Jay Malinowski es uno de los secretos mejor guardados del panorama alternativo canadiense. Formando parte de la banda reggae Bedouin Soundclash, ha girado por todo el mundo, sin embargo en esta nueva etapa en solitario se ha desprendido de estos sonidos para adentrarse en otros mucho más peronales. Los temas de Jay Malinowski rezuman nostálgica y aroma al salitre propio de la costa oeste canadiense. En su último trabajo ha contado con la colaboración de una sección de cuerdas llamada The Dead Coast. Sonidos aún más embriagadores que ayudan a meternos más en la piel de Martel, el protagonista de la historia. Aprovechando su paso por el Sonorama Ribera ( jueves 14, 21:20, Future Stars), en su único concierto en Europa este verano, le preguntamos todas aquellas cosas que nos fascinan tanto de su música.
Hola Jay, ¿qué tal va el verano?
Muy bien, muy apacible
Empezamos. Cuando escuché por primera vez tu música con The Deadcoast pensé en el carácter atemporal y ensoñador de su música. ¿Crees que los instrumentos de cuerda que incorporas son muy importantes para proporcionar a las canciones más vida?
Sí, seguro. Para trasmitir la historia de Martel pensé en una sección de cuerdas que pudiese expresar mejor la historia. Al principio llamé a la grabación “Colonial Classical” y lo dejamos estar. Los instrumentos de cuerda provocan una sensación de historia, pero los músicos tocan con una ausencia de armonía que me produce la idea de un nuevo mundo, de permanecer perseverante.
En tu música podemos encontrar influencias muy distintas. Desde lo celta hasta lo barroco. Conociendo que provienes de una banda muy diferente como es Bedouin Soundclash, ¿cómo te las arreglas con estos nuevos estilos musicales?
Dejo la mayoría de sonidos previos que he trabajo a parte de las grabaciones que hago. Quiero borrar la pizarra que llevo escrita hasta el momento para expresar los mensajes y sentimientos de cada proyecto diferente que inicio.
Antes de empezar tu proyecto con The Deadcoast, editaste un gran LP llamado Bright Light & Bruises donde trabajaste con músicos de Hot Hot Heat. ¿Qué significó para ti editar un trabajo tan personal como este?
Fue mi primer trabajo en solitario y era la primera vez que podía hablar acerca de cosas más personales que las que hacía con Bedouin Soundclash. Fue una experiencia liberadora.
Hablemos ahora de tu nuevo LP Martel. Su origen tiene lugar en un viaje a La Costa da Morte (curiosamente el mismo nombre que el de tu banda de acompañamiento) en A Coruña. ¿Cuándo decidiste en este lugar que tenía que grabar este nuevo trabajo?
Cuando estuve allí sentí que había una enorme afinidad con lugares de las provincias marítimas de Canadá. También me encantó el nombre poético del lugar donde estaba localizado, algo que significa así como el fin de la tierra. Me inspiró mucho el lugar para empezar a contar la historia que aparece en el trabajo.
En este trabajo podemos encontrar un montón de historias antiguas, algo que siempre ha ido asociado a la música popular. ¿Crees que esta temática puede tener cabida en la música de nuestros días?
Parece que contar historias épicas es difícil en los días en los que vivimos. Pero me gustó el reto. Creo que las narrativas son siempre muy valiosas en nuestras vidas.
Martel es un álbum conceptual que aparece dividido en dos partes: Pacific y Atlantic. Dentro de él, coexisten diferentes culturas con un nexo en común como es el océano. ¿Hay otras similitudes obvias entre estas dos partes del trabajo?
El Pacífico representa al joven Martel haciéndose preguntas al mundo. A medida que pasa el canal de Panamá y entra en el Atlántico, sus preguntas se vuelven más reflexivas y centradas en sí mismo. Al final se vuelve estoico.
Este álbum está acompañado de una novela. En esta novela creas una historia que trata de ser universal para diferentes personas. ¿Qué fue más difícil para ti, expresar lo que querías en tus canciones o en la novela?
Siempre trato de expresar las ideas a través del filtro de Martel, algo que de hecho me resulta más fácil para mí porque puedo poner todo en tercera persona. Él es una hipérbole de muchas personas.
Naciste en Montreal, una ciudad con muchas, diferentes e interesantes bandas que han ido creciendo. Desde Sam Roberts hasta The Besnard Lakes. ¿Existe realmente una escena en la ciudad que inspira a otras bandas a crear música?
Amo Montreal y siempre he tenido un fuerte apoyo allí, pero crecí en Vancouver. Aquí es difícil ser un artista y me gustó aceptar el reto de crear música bajo estas circunstancias. Crecer en el Pacífico tuvo un gran impacto para mí como persona.
Este verano estarás en España en un festival muy especial como es el Sonorama Ribera que siempre ha crecido bajo la filosofía de dar oportunidad a las jóvenes bandas nacionales e internacionales. ¿Qué esperas encontrarte en el festival?
Estoy muy emocionado de poder ver bandas que nunca podría ver en ningún otro sitio de Canadá.
En todas nuestras entrevistas nos gusta que el artista entrevistado nos deje una pregunta para el siguiente a entrevistar. ¿Cuál es la tuya?
¿Escribes desde la experiencia y la imaginación?
Del mismo modo tenemos para ti una pregunta de The Pharmacy: ¿has pensado alguna vez en tocar en un concierto una canción que fueses bajando su ritmo hasta alcanzar la hora de duración? ¿Podrías improvisar esto? Si la respuesta es sí o no, ¿te asustarías de ello?
Jajaja, nunca había pensado en hacer eso la verdad. No me asusta tanto como para preguntarme si podría caer en el aburrimiento. ¡Realmente no creo que mi mente tenga tanta paciencia!
Muchas gracias Jay, nos vemos en Aranda.
Lo mismo digo, un saludo.
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