Durante más de diez años, Winter ha moldeado su trayectoria desde Los Ángeles, construyendo un imaginario propio a medio camino entre el desvelo emocional y las calles soleadas. En 'Adult Romantix', da forma a una despedida sin dramatismos explícitos, pero sí cargada de sensación de tránsito. Las canciones se tejieron entre habitaciones pasajeras y giras sin tregua, y esa condición nómada atraviesa cada sonido y letra. El trabajo aparece como una carta escrita sin dirección fija, en la que los escenarios cambian mientras la narradora sigue atrapada en un estado intermedio entre la añoranza y la lucidez. Las letras alternan entre escenas despreocupadas y frases cargadas de promesas y sentencias rotundas, como “Love’s never gonna die”. En esa convivencia de tonos, se impone una idea de juventud que convive con el desgaste, sin necesidad de nostalgia directa. Los temas 'Misery', 'In My Basement Room' o 'Hide-a-Lullaby' se construyen desde rincones concretos, como si el sonido pudiera absorber el olor de un espacio, el eco de una voz amiga o el polvo de una mudanza. La producción combina guitarras abiertas, efectos difuminados y un juego constante entre capas de sonido suaves y ráfagas distorsionadas. Algunas voces parecen venir desde otra habitación, otras se arrastran como si fuesen restos de una grabación casera. El idioma portugués aparece en temas como 'Candy #9' y 'Without You', en un gesto más sensorial que expositivo. Todo el disco gira en torno a la sensación de estar a punto de cerrar una etapa sin saber si quieres hacerlo del todo. Más que resolver, el trabajo encierra la idea de guardar, de aplazar, de dejar algo a medias para volver más adelante. Aprovechando lo inminente de este lanzamiento, hemos tenido el placer de entrevistar a Samira.
A lo largo del disco hay una especie de melancolía luminosa, como si los recuerdos fueran dulces y dolorosos a la vez. ¿Qué papel juega la nostalgia como punto de partida emocional cuando compones canciones?
Es muy importante para mí, especialmente con este álbum, porque fui un poco nómada, tomé la decisión de dejar Los Ángeles después de vivir allí once años. Durante ese proceso, mientras me preparaba para mudarme, sin tener un piso fijo, de gira constantemente y viviendo en distintos lugares, pude dejar que la nostalgia fuera una especie de vehículo para esas pequeñas piezas, esos fragmentos que tenían significado en mi vida: las relaciones, los recuerdos, todos tan agridulces, sobre todo cuando te despides de un sitio. Así que sí, jugó un papel importante. Creo que los recuerdos pueden tener una cualidad onírica. Y sí, la nostalgia es sin duda uno de los sentimientos que inspiraron este álbum.
Algunas canciones reflexionan sobre temas más existenciales, pero de una forma muy natural, como en 'Sometimes I Think About Death', donde cantas: “Sometimes when I think about death / Would I feel scared or would I be prepared?”. ¿Sientes que en este disco has escrito más que nunca desde un lugar profundo o existencial?
Sí, totalmente. Este álbum en su conjunto, y especialmente esa canción en particular, tiene algo que se siente como una especie de divagación filosófica, una reflexión interna sobre ciertos temas que nos inquietan. Es un tema oscuro, por supuesto, eso está claro. Pero creo que lo abordé con una cierta naturalidad y también con curiosidad, tal como tú lo mencionas. Hay un componente que está claramente inspirado en el romanticismo gótico, con ese tono más sombrío, más oscuro y misterioso, que le da una atmósfera particular. Y eso se mezcla con lo que hablábamos antes, con la presencia constante de la nostalgia. Así que el disco está atravesado por esa dualidad entre la luz y la oscuridad, sin duda alguna.
Este álbum parece una despedida a Los Ángeles, pero muchas canciones también suenan como un cálido homenaje. ¿Crees que este trabajo está íntimamente ligado al cierre de una etapa de tu vida y de esa ciudad?
Es más bien una carta de amor de despedida a Los Ángeles. Cada álbum para mí acaba siendo un proceso profundamente transformador. Al final, creo que el trabajo de un artista es simplemente vivir con todo lo que nos pasa. Todos vivimos experiencias distintas, pero el artista intenta alquimizar todas esas emociones y sentimientos, o lo que sea que tenga necesidad de expresar. Este disco fue exactamente eso: una alquimia de todo lo que me había pasado en los últimos años, una carta de amor y despedida a Los Ángeles. Y tal vez, después de este álbum, empiece un nuevo capítulo aquí en Nueva York. Ya veremos.
"Creo que los recuerdos pueden tener una cualidad onírica. Y sí, la nostalgia es sin duda uno de los sentimientos que inspiraron este álbum."
En 'The Beach' repites una frase muy poderosa: “Love’s never gonna die”. Suena como una afirmación valiente, pero también como un deseo desesperado. ¿Dónde encaja la idea del amor eterno en el mundo romántico que exploras en este álbum?
Creo que es una de esas cosas... Tengo una curiosidad, un interés en jugar un poco con eso. No sé si se percibe así, pero me divertí, aunque en el momento estaba sintiendo muchas cosas a flor de piel. Esa frase de que el amor nunca va a morir tiene ese tono adolescente, cuando todo se siente tan intenso, tan sentimental, tan emocional. Me permití ser como una adolescente, inspirarme en el Romanticismo, y también tiene un punto de actitud, como si dijera: el amor nunca va a morir. Es una afirmación fuerte, sobre todo en estos tiempos en los que parece que el amor escasea. Pero sí creo que es importante hablar del amor. Y creo en ello. Las relaciones pueden ir y venir, pero el amor como sentimiento es una luz que puede guiarnos, y eso es muy poderoso.
En el disco, el amor no aparece como algo idealizado, sino como algo más complejo: deseo, pérdida, dolor, dulzura. ¿Te interesaba mostrar el amor en sus contradicciones, explorar cómo puede incluir también vergüenza, confusión, distancia o deseos difíciles de explicar?
Totalmente. El amor, como sentimiento, está lleno de contradicciones, de opuestos que conviven al mismo tiempo. Supongo que nosotros, como personas, también estamos llenos de esas mismas contradicciones. Es parte de lo que somos y de cómo experimentamos las cosas.
En 'Just Like a Flower', mezclas una imaginería suave, onírica, con algo profundamente personal, como esa frase: “Listening to ‘Fuck and Run’ since I was 12”. ¿Intentas equilibrar lo íntimo y lo simbólico en tus letras?
Qué buena pregunta. Sí, esa canción es muy personal. De hecho, ni siquiera pensaba grabarla. A veces escribo canciones que son tan íntimas que quiero guardármelas para mí. Tenía la demo y se la enseñé a un amigo con quien suelo compartir lo que compongo. Le dije: “Quizás te guste esta”. Le puse 'Just Like a Flower' y me dijo: “Tenemos que grabarla”. Y acepté, pero aún hoy, cada vez que la canto, me siento como si estuviera leyendo mi diario. Me pongo nerviosa, tímida incluso. Hay canciones muy personales y otras más simbólicas. A veces escribo algo íntimo y descubro el simbolismo después, y otras veces pasa al revés. Incluso yo misma sigo interpretando y comprendiendo el álbum de distintas formas a medida que pasa el tiempo. Cuando creas algo, nunca lo entiendes del todo, y cada persona lo va a experimentar a su manera, que es justo lo que espero.
En canciones como 'Candy #9' o 'Without You', cambias entre portugués e inglés, pero el tono emocional se mantiene. ¿Sabías desde el principio que querías incluir portugués en estos temas?
No, no lo tenía claro desde el principio. Lo que sucede es que crecí en Brasil, y eso ha influido muchísimo en mí. Me siento muy brasileña, muy conectada con esa parte de mi identidad. Al mismo tiempo, mi padre es estadounidense, así que soy mitad y mitad, y crecí rodeada de los dos idiomas y también de ambas culturas. Hablar portugués es algo completamente natural para mí, algo que forma parte de mi día a día y de mi manera de sentir y expresarme. Por eso quiero encontrar más formas de incorporar esa parte de mí en Winter, de dejar que aparezca más en la música. Me hace muy feliz que canciones como ‘Without You’ y ‘Candy #9’ tengan partes cantadas en portugués, porque realmente es una parte muy importante y significativa de quien soy.
"Este disco fue exactamente eso: una alquimia de todo lo que me había pasado en los últimos años, una carta de amor y despedida a Los Ángeles. Y tal vez, después de este álbum, empiece un nuevo capítulo aquí en Nueva York. "
En 'In My Basement Room', un espacio pequeño se vuelve emocionalmente enorme. ¿Sueles encontrar inspiración en lugares cotidianos que, a primera vista, parecen insignificantes?
Sí. Creo que el dormitorio siempre ha sido una fuente muy importante de inspiración para mí. Es un espacio íntimo, personal, donde suceden muchas cosas, y siempre me ha atraído su simbolismo. Me encanta observar las habitaciones de la gente, fijarme en los detalles, en cómo cada persona transforma ese lugar tan privado en algo único. Tengo un libro de fotografías que me inspiró muchísimo: muestra a adolescentes en los años 90 dentro de sus propios cuartos. Me fascinó desde el principio. Me llama mucho la atención cómo el dormitorio, siendo un espacio tan cotidiano y común, puede llegar a ser profundamente evocador. Sí, sin duda, encuentro algo mágico en lo mundano, en esas pequeñas cosas que parecen simples pero que dicen mucho.
Si no me equivoco, escribiste gran parte del disco mientras viajabas, entre casas, giras y lugares temporales. ¿Cómo afecta estar en constante movimiento a tu proceso creativo?
Creo que definitivamente no habría escrito ciertas canciones si no hubiera estado en movimiento. Por ejemplo, 'The Beach' la escribí después de volver de la gira con Beach Fossils. Todo eso influyó muchísimo en el disco. Quizá hay una sensación de movimiento en él. Es difícil decir exactamente cómo me afectó, pero sé que todo lo que viví, los lugares en los que estuve, lo que vi y escuché, hicieron posible este álbum. Las canciones se escribieron a lo largo del tiempo, a través de experiencias muy distintas, así que siento que he capturado todos esos lugares de alguna manera.
La portada del álbum tiene una estética muy de los 90, y el romanticismo lo envuelve todo. ¿Tenías referencias visuales o de la cultura pop muy claras al construir el mundo visual del proyecto?
Sí. Cuando terminé el disco, me pregunté: ¿cuál va a ser su universo visual? Pensé en las películas que vi durante el proceso y que me impactaron. Una de ellas fue 'Kids', de Larry Clark, que me inspiró mucho para la portada. También crecí en los 90 viendo comedias románticas, y en Brasil veía muchas telenovelas. Allí se habla mucho del amor y de enamorarse. Quería que la portada tuviera algo de fantasía, de recuerdo, de sueño del que despiertas. Por eso aparece ese beso. Estoy muy agradecida de contar con amigos dispuestos a formar parte de este mundo, de ser los personajes del álbum. Ha sido increíble entrevistar y fotografiar a parejas enamoradas. El proyecto ha ido más allá del disco, y espero poder compartir más ese lado casi documental. Ha sido un proceso muy bonito.
Este año publicaste un EP muy bien recibido junto a Hooky. ¿Cómo surgió esa colaboración y qué disfrutaste más del proceso?
Gracias por decir eso, me alegra mucho que te haya gustado. Me lo pasé genial haciendo ese EP. Fue estupendo poder ir a Filadelfia, que me encanta, y sumergirme en su escena musical. Disfruté muchísimo componiendo y creando esas canciones junto a los chicos de Hooky. Uno de mis momentos favoritos fue grabar el videoclip de 'Horseshoe'. Pasamos todo el día con una cámara, fuimos a un parque, vimos animales, naturaleza... Fue muy divertido y estrechamos lazos. Me encanta cómo quedó tanto el EP como los vídeos. Fue una experiencia increíble.
"Crecí en los 90 viendo comedias románticas, y en Brasil veía muchas telenovelas. Allí se habla mucho del amor y de enamorarse. Quería que la portada tuviera algo de fantasía, de recuerdo, de sueño del que despiertas. "
En todas nuestras entrevistas pedimos al artista que deje una pregunta para el siguiente grupo con el que hablemos. ¿Cuál sería la tuya?
Le preguntaría al próximo grupo: si pudieran elegir cualquier horario en el mundo para escribir canciones o hacer un álbum, ¿cuál escogerían? ¿Preferirían trabajar de noche o de día? ¿Cuánto tiempo querrían tener para trabajar en su música cada semana? ¿Cuál sería su horario ideal?
Y por último, tenemos una pregunta para ti de parte del grupo Coral Grief. ¿Tienes alguna rutina o hábito que te ayude en el proceso creativo? Algún ritual, autocuidado, salir al aire libre...
Sí, sin duda. Creo que los rituales son muy importantes. Pueden darte disciplina e inspiración. Para mí, escribir a diario en un diario, aunque sean unas pocas páginas, leer, ver películas... Siempre me siento creativa después de una buena película. También intento dejar espacio en mi día para practicar la guitarra y aprender versiones. Esas pequeñas rutinas me ayudan mucho.
