Entrevistamos a

L.A. Witch

"Cuando hablamos de relaciones, la lealtad es sin duda una virtud que fortalece los lazos y genera confianza."



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No todo se construye desde un lugar estable. A veces, las formas surgen de una fractura: entre el lenguaje de lo divino y la piel sometida al tacto. ‘DOGGOD’ aparece justo ahí, con una intención más cercana al exorcismo que a la confesión. No hay manera de entrar al disco sin atravesar su estructura irregular, como un edificio consagrado al derrumbe. Las canciones de L.A. Witch no avanzan hacia una resolución, sino hacia una figura torcida del amor, donde la fidelidad es condición de existencia y la entrega un umbral irreversible. La voz no suplica, se entrega sin condiciones. En 'Icicle', la idea de limpieza aparece como herida: “Purity, come make me bleed”. La herida continúa en 'Kiss Me Deep', donde el amor es tan inevitable como la ejecución. En '777', el combate se convierte en vínculo, y en 'DOGGOD', la imagen de la correa sobre el cuerpo alcanza su forma más literal. Las guitarras son secas, como si evitaran el exceso emocional. La batería actúa como columna vertebral: rígida, repetitiva, frontal. Todo apunta a una estructura hecha para resistir más que para sostener. L.A. Witch construyen un álbum que no distingue entre ceremonia y castigo, que no separa al que ama del que obedece. Aprovechando lo reciente de este lanzamiento, hemos tenido el placer de entrevistar a Sade Sanchez e Irita Pai.

El título del álbum juega con la dualidad entre lo divino y lo terrenal, entre sumisión y entrega. En muchas culturas, los perros simbolizan lealtad y devoción, mientras que la imagen de Dios sugiere poder y trascendencia. ¿Cuándo empezaste a percibir esta conexión como un concepto central para el álbum?

Sade: Muchas de las canciones del álbum tratan sobre el amor, que puede ser un viaje espiritual. Ha habido momentos en mi vida en los que, al amar, me sentía elevada, intocable, inspirada, espiritualizada. Sentirte amada puede hacerte sentir intocable y poderosa, como un Dios. Por otro lado, el amor también es un sentimiento adictivo que te hace sentir dependiente y deseosa de esa conexión, casi como un perro. Es una sensación muy vulnerable y peligrosa. Cuando llega la traición, puede absolutamente destruirte. De cierta forma, los perros y los dioses son opuestos. Ver juntas las dos palabras despierta todas estas contradicciones, pero también similitudes en paralelo. El título crea un espejo de esas dos palabras. Al unirlas, les otorgas el mismo poder.

 

‘DOGGOD’ parece explorar el amor como una forma de devoción extrema, con referencias al sacrificio y la sumisión. ¿Fue esta idea algo que tuviste muy presente durante la composición del álbum?

Sade: No creo que fuera algo completamente consciente al comienzo. Más bien, fue algo que surgió de manera bastante natural, sin una intención muy definida desde el principio. A medida que iba desarrollando las ideas y profundizando en el proceso creativo, especialmente al trabajar en las letras, el mensaje empezó a tomar forma por sí solo. Con el tiempo, se fue volviendo cada vez más claro y evidente, como si se revelara gradualmente a través del propio trabajo.

En el álbum aparecen referencias a símbolos y rituales religiosos. En ‘Eyes of Love’, cantas: “A crown of thorns heavy in armor”. ¿De qué manera influyó la espiritualidad o el simbolismo sagrado en tu proceso de composición?

Sade: El simbolismo siempre ha sido importante para mí porque añade otra dimensión de comunicación, algo que va más allá de lo consciente. La poesía se parece a visitar una iglesia antigua y sentirte conmovido por el genio de la humanidad o por el toque de Dios. Seas creyente o no, la belleza del simbolismo sagrado es innegablemente poderosa. A veces, las letras pueden sentirse como sueños que evocan imágenes surrealistas.

"Sentirte amada puede hacerte sentir intocable y poderosa, como un Dios."

La lealtad es un tema recurrente en el álbum, sea en el contexto de relaciones, sacrificio o devoción. En tu experiencia, ¿crees que la lealtad es siempre una virtud o a veces puede transformarse en una trampa?

Sade: Depende del contexto en el que se mire. Cuando hablamos de relaciones, la lealtad es sin duda una virtud que fortalece los lazos y genera confianza. En cambio, la traición funciona como una trampa que rompe todo eso.

En ‘DOGGOD’, la entrega total al amor a veces se mezcla con un sentido de peligro o sacrificio. ¿Crees que el amor implica siempre alguna forma de pérdida o riesgo?

Sade: Sí, siempre supone un riesgo porque te entregas a la otra persona: tus emociones, tu confianza, tu tiempo… y creas una historia con ella. Pero, como ocurre con todo en la vida, hay que arriesgarse para conseguir grandes cosas.

 

La atmósfera de un lugar puede tener un gran impacto en el proceso creativo. ‘DOGGOD’ no solo marca una evolución en tu sonido, sino que además fue escrito en París. ¿De qué manera crees que la energía de la ciudad influyó en el álbum?

Sade: En París es fácil encontrar inspiración y belleza por todas partes: arquitectura, historia, literatura, poesía, filosofía, arte, música, gastronomía y gente. Estaba en un momento de mi vida en el que necesitaba un cambio, y la energía de la ciudad me atrajo. Cuanto más tiempo pasaba allí, más conexiones sentía. Quería escribir acerca de mis sensaciones de conexión espiritual con la ciudad.

Grabar en Motorbass Studio te situó en un espacio con una historia musical muy rica y diversa. ¿Hubo algo en la vibra o el legado del estudio que moldeara de forma inesperada el sonido de ‘DOGGOD’?

Sade: Elegimos ese estudio justamente por la energía que tenía, algo que sentimos que encajaba con lo que queríamos lograr. Trabajamos muy de cerca con el productor, con la intención clara de dar con el sonido exacto que imaginábamos para el álbum.

"Cuanto más tiempo pasaba en París, más conexiones sentía. Quería escribir acerca de mis sensaciones de conexión espiritual con la ciudad."

El sonido de ‘DOGGOD’ incorpora más elementos post-punk, con guitarras más frías y estructuras más contenidas. ¿Qué te atrajo de este estilo en esta etapa de la banda?

Sade: Quería que nuestro sonido siguiera evolucionando, llevarlo un paso más allá, y también explorar con más profundidad algunas de las influencias musicales que siempre han estado presentes pero quizás no tan visibles. No me interesa escribir y tocar las mismas canciones una y otra vez en cada álbum. Sería repetitivo y limitaría el crecimiento creativo. Es un poco como lo que hacen los pintores, que van cambiando de estilo a lo largo de distintos periodos de su vida, según lo que sienten o lo que están atravesando en ese momento.

Varias canciones del álbum recuerdan a la atmósfera de Joy Division o The Cure. ¿Hubo algún álbum o artista en particular que tuvieras en mente mientras trabajabas en ‘DOGGOD’?

Sí, Joy Division y The Cure son influencias bastante evidentes. Se nota en la máquina de cuerdas Solina y en el chorus y el flanger de guitarra y bajo. Pero también mencionaría a Rick Agnew. Me encantaban The Adolescents cuando era adolescente; había un toque de surf/punk californiano en el ‘blue album’ que me marcó mucho. Más tarde descubrí Christian Death y vi que Rick Agnew tocó la guitarra en ‘Deathwish’ y ‘Only Theatre of Pain’. Fue un vínculo muy interesante entre el surf/punk y el rock gótico.

Con cada disco, L.A. Witch ha ido explorando distintos sonidos y atmósferas. ¿Ves ‘DOGGOD’ como un punto de llegada o más bien como el inicio de lo que vendrá?

Supongo que se podría considerar como el comienzo de una nueva etapa artística. Es un momento en el que siento que estoy abriendo una puerta diferente, explorando otras formas de expresión y enfoques creativos. No es un quiebre radical, pero sí un paso hacia algo nuevo, una evolución natural en el camino que vengo recorriendo.

En ‘I Hunt You Prey’, el bajo tiene un ritmo hipnótico y la batería sigue una estructura repetitiva inspirada en el krautrock. ¿Cómo construiste esa base rítmica y cómo decidiste que ese groove era el apropiado para la canción?

Fue la primera vez que escribí la parte de guitarra basándome únicamente en la batería, y fue un reto interesante. Recuerdo que lo tenía guardado en mi teléfono como “Ellie Dub” porque me hacía pensar en el dub, un género que escuchaba mucho entonces. También me recordaba a ‘Bela Lugosi's Dead’, que tiene mucho espacio en la canción. Ambas referencias fueron muy importantes para mí en este tema. Buscaba esos rasgueos que a veces aparecen en el rocksteady. El riff de guitarra se inspiró en el estilo de Daniel Ash.

Irita: Esta canción comenzó con Ellie y conmigo improvisando mientras Sade estaba fuera de la ciudad. Estuve probando diferentes pedales de distorsión hasta dar con un sonido muy contundente. Quería que fuera muy drone y que la batería llevara el ritmo principal.

"Quería que nuestro sonido siguiera evolucionando, llevarlo un paso más allá, y también explorar con más profundidad algunas de las influencias musicales que siempre han estado presentes pero quizás no tan visibles."

‘777’ transmite una gran sensación de urgencia, tanto en la letra como en la instrumentación. La batería dirige la canción con una fuerza casi militar, reforzando la idea de una batalla. ¿Cómo elaboraste la dinámica para reflejar esa intensidad y ese aire fatalista?

Intenté calmar un poco la urgencia con la melodía vocal larga. Y sí, debe notarse esa sensación de desesperación y deber al mismo tiempo, como si fueras a la batalla. Una parte de la guitarra es más rápida e intensa, y luego pasa a unos descensos de guitarra que aportan una sensación eufórica.

Este álbum parece adentrarse de manera más directa en la vulnerabilidad. Comparado con tus trabajos anteriores, ¿te sientes más cómoda expresando este tipo de emociones en tu música?

Sí, definitivamente. Quiero ser honesta en lo que hago y en lo que canto, porque para mí no tiene sentido hacerlo de otra manera. La música, al final, es una forma de expresión muy personal, y realmente no sé sobre qué más podría cantar si no es sobre mis propias emociones. Es lo que conozco de verdad, lo que me atraviesa y me mueve. ¿Qué otra cosa podría conocer mejor que eso?

 

En todas nuestras entrevistas, pedimos a los artistas que dejen una pregunta para la siguiente banda que entrevistemos. ¿Cuál sería la tuya?

No sé quién será la próxima banda, así que haré una pregunta general: ¿Cuál fue el último álbum que compraste?

Del mismo modo, tenemos una para ti de parte de Lots of Hands: “¿Cuál es la pieza de contenido más extraña que consumís y de qué manera influye en vuestra música?”

Sade: Le Spleen de París, de Charles Baudelaire.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.