El tiempo y la forma en que se percibe el paso de los días atraviesan 'The Good Kind', el segundo álbum de Our Girl. No es un disco que busque urgencia ni impacto inmediato. En su lugar, las canciones se despliegan con una cadencia controlada, permitiendo que las texturas encuentren su propio ritmo. La distancia entre la composición y la grabación parece haber favorecido un enfoque más reflexivo, menos condicionado por la necesidad de plasmar ideas al instante. En un entorno donde la inmediatez dicta gran parte de la creación musical, esta decisión resuena de manera particular. Desde los primeros compases de 'It'll Be Fine', queda claro que el sonido del disco ha sido trabajado con especial atención a los matices. La instrumentación, lejos de saturarse, permite que cada elemento respire, generando una sensación de amplitud sin perder la tensión necesaria. El contraste entre secciones de recogimiento y momentos de expansividad se percibe con claridad en 'Who Do You Love', donde las guitarras construyen una estructura que oscila entre lo envolvente y lo punzante. No hay prisa en estas canciones, pero tampoco complacencia.
Las letras, aunque no explícitas en su intención, sugieren espacios de duda y reafirmación personal. 'Something About Me Being a Woman' ejemplifica esta tensión entre la observación y la interpelación directa: "But if she were a man, would you still have done it?". Esta pregunta no se formula desde la rabia, sino desde una claridad que convierte la enunciación en un gesto de resistencia. 'Relief', por su parte, introduce un tono más luminoso sin dejar de lado la contención, permitiendo que el optimismo conviva con la inquietud. A nivel sonoro, la producción de John Parish y Fern Ford resalta la importancia del espacio y la textura. La presencia de capas de guitarra, en ocasiones etérea y en otras afilada, aporta un equilibrio que evita el estatismo. El bajo de Joshua Tyler y la batería de Lauren Wilson sostienen cada composición con un criterio que favorece la progresión gradual en lugar de los cambios bruscos. En 'Unlike Anything', esta metodología alcanza uno de sus momentos más efectivos, con una construcción progresiva que desemboca en un desenlace casi espectral. Aprovechando que Soph Nathan estará abriendo en solitario para los conciertos de Porridge Radio en nuestro país (Barcelona, Zaragoza y Madrid), hemos tenido el placer de entrevistar a la artista.
Durante tu primera sesión de grabación en Rockfield Studios, mencionaste que había una desconexión entre lo que imaginabas y cómo realmente resultó. ¿Hubo alguna canción en particular que fuera especialmente difícil de capturar en esa primera versión?
Hubo varias. Tenemos una canción llamada 'Something About Me Being a Woman' y esa necesitó más trabajo. El principal problema era que había demasiado espacio en el sonido; queríamos algo más cálido y con más textura. Esa canción en especial, sentía que no estaba muy allá. No lo noté por completo hasta que terminamos de grabar; sí percibí algunas cosas por el camino, pero al final me di cuenta de que no sonaba como nosotros. Fue la primera canción en la que volví a trabajar, cuando entré al estudio con nuestra amiga Fern Ford, que es productora. Trabajamos en el disco durante un mes en su estudio casero. Empezamos justo con esa canción porque sabíamos que era la más complicada. Da un poco de miedo, pero pensamos que si lográbamos resolver esa, todo estaría bien.
La producción de Fern Ford fue clave para reimaginar el álbum. ¿Cuál dirías que fue su contribución más transformadora al sonido final?
Es muy talentosa con muchos instrumentos, pero además es muy paciente. Entendía qué era lo que no se sentía bien y, como me conoce de años de trabajar juntas en otra banda, tenemos una comunicación muy fluida. También está dispuesta a experimentar y a probar todas las opciones antes de descartar lo que no funciona. Creó ese espacio para nosotros, sobre todo para mí, y me sentí muy cómoda porque hizo posible que exploráramos y probáramos cosas juntas. Eso alivió la presión, lo cual estuvo genial.
A veces, 'Stranger Today' tenía un sonido más crudo y directo, mientras que 'The Good Kind' se siente más cálido y con mayor textura. ¿Tenías claro desde el principio que este disco seguiría esa dirección?
Sí. Desde el inicio queríamos que este álbum tuviera más espacio en las canciones, pero al grabar comprendí enseguida cómo quería que sonara y descubrí cómo lograrlo. Al principio no lo sabía y tampoco tuvimos tanto tiempo en ese momento. Aun así, siempre quisimos que se sintiera muy cálido. La portada tiene tonos naranjas y queríamos transmitir esa sensación. Muchas de las canciones son esperanzadoras, aunque contengan algo de tristeza. Hay calidez. Pensábamos que se lograría dejando más espacio en el sonido, pero en realidad me encantan las texturas y capas. A veces necesitas acumular un montón de guitarras para llegar al sonido que quieres.
"Muchas de las canciones son esperanzadoras, aunque contengan algo de tristeza. Hay calidez. Pensábamos que se lograría dejando más espacio en el sonido, pero en realidad me encantan las texturas y capas."
En 'The Good Kind', las guitarras cobran gran protagonismo, alternando momentos más íntimos y otros más expansivos. ¿Hubo algún disco o sonido que influyera en cómo abordaste esos contrastes?
Siempre nos ha gustado tener momentos muy íntimos y luego pasar a otros muy fuertes y contundentes. Tuvimos una referencia para el final de la canción 'Who Do You Love', que es instrumental, inspirada en la banda No Joy, de Montreal. En concreto, su canción ‘Hare Tarot Lies’ tiene un ambiente cálido, shoegaze, que quise capturar para esa sección. Por lo demás, es nuestra forma natural de tocar, tanto en vivo como en el estudio. Queríamos reflejar eso y potenciarlo con las guitarras.
Mencionaste que durante la estancia en Rockfield con John Parish hubo momentos de experimentación. ¿Recuerdas algún experimento sonoro inesperado que le diera un toque especial al disco?
Sí. Lo que hicimos en Rockfield fue con John, y luego continuamos trabajando después. Él nos ayudó mucho con las estructuras. En la canción 'It'll Be Fine', por ejemplo, teníamos un ritmo de batería a medio tiempo y sugirió empezar con una caja de ritmos para darle más consistencia. Nunca se nos había ocurrido y cambió la canción por completo, haciéndola mucho mejor. Ahora es de nuestras favoritas. Es útil tener la perspectiva de alguien de fuera; si no, repites los mismos patrones al trabajar sin más gente.
Para muchos artistas, componer canciones es una forma de procesar emociones difíciles de expresar de otro modo. ¿Hubo algún momento en este álbum en el que sintieras que te ayudaba a entender o superar algo?
Sí, en muchas ocasiones. Soy de esas personas las que hablan de todo, por lo que la música no es mi única vía para expresarme. Pero al escribir este disco, descubrí cosas sobre cómo me sentía que no tenía tan claras. Algunas eran experiencias que no pensaba desde hacía años, pero algo me hizo recordarlas y me ayudó a procesarlas. Una de las canciones, 'Absences', trata de cuando tuve una convulsión en la adolescencia, algo que no había recordado en mucho tiempo. Fue muy catártico escribirla y soltar parte de esa experiencia.
Al componer 'Relief' buscabas decir a los demás lo que te habría gustado escuchar cuando pasaste por algo parecido. Si pudieras mandarle un mensaje a tu yo más joven a través de esta canción, ¿qué dirías?
Le diría que encontrará a su gente. De joven, no conocía a mucha gente queer, y ahora tengo un gran grupo de amistades queer y una comunidad que no tenía antes. Me habría gustado saber que más adelante conocería a personas como yo, con intereses similares, que me harían sentir bien.
"Soy de esas personas las que hablan de todo, por lo que la música no es mi única vía para expresarme."
Has comentado lo importante que es la comunidad queer para este álbum. ¿Cómo crees que ese sentido de pertenencia y apoyo se refleja en las canciones?
Estuve pensando mucho en la importancia que tiene para mí y en lo que deseo que sientan quienes me rodean. También pensé en las personas que no conozco y que tal vez pasen por dificultades con su sexualidad; no quiero que se sientan solas ni avergonzadas. De algún modo, le hablaba a mi yo más joven, pero también a la gente en general, aunque no fuera algo totalmente planeado. Simplemente salió así.
En 'The Good Kind', la nostalgia es un tema relevante. Has mencionado que ciertos olores te devuelven recuerdos muy intensos. ¿Hubo algún aroma específico que te inspirara al componer estas canciones?
Para la canción 'The Good Kind', escuché en la radio una canción de Ella Fitzgerald que me llevó a un recuerdo de hace años. La sentí con mucha fuerza, y esa canción habla de cómo algo puede transportarte a otro lugar. A menudo es un olor o un sabor el que me devuelve a un momento concreto. A veces sé cuál es y otras solo siento una especie de déjà vu que no identifico del todo, pero me gusta. Me parece interesante que los sentidos conserven recuerdos. Además, en esa canción hablo de cuando vivía en Brighton, estudiaba en la universidad y empecé a montar bandas. Es una sensación similar de volver a esa época.
La portada del álbum tiene tonos cálidos y otoñales. ¿Cómo surgió esa elección visual y cómo se conecta con la música?
Desde el principio supimos que queríamos que fuera naranja, porque el disco se sentía de ese color. Decidimos que probablemente no apareceríamos en la portada y optamos por usar una pintura abstracta que fuera cálida y envolvente, reflejando cómo suena el álbum para nosotros. Vimos mucho arte antes de que nuestra fotógrafa, Katie Silvester, nos presentara a la artista Sophie Hurley Walker, que es increíble. Le enviamos ideas y ella escuchó el disco una y otra vez mientras pintaba. Hicimos una sesión de fotos con una gran tela pintada en tonos naranja y rojizos. Nos gustó tanto que la convertimos en la portada. También hay muchas fotos nuestras con esa tela, lo cual está genial.
Interpretar una canción en directo puede cambiar su esencia. ¿Hay alguna pieza de 'The Good Kind' que creas que cobrará una vida nueva cuando la toquéis en el escenario?
Sí. Por lo general somos tres en la banda, pero ahora somos cinco en el escenario. En esta gira estoy sola, pero normalmente añadimos otra guitarra, percusión y teclados, lo cual nos permite recrear mejor el sonido del álbum. Cuando éramos solo tres, tendíamos a hacer todo más intenso para llenar el espacio de esas partes extra. De esa forma, todas las canciones se volvían más contundentes en vivo. 'Something About Me Being a Woman' es la que más se refuerza en directo. Solemos tocarla al final del set, y en el disco queríamos que fuera creciendo poco a poco, pero en directo da gusto lanzarse con toda la energía. Es distinto tocarla en vivo.
"A menudo es un olor o un sabor el que me devuelve a un momento concreto. A veces sé cuál es y otras solo siento una especie de déjà vu que no identifico del todo, pero me gusta."
En todas nuestras entrevistas pedimos a los artistas que recomienden una pregunta para el siguiente entrevistado. ¿Cuál sería la tuya?
Preguntaría: “¿Cuáles son tus snacks favoritos cuando vas de gira en la furgoneta?”
Y tengo otra para ti de la banda lots of hands: “¿Cuál es el contenido mediático más extraño que consumes y se refleja en tu música?”
No es exactamente un medio, pero hubo un par de cosas en Rockfield que influyeron en la estética. El ingeniero de sonido tenía un microscopio para observar renacuajos y bacterias. Lo usamos algunas veces y nos pareció fascinante, sirvió de inspiración para parte del arte que barajamos. Creo que se me quedó grabado. No es un medio en sí, pero lo siento como si lo fuera.
