Entrevistamos a

runo plum

"La naturaleza está llena de metáforas buenísimas y siempre ofrece una forma de ver las cosas desde otra perspectiva. "



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runo plum convierte en ‘patching’ un proceso de reconstrucción personal en un relato coherente donde la serenidad sustituye cualquier impulso de dramatismo. La artista utiliza la escritura como un método para entender la fractura que deja una ruptura sentimental y el modo en que esa herida se transforma en aprendizaje. Las canciones nacen desde distintos estados de ánimo, pero se entrelazan como partes de un mismo recorrido emocional. En ‘Sickness’ el cuerpo y la mente dialogan entre la debilidad y la necesidad de equilibrio, mientras ‘Halfway Up The Lawn’ y ‘Lemon Garland’ abren un respiro luminoso en el que la naturaleza y la amistad ofrecen una sensación de alivio. La voz conserva un tono cercano que evita cualquier exceso y transmite la calma de quien narra desde la reflexión. Grabado junto a Lutalo y Noa Francis en un entorno aislado, el álbum transmite la sensación de una convivencia tranquila donde cada detalle sonoro acompaña el proceso de recomposición. En ‘Darkness’ y ‘Elephant’, la autora afronta el pasado con firmeza y encuentra en la aceptación una forma de libertad. Los elementos naturales actúan como reflejos de su propio cambio, recordando que todo renace en ciclos. ‘patching’ se convierte así en una obra sobre el tiempo y la serenidad, donde la autora transforma la melancolía en claridad y el recuerdo en materia de crecimiento, sin buscar redención ni consuelo, solo continuidad. Aprovechando lo inminente de este lanzamiento, hemos tenido el placer de entrevistar a runo plum.

En ‘Patching’ hay muchas canciones sobre sanar heridas, pero no desde un lugar triste, sino más bien de transformación. ¿En qué momento te diste cuenta de que ese proceso personal se estaba convirtiendo en un disco?

En realidad, no me di cuenta hasta que reuní todas las canciones varios meses después de haberlas escrito. Estuve escribiendo mucho después de una ruptura, en un proceso bastante intuitivo y constante, y más tarde, cuando todo se calmó un poco, las fui ordenando y colocando, retrospectivamente, en sus pequeños hogares, encontrando así el sentido que ya estaba ahí desde el principio.

 

Al escuchar el disco, da la sensación de que cada canción captura una emoción muy concreta, casi como si fueran distintas etapas de recuperación. ¿Las escribiste en ese orden, siguiendo esa evolución, o surgieron todas a la vez?

¡Sí! Es exactamente eso: diferentes etapas de recuperación. Pero no necesariamente de forma cronológica, porque todo dependía bastante del estado de ánimo que tuviera ese día y de cómo me sintiera emocionalmente. A veces escribía desde la tristeza, otras desde la calma o la esperanza. Excepto las canciones sobre un nuevo amor, esas, claro, llegaron al final del proceso de sanar, cuando ya podía mirar atrás con más serenidad.

En ‘Sickness’ conviertes una escena tan cotidiana (vitaminas, pañuelos, una vaga sensación de malestar) en algo casi poético. En tu proceso creativo, ¿sueles partir de pequeños detalles del día a día para hablar de ideas más grandes?

Sí, totalmente. Normalmente me dejo llevar por la primera idea que se me viene a la cabeza sin cuestionarla demasiado. Intento no pensarlo demasiado ni limitarme, y casi siempre acaba convirtiéndose en algo que puede significar muchas cosas distintas, que se abre a diferentes interpretaciones y refleja diferentes estados de ánimo o momentos personales.

"Estuve escribiendo mucho después de una ruptura, en un proceso bastante intuitivo y constante, y más tarde, cuando todo se calmó un poco, las fui ordenando y colocando, retrospectivamente, en sus pequeños hogares, encontrando así el sentido que ya estaba ahí desde el principio."

‘Lemon Garland’ suena como un refugio luminoso dentro del disco, lleno de amistad, naturaleza y calma. ¿Esa canción nace de un recuerdo real o más bien del deseo de imaginar ese tipo de comunidad?

Efectivamente. esa va totalmente sobre el deseo, sobre esa necesidad de imaginar algo bonito y compartido. Es casi un cuento de hadas, porque en mi vida diaria no tengo una comunidad así de verdad, aunque a veces sueño con tenerla y sentirme parte de ella.

El álbum está lleno de texturas suaves, guitarras de madera y voces cálidas y cercanas. ¿Cómo fue trabajar con las personas que te acompañaron en el proceso de grabación?

Fue una experiencia muy especial, realmente única y llena de momentos que recordaré siempre. Alquilamos una cabaña en el bosque, en Vermont, e instalamos un mini estudio en el salón, lo que hizo que todo se sintiera muy natural y acogedor. Fue como una gran convivencia entre amigos, con mucha conexión y risas. Todo el equipo que usamos era muy especial, prestado por un amigo de la familia de Lutalo, y eso le dio un toque aún más íntimo. Tuvimos mucha percusión con la que jugar, y se puede escuchar repartida por todo el disco, añadiendo texturas y ritmo. Por ejemplo, al principio de ‘Locket’, donde ese detalle marca el tono cálido y cercano que queríamos conseguir.

 

En general, el disco da la sensación de haberse hecho sin prisas, dejando espacio para que todo respire. ¿Eres alguien a quien le gusta planificarlo todo con detalle, o prefieres dejar que las cosas fluyan de forma natural al grabar?

Fue una buena mezcla de ambas cosas, una combinación equilibrada entre planificación y espontaneidad. Tenía maquetas de casi todas las canciones, que sirvieron como punto de partida para dar forma al sonido general del disco. En muchas trabajamos directamente a partir de esas demos y básicamente las grabamos tal cual, mientras que en otras preferimos empezar desde cero, dejando que todo fluyera según cómo nos sintiéramos Lutalo y yo en ese momento.

A lo largo del disco hay muchas referencias a la naturaleza: el jardín, la hierba, el aire, los pájaros. ¿Qué papel juega el mundo natural en tu forma de escribir y en tu forma de vivir?

Escribí este álbum cuando vivía, digamos, en medio de la nada, completamente rodeada de árboles, marismas y una calma que me hacía sentir fuera del mundo. Desde mi escritorio, donde componía y pasaba horas escribiendo, se veía un terreno enorme con más de 40 acres de bosque y un par de estanques pequeños. Eso me resultaba profundamente inspirador y me ayudaba a concentrarme en las emociones que quería expresar. También escribía durante mis paseos diarios por el bosque, donde encontraba mucha inspiración en la belleza de la naturaleza, en los sonidos, los colores y los cambios del paisaje. La naturaleza está llena de metáforas buenísimas y siempre ofrece una forma de ver las cosas desde otra perspectiva. Todo parece estar muy conectado, como si cada elemento tuviera su propio ritmo y su propio significado dentro del conjunto.

"Escribí este álbum cuando vivía, digamos, en medio de la nada, completamente rodeada de árboles, marismas y una calma que me hacía sentir fuera del mundo."

En tus letras hay una tensión constante entre soltar y aferrarse, algo muy humano. ¿Escribir te ayuda realmente a liberar las cosas o más bien a conservarlas de otra manera?

Absolutamente. Muchas de estas canciones fueron una gran liberación emocional, una forma de dejar salir todo lo que llevaba dentro, y seguirán siéndolo a medida que las vaya soltando físicamente al mundo y compartiéndolas con las personas que las escuchen y se identifiquen con ellas.

La portada del álbum, con esa mariposa pintada, encaja perfectamente con el sentido de transformación que atraviesa las canciones. ¿Qué relación tienes con el arte visual y cómo influye en la forma en que haces música?

¡Ah, gracias! Siempre me ha parecido que la portada de un disco es algo muy importante para cómo interpreto la música que escucho y cómo me conecto con ella. A veces cambia por completo la manera en que una canción suena para mí, como si el arte visual modificara también la atmósfera del sonido. La variación de colores en la mariposa me parece una buena representación de todas las emociones que recorren el disco, de sus contrastes, de la luz y la sombra que aparecen en cada tema, y de la sensación de transformación constante que quería transmitir.

 

El título ‘Patching’ habla de remendar, pero también sugiere experimentar. ¿Hay algo que hayas aprendido sobre ti misma al hacer este álbum que no supieras antes?

Me resulta muy fácil quedarme atascada en el dolor, y terminar este disco fue un buen recordatorio de que todas esas emociones intensas eran temporales, pasajeras y, al final, totalmente necesarias para poder avanzar. Con el tiempo entendí que cada momento difícil tenía su razón de ser y que merecía la pena atravesarlo. Sentir ese dolor me obligó a acercarme más a mí misma, a conocerme mejor, y eso fue sanador de una manera totalmente nueva y distinta a la del desamor, más profunda y llena de aprendizaje personal.

En canciones como ‘Locket’ y ‘Darkness’ hay un tono más reflexivo, como si el duelo se expandiera hacia preguntas sobre la identidad o el sentido. ¿Te gusta que tus canciones abran ese tipo de espacio para la reflexión?

¡Sí, desde luego! Muchas de ellas son grandes reflexiones, como ‘Elephant’. ‘Darkness’ es la toma de conciencia de: “¿y si este desamor tan horrible en realidad fue una bendición desde el principio?”. Es una locura, porque no creo que esté pensando en todo eso tan profundamente en el momento, y luego lo escucho y digo: madre mía, mi subconsciente estaba hablando en serio aquí.

Tus letras tienen mucha personalidad, pero también cierta ligereza, incluso algo de humor en los momentos tristes. ¿Es algo que haces de forma consciente?

Es parte de cómo soy como persona en general. Para bien o para mal, siempre intento mantener ese equilibrio entre la emoción y el sentido del humor. Creo que es muy importante quitarle un poco de peso al dolor y aprender a reírse incluso en los momentos difíciles. No quiero tomarme demasiado en serio nunca, prefiero mantener la ligereza.

"Muchas de estas canciones fueron una gran liberación emocional, una forma de dejar salir todo lo que llevaba dentro, y seguirán siéndolo a medida que las vaya soltando físicamente al mundo"

Si ‘Patching’ fue tu manera de recomponerte, ¿qué te gustaría que la gente sintiera al escucharlo? ¿Quieres que sea un disco que ayude a otros en su propio proceso?


Espero que la gente que esté pasando por un desamor como este sepa que todo va a salir como tiene que salir, y que será incluso mejor de lo que podían imaginar, pero primero hay que sentir todas las emociones. Es como cuando te pasa algo difícil y no te dejas llorar: lo reprimes. Pero si lo dejas salir, calmas tu sistema nervioso, y entonces puedes seguir adelante.

En todas nuestras entrevistas, pedimos a cada artista que deje una pregunta para la siguiente persona con la que hablaremos. ¿Cuál sería la tuya?

Mmm… quizá: ¿qué canción tuya tocarías a una manada de vacas?

Y por último, tengo una para ti de Country Girl. Preguntan: ¿cuál es tu instrumento favorito?

Creo que el violonchelo es increíblemente bonito y conmovedor. No sé tocarlo, pero cada vez que oigo uno me entran mariposas en el estómago.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.