Entrevistamos a

Julia Holter

"La sensación de no saber qué puede pasar cuando te pones a componer para mí es esencial, porque siento que es como surgen las buenas ideas. "



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La compositora y cantante Julia Holter despliega su singular universo sonoro en su sexto álbum de estudio titulado ‘Something In The Room She Moves’ (Domino, 2024). Con una exploración audaz de la fluidez armónica y la conexión física, la artista angelina cautiva a través de un crisol de texturas orgánicas y atmósferas oníricas. En esta obra, Holter canaliza su vivencia transformadora de la maternidad, abrazando el vínculo amoroso desde una perspectiva cruda y terrenal. Lejos de retratar idealizaciones románticas, sus composiciones evocan el esfuerzo constante y la cotidianidad entrañable de amar profundamente. Esta experiencia vital ha propiciado una mayor introspección en su enfoque creativo. La artista ha querido plasmar una sensación de fluidez acuática en el discurrir de los temas, lo cual se aprecia en el empleo de un bajo sin trastes que emana un continuo melódico. A ello se suman capas de sintetizadores envolventes y vocalizaciones en portamento, conformando un oleaje sonoro que parece acariciar los entornos íntimos y nocturnos. Si bien persiste su tendencia a construir densas capas de arreglos, Holter ha procurado un mayor equilibrio con las melodías principales en esta ocasión. Piezas como ‘Sun Girl’ o ‘Spinning’ conjugan con destreza los aspectos melódicos y los ambientes atmosféricos circundantes. En determinados pasajes, la compositora explora la conexión humana a través de intrincadas armonías vocales a capella, tal como ocurre en ‘MeYou’ junto a otras cantantes invitadas. Por otro lado, cortes minimalistas como ‘Materia’ despliegan una vulnerable desnudez emocional. A lo largo del álbum, destellan delirios oníricos y divagaciones sobre lo venidero, revelando la proclividad de Holter al terreno surrealista. Su mente creadora parece oscilar entre lo terrenal y lo etéreo, plasmando esta dualidad en un sutil lienzo de ensoñación y corporeidad. Aprovechando lo inminente del lanzamiento de este trabajo, hemos tenido el placer de entrevistar a Julia Holter.

Siento que has logrado muy bien que el sonido de este disco se asemeje al de un fluido como el agua que se mueve constantemente, sintiéndolo muy de cerca en canciones como ‘Evening Mood’ donde incluso parece que recreas gotas caer. ¿Cuándo tuviste en mente esta idea de crear sonidos fluidos, realizaste una investigación de los instrumentos o técnicas con los que podrías recrearlo?

La instrumentación siempre ha sido muy importante para mí. Trabajo mucho pensando en lo que quiero que suene en los discos, y en esta ocasión, pensé que una buena forma de seleccionar que es lo que debía contener a nivel instrumental era enfocarlo todo hacia ese pensamiento de que las canciones sonasen como un líquido que fluye de forma continua. En este caso era importante saber como enfocar la línea de bajo, por lo que al final empleamos un bajo que no tenía trastes, algo que fue estupendo para que sonase prácticamente como una pulsación continúa. A partir de ahí ya teníamos un tono continuo, por lo que integrar sintetizadores como el Yamaha CS-60 resultaba mucho más sencillo. Lo último que quedaba era enfocar mi voz también de esa forma, así que busqué cantar todo el rato a través de portamentos.

 

Algo que me gusta mucho de este disco, es el equilibrio que existe entre melodía y capas atmosféricas, ya que en la mayoría de canciones conviven melodías bien definidas con muchos arreglos que las envuelven como puede ser el ejemplo de ‘Sun Girl’. ¿Sientes que en este disco para ti ha sido un reto que las melodías de las canciones no quedasen eclipsadas por todos los arreglos y capas ambientales que las rodean?

Sí, siempre tengo el problema de tener demasiadas capas porque me encantan las capas. Así que es un desafío para mí reducir las capas. En este disco, tengo menos capas que de costumbre. Es un poco más minimalista que algunos de mis otros álbumes, pero sigue siendo bastante denso en canciones como ‘Sun Girl’ y ‘Spinning’. Algunas son muy producidas, mientras que otras, como ‘These Morning’, son más minimalistas. En ‘Evening Mood’, las melodías luchan a través de todas las capas, algo que muchas veces es la tónica general de mis composiciones y siento que es una característica que me cuesta mucho apartar de mi música.

Este es tu primer disco que publicas siendo madre, una experiencia que imagino que ha impactado de lleno también en tu proceso compositivo. ¿Crees que el ser madre también ha propiciado conocer nuevas facetas sobre ti que has acabado explorando en este disco?

Totalmente. Siento que debido a ello en este disco he afrontado el amor de una forma muy diferente. De hecho, la mayoría de las canciones de forma constante están rodeadas por la idea de explorar el amor. Es decir, en lugar de tener canciones que reflexionen sobre el lado romántico del amor o los elementos aspiracionales, como simplemente buscar el amor, este disco creo que trata mucho más de canalizar todo el amor que viene después de eso. Se trata mucho más sobre lo crudo, el trabajo que hay que depositar en el querer a alguien en el día a día, el esfuerzo que se pone en un amor profundo, especialmente cuando eres madre. Al mismo tiempo, no se aborda solo desde el punto de vista de tener una hija, sino de cualquier tipo de amor a largo plazo, como una relación o una familia. Siempre es así, no es fácil ni sencillo, pero profundamente reconfortante a largo plazo. Todo esto quizás se ha agudizado en mí al ser madre, es algo que te cambia y te redirige. Te obliga a hacer cosas que normalmente no harías.

"Estas canciones tienen que ver con el trabajo que hay que depositar en el querer a alguien en el día a día, el esfuerzo que se pone en un amor profundo."

Este disco también posee un componente nocturno, ya que a través de un ensayo de Hélène Cixous que comparaba la creatividad con la noche, encontraste inspiración en ello. ¿Durante la composición de este disco sientes que las mejores ideas surgieron de forma nocturna y que de algún modo lo que te sugiere la noche se ha colado en su sonido?

Creo que sí. A veces escribo más por la noche, pero no siempre es literalmente de noche, es más bien un estado mental para mí. Trabajo mucho por las noches, aunque ya no tanto, honestamente, porque me canso más. Sin embargo, lo que he aprendido de trabajar de noche es precisamente adoptar ese estado mental que te mencionaba antes. Siento que precisamente ese estado mental está muy relacionado con estar alerta, tratar de capturar todo lo que te pasa por la mente. La sensación de no saber qué puede pasar cuando te pones a componer para mí es esencial, porque siento que es como surgen las buenas ideas. Precisamente pienso que mucha creatividad se trata de no saber lo que estas haciendo, de dejar de lado el sentir que eres una escritora de canciones e ir viendo lo que pasa.

‘Talking To The Whisper’ es una de esas canciones del disco que parece tener dos partes bien diferencias, primero aquella que recoge sentimientos cercanos a la desconexión con frases como “It seems you’re on the outside” y la segunda que llega después de un silencio y se muestra una mayor esperanza con frases como “Any light can switch on and shine on”. ¿Sientes que esta canción la compusiste pensando mucho entre el contraste entre estas dos partes?

Esta esta canción en realidad comenzó como solo el ostinato, como un patrón repetitivo en los acordes, donde no existía ninguna línea de bajo. Entonces escribí este bajo con el patrón de batería que suena y luego me gusta que llega un momento en el que precisamente no encaja el patrón de la batería con el bajo. Más tarde improvisé algo que se convirtió en lo que es ahora la segunda parte de la canción. Pero definitivamente, el comienzo fue la parte principal para mí y luego se convirtió en este órgano básicamente. La demo de la segunda parte era como un solo de órgano manteniendo los acordes, transcribiendo luego esta extraña improvisación que hice y después lo tocamos juntas. Acabó siendo una canción muy catártica.

 

Cuando presentaste ‘Something in the Room She Moves’, comparaste esta canción con ‘Feel You', aunque en la segunda muestras más lo que te suscita una ciudad y en esta primer tiene todo un ámbito mucho más doméstico, recogiendo ambas esa idea de movimiento. ¿Cuándo comenzaste a componer ‘Something in the Room She Moves’ te diste cuenta de que lo que los sentimientos que te sugería eran similares a los de ‘Feel You’ o no fue hasta pasado un tiempo cuando te diste cuenta?

En realidad, es curioso porque la sensación parecida que me suscitan ambas surge del plano musical, pero al mismo tiempo tampoco está totalmente relacionado con él. Las dos tienen una progresión armónica similar, pero esto no fue lo que hizo en mí cabeza relacionarlas. Sin darme cuenta de este detalle, ocurrió que había una cierta sensación de esperanza parecida en ambas, que no sé si precisamente sería desatada por esta semejanza a nivel armónico. Las letras son completamente diferentes entre sí, pero aún así esa forma de repetir el título de ‘Something In The Room She Moves’ me arrojaba un extraño entusiasmo, algo que quizás se puede percibir de forma más clara en ‘Feel You’.

Mientras componía el disco, no solía escuchar mucho las canciones que ya tenía compuestas, pero esto no es lo que ocurría con ‘Something In The Room She Moves’. Creo que en esa canción hay algo diferente a algunas de las otras en el disco. Muchas de las otras abordan temas o sensaciones que ya había revisado anteriormente, pero esta tiene una sensación ligeramente más prospectiva que hace que la perciba de otra forma. Creo que tal vez el disco simplemente necesita eso, tener algo que también salga un poco fuera de lo que se espera de él todo el rato. El entorno de esa canción también es diferente, está en el ámbito doméstico, pero creo que apunta a esa curiosidad de esperar a que algo ocurra, algo que realmente buscas o que quizás deseas que llegue de forma sorpresiva.

Hay algo más que me llama la atención de ‘Something in the Room She Moves’, que es esa forma en la que muestras cómo soñar, cómo imaginar que lo que viene será bonito con frases como “What I seek could be so nice What I seek could be so life- like paint in wine And I wake to find that”. ¿Crees que esta canción y en general el disco también habla bastante sobre la necesidad de soñar y divagar alrededor de lo que nos puede traer el futuro?

Sí, justo lo que mencionas de que el futuro puede traer cosas buenas enlaza muy bien con lo que te comentaba de que la canción parece que indaga en esa sensación de esperar que ocurra algo. Un algo que se siente positivo. Por supuesto, para sentir que esto pueda ser positivo hay que soñar. Ahí creo que entra en juego el hecho de que toda mi música y todo lo que suelo hacer tiene un componente surrealista, que proviene muchas veces de lo que sueño o imagino. De hecho, la última canción del disco llamada ‘Who Brings Me’ también guarda algo de relación con todo esto, ya que traté de capturar la experiencia de quedarme dormida, que muchas veces es cuando te das cuenta de que estás lista para empezar a soñar.

"Al ser madre, es algo que te cambia y te redirige. Te obliga a hacer cosas que normalmente no harías."

Siento que a lo largo de este disco, en canciones como ‘Sun Girl’ logras transmitir imágenes potentes con muy pocas palabras. ¿Crees que en ocasiones más que tratar de mostrar una cierta historia o narrativa buscas más potenciar la capacidad de sugerir imágenes en tus canciones para que el oyente se genere su propia narrativa?

Sí, lo que realmente quiero con las canciones es que haya una sensación que se obtenga de ellas, haciendo que las personas puedan tener su propia experiencia al analizarlas. No es que me ponga a pensar en qué es lo que quiero transmitir, sino quiero que los temas tengan los elementos suficientes para que puedan llevar hacia algún lugar a quién los escuche. Raramente tengo temas o narrativas que quiera incluir de forma clara en las canciones. Una canción me puede sugerir cuando la escucho una sensación muy clara, pero si el oyente no lo experimenta así tampoco me voy a sentir mal. Por ejemplo, al escuchar ‘Sun Girl’, siento que me resulta muy juguetona y quizás esconde un poco de ansiedad.

‘MeYou’ parece colocada estratégicamente en la mitad del disco, siendo una canción a capella interpretada junto a Ramona Gonzalez, Jessika Kenney, Maia y Mia Doi Todd. ¿Cómo llegaste a que querías una canción de estas características y que querías expresar con ella?

Realmente nunca pensé en que surgiría una canción así. No sé si desde fuera se ve totalmente extraña, pero en mi mente al ponernos a grabarla sonaba bastante natural. Obviamente, de características diferente al resto del disco, pero no como algo extravagante. El canto vocal de este tipo es una actividad que me gusta bastante. A la hora de grabar el tema, nos pusimos juntas a cantar, luego a separar nuestras voces, a volver a unirlas y así sucesivamente. Desde el primer momento tenía claro que quería que estuviese en el disco, porque para mí explora una especie de conexión humana profunda.

 

‘Materia’ es quizás la canción del disco junto con ‘MeYou’ que suena más despojada de arreglos y con una mayor dulzura y fragilidad. ¿Sentiste que debido a la temática que trata y las reflexiones tan profundas del amor que realiza debía contar con el mínimo número de elementos posibles?

Creo que sí. Quería que fuera sencilla. Pero también creo que en mi mente estaba imaginando cómo un cantante de música antigua, que no era yo, interpretaba el tema. Algo así como una persona veterana que ha estudiado canto, que tiene una voz de soprano muy buena para cantarlo porque es un poco difícil de cantar. Y tenía esta idea en mente, había estado queriendo escribir para las voces de otras personas, jugar un poco a imaginar cómo sería todo eso sin ser yo la que cantase. De hecho, pensé en intentar conseguir que alguien más lo cantara. Pero al final, terminé cantándolo yo misma, lo cual está bien porque ha quedado al final más crudo. Quizás por ese pensamiento del plano vocal, nunca busqué añadirle ningún otro instrumento.

En este disco también aparece la colaboración de tu pareja Tashi Wada, quien toca sintetizador y gaita. ¿A lo largo del proceso de creación de este disco intercambiasteis muchas ideas y sientes que esto fue de ayuda para tener una visión externa de lo que estabas haciendo?

Trabajamos juntos mucho, Tashi y yo. Yo toco su música y él toca en la mía, y siempre es genial trabajar juntos y probar cosas y ser honestos el uno con el otro. Como nos conocemos tan bien en lo musical como en el resto, la realimentación que tenemos de nuestros proyectos siempre es la mejor posible.

"Toda mi música y todo lo que suelo hacer tiene un componente surrealista, que proviene muchas veces de lo que sueño o imagino. "

Antes de que el disco vea la luz, a lo largo de estos años has probado bastantes de estas nuevas canciones en directo como ocurrió en la pasada edición del Primavera Sound. ¿El tocar estas canciones en directo también te ha aportado una nueva perspectiva sobre qué es lo que les faltaba o que es lo que les sobraba?

El disco ya estaba terminado cuando hicimos las fechas del festival y ofrecimos los conciertos de la pasada primavera. En realidad, las canciones estaban hechas desde hace tiempo, pero al final han tardado en ver más la luz porque estaba ocupada en otras cosas como dar clases. Lo que más me gusta siempre es que en directo nunca mi música va a sonar igual que en disco. También el directo tiene para mí una parte divertida que quizás no ocurre en la grabación, por eso trato de buscar que nunca dos conciertos míos sean muy parecidos.

¿También crees que la parte cambiante del directo está relacionada quizás con el hecho de que te resulta complicado muchas veces recrear ciertos sonidos en directo porque aparecen sonidos muy específicos en el disco o incluso grabaciones de campo?

Sí que es cierto que en el disco tengo grabaciones de campo o muestras de sonidos en el patio de un recreo como es el caso de ‘Sun Girl’. También hay muestras de ultrasonidos en ‘Spinning’. Otra cosa que también me interesa es lograr sonidos que no se parezcan a cualquier otra cosa que haya escuchado. Los sonidos de la naturaleza como los cantos de pájaros siempre son inspiradores, pero creo que me inclino más a tratar de crear algo que no me recuerde a nada.

 

A lo largo de estos años has compuesto las bandas sonoras de películas como ‘Bleed For This’ y ‘Never Rarely Sometimes Always’. ¿Crees que componer música teniendo en mente una película es muy diferente a cuando compones canciones para tus discos?

Me encanta escribir siempre, sean mis propias canciones o con un guion preestablecido, por decirlo de alguna forma. Me encanta componer música para películas porque es como seguir la visión de otra persona. Así que no siempre me interesa de lleno ser la única persona que tiene decisión sobre qué es lo que tiene que contener una canción. En muchas ocasiones, también creo que es bueno estar componiendo algo para una película y que alguien te diga que, lo que estaba pensando en estas escenas, siente que no tiene que ver con lo que has hecho. En estos casos, me gusta el hecho de poder acercar posturas e intercambiar ideas. Otra cosa importante es que hasta el momento he tenido mucha suerte porque solo he colaborado con personas con las que me gusta trabajar y cuyas películas me gustan. En cambio, cuando estoy trabajando en canciones para uno de mis discos es una tarea completamente diferente, siento que la intensidad se traslada hacia un lado más emocional, de liberar algo que viene puramente de mi interior.

Fotografías por Camille Blake

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.