Entrevistamos a

Quickly Quickly

"Hay canciones que siempre me recordarán ciertos momentos que he vivido, normalmente recuerdos aleatorios y sin importancia que, de otro modo, estarían completamente olvidados"



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A veces el ruido no se borra con el tiempo. Persiste, se acomoda en las habitaciones familiares y modifica la percepción de los días comunes. Desde su estudio subterráneo en Portland, Quickly Quickly parece haber compuesto ‘I Heard That Noise’ no como una reacción a ese zumbido constante, sino como un intento de construir algo dentro de él. Las canciones no forman un relato, sino una sucesión de impulsos, interrupciones y giros que apelan menos a una estructura cerrada que a una lógica sensorial del caos. A lo largo del disco, los cambios abruptos funcionan como puntos de fuga. ‘Enything’ alterna frases juguetonas y guitarras recortadas con estallidos súbitos de producción, mientras que ‘Take It From Me’ construye su clímax desde el susurro, proyectando una imagen inmóvil y al mismo tiempo cargada: “a great storm is coming over the hill.” Las capas no abruman por acumulación, sino por cómo emergen y desaparecen. En ‘I Punched Through A Wall’, el piano cede espacio a un estallido repentino que no termina de instalarse, interrumpido por acordes que simulan el eco de un golpe.

Hay momentos de aparente estabilidad, como ‘Raven’, que arranca desde una estética narrativa antes de quebrarse hacia una densidad casi violenta. La elección de cuándo cortar, cuándo saturar y cuándo dejar sonar un silencio no obedece a patrones, sino a intuiciones. No hay balance entre lo acústico y lo procesado: ambos conviven, se mezclan y se distorsionan mutuamente. ‘I Heard That Noise’ no busca una síntesis. Su fortaleza está en esa forma de exposición cruda, con melodías que se sostienen a pesar de no resolverse. Un álbum que interrumpe su propio discurso, lo fragmenta, y en ese intento, registra algo más nítido que la linealidad: la inercia de seguir recordando. Aprovechando lo interesante de este nuevo disco, hemos tenido el placer de entrevistar a Graham Jonson.

Desde el principio, tu idea era hacer un álbum de folk, pero el resultado final está lleno de ruido, texturas y experimentación sónica. ¿En qué momento del proceso te diste cuenta de que no podías hacer un álbum puramente folk y de que la disonancia era una parte esencial de estas canciones?

Creo que lo noté más o menos a mitad del proceso, cuando me di cuenta de que soy demasiado maximalista para hacer un disco estrictamente de folk. Muchas de las canciones son acústicas y no llevan batería, pero no sé si lo llamaría “folk” como tal. Los momentos de disonancia y ruido son muy importantes para mí porque siempre me ha interesado ese tipo sonidos, aunque nunca los había incorporado realmente en mi música.

 

En varias canciones del álbum juegas con contrastes muy fuertes, donde el oyente se siente cómodo y, de repente, todo da un giro inesperado. ¿Buscabas provocar una sensación concreta con estos cambios bruscos o surgieron de forma natural mientras componías?

Mi amigo Elliot y yo llamamos a esos cambios “momentos” y tenemos una especie de competición amistosa para ver quién puede crear los cambios sónicos más locos en una canción sin cargarse por completo el ambiente (risas).. Muchas veces estructuraba la canción y luego revisaba cada parte para decidir dónde se podía enrarecer más. Personalmente, creo que hace que las canciones sean más interesantes cuando se hace bien.

En los últimos años, has trabajado como productor para artistas con estilos muy diferentes, desde Moses Sumney hasta Kid LAROI. ¿Crees que esas experiencias cambiaron tu manera de enfocar la producción de este álbum en comparación con tus trabajos anteriores?

Siento que mi mentalidad al hacer mi propia música es distinta a cuando colaboro con otros artistas. Me encanta trabajar con Moses y él siempre está muy abierto a mis ideas más locas, pero al fin y al cabo es su música, así que intento adaptarme a eso sin perder mi identidad. Lo de Kid LAROI fue algo muy aleatorio y participé bastante poco en el proceso en sí, simplemente le mandé un bucle a BNYX y él hizo la base. No diría que esas experiencias hayan cambiado mi forma de hacer mi propia música, pero definitivamente me han hecho sentir más cómodo colaborando con otros artistas.

"Los momentos de disonancia y ruido son muy importantes para mí porque siempre me ha interesado ese tipo sonidos, aunque nunca los había incorporado realmente en mi música."

‘Raven’ tiene casi un aire de fábula, pero en el fondo esconde una historia mucho más triste y oscura. ¿Cómo surgió esa mezcla entre lo narrativo y lo personal en esta canción? ¿Te gusta escribir desde esa doble perspectiva?

En la mayoría de mis canciones, no tengo muy claro cuál será la historia hasta que escribo las primeras líneas. Una vez que tengo unas frases interesantes, construyo una especie de relato alrededor de ellas. Así fue más o menos cómo nació 'Raven'. Intento no pensar demasiado en la perspectiva cuando escribo, pero la mayoría de las canciones del álbum están escritas en primera persona. Creo que es simplemente la forma más fácil de escribir (risas).

Has comentado que en tu barrio hay un zumbido de baja frecuencia que siempre ha estado presente en tu vida, hasta el punto de inspirar el nombre de tu estudio. ¿Cómo fue el proceso de tomar ese sonido cotidiano y convertirlo en una referencia emocional dentro del álbum?

Era una de esas cosas que siempre me habían parecido interesantes y que, en el fondo, siempre pensé que sería genial poder escribir sobre ello algún día, simplemente por lo misterioso y curioso que es. El nombre Kenton Sound surgió al principio como una especie de broma entre nosotros, algo sin demasiada intención, pero con el tiempo acabó quedándose. En realidad, no tenía planeado que este sonido acabara siendo un tema central del álbum, pero todo cambió cuando compuse la canción que le da título al disco, porque en ese momento ya tenía ese zumbido muy presente en la cabeza.

 

En ‘Easy Listening’, la batería era el eje central de todo, pero en este nuevo álbum te propusiste el reto de prescindir de ella en muchos momentos y jugar con el espacio entre sonidos. ¿Cómo fue trabajar desde esa perspectiva y qué descubriste sobre tu música al hacerlo?

Fue muy divertido. Durante 'Easy Listening' me obsesioné tanto con encontrar el sonido perfecto de batería que terminé agotado. Ya tenía la idea de simplificarlo en el siguiente proyecto, y estaba escribiendo muchas canciones acústicas que no necesitaban batería, así que fue muy natural. Encontrar sonidos para llenar el espacio que dejaba la batería también fue un desafío nuevo para mí, lo cual me resultó emocionante. Creo que después de todas estas canciones sin batería, estoy volviendo a encontrarme con la percusión. La búsqueda del Tono Perfecto continúa.

En una canción como ‘Enything’, creas un torbellino de ideas y sensaciones, hasta el punto de que tu ordenador no podía procesar tanta información en la mezcla. ¿Cómo logras equilibrar tantas capas de sonido y mantener, al mismo tiempo, la claridad de la canción?

Con canciones como 'Enything' suelo crear muchas capas y añadir muchos detallitos hasta que se vuelve casi cacofónico, y es en ese momento cuando empiezo a recortar. En esa canción, en concreto, grabé un montón de drones de guitarra y bucles de retroalimentación largos, y luego los recorté y los coloqué a lo largo del tema. Gran parte de la claridad proviene de cómo se mezcla todo. Hay sonidos muy sutiles que casi no se perciben, pero la canción sonaría totalmente distinta si no estuvieran. Recuerdo que mantener la claridad en el clímax final de 'Enything' me llevó semanas de trabajo.

"Siempre pensé que sería genial poder escribir algún día sobre el zumbido de baja frecuencia que existe en mi barrio, simplemente por lo misterioso y curioso que es."

Sueles componer desde una perspectiva muy visual y cinematográfica. En ‘Take It From Me’, aparece una imagen especialmente vívida: "A great storm is coming over the hill." ¿Crees que la música te permite capturar momentos de tu vida casi como si fueran escenas de una película?

Nunca me he visto a mí mismo como un gran escritor; empecé a escribir por necesidad de acompañar la música. Pero siempre me ha gustado escuchar letras que puedas visualizar, así que intento más o menos emular eso. En cuanto escribo algo, incluso si se basa en una experiencia personal, lo desacoplo por completo de mí, como si lo hubiera escrito otra persona.

‘I Punched Through A Wall’ surgió de una idea que describiste como un pensamiento intrusivo, pero después evolucionó hacia una imagen más amplia sobre el amor, la frustración y la intensidad emocional. ¿Sueles construir canciones a partir de este tipo de impulsos o fue algo puntual en este álbum?

Buena parte del álbum está escrito sobre experiencias vagas que he tenido, algunas adornadas y otras no. Creo que es lo que me resulta más sencillo de escribir. Antes, cuando intentaba hacer canciones autobiográficas, me quedaba en blanco y se me olvidaba todo lo que podía ser interesante para componer. Es un poco como cuando alguien te pregunta cuál es tu canción favorita y, de repente, olvidas todas las que conoces. Al final, me acostumbré a apuntar en mi móvil frases, palabras, sueños, o lo que fuera, y luego, cuando necesitaba escribir algo, simplemente revisaba esas notas a ver si algo me inspiraba.

 

Hay un juego interesante entre el espacio y el silencio en este álbum. Algunas canciones se sienten muy densas y cargadas, mientras que otras tienen un carácter más abierto y aireado. ¿Cómo encontraste el equilibrio entre estos dos enfoques y qué importancia tuvo el silencio en todo el proceso?

El silencio es muy, muy importante, y en realidad siento que no lo incorporo tanto como debería. Hay muchos discos que escucho que tienen una gran combinación de canciones tranquilas y potentes, y darme cuenta de eso definitivamente me ayudó a encontrar un buen equilibrio en mi propia música. Hubo veces en las que me decía a mí mismo que necesitaba hacer una canción más enérgica y densa para compensar tantas piezas más tristes y pausadas.

En un álbum como este, lleno de texturas y contrastes, ¿cómo decides qué elementos deben sonar más orgánicos y cuáles deberían tener una producción más procesada?

Básicamente, intento usar todo lo que tengo en mi estudio en cada canción. Tenemos muchos instrumentos acústicos y electrónicos, así que esos dos mundos acaban apareciendo en todos los temas. Casi todas las canciones de aquí empezaron con una toma de guitarra acústica de principio a fin. Una vez la tenía, experimentaba con procesarla hasta dar con un sonido que me gustase. Es un proceso largo y a veces tedioso, pero me encanta.

"En cuanto escribo algo, incluso si se basa en una experiencia personal, lo desacoplo por completo de mí, como si lo hubiera escrito otra persona."

Las letras de este álbum tienen, por momentos, un tono casi espontáneo. En ‘Enything’, por ejemplo, parece que juegas con las palabras de forma despreocupada. Sin embargo, has dicho que no siempre disfrutas escribiendo letras. ¿Cómo afrontaste ese desafío en este disco?

Sí, ojalá las letras me salieran de forma más natural (risas).. Como he mencionado antes, para mí son más una necesidad que otra cosa, aunque estoy intentando disfrutar más del proceso últimamente. Simplemente me obligo a sentarme y decirme: “¡tienes que escribir algo! ¡Y tiene que ser bueno!”.

A lo largo del álbum, hay referencias a la memoria, la infancia y ciertos sonidos que parecen estar atrapados en tu subconsciente. ¿Crees que la música tiene el poder de alterar la forma en que recordamos el pasado?

No sé si puede alterar cómo recordamos, pero sí creo que todos asociamos música con recuerdos. Hay canciones que siempre me recordarán ciertos momentos que he vivido, normalmente recuerdos aleatorios y sin importancia que, de otro modo, estarían completamente olvidados. Y me parece algo muy guay.

 

En todas nuestras entrevistas, nos gusta que el artista deje una pregunta para la próxima banda que entrevistemos. ¿Cuál sería la tuya?

¿Cuál es un interés muy específico que tengáis además de la música?

Para terminar, tengo una pregunta de Basia Bulat para ti: ¿Cuál es el último sueño que recuerdas? Con suerte, no fue una pesadilla, sino algo bonito.

Estaba en el salón de la casa vieja de mi primo mientras Playboi Carti grababa su nuevo álbum, y en algún momento robaron todo el equipo de música. Creo que había estado leyendo en Twitter sobre su nuevo disco antes de quedarme dormido.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.