‘Oyster Cuts’, el tercer álbum de Quivers, marca un punto de inflexión en la trayectoria de la banda australiana. Con su debut en Merge Records, el cuarteto de Melbourne ofrece una colección de canciones que, como las ostras que dan nombre al disco, esconden tesoros emocionales en su interior. El álbum se caracteriza por un enfoque minimalista que contrasta con sus trabajos anteriores. Al despojar las canciones de coros y cuerdas, Quivers logra un sonido más directo y cohesivo, poniendo en primer plano la interacción entre los cuatro miembros. Esta decisión realza las guitarras entrelazadas y la sólida base rítmica, creando un paisaje sonoro que evoca tanto la luminosidad australiana como la melancolía americana. La alternancia de voces, con Bella Quinlan tomando el protagonismo en cuatro temas, aporta una nueva dimensión a la identidad sonora del grupo. Esta dinámica vocal, junto con la evolución temática de las canciones, mantiene el interés a lo largo de las diez pistas del álbum. Líricamente, ‘Oyster Cuts’ navega por aguas familiares para Quivers, explorando el amor, la pérdida y la conexión humana. Sin embargo, el enfoque es más maduro y reflexivo, sugiriendo una banda que ha encontrado nuevas formas de procesar y expresar estas experiencias universales.
El álbum muestra una progresión interesante, comenzando con temas más enérgicos y directos para luego sumergirse en atmósferas más pausadas y atmosféricas. Este viaje musical culmina con ‘Reckless’, una pieza que se desarrolla gradualmente hasta alcanzar un clímax catártico, simbolizando el arco emocional del disco. ‘Oyster Cuts’ no pretende revolucionar el panorama musical, sino ofrecer una experiencia auditiva cuidadosamente elaborada. Como las ostras que lo inspiran, el álbum requiere paciencia y atención para revelar sus joyas internas. Es un trabajo que invita a múltiples escuchas, cada una potencialmente reveladora de nuevos matices y significados. En resumen, Quivers ha creado un álbum que consolida su sonido mientras explora nuevos territorios, tanto sonoros como emocionales. ‘Oyster Cuts’ es un testimonio de una banda en constante evolución, capaz de equilibrar la nostalgia con la innovación, y la introspección con la accesibilidad. Aprovechando lo reciente de este lanzamiento, hemos tenido el placer de entrevistar al grupo.
En este nuevo disco, respecto al anterior, habéis despojado las canciones de coros y cuerdas. ¿Desde un primer momento sentisteis que este enfoque sonoro no encajaba en estas canciones?
Sam: Pensamos que era mejor no repetir. También me gusta cuando cada álbum de una banda tiene elementos sonoros que solo escucharás en ese disco y nunca en el siguiente. Para el último disco, ‘Golden Doubt’, fue un coro gritón de amigos y luego cuerdas en capas que encajaban bien, y fue una alegría tener cuerdas. Para contrastar, en ‘Oyster Cuts’ queríamos un disco minimalista y más centrado en nuestras cuatro voces, llevando a Bella y Holly al frente en la mitad de las canciones. Creo que está bien hacer un disco que sonara realmente a banda, y crear un álbum que podamos tocar de gira sin desear llevar una sección de cuerdas.
En estas nuevas canciones, en cuatro de ellas, Bella Quinlan se encarga de la voz principal. ¿Seguisteis algún criterio para determinar cuales iban a ser las canciones que cantase Bella?
Sam: No realmente. A veces simplemente nos movíamos e intentábamos que diferentes personas cantaran diferentes canciones o partes de canciones. Me encantan las bandas donde no sabes quién va a cantar, y las voces entran y salen. En este momento yo sigo escribiendo las letras, pero una vez que es una canción de la banda, no existe sin que todos aporten su sonido y completen el puzle.
A lo largo de vuestros discos, la temática relacionada con el duelo ha estado siempre presente. ¿Sentís que la forma de hacer frente al duelo en este disco es muy diferente respecto a los anteriores?
Sam: Creo que este álbum podría tratar más sobre encontrar el amor después del duelo, y vivir una vez que has ampliado tu perspectiva sobre la pérdida cada vez más. Definitivamente hay una canción sobre cómo el duelo va y viene, llamada ‘Grief Has Feathers’, pero aparte de eso, si el duelo está presente, es más como una parte abstracta de algún tejido de sentimientos.
"Me encantan las bandas donde no sabes quién va a cantar, y las voces entran y salen."
Siento que vuestras canciones siempre exploran recuerdos que resultan de lo más personales, pero al final siempre lográis de algún modo que todo sobre lo que cantáis resulte bastante universal. ¿Desde dentro sentís que al final vuestras canciones poseen elementos o sentimientos identificables para los oyentes?
Sam: La gente habla de letras específicas como identificables, pero luego muchas canciones pop para masas son más generales. Realmente no pienso mucho en cómo una letra hará sentir a otra persona. Espero que las canciones mantengan sus misterios y signifiquen cosas diferentes para diferentes personas. Me gusta cómo un compositor puede juntar tres palabras y probablemente cada oyente imaginará una visión y comprensión diferente de lo que significan. Es como Jeff Tweedy habla sobre el poder de las asociaciones de palabras. Incluso solo poner tres palabras en una página hace que tu propia historia empiece a aparecer y flotar. Silla, ferrocarril, ciervo en la calle. ¡Y tu mente empieza a divagar!
Quizás el rango de emociones que exploráis en este disco resulta más amplio que en anteriores referencias, habiendo canciones que incluso recogen un mayor sentimiento de enfado o impotencia como ‘Fake Flowers’. ¿Consideráis que en este disco el rango emocional resulta más amplio que en anteriores ocasiones?
Sam: No queremos pasarnos a la hora de mostrar la cara más amable de todas las cosas, supongo siempre es más honesto sentir y admitir que puedes cantar sobre cualquier emoción. Hay muchas otras cosas sobre las que cantar además del amor. Esa canción es una especie de diatriba sobre alguien que se coló en una fiesta hace años y pisoteó nuestro jardín sin ninguna buena razón. Luego, por supuesto, ese recuerdo se enreda con otro recuerdo. Sin embargo, se sintió liberador ponerse un poco gritón sobre todas esas plantas aplastadas.
Sois una de esas bandas que siempre logra dar con la melodía precisa, aquella que resulta fácilmente tarareable. ¿Os dejáis llevar por vuestro instinto al crear las melodías para las canciones y confiáis en las primeras ideas que surgen, en vez de darle muchas vueltas a algo que quizás no os gusta tanto al principio?
Sam: Siempre es la primera idea melódicamente, aunque las armonías requieren más tiempo de reflexión después. Creo que tengo mala memoria para las melodías, así que la mayoría de las canciones tienen melodías que cambian en cada verso sin ninguna buena razón. Envidio a esos compositores que pueden sentarse al piano y escribir primero la melodía. ¡Eso me parece una forma de escribir más inteligente!
En ‘Never Be Lonely’, mencionáis "All I ever wanted was transcendence". ¿Qué significa la trascendencia para vosotros en el contexto de vuestras relaciones personales y música?
Sam: Tal vez significa dejar tu cuerpo por un tiempo. O existir en el espacio entre las personas o incluso ver a través de los ojos de otra persona. Nunca me detengo a pensar en lo que realmente significan las letras hasta que me surge una entrevista como la tuya (risas). Quizás esa trascendencia en particular trata sobre perseguir el amor verdadero y la amistad verdadera y escapar de todas las distracciones y contradicciones. ¡No tengo ni idea!
"Me gusta cómo un compositor puede juntar tres palabras y probablemente cada oyente imaginará una visión y comprensión diferente de lo que significan."
La canción ‘Pink Smoke’ habla de escribir las aventuras. ¿Cómo influye el proceso de documentar vuestras experiencias en la creación musical?
Sam: Lo veo como una instantánea o fotografía de un momento en el tiempo. Y luego cada vez que la cantas, los colores cambian y el significado cambia un poco. ¡Nuestros recuerdos son poco fiables! Es curioso cómo cantamos sobre aventuras y luego vamos a tener aventuras en la gira para cantar esas canciones. Y luego escribimos nuevas canciones sobre las nuevas aventuras. Definitivamente creo que nunca hay que pensar mucho acerca de cantar sobre lo vivido. Si sientes que es interesante, ¡cántalo!
Relacionado con esta canción, también mencionáis un minotauro en el pueblo natal. ¿Qué representa esta figura mitológica en el contexto de la canción y vuestras experiencias personales?
Sam: Realmente nunca lo había pensado (risas). Me imagino que el minotauro particular en mi ciudad natal de Hobart, Tasmania, es torpe, entrando en tiendas de recuerdos y rompiendo cosas accidentalmente. El minotauro tiene buenas intenciones, pero se distrae fácilmente, se emociona fácilmente. Probablemente vive en una montaña en invierno y en un Airbnb durante el verano.
‘Apparition’ menciona el hecho de recordar cosas que no eran del todo ciertas. ¿Cómo lidiáis con la naturaleza subjetiva de los recuerdos a la hora de componer vuestras canciones?
Sam: Creo que no confíes en tu memoria, y nunca confíes en la memoria de un compositor. Lo inventan, reescriben cada historia para sonar mejor o sentirse mejor. También roban como urracas o pájaros jardineros, llevando cada palabra brillante a sus nidos. Me parece interesante cómo una canción es un recuerdo que cambia con el tiempo y significa cosas muy diferentes para diferentes oyentes o miembros de la banda. ¡Y cualquier canción de la radio puede adherirse a un nuevo recuerdo en cualquier momento!
La canción ‘Oyster Cuts’ habla de sentimientos que vuelven. ¿Cómo manejáis personalmente el resurgimiento de emociones pasadas y cómo se refleja esto en vuestra música?
Holly: Para mí, la música se siente como el lugar más seguro para procesar emociones pasadas, ya sea tocando o escuchando. Me parece particularmente especial poder procesar sentimientos en el contexto de tocar música con mis amigos.
"Me parece interesante cómo una canción es un recuerdo que cambia con el tiempo y significa cosas muy diferentes para diferentes oyentes o miembros de la banda."
En ‘Reckless’, expresáis el deseo de ser más imprudentes, pero también mencionáis que "By the morning it'll be OK". ¿Cómo equilibráis el deseo de aventura con la necesidad de estabilidad en vuestra vida y música?
Holly: ¡Es un equilibrio complicado entre la música y la vida! Para mí, tocar y hacer música es absolutamente esencial, así que simplemente intento hacerlo funcionar lo mejor posible y tener gente a mi alrededor que sea solidaria y complementaria.
Después de haber publicado tres discos en los que siempre indagáis en la forma en la que conectamos entre nosotros, ¿cómo sentís que ha evolucionado vuestra perspectiva sobre la conexión humana desde vuestros primeros trabajos hasta ‘Oyster Cuts’, especialmente considerando líneas como "We should be the opposite of apart" en ‘More Lost’?
Michael: Aunque estoy seguro de que es algo que hemos considerado directamente antes, creo que la música siempre es un reflejo de las personas y quizás refleja a los miembros de la banda encontrando el amor en la bruma de la pandemia.
Este es el primer disco que publicáis con Merge. ¿En que notáis el cambio de pasar de una pequeña discográfica a una grande?
Holly: Simplemente nos sentimos muy agradecidos de tener un equipo tan experimentado y solidario a nuestro alrededor en Merge, ¡realmente se siente como en casa para nosotros!
En todas nuestras entrevistas nos gusta que nos dejéis una pregunta para la siguiente banda a entrevistar. ¿Cuál es la vuestra?
Holly: ¿Cuál es tu historia más tonta de gira?
Del mismo modo tengo para vosotros una a cargo de Annie de Chastity Belt, dice así: ¿Cuál es vuestra canción de karaoke favorita?
Sam: ‘Sweet Caroline’ de Neil Diamond
Bella: ‘Dreams’ de Fleetwood Mac
Mike: ‘I Can't Help Falling In Love’ de Elvis
Holly: ‘I Touch Myself’ de Divinyls
