Entrevistamos a

Sedona

"La nostalgia ocupa un lugar enorme en mi vida, está muy presente en cómo siento, cómo pienso y cómo creo. Desde siempre he sido muy sensible a los recuerdos y al peso emocional del pasado. "



Por -

Sedona escribió su LP debut entre dos ciudades que no se parecen en casi nada. El barrio de Brooklyn en nueva York aporta una densidad que aparece en la manera en que las guitarras ocupan espacio. Los Ángeles impone otra lógica, más dispersa, menos urgente. En 'Getting Into Heaven', esas dos formas de estar contaminan las canciones sin que ninguna termine por dominar. Hay pistas en las que la energía se condensa, como 'Underneath', y otras que avanzan sin dirección aparente, como 'Deja Vu'. Pero el punto no está en el contraste geográfico. Está en cómo Sedona usa lo que ha vivido para ordenar algo que nunca termina de cerrarse. Las canciones no construyen un relato. Funcionan como observaciones que se aferran a un instante: una conversación privada, un recuerdo de infancia, un deseo que ya pasó. En 'Best Kept Secret', la escena se apoya sobre una base mínima, con una frase que no busca empatía ni explicación. “I’m the best kept secret in your life” aparece como un dato que nadie pidió. En 'She’s So Pretty', la letra gira alrededor de un deseo sin ambición de resolución. La presencia de Claud no añade énfasis; comparte la escena sin desplazarla.

Sedona evita el dramatismo. Incluso cuando canta sobre la pérdida, como en 'Every Once In A While', la melodía se sostiene sin explotar. El duelo no aparece como tema, sino como atmósfera. Las guitarras son directas, sin adornos, y lo rítmico se mantiene contenido. En 'Touch and Go' y 'Sharkbite', los arreglos mantienen una línea sin giros ni interrupciones. Hay intención, pero no subrayado. La voz nunca se coloca por encima de las canciones. En 'Deja Vu' se integra al entorno, sin marcar distancia con el resto de los instrumentos. Lo que se cuenta parece haber ocurrido antes, pero lo importante no es cuándo, sino que sigue ocurriendo. En 'When An Old Flame Flickers', Sedona canta: “When an old flame flickers and proves not to be the one / I gotta keep my head held high…” sin elevar el tono, sin mirar hacia el público. La canción se cierra con la misma naturalidad con la que empezó, sin artificio. 'Getting Into Heaven' no sigue una lógica de progreso. Sedona no busca claridad ni desenlace. Las canciones no están hechas para ordenar nada. Lo que hacen es registrar, sin filtro, lo que pasa cuando algo se queda y no se nombra del todo. Aprovechando la inminente publicación de este LP, hemos tenido el placer de entrevistar a su autora.

Creciste en un entorno semi-nómada, mudándote de un barrio a otro y encontrando refugio en la naturaleza. En tu música hay una fuerte sensación de libertad, pero también una búsqueda constante de algo. ¿Cómo crees que este movimiento continuo ha influido en tu forma de escribir canciones y en la identidad de este álbum?

Nací con una inclinación natural por el movimiento constante. Me siento viva cuando estoy inmersa en el caos, dejándome llevar por el flujo y la energía del cambio continuo. Es en ese estado donde más florezco. Pero también hay una parte muy profunda de mí que encuentra una calma inmensa en la quietud, en el silencio y en la conexión íntima con la naturaleza. Es una dualidad constante. Esa parte serena y tranquila está en contraste permanente con la otra parte de mí, más inquieta y libre, a la que llamo la mariposa. Este disco representa, precisamente, ese proceso de descubrimiento y entendimiento entre esas dos facetas opuestas de mí misma.

 

Describes tu sonido como “mirage pop”, un término poco convencional que sugiere algo etéreo, esquivo, casi inalcanzable. ¿Qué te llevó a definir tu música de esta manera y cómo crees que esa cualidad de espejismo se manifiesta en las canciones del álbum?

Mirage pop, pageant rock, baladas de granero… Me encanta inventar frases y mundos. La palabra “mirage” me hace pensar en el desierto, los sueños, el deseo… hay algo en esas tres palabras. Hay días en los que me cuesta más acceder a ciertos pensamientos o sentimientos si no es a través de una canción.

La nostalgia es un sentimiento recurrente en este disco, tanto en su sonido como en la forma en que reflexionas sobre la memoria y el pasado. ¿Ves la nostalgia como una fuerza creativa o más bien como un espacio al que vuelves para replantear experiencias pasadas?

La nostalgia ocupa un lugar enorme en mi vida, está muy presente en cómo siento, cómo pienso y cómo creo. Desde siempre he sido muy sensible a los recuerdos y al peso emocional del pasado. Mis padres son personas profundamente sentimentales, y esa forma de vivir con tanta emoción por lo que ya fue se me ha pegado casi sin darme cuenta. Me he acostumbrado a mirar atrás y a darle sentido a lo vivido, a reinterpretar momentos pasados para dotarlos de significado. Eso hace que muchos recuerdos cobren una importancia especial, que se carguen de belleza o de tristeza, según el caso. Para bien o para mal, no puedo evitar ver el pasado con una intensidad que acaba colándose en todo lo que hago.

"Nací con una inclinación natural por el movimiento constante. Me siento viva cuando estoy inmersa en el caos, dejándome llevar por el flujo y la energía del cambio continuo."

Durante tus estudios sobre “El arte de contar historias”, debiste explorar distintas formas de narrar. En tu caso, tus canciones no solo cuentan historias; parecen reflejar una manera de procesar la realidad. ¿Cómo ha cambiado esa experiencia tu forma de escribir música?

Componer siempre ha sido un espacio muy personal al que recurro para entenderme mejor. Es donde puedo procesar emociones complejas, aclarar conversaciones que nunca dije en voz alta y explorar lo que ocurre en mis relaciones. Para mí, las palabras y las melodías funcionan como colores y texturas, herramientas con las que construyo. Y las emociones son ese fondo, ese lienzo sobre el que todo toma forma y sentido.

Hay un fuerte elemento visual en tus letras, que a menudo combinan imágenes románticas con detalles que rompen la estética perfecta, como “las plantas de los pies cubiertas de barro sobre una cama de hotel impoluta”. ¿Sientes que los contrastes juegan un papel importante en tu forma de componer?

Soy Géminis, y eso significa que estoy formada por contrastes constantes. Dentro de mí conviven dos fuerzas opuestas que a veces chocan y hacen que todo sea un poco caótico. Esa dualidad mental puede volverse agotadora, casi una locura por momentos. Pero lo sobrellevo, y lo canalizo, gracias a Miss Canción Pop, que siempre está ahí para dar forma y ritmo a ese desorden interior.

Musicalmente, este álbum se mueve entre referencias clásicas del pop-rock, soft rock y toques de americana, con influencias claras de bandas como Fleetwood Mac y The Cars. Pero ¿hubo alguna inspiración menos obvia que ayudó a dar forma al disco?

Seguro que sí. Hay influencias menos evidentes que están profundamente arraigadas en mi universo musical, como Gwen Stefani, The Left Banke o Bonnie Raitt. Sus melodías, su estilo y su sensibilidad están grabados muy hondo en mi manera de entender la música. No podría haber creado este disco sin todo lo que me han aportado, incluso sin darme cuenta. Están ahí, presentes en cada rincón del proceso creativo. Y, por supuesto, hay muchas otras bandas que también han dejado su huella de una forma u otra.

 

Este álbum fue escrito entre Brooklyn y Los Ángeles, dos entornos con energías muy diferentes. ¿Cómo crees que cada una dejó su huella en estas canciones, ya sea en la estética sonora o en los temas líricos?

Creo que las canciones que nacieron en Brooklyn tienen una energía distinta: son más directas, con una honestidad cruda y unas guitarras que suenan más fuertes, más pesadas. Hay algo en la intensidad de la ciudad que se cuela inevitablemente en la música. En cambio, las que compuse en California respiran otro aire; tienen una ligereza más suave, más poética, con una atmósfera más acústica y abierta. Son dos mundos muy diferentes, pero ambos se cruzan en un mismo punto: hablan de problemas de calidad, de esos conflictos internos que merecen ser contados con cuidado y profundidad.

En 'Best Kept Secret' hablas de la importancia de frenar, tomarse el tiempo y conectar de verdad con el momento. En un mundo que se mueve tan rápido, ¿cómo encontraste ese espacio durante la creación del álbum?

Hacer música, grabarla y subirme a un escenario a interpretarla es, sin duda, una de las experiencias más liberadoras que conozco. Es en esos momentos cuando consigo estar completamente presente, sin pensar en nada más, como si el tiempo se detuviera. Me encuentro dentro del momento, metida de lleno, sin ninguna distracción que me saque de ahí. Es un tipo de presencia muy rara de alcanzar en la vida cotidiana, y creo que por eso es, sin duda, lo que más disfruto hacer.

"Mirage pop, pageant rock, baladas de granero… Me encanta inventar frases y mundos. La palabra “mirage” me hace pensar en el desierto, los sueños, el deseo… hay algo en esas tres palabras."

‘Every Once In A While’ tiene una carga emocional muy fuerte, transformando el duelo y la pérdida en un himno. Parece una de esas canciones que convierten el dolor en algo poderoso. ¿Te resultó difícil capturar exactamente el estado de ánimo que querías transmitir en este tema?

Esta canción nació hace años en Brooklyn, después de ver a mi compañera de piso afrontar la pérdida repentina de una amiga cercana. Me llevó de vuelta a mi propia experiencia en la universidad, cuando perdí a una amiga muy querida en un accidente absurdo. Verla pasar por algo tan parecido, perder a alguien tan joven, a una edad tan temprana, y cómo nuestros dolores se reflejaban el uno en el otro… me ayudó a sanar partes que no sabía que seguían ahí. Escribí esta canción para ella, para mí, y para cualquiera que haya tenido que despedirse de alguien inesperadamente.

Además de tu carrera en solitario, también eres la cantante de Drugdealer, un proyecto con una identidad musical muy marcada. ¿Cómo ha influido cantar en una banda en la forma en la que abordas tu propia música?

Me encanta cantar en Drugdealer. Las canciones son increíbles, los chicos son lo mejor, y me ha dado una perspectiva totalmente nueva sobre el hecho de actuar. Las canciones de Michael son atemporales. Cantar mis propias canciones a veces es intenso; cantar en Drugdealer me hace sentir más ligera.

 

Hay una cualidad onírica en este álbum, como si flotara entre la realidad y la ilusión. ¿Alguna vez has descubierto algo nuevo sobre ti misma a través de una canción que escribiste, como si tu subconsciente hubiese hablado antes de que tú lo comprendieras?

Aprendo mucho sobre mí a través de las canciones que escribo. Proceso muchas emociones analizando lo que compongo: algunas más profundas y oscuras, otras más juguetonas. Incluso algunas canciones han sido como premoniciones intuitivas que más tarde se han hecho realidad después de escribirlas. Estoy o calmando o invocando una tormenta, depende del día.

Si no me equivoco, estás interesada en grabar tu próximo álbum con equipo antiguo porque sientes que se adapta mejor a tu voz. ¿Qué es lo que crees que le falta a la estética sonora de las grabaciones modernas?

Los tonos y las frecuencias de la música moderna me hacen daño en los oídos. Casi exclusivamente escucho música de los 70, 80 y 90. Incluso mi propio disco me molesta a veces, pero probablemente sea por lo duro que es enfrentarse a tu propia voz y tus propias palabras, al menos para mí. Hay algo que tienen las grabaciones antiguas, creo que tiene que ver con la simplicidad en la composición, el calor del equipo analógico, el zumbido de una cerveza fría. Tengo lo primero y lo tercero bajo control, es lo del medio lo que tengo que dominar mejor…

"Incluso algunas canciones han sido como premoniciones intuitivas que más tarde se han hecho realidad después de escribirlas. Estoy o calmando o invocando una tormenta, depende del día."

Creciste en un hogar donde la música siempre estuvo presente, con una madre compositora y un padre afinador de pianos. Más allá de la influencia evidente, ¿hubo algún consejo o experiencia concreta que marcara la forma en la que te conectas con la música?

Mis padres tienen una manera de cantar la vida. En todo lo que hacen, siempre había una melodía de fondo. Ahora yo también lo hago. Me cantaban cuando estaba en la barriga. Me cantaban nada más nacer. Y me han animado a escribir y actuar toda la vida. Desde el primer concierto al que me llevaron, The Steve Miller Band y ZZ Top cuando tenía cinco meses, hasta mis propios conciertos, a los que siempre vienen. Son mis mayores fans. ¡Me dieron mi chispa!

En todas nuestras entrevistas, nos gusta que los artistas dejen una pregunta para la próxima banda a la que entrevistaremos. ¿Cuál sería la tuya?

¿Qué habéis desayunado hoy?

Y por último, tenemos una para ti, de parte de Alice de Olivia’s World. Aquí va: ¿Cuál es el mejor videoclip musical de todos los tiempos?

‘Take Me Away’ de Freaky Friday.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.