos expandir nuestra mente, que nos ayuda a transmitir emociones profundas y que nos hace sentir vivos. A riesgo de sonar demasiado esotérico, realmente creemos que la música puede ser terapéutica y una fuerza de curación. Sin la música el mundo sería un lugar mucho más lamentable y triste. También, puede ser una buena manera de comunicarse, ya sea una forma de expresión personal o en un cuadro más grande hacia el mundo. Con la música como herramienta de comunicación puedes expresar emociones de manera diferente (y tal vez incluso más precisa) de lo que podrías hacer nunca con palabras.

