Entrevistamos a

SASAMI

"Quería llegar a las experiencias emocionales más extremas en el álbum, desde la frustración hasta la tristeza, y para mí el sentimiento de amor no correspondido es casi más profundo que el del propio amor correspondido. "



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Sasami Ashworth ha decidido romper prácticamente con todo lo mostrado en su LP debut homónimo publicado en 2019, logrando de esta forma un segundo LP de contenido y sonido mucho áspero con el que indagar a fondo en una catarata de sentimientos y reacciones bastante turbulentas. Esta va a ser la tónica general que rige el trabajo, aunque en realidad vamos a poder identificar algún que otro nexo de unión con ese formato de melodía pop más liberadora que logró presentarnos en su primera entrega. Sin necesidad de poner ningún límite en cuanto a la forma de explorar nuevas estructuras relacionadas con rincones oscuros de la mente humana y la forma de plasmarlos en unas atmósferas crispadas, la artista ha sabido como encontrar un nuevo abanico de recursos tan fascinante como apegado a esa sensación de vivir en el límite entre desdibujar las canciones al completo y causar simplemente una poderosa sacudida. De ahí que el carácter industrial de este trabajo seguramente sea el arma más poderosa a la hora de conferir a los temas un gran espíritu desafiante, encajando todo ello con la figura mitológica japonesa de la Nure-onna que supone una gran fuente de inspiración dentro de todo lo que implica causar un mayor estruendo. Aprovechando lo reciente de este lanzamiento, entrevistamos a su autora.

Algo que me encanta de este disco es como has logrado combinar en él múltiples facetas musicales que a priori parecen opuestas entre sí, pero que al final acaban resultando muy complementarias. ¿Pensaste mucho en como podrían relacionarse entre sí las canciones del disco y si encajarían bien en su conjunto?

Veo este disco como una especie de casa encantada en la que cada canción es impactante, va en una dirección diferente y al final todo acaba creando una sensación similar a la de subirse en una montaña rusa. Definitivamente me preocupaba que la escucha del disco pudiese ser demasiado dinámica o demasiada impactante a la hora de transitar entre temas. Pero creo que los oyentes de nuestra generación escuchan muchas listas de reproducción y música en la radio que al final salta de una cosa a otra de una forma bastante caótica. Me gusta mucho la idea de pensar que este disco está dirigido a un oyente moderno que creo que puede manejar en su cabeza la gran cantidad de cambios que está habiendo en las canciones.

 

A la hora de componer y grabar algunos de estos temas, ¿sentiste en algún momento que estabas llevando demasiado lejos las canciones y que incluso había momentos en que las veías demasiado extremas?

Sí, creo que a veces las canciones toman vida propia y no puedes pensar siempre en cómo encajan en el álbum, sino que haces todo lo posible para llevar la canción hasta donde quiera llegar. Por eso hay tantos tipos de canciones diferentes, porque son ellas las que te dicen lo que quieren ser. Para mí, cuando estoy en mi faceta de compositora, me centro en escribir canciones que me llamen la atención, pero una vez me pongo en la piel de productora, tengo que sentarme detenidamente a escuchar la canción y sentir que me puede llevar por caminos totalmente insospechados al principio.

La figura de la Nure-onna resulta muy poderosa y ofrece una imagen completamente desgarradora en la portada. ¿Consideras que el encontrarte con esta criatura y las historias en las que aparece aportó un nuevo enfoque y significado al disco?

Sí, empecé a colaborar con Andrew Thomas Huang, que hizo el arte del álbum mientras yo estaba componiendo las canciones. En sí, ya en mi cabeza las canciones estaban bastante inspiradas por la cultura japonesa y lo yokai. Me fascinaba un tipo de arte bastante aterrador y oscuro cuando estaba incluso estaba empezando a hacer el disco. Una vez que empecé a construir este avatar y Andrew lo plasmó en la portada, me adentré completamente en esa belleza tan agresiva que desprende la Nure-onna. Tuve claro que quería que tanto las cubiertas del disco como todo el arte que aparecía en él estuviesen marcados por una fantasía tan agresiva, violenta y negativa, porque de alguna forma me iba a ayudar a explorar la catarsis emocional que quería lograr con la música.

"Veo este disco como una especie de casa encantada en la que cada canción es impactante, va en una dirección diferente y al final todo acaba creando una sensación similar a la de subirse en una montaña rusa. "

A la hora de componer y grabar estos temas que en multitud de ocasiones contienen fuertes dosis de ira, imagino que habrá supuesto una experiencia muy liberadora. ¿Consideras que desde tanto el punto de vista compositivo como interpretativo, estos temas te han ayudado de alguna forma a deshacerte de pensamientos y sentimientos convulsos que de otra forma hubiese sido complicado liberar?

Creo que me planteé el hecho de que iba a estar tocando estas canciones durante bastante tiempo, porque al final las bandas suelen estar de gira presentando nueva música durante uno o dos años. Así que teniendo en cuenta que iba a tocar mucho estas canciones en vivo, me apetecía que pudiesen resultar de lo más pesadas en directo. Por ello seguramente hacer este disco tenía que ser algo totalmente catártico. Luego poder llevar las canciones al directo con todo lo que me sugirieron durante la grabación también resulta profundamente liberador.

Hablando un poco más de todo lo que sugiere este disco, también considero que existe una energía muy devastadora y caótica que hace que en mi caso hace que me pueda meter aún más de lleno en lo que estás cantando. ¿Consideras que aparte del contenido lírico también centraste muchos esfuerzos en que la interpretación de los temas tuviese un mayor punto atormentado y visceral?

Sí, siento que cuando estaba terminando la gira de mi último álbum, el sonido ya se estaba volviendo muy pesado. Estaba teniendo una gran experiencia emocional haciendo que las guitarras tuviesen ritmos muy marcados y pronunciados. Supe que quería poder profundizar en ese tipo de energía más poderosa y electrizante que causa el poder sonar mucho más agresiva y visceral. Realmente solo puedo hablar por mí, pero creo que mi banda también lo disfrutaba bastante. En ocasiones me inspiró bastante el hecho de imaginarme que con mi sonido podía invocar a personajes estilo Ganon, el jefe final de Zelda, o incluso Browser, que aparece también en Mario Bros. Así que empecé con los instrumentos tratando de crear esa sensación sin palabras y luego las palabras vinieron a apoyar el pensamiento instrumental que creé.

 

He leído que antes de empezar la pandemia te empezaste a interesar más que nunca por los sonidos metal y nu metal, indagando en ellos más aún cuando comenzó el confinamiento. ¿Sientes que de alguna forma la impotencia que estaba causando por entonces la situación vivida por el confinamiento hizo que este tipo de música se convirtiese más que nunca en una forma de expresión más natural para ti?

Sí, definitivamente. Creo que todo esto está relacionado con una especie de apego nostálgico que tenía latente desde que iba a secundaria. Recuerdo que el confinamiento fue una época muy angustiosa y creo que lo primero que quería tocar de una forma ruidosa cuando pasase todo esto era música realmente pesada y extrema. No me apetecía para nada compartir música suave y plana con mis oyentes.

Bastante tiempo antes de anunciar este nuevo disco, mostraste sendas versiones del ‘Toxicity’ de System of a Down y ‘Sorry Entertainer’ de Daniel Johnston. ¿Consideras que realizar estas dos versiones fue muy importante a la hora de sentir como podías explorar nuevos caminos?

Sí, me gusta mucho cuando una versión es realmente diferente a la original. Siempre me he fijado mucho en System of a Down para entender algo de su producción e instrumentación, escuchándolos bastante cuando construía mi álbum. Así que quería versionar esa canción pero que sonase de una forma muy cambiada. Así que cuando hice la portada de ‘Toxicity’ también buscaba que sugiriese cosas muy diferentes a la original. Y luego, cuando hice la portada de ‘Sorry Entertainer’, fue todo lo contrario. Quería hacer un experimento tomando una canción folk y básicamente plantearla como una película de acción.

"Tuve claro que quería que tanto las cubiertas del disco como todo el arte que aparecía en él estuviesen marcados por una fantasía tan agresiva, violenta y negativa, porque de alguna forma me iba a ayudar a explorar la catarsis emocional que quería lograr con la música. "

Por desgracia, el metal a lo largo de la historia siempre ha estado dominado por el hombre cis hetero blanco. ¿Consideras que otro de los atractivos de lograr un disco de estas características es poder poner patas arriba cualquier tipo de idea imperante en este género musical?

Sí, ya sabes, creo que hay una concepción errónea de la historia del género porque, por supuesto, hay gente de color y mujeres que han hecho canciones estupendas de metal o han utilizado sonidos propios del metal en su música. No estoy inventando nada nuevo, no soy la primera persona en hacer algo de este estilo, nunca afirmaría eso. Lo que sí que me interesaba era traer el componente metalero al tipo de persona que por lo general me suele escuchar y que siente que el heavy metal no está para nada relacionado conmigo ni con ellos. Creo que debido a que mi primer álbum es muy suave, un poco lento, contemplativo y triste, muchos de mis oyentes no están muy acostumbrados a escuchar música tan potente. Pero básicamente, yo solo quería traer algunos de estos sonidos agresivos y poderlos poner delante de toda aquella gente que escucha indie rock.

‘The Greatest’ es uno de los temas más poderosos del disco en el que además muestras lo doloroso que puede resultar tener ciertos sentimientos relacionados con el amor hacia otra persona. ¿Crees que quizás esta canción quizás encierra una de las reflexiones más duras del disco?

Sí, como he dicho, quería llegar a las experiencias emocionales más extremas en el álbum, desde la frustración hasta la tristeza, y para mí el sentimiento de amor no correspondido es casi más profundo que el del propio amor correspondido. Porque cuando alguien no devuelve su afecto, sólo piensas en la fantasía de lo que podría haber sido, que es casi más grande que la realidad. Así que creo que parte de esa canción se refiere a este sentimiento de que la ausencia de amor es el pozo más profundo que acaba suponiendo una realidad más inapelable que el propio amor.

 

‘Call Me Home’ es una de esas canciones que se muestra con una apariencia más dulce y suave, pero que en realidad también saca a relucir sentimientos como la soledad o la forma en la que muchas veces cuesta percibir las cosas como excitantes. ¿Consideras que al final a lo largo del disco siempre hay una serie de sentimientos o temáticas que se acaban repitiendo aunque no sea de forma voluntaria?

Sí, quiero decir que la canción trata de cómo a veces admitimos que no pasa nada. Tengo muchos amigos que han atravesado una depresión y siempre hacen como que no ocurre nada, pero esa forma de intentar admitir que todo está correcto es tan poderosa que al final se extiende como un dolor hacía todas las facetas de la vida. La apatía en sí es algo que acaba impregnando a las personas sin sospecharlo. Como siempre me encuentro rodeada de muchos músicos que siempre están de gira, al final me doy cuenta de que son tipo de personas que realmente no pueden estar en un lugar durante mucho tiempo. Así que muchas veces lo abandonan todo o lo hacen estallar para sentir algo, y esa era una experiencia emocional muy específica que quería aprovechar en la canción. Pero también hay una especie de dualidad en la que no se puede discernir si el estribillo viene del personaje principal o del personaje secundario, ya sabes, es como la persona principal se aleja diciendo: "siempre puedes llamarme a casa". O es la segunda persona la que se va diciendo, “siempre puedes sentir que soy tu casa” y deja ir a la otra. De nuevo, las canciones no son necesariamente autobiográficas. Están más abiertas para que el oyente proyecte su propia experiencia en ellas.

Al final algo que me encanta de este disco es que aunque pueda llegar a sonar muy crudo como es el caso de ‘Skin Rat’ o ‘Say It’, siempre logras que las melodías adquieran mucha importancia y sean las que guíen los temas. ¿Crees que esta característica es algo que intentas no perder nunca en tu música?

Sí, creo que quería emplear estos elementos tan crudos del metal, pero realmente no me veo abandonando la melodía y ponerme a gritar sin más. Muchas veces lo bueno que tiene ser compositoras es que puedo tomar las cosas que me gustan, y puedo dejar de lado las cosas que no me gustan. Siento que muchas veces con la música metal, los gritos son la parte que no disfruto y la parte que es la menos identificable para mí. Así que quiero que mi voz quede clara en la canción y siga en un plano melódico destacado. Por eso pienso que la sensibilidad melódica siempre va a estar flotando en la canción de una forma que no resta estruendo a la parte instrumental. Lo que me preguntas es interesante, porque para mí fue complicado encontrar una forma de cantar que no la viese como cursi. Creo que es muy difícil encontrar una forma de poner melodía en el metal y que no suene como muy inocente. Así que fue difícil, pero siento que al final encontré la forma en la que estaba cómoda.

"Siento que muchas veces con la música metal, los gritos son la parte que no disfruto y la parte que es la menos identificable para mí. Así que quiero que mi voz quede clara en la canción y siga en un plano melódico destacado. "

Tu formación musical proviene de la música clásica, algo que aflora sobre todo en las dos últimas canciones del disco. ¿Consideras que tus influencias más clásicas están más presentes a lo largo de este disco de lo que se podría pensar en un primer momento?

Sí, creo que el hecho de haber crecido con las enseñanzas de la música clásica, que siempre resultan muy extremas, pudiendo pasar dentro de una canción de una parte muy tranquila a una de repente totalmente intensa con 100 personas tocando sus instrumentos, ha hecho que al final este tipo de dinámicas musicales se encuentren muy arraigadas en mí. Por lo general la música pop tiene el mismo volumen y el mismo ambiente todo el tiempo, lo cual no tiene nada de malo, claro. A mí de hecho también me gusta ese tipo de música, trasladándolo en mi primer álbum en muchas de las canciones que se quedan en el mismo sentimiento durante mucho tiempo y suponen más bien una meditación. Sin embargo, curiosamente este disco es mucho más dinámico y extremo, sintiendo que esto viene de la música clásica.

En todas nuestras entrevistas nos gusta que nos dejéis una pregunta para la siguiente banda a entrevistar. ¿Cuál es la tuya?

Si pudieras describir una de tus canciones como una comida, ¿qué comida sería?

Del mismo modo tengo una para ti a cargo de Justin Sullivan de Night Shop: ¿Qué has estado leyendo últimamente? ¿Cumplió tus expectativas?

Sí, ahora estoy con Red Rising que me está gustando mucho. Bueno, en realidad me estoy escuchando su versión en audio libro interpretada por Tim Gerard. Al ser una novela de fantasía, me gusta mucho el acento irlandés de Tim porque hace que todo parezca mucho más extremo y teatral. Como la novela va un poco sobre mundos de guerra y estas cosas, pues le aporta un toque interesante. Además, como el salir siempre a un escenario es algo bastante teatral, me está ayudando a meterme en esa faceta más teatral que es de gran ayuda para poder mostrar las canciones en todo su esplendor.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.

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