The Goon Sax publican hoy su nuevo trabajo Mirror II, logrando un tercer LP con el que construir unos nuevos cimientos más que sólidos y dejarnos ante la sensación de como la inventiva del grupo en todo lo referido a avanzar en terrenos desconocidos hasta la fecha resulta totalmente desbordante. Con sus dos primeros trabajos Up To Anything y We’re Not Talking dejaron claro que podían ser una banda que hiciese leyenda en aquellos terrenos donde el pop de guitarras más sobrio y forjado al calor de la escuela Flying Nun Records deslumbraba sobremanera, sin embargo en su nueva referencia no han decidido tomar el camino más sencillo y lógico. Esta entrega más bien se aferra a la necesidad de buscar nuevos matices atonales, crudos y con capacidad para plasmar de forma certera la vertiginosidad en la que se han encontrado sus vidas envueltas últimamente, del mismo modo que recogen los cambios sufridos cuando la vida te obliga a ir atravesando etapas de una forma un tanto abrupta. Por todo ello, estas canciones resultan discordantes entre sí a su manera, prendiendo siempre la mecha de melodías desbocadas o momentos donde el apartado lírico aparece como una mañana de pensamientos convulsos que no pueden definir mejor el ser consciente de los cambios a los que nos vemos sometidos cada día. Así es como sientan las bases de su valentía para lanzarse a por lo desconocido y no sucumbir a ningún tópico más allá del de ser conscientes de cómo nada es para siempre. Ante todas las novedades interesantes que nos ofrece este trabajo, hemos tenido el placer de charlar con Louis Foster.
Desde la primera escucha creo que este nuevo trabajo supone un disco muy alejado de vuestros dos anteriores, sintiendo como habéis logrado unas canciones donde sus estructuras resultan totalmente sorpresivas. ¿Desde dentro sentís que habéis logrado un álbum bastante rupturista con todo lo que habéis publicado con The Goon Sax hasta el momento?
Suena como un cliché, pero creo que en el proceso de composición y creación de nuevos conceptos para este disco hemos desmontado la banda y luego la hemos vuelto a unir con nuevas bases. Teníamos que hacerlo. Definitivamente, sigue estando inspirado en el espíritu de nuestros dos primeros álbumes, pero hemos reimaginado el significado de la banda en un sentido nuevo y mucho más abierto. Hubo un periodo al principio del proceso en el que casi sentíamos que ya no éramos The Goon Sax, lo que fue emocionante (incluso tan solo por el hecho de sentir que podíamos llegar a eso) y nos ayudó a aislar a la banda como concepto.
Creo que eso nos dio claridad sobre qué elementos del grupo seguían siendo necesarios e importantes para nosotros, pero también cómo queríamos exactamente dirigirnos hacia este nuevo contexto en el que nos encontrábamos. La idea de que nos sintamos cómodos precisamente a base de seguir unas directrices rígidas en nuestro sonido es algo bastante deprimente. Me encantan muchas bandas que posiblemente hacen eso, pero no pretendo aplicarlo a nuestra música. No me interesa hacer un disco que no nos haga sentir amenazados de alguna forma.
Este disco lo compusisteis viviendo juntos en una casa que llamasteis “Fantasy Planet”. ¿Sentís que el pasar tanto tiempo juntos fue realmente positivo a la hora de componer el disco o también tuvo alguna parte negativa como no poder desconectar en ningún momento del proceso compositivo?
Definitivamente fueron ambas cosas. Todos tuvimos momentos en los que la cantidad de energía que estábamos poniendo en todo el proceso nos superó un poco. Ahora no seguimos viviendo juntos, pero en aquel momento nos pareció una buena idea porque queríamos hacer un disco que fuera intenso y de alguna forma incluso abrumador. Mirror II llegó como un espacio en el que tratábamos de volcar todas nuestras energías y vivir juntos en Fantasy Planet mientras lo escribíamos ayudó a ello. Luego también fue importante cambiar de aires viajando a Bedminster (Bristol) mientras grabábamos. Todo este proceso nos permitió conocer los espacios mentales más recónditos de los demás miembros del grupo, además de poder escuchar nuestras conversaciones constantemente a través de las paredes y compartir constantemente la música que nos gusta.
Me fascina un montón todo lo que está ocurriendo en el trasfondo de ‘Psychic’, apareciendo atmósferas muy ruidosas y turbulentas que al mismo tiempo suenan bastante alto. ¿Cuándo compusisteis este tema en seguida os distéis cuenta de que pedía fuertes distorsiones de fondo para poder enfatizar mejor el contenido encerrado en él?
No ocurrió mientras la estábamos escribiendo. Siempre tengo que hacer un esfuerzo para intentar no imaginarme demasiado cómo deberían sonar las canciones mientras las escribo, porque aferrarse a esas ideas puede frenarlas cuando se llevan al formato de banda completa. Algo puede sonar "mal" para ti aunque suene en realidad mucho mejor. Personalmente ser así de neurótico es probablemente mi modo más natural de escribir (risas), pero no es de lo que trata esta banda.
Esa canción surgió casi instantáneamente en la sala de ensayo cuando se la enseñé a Riley y a Jim. Riley estaba experimentando con un montón de tonos de guitarra ruidosos en ese momento y estábamos tomando prestado el sintetizador de un amigo, así que Jim se lanzó a por ello, utilizando algunos apaños extraños que habían hecho. Normalmente nuestras canciones pasan por muchas etapas estilísticas diferentes, pero ‘Psychic’ sonaba más o menos como en el disco la primera vez que intentamos tocarla. La tremenda guitarra de Riley apareció inmediatamente dialogando con todo lo que sugería el sintetizador de Jim, lo que a su vez me ayudó a entender el tono de la letra, que aún no la había terminado. Así que sí, mantener las texturas distorsionadas y ruidosas fue esencial para la forma en que se escribió la canción, ya que necesitaban alejar algo de la dulzura de esa melodía o el tema no hubiese tenido mucho sentido.
"No me interesa hacer un disco que no nos haga sentir amenazados de alguna forma."
Algo que creo que es muy importante en este disco es como todas las canciones resultan muy variadas entre sí, pero al mismo tiempo siento que hay sonidos y recursos bastante unificadores como lo que comentábamos antes del ruido de fondo en ‘Psychic’. ¿En algún momento os preocupó como encajarían las canciones entre sí para lograr un disco coherente?
¡Sé que no debería, pero definitivamente lo que me comentas se me pasó por la cabeza! Durante el primer año de composición nos sentíamos como una banda diferente cada semana, había momentos en los que me preocupaba que estuviéramos perdiendo el tiempo. Jim definitivamente mantuvo mi fe en los giros del proceso. Tenía razón, era necesario dar rienda suelta a todas las ideas para que luego las entendiéramos y pudiéramos volver a los conceptos en los que habíamos profundizado con mayor facilidad. Hubo un momento, tal vez nueve meses antes de entrar en el estudio, en el que pareció que nuestro instinto se ajustaba a la oscuridad del mundo que estábamos creando y de repente vimos cómo todo se relacionaba entre sí, como si hubiéramos estado aprendiendo un idioma juntos sin darnos cuenta. Estaba claro qué canciones hablaban entre sí y cuáles no, y eso no tenía que ver necesariamente con que fueran estilísticamente similares en un sentido estricto.
También tengo la sensación de que este disco posee momentos de una gran energía y un sonido más crudo que anteriormente, algo que sucede por ejemplo en temas como ‘The Chance’. ¿De alguna forma también intentasteis buscar un sonido más desafiante relacionado con como estas canciones transmiten emociones muy poderosas?
Totalmente. Intentábamos captar estados de ánimo y, por primera vez, todos los elementos sonoros eran tan importantes como la propia melodía y la letra. En lo relativo a de ‘The Chance’, sabía que las estrofas tenían que ser muy delicadas y contenidas. Esa canción tuvo un estribillo diferente durante dos años -más acorde con las estrofas que posee- y nunca llegó a funcionar del todo. Entonces escribí el estribillo actual y también tocamos las estrofas más acomodadas a este nuevo estribillo. No funcionó del todo hasta que nos dimos cuenta de que había que mostrar la misma sensación que supone el pasar de ser muy introspectivos a reflejar esta fuerza totalmente abrumadora: tenía que ser discordante y difícil de procesar a la vez. Mostrar esos dos lados, hablando el uno con el otro, pero sin limar asperezas, era en cierto modo el ethos de gran parte del disco. Nos llevó un tiempo atrevernos a hacerlo y no temer que nuestra música perdiera toda su identidad, pero me alegro de haberlo hecho. John Parish fue esencial para ayudarnos a confiar en ello.
El nuevo enfoque sintético encerrado en los temas también es algo que resulta de lo más poderoso en el disco, haciendo que todos los teclados suenen muy electrizantes. ¿Creéis que en estas nuevas composiciones habéis explorado las posibilidades de estos instrumentos de una forma muy diferente al pasado?
Creo que esta vez los sintetizadores no los percibimos como algo que añadimos por encima de lo demás para darle algo de "chispa", sino que se convirtieron en algo tan esencial como el bajo y la batería. No queríamos ver ningún instrumento o sonido como algo inherente. No importaba tanto qué instrumento fuera, sino que era una textura más y todos tenían la misma importancia.
Imagino que las influencias en este trabajo también habrán sido mucho más variadas que en los anteriores, o al menos eso es lo que se puede intuir. ¿Sentís que en esta ocasión hay una voluntad por reflejar influencias musicales más actuales que en los anteriores trabajos?
Siempre hemos tenido muchas influencias contemporáneas, quizás más de lo que la gente piensa. Reflexionado sobre ello, en un primer momento te diría que nuestro anterior trabajo tenía incluso más. Sin embargo, mucha gente ha dicho que han aparecido con más fuerza en este nuevo, y definitivamente, puedo verlo. Creo que hemos añadido cosas como solos de guitarra muy expresivos, ritmos tipo reggaeton y baterías programadas más pesadas de una forma que no habíamos hecho antes. Las influencias contemporáneas siempre han estado presentes en nuestras composiciones (sobre todo en las letras), pero en este álbum probablemente nos sentimos más seguros a la hora de recurrir a referencias más amplias de todo lo que implica el mundo pop actual.
Personalmente, sentí de una forma muy fuerte la necesidad de inspirarme en toda la música que escuchaba a mi alrededor, ya que ser selectivo con lo que se debe incluir o no me parece una actitud muy falsa. Por lo tanto no se trataba sólo de mostrar solo lo que elegía para escuchar en casa, sino también de la música de los centros comerciales, de los lugares donde trabajaba, así como de los clubes y los espectáculos a los que iba en un montón de sitios diferentes.
"Durante el primer año de composición nos sentíamos como una banda diferente cada semana, había momentos en los que me preocupaba que estuviéramos perdiendo el tiempo. "
Centrándonos en como habéis abordado la temática de estas canciones, hay momentos en los que aparece un cierto toque romántico que quizás antes no haya estado tan presente en vuestra música. ¿Creéis que en esta ocasión le habéis dado más vueltas a todo lo que implica entregarse a otra persona?
Creo que en Mirror II no queríamos seguir presentando nuestra propia narrativa lineal sobre las relaciones, sino que intentamos captar los intensos enredos que se dan, a menudo borrosos, de la intimidad tal y como son. Así que las perspectivas saltan y cambian mucho dentro de cada canción. No hay una única verdad que intentemos transmitir, ese idea quedó bastante atrás para nosotros. Al final nos preocupamos siempre porque todo lo que hacemos tengan un sentido inequívoco, olvidándonos de lo importante que resulta que nuestras acciones no tienen que ser claras ni completamente definidas. Es divertido deleitarse con las verdades subjetivas y dejar que den vueltas y se comuniquen entre sí, porque eso es lo que son las relaciones.
Del mismo modo, analizando el contenido que habéis mostrado en vuestras canciones a lo largo de estos tres discos, ¿creéis que vuestras preocupaciones vitales han ido cambiando y que los asuntos que tratáis en los temas también han ido cambiando acorde a ellas?
Sí, muchísimo. Es difícil saber por dónde empezar a explicar lo diferente que es el mundo entre los 15 y los 21 años. En mi caso, Up To Anything se basaba en la firme creencia en los conceptos de la verdad, un único amor verdadero, un yo auténtico donde todo siempre parecía que era blanco o negro, sin grises entre medias. Todavía temáticas o aspectos que abarco en mis temas de cierta forma, pero la fe a ciegas que tenía en ellos hace tiempo que se rompió en un millón de pedazos (risas).
Durante un tiempo casi lloré por el hecho de que hubiéramos mostrado un montón de ideas con las que ahora no estoy en absoluto de acuerdo. También me chocaba la idea de que cuando empezamos, no éramos "artistas" con una visión singular totalmente formada, pero con el paso del tiempo he llegado a estar agradecido de haber llegado a esta conclusión, todo ello gracias a un proceso de perder parte de la identidad original, desafiar y expandir los fundamentos de nuestras propias creencias y preocupaciones. Así es como todo lo que cambian nuestras vidas se ha ido mostrado en cierta medida a través de nuestros trabajos. Si estas cosas no cambiaran, podríamos haber dicho "esto es lo que somos", hacer solo un álbum y luego conseguir trabajos fuera de lo musical que nos permitieran vivir vidas más cómodas. Contradecirse a sí mismo es muy importante. El escribir para mí es mostrar el cambio y la necesidad irracional de documentar y entender como cambias de opinión.
Sin lugar a dudas ‘Bathwater’ es una canción que contiene muchas sorpresas, mostrando cambios de ritmo apasionantes y un final caóticamente disfrutable. ¿La estructura de este tema fue surgiendo más bien de forma improvisada o tuvisteis muy claro en todo momento que querías que fuese un tema que atravesase fases muy diferentes?
Escribí esa canción con el bajo en mi apartamento de Berlín en 2017 y se la mostré a Riley y a Jim en nuestro primer ensayo de vuelta. Originalmente era una pequeña canción simple, en algún lugar entre The Motels, y The Raincoats. Recuerdo que era la primera vez que hacíamos un estribillo encarándolo de una forma tan impulsiva, donde Riley simplemente se encargó de acelerar este ritmo de discoteca mientras Jim lograba un riff adictivo. Su interpretación me pilló totalmente desprevenido. Pensando un poco más en aquellos instantes, fue una especie de momento de afirmación de por qué debíamos hacer otro álbum juntos. En general, es la canción que más ha cambiado en los dos años que duró la grabación de Mirror II. Fue un tema en progreso hasta el último día de la mezcla. Hay un millón de versiones diferentes de ella y siempre parecía el indicador de dónde estábamos. Me gusta que al final haya capturado el contraste entre lo frío y métrico junto a un caos disco al estilo de James Chance, o al menos así lo veo yo. Así que sí, creo que la trayectoria de esa canción nos sorprendió a todos muchas veces.
Ya que hemos hablado de lo cambiantes y sorpresivos que resultan los temas a lo largo del trabajo, ¿en algún momento mientras componíais el disco sentisteis que quizás alguna canción tenía alguna idea bastante loca y que quizás no acababa de encajar en el conjunto de canciones del disco?
¡Nos ocurrió todo el tiempo! Aunque no sé si era tanto porque las ideas eran demasiado locas o porque precisamente no colmaban las expectativas de hasta donde queríamos llegar. Quizás el enfoque más correcto a este planteamiento es que las canciones tienen que conversar entre sí y había algunas que no contribuían. Las 10 canciones del álbum podrían ser un tercio de lo que escribimos. Tampoco creo que sean necesariamente las 10 mejores. Si uno de nosotros hubiera escrito ‘Wuthering Heights’ o ‘Hips don't lie’, las habríamos dejado fuera si hubiésemos sentido que no encajaban bien. Los primeros discos de Psychic TV y Dean Blunt cambiaron mucho el concepto que teníamos para nosotros de lo que era hacer un álbum. Las corrientes que unen las canciones son muy profundas y todo lo ambiental puede hablar con lo ruidoso, que a su vez habla con la melodía, lo que nos remite a la atonalidad, la estructura y el caos.
"Durante un tiempo casi lloré por el hecho de que hubiéramos mostrado un montón de ideas con las que ahora no estoy en absoluto de acuerdo. "
‘In The Stone’ es una canción que me gusta mucho como muestra frases muy potentes y con mucho significado, al mismo tiempo de mostrar un cierto toque misterioso. ¿Con esta canción buscasteis reflejar alguna situación en concreto que haya tenido lugar alrededor vuestro?
Sin lugar a dudas refleja situaciones reales, pero realmente no quería que nada en ella fuera muy concreto. Se trata de alguien que te da el espacio para cambiar constantemente, pudiendo convertirte en alguien diferente con cada estado de ánimo, cambio de vestuario, contexto, sustancia, etc., y cada una de esas expresiones es igualmente "verdadera" a través la perspectiva de otra persona, así como para ti mismo. En las relaciones, el sentido ilimitado e indefinido de uno mismo es estimulante, pero al mismo tiempo la necesidad profundamente humana de entenderte y definirte a sí mismo también tiene que resultar válida para ambas personas. Las perspectivas intelectuales que ceden a lo infantilmente mezquino siempre me resultan muy divertidas. Definitivamente es una canción sobre momentos "reales", pero trata de este concepto de cambiar dentro de una relación de una forma muy amplia.
El disco también posee una cara más ligera bien recogida en canciones más suavizadas como es el caso de ‘Carpetry’, ‘Til Dawn’ y ‘Caterpillars’. ¿Creéis que estas tres canciones se contraponen bastante al resto del disco y que transmiten emociones bastante diferentes?
Dos de ellas fueron escritas por Jim, así que no creo que pueda comentar del todo la emoción que transmiten. Supongo que para mí son momentos aleccionadores de calma que vienen bien para rebajar el estado de ánimo desquiciado y disperso que prevalece en muchas de las otras canciones, pero al mismo tiempo esa forma de buscar calma aparece en otros puntos del disco. Es una pregunta muy interesante.
En estos últimos años Riley and James también han formado parte de una banda post punk llamada Soot. ¿De alguna forma la experiencia y la forma de trabajar las canciones con este grupo se ha colado en el nuevo disco de The Goon Sax?
¡Por supuesto! Creo que hubo un intercambio de ideas entre las dos bandas durante un tiempo. También vivíamos con Tia y Helena (las otras miembras de Soot) en Fantasy Planet, así que la energía de esa banda existía en la casa tanto como la de TGS. Soot estaba experimentando con sonidos más ruidosos y atonales que definitivamente se colaron en nosotros también. Riley encontró realmente su voz gracias al componer canciones para esta banda y creo que Jim aprovechó una forma de tocar mucho más libre e intuitiva. Probablemente soy el peor miembro de la banda para responder a esta pregunta, pero esa es mi percepción. Dos bandas que coexisten así te dan una idea más clara de lo que son ambas.
En todas nuestras entrevistas nos gusta que nos dejéis una pregunta para la siguiente banda a entrevistar. ¿Cuál es la vuestra?
Si pudieras tener una habilidad musical que no posees actualmente, ¿cuál sería y cómo cambiaría tu práctica?
Del mismo modo tenemos una para vosotros a cargo de Faye Webster: ¿de qué otra forma te expresas bien que no sea a través de la música?
¡Muchísimas gracias Faye por la pregunta! Probablemente tendría que decir a través de la ropa, aunque me de algo de vergüenza reconocerlo. Cuando miro fotos mías de hace un tiempo, creo que la forma en la que iba vestido decía mucho más de mí de lo que podía intuir en ese momento. Hace poco encontré algunas prendas antiguas que me hicieron darme cuenta de lo mucho que luchaba por entender y, a veces, encajar en un concepto de masculinidad que me parecía increíble que lo aplicase hace años. Modelaba mis elecciones de moda a partir de personas cuyo sentido de la vestimenta no me gustaba necesariamente, pero que parecían captar ese confuso concepto de masculinidad una manera que yo sentía que no podía. Al final me sentí tan angustiado por ello que simplemente me puse un polo negro, unos pantalones negros anchos y unas zapatillas de deporte, creo que eso fue una especie de crisis. Y después de eso volví a ponerme lo que quería, ¡como cuando era niño! Obviamente, parte de la sociedad dicta cómo te tienes que sentir en tu interior y, por lo tanto, hay momentos en los que actúas acorde a ello. Por ello, hay que luchar contra esto y la forma de vestirse es una buena forma.

