El cuarto álbum de estudio de Jessica Pratt, ‘Here In The Pitch’, es una exquisita colección de canciones que logra un equilibrio admirable entre la intimidad y la riqueza instrumental. A pesar de contar con una gran variedad de arreglos y texturas sonoras, la artista consigue que su voz permanezca en primer plano, transmitiendo emociones profundas con una cercanía cautivadora. Pratt demuestra un talento excepcional para la producción, seleccionando cuidadosamente cada elemento y evitando cualquier exceso innecesario. Su enfoque meticuloso le permite crear paisajes sonoros complejos sin perder nunca la esencia melódica de sus composiciones. Algunas canciones flotan con una delicadeza etérea, mientras que otras exploran territorios más intrincados sin renunciar a su carácter íntimo.
A lo largo del álbum, Pratt incorpora sutiles influencias de la bossa nova y el jazz, añadiendo un toque de sofisticación y elegancia a su música. Los ritmos sincopados y las progresiones de acordes evocadoras recuerdan a compositores como Burt Bacharach o incluso a la era dorada de los Beach Boys. Estos elementos se fusionan de manera orgánica con la voz cálida y texturizada de la artista, creando una atmósfera atemporal y cautivadora. La versatilidad vocal de Pratt es otro aspecto destacable del disco. Su rango abarca desde registros graves y profundos hasta notas más etéreas, adaptándose con naturalidad al estado de ánimo de cada canción. Algunas interpretaciones transmiten una carga emocional intensa, mientras que otras se inclinan hacia un tono más ligero y juguetón, ofreciendo momentos de respiro en medio de la intensidad.
Las letras de Pratt, aunque a menudo abstractas, se vuelven más directas y accesibles en este trabajo. Hay una sensación de presencia y encarnación que contrasta con la nebulosidad de sus discos anteriores. Canciones como ‘Better Hate’ o ‘By Hook or By Crook’ invitan al oyente a sumergirse en historias íntimas y reflexiones profundas, mientras que la conmovedora The Last Year’ cierra el álbum con una nota agridulce y honesta. En resumen, ‘Here In The Pitch’ es un logro artístico notable que consolida a Jessica Pratt como una compositora y cantante excepcional. Aprovechando lo inminente de este lanzamiento, hemos tenido el placer de entrevistar a su autora.
Algo que me encanta de este disco es que a pesar de contar con más instrumentos y arreglos que nunca en las canciones, se sigue percibiendo como muy íntimo y reposado, logrando que ningún instrumento eclipse a ningún otro ni a tu propia voz. ¿Sientes que fue complicado encontrar el equilibrio perfecto encontrar ese equilibrio entre una gran variedad instrumental y lograr al mismo tiempo un sonido intimista?
Siempre busco encontrar un equilibrio. Dedico mucho tiempo a la producción, tratando de discernir qué es necesario y qué no lo es. Evito incluir elementos gratuitos o añadidos que no aporten. Creo que es fácil perderse en la producción, aunque sea divertido superponer sonidos en el estudio. Sin embargo, intento no dejarme llevar por eso. Queríamos que las canciones en este disco tuvieran algo especial. Algunas son un poco más complejas, pero sentíamos que necesitaban su espacio, al igual que ‘Quiet Signs’, que era un disco donde canción parecía que flotaba. Considero que mis canciones pueden ser fácilmente abrumadoras. Por tanto, estaba constantemente pensando en cómo llegar a un lugar más interesante en términos sonoros sin cambiar la esencia básica de la música.
A lo largo del disco aparecen arreglos de lo más minuciosos y variados, haciendo que cada vez que escuchas el disco puedas descubrir algún sonido del que no te habías dado cuenta. ¿En algún momento sentiste que te resultaba saber si era complicado determinar si una canción estaba terminada o podía mejorarse aún más introduciendo algún nuevo arreglo?
A veces necesito tomarme bastante tiempo para sentir que algo me conmueve a nivel musical. No suelo trabajar bajo presión de tiempo. Supongo que es obvio con lo mucho que tardo en hacer un disco (risas). Pero sí, a veces tienes que dedicar un tiempo a una canción para entender completamente qué significa y descubrir la forma en la que te habla. Gran parte de este trabajo fue bastante intuitivo. En muchas ocasiones añadía algo y luego lo quitaba porque simplemente veía que no era muy necesario.
A lo largo de este disco, también se pueden observar ritmos cercanos a la bossa nova como por ejemplo en ‘Better Hate’ o en ‘By Hook or By Crook’. ¿Crees que este estilo musical te atrae mucho y que de alguna forma se ha colado en tu forma de componer estas nuevas canciones?
Sí, soy un fan de la bossa nova, por supuesto. También creo que esa música influyó mucho en otras que escuchaba de esa época, como Burt Bacharach o incluso los Beach Boys, aunque sea por algunos de esos acordes de jazz, básicamente. Los ritmos sincopados y cosas así eran muy influyentes en esa era de la música, así que siento que se puede percibir a través de múltiples otras influencias. Pero sí, tiende a aparecer con cierta frecuencia, así que creo que se ha filtrado.
También siento que en este disco tu rango vocal resulta más variado que nunca, ya que por ejemplo suena de una forma muy diferente tu voz en ‘Life Is’ a la que muestras en ‘Nowhere It Was’. ¿Crees que en este disco has profundizado y dedicado más tiempo que nunca al enfoque vocal que necesitaba cada canción debido a lo que sugiere cada una?
Sí, creo que tener tiempo para acostumbrarte a trabajar en un estudio te hace pensar las cosas de manera un poco diferente. Supongo que es como cuando estás en el estudio, con un micrófono que capta muchos sonidos, y llevas auriculares de estudio; es un ambiente ultra concentrado donde realmente puedes usar tu voz de formas que requieren concentrarse en pequeños detalles. Creo que eso es parte de ello. Pero también creo que es simplemente el hecho de ir haciéndote mayor; mi registro más bajo es más pronunciado que solía ser. Probablemente mi registro más alto también está cambiando. Así que creo que es una transición natural. Pero me gusta cantar en un registro más bajo. Así que creo que es bastante emocionante.
Ya que hemos hablado del apartado vocal de este disco, he leído que las voces de Scott Walker y Judy Garland te resultan bastante inspiradoras. ¿Cuáles son las cualidades de las voces de estos artistas que más te llaman la atención?
Scott y Judy son ambos vocalistas muy impresionantes, incluso en el sentido más tradicional. Son cantantes muy talentosos. Pero también, sus voces parecen tener como la carga del mundo sobre ellas. Scott tiene un tono de barítono y Judy es más de un estilo posterior. Sus voces son bastante texturizadas, cálidas y ásperas. Suena como si hubieran pasado por muchas experiencias. Así que sí, los encuentro muy interesantes. Son voces un tanto idiosincrásicas que realmente destacan, sin restarle importancia a la música.
"Considero que mis canciones pueden ser fácilmente abrumadoras. Por tanto, estaba constantemente pensando en cómo llegar a un lugar más interesante en términos sonoros sin cambiar la esencia básica de la música."
En este disco te obsesionaste con figuras un tanto misteriosas de la cara más oscura californiana, del mismo modo que la historia más oculta de Los Ángeles y el sombrío final de la era hippie. ¿Hay algún personaje o historia en concreto que te fascinase en especial de todo esto y que se acabase colando en el disco o fuese importante para componer alguna canción?
Ocurrió de una manera más general. Intenté leer bastante y empecé a investigar sobre la historia musical de Los Ángeles y su industria del entretenimiento asociada. Me pareció muy interesante. Creo que muchas otras cosas que leí también terminaron influyendo en el disco. Pero es un proceso bastante abstracto. Es como cuando, tal vez, hay una canción que has escuchado toda tu vida en la radio, una clásica o algo así, y luego escribes una canción y hay como un 3% de la melodía de esa canción que se refleja en la canción que escribiste, pero de una manera tan sutil que se convierte en algo nuevo. No se siente como algo derivado, supongo. Es como renacer a través de lo que estás creando. Y siento que eso es más o menos la influencia de algunas de las cosas que estaba leyendo, así es como surgió. Siempre es una especie de mezcla de lo que estoy escuchando, pensando y leyendo. Es un proceso bastante abstracto.
Relacionado con todas las cosas que te han inspirado a la hora de escribir este disco, ¿sientes que los sucesos o las observaciones sobre las que escribes las canciones han cambiado con el paso de tus discos o más o menos las cosas que desencadenan el escribir música siguen siendo similares?
Creo que hay temas recurrentes, sin duda. Supongo que eso es cierto para muchos compositores; hay ciertas cosas a las que te sientes atraído. Pero definitivamente diría que las cosas han cambiado con el tiempo también. Así que diría que es un poco de ambas cosas.
"A veces necesito tomarme bastante tiempo para sentir que algo me conmueve a nivel musical. "
Pensando en términos de las sensaciones que sugerían tus anteriores trabajos, quizás contenían un aura más relacionada con lo misterioso, lo críptico y la reclusión. ¿Sientes que en este sentido en este disco las sensaciones mostradas son mucho más diferentes y más relacionadas con tratar de comunicar de una forma más directa todo lo que sientes?
Sí, creo que mis canciones tienen una abstracción y cierta vaguedad, como siempre ha sido, pero también creo que ha habido un cambio hacia letras un poco más directas y quizás, simplemente, la fuerza de la canción se siente un poco más concreta. Definitivamente, al escuchar el disco, suena un poco más presente y encarnado en lugar más elevado, sobre todo en comparación a mi segundo o tercer disco, que se pueden percibir más oscuros y espectrales. Así que sí, creo que hay un ligero giro en esa dirección, seguro.
Me gusta mucho cómo en el enfoque de varios temas, como puede ser el caso de ‘Better Hate’, logres que el tono de la canción sea de lo más juguetón hacia su final a pesar del trasfondo triste que posee el tema. ¿Crees que quizás de una forma inconsciente también buscas aliviar la carga emocional más pesada y negativa de tus canciones a través de un enfoque musical y melódico más ligero?
Sí, no estoy exactamente segura de por qué está sucediendo. Creo que tal vez se debe a que estoy un poco más feliz. Quizás estaba pensando en cierto tipo de música pop clásica, incluso en grupos como The Walker Brothers o The Beach Boys, o algo así. O como Burt Bacharach, hay una cierta luminosidad en esa música, incluso cuando una canción es triste, aún se siente algo animada. Tal vez esa influencia simplemente estaba pasando por mi cabeza. Siento que hay ligeros matices en esa sensación de mayor luminosidad que puede sugerir el disco, pero en esta canción está presente en lo instrumental. La veo como si alguien estuviera sonriendo misteriosamente y hubiese querido capturar eso en el tema. Pero también siento que hay canciones en el disco que probablemente estén más en el ámbito de una oscuridad más definida. Los destellos esperanzados de mis canciones, que destacan más allá de lo sombrío, me parecen muy interesantes. Todavía estoy tratando de entender yo misma por qué están ahí.
‘The Last Year’, la canción que cierra el disco, resulta totalmente impresionante y conmovedora, mostrando momentos muy difíciles, pero al final apuntando hacia un cierto optimismo. ¿Sientes que esta canción de alguna forma sintetiza ese equilibrio que posee el disco entre momentos oscuros y otros de tratar de mirar hacia el futuro de una forma más esperanzada?
Sí, en general, decidí colocarlo al final porque simplemente me parece el final. Supongo que tanto por la temática por como cuando escucho la canción, me hace pensar en los créditos finales. Es como una nota agridulce en la que terminar. Creo que, de todas las canciones del disco, probablemente es la más honesta o, supongo, emocionalmente concreta y vulnerable. Así que sí, no fue realmente un movimiento conceptual profundamente examinado. Creo que simplemente vi que era correcto situarla la última y así hacer ver que el camino de este disco en cuanto a las emociones resulta confuso, que no apunta hacia una sola dirección. Es como una nota honesta agradable para finalizar.
‘Life Is’, la primera canción que mostraste de este trabajo y que anunciaba tu regreso, supuso una potente carta de presentación, bastante diferente a todo lo que habías hecho hasta el momento. ¿Crees que cuando compusiste esta canción sentiste que te estabas adentrando en algo nuevo en tu carrera que nunca habías explorado antes?
Sí, sin duda. Nunca antes había incluido percusión en mi música, ni siquiera un poco. Fue emocionante experimentar con eso. Esta canción se siente bastante grandilocuente de una manera que no había planeado desde el principio. A veces escribo canciones que hacen referencia a ciertos tipos de producciones, pero no necesariamente son tan ruidosas o intensas. Pueden ser versiones más suaves. Pero esta, definitivamente, la sentí como un primer paso.
"Al escuchar el disco, suena un poco más presente y encarnado en lugar más elevado, sobre todo en comparación a mi segundo o tercer disco, que se pueden percibir más oscuros y espectrales."
Me gustó mucho el video que Kate Bollinger diseñó para ‘World On A String’, grabándolo en el campo y contando con mucha gente. Sobre todo, me encanta ese momento en el que todo el mundo sube la colina como si fuese una procesión. ¿Buscasteis de alguna forma relacionar lo que se muestra en el vídeo con el contenido de la canción o lo que transmite?
Sí, creo que los temas del vídeo están más relacionados con el álbum en su conjunto. Algunas de mis canciones son bastante impresionistas y pueden ser descripciones de diversas cosas que suceden en la vida de ciertos personajes, sin tener que estar relacionadas entre sí. Por lo tanto, hacer un vídeo musical coherente con eso podría ser desafiante. Pero intenté tomar muchas de las señales e influencias del álbum en general y crear un concepto inicial que se sintiera adecuado para la canción.
Hablando de algunas frases de lo más poderosas que aparecen en esta canción como son “I want to be the sunlight of the century” o “I want to be a vestige of our senses free”, ¿tardaste mucho tiempo en dar con ellas para expresar lo que querías contar o por lo general cuando logras frases tan potentes suelen brotar más bien del inconsciente?
Creo que las letras tienen que tener un elemento intuitivo para mí. Si intento sentarme a escribir la letra perfecta, por lo general no encaja del todo. Así que es un poco de ambas cosas. Sí, es una combinación.
Me gusta mucho como en ‘Empires Never Know’ logras un sonido ambiental de lo más particular, fundiendo por momentos tu voz con la parte instrumental para lograr un toque muy onírico. ¿Desde un primer momento tuviste claro que querías que todo lo que sucede en el fondo de la canción sonase de este modo tan especial?
La canción fue evolucionando con el tiempo. Al principio, era solo yo cantando con la guitarra, así es como grabo todas mis canciones. Pero sentía que le faltaba algo. Al final, optamos por usar el piano en su lugar. Luego añadimos todas las demás cosas. Sí, fue bastante experimental, supongo. Quiero decir, incluso hay algo así como una flauta al revés. Creo que estábamos intentando crear un ambiente o una atmósfera en la canción que realmente se adecuara al tema, y supongo que tiene un toque más de ciencia ficción. Fue interesante trabajar en ello.
Fotografías a cargo de Samuel Hess
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.