El tiempo que separa el presente de un antes borroso no siempre se traduce en madurez o claridad, pero en ocasiones sí permite ordenar lo vivido sin dramatismos. Eso parecen haber entendido Great Grandpa cuando, tras varios años alejados entre proyectos personales, decisiones vitales y nuevas geografías, decidieron volver a escucharse sin premisas previas. Lo que antes era premura, ahora es trazo lento: ‘Patience, Moonbeam’ se levanta desde esa lentitud voluntaria, no como un manifiesto, sino como la consecuencia de haber vivido sin plan común. La composición compartida de este disco no es un gesto de equidad simbólica, sino la única manera posible de articular su existencia. Las voces de Al Menne, Pat y Carrie Goodwin, Dylan Hanwright y Cam LaFlam se desplazan por las canciones con un protagonismo que no se mide por cantidad, sino por adecuación. Cada pista encuentra su forma a través del tiempo depositado en ella. ‘Doom’, por ejemplo, acumula capas hasta llegar a una densidad que se rompe de golpe; ‘Ephemera’ no busca permanencia, solo documentar lo volátil; ‘Junior’ se refugia en una mirada desde la infancia donde la violencia y la ternura conviven en la misma línea narrativa.
‘Kid’ se convierte en el centro de gravedad del disco, no por su duración o su carga sentimental, sino por la manera en que articula un duelo privado sin ocultar las imágenes concretas: “All good things in time define their meaning” no pretende consolar, solo acompasar la pérdida con un orden nuevo. En paralelo, ‘Emma’ y ‘Doom’ se enlazan por una frase repetida que actúa como pasadizo emocional, mientras que ‘Ladybug’ se apoya en lo absurdo para dotar de sentido los momentos sin relevancia aparente. A través de la fragmentación estructural de temas como ‘Task’ o ‘Kiss the Dice’, el disco retrata lo cotidiano como una secuencia de escenas sin conclusión. Hay cansancio, humor, cariño y una forma de afecto que no necesita ser enunciada. La producción de Dylan Hanwright funciona como articulación invisible de estos elementos, sin intención de unidad sonora, sino de coherencia emocional. ‘Patience, Moonbeam’ no es el regreso a un lugar común ni el intento de replicar una etapa pasada. Es más bien la documentación de un reencuentro que no busca resoluciones, solo la posibilidad de convivir en la misma frecuencia durante un rato. Aprovechando lo inminente del lanzamiento del disco, hemos tenido el placer de entrevistar a Cam LaFlam.
Primero que todo, enhorabuena por este nuevo álbum. Creo que representa la evolución natural de lo que habíais hecho antes. ¿Crees que este disco supone ese siguiente paso que teníais pendiente tras la pausa de la banda?
Sí, lo considero así. Creo que fue un proceso a la vez intencional y también fruto de nuestro crecimiento orgánico como grupo de amigos y músicos que llevamos más de diez años tocando juntos. Ha pasado bastante tiempo desde que publicamos 'Four of Arrows', así que resultó emocionante trabajar en 'Patience, Moonbeam', sobre todo por las distintas contribuciones de todos los miembros a la composición.
Que Dylan, uno de mis compañeros de banda, asumiera un papel más importante en la producción de 'Patience Moonbeam' también supuso una evolución muy interesante, porque aportó muchas ideas de producción desde la perspectiva de alguien que además forma parte de la banda. Sumado a las colaboraciones de otros músicos como Abby Gundersen, Jeremiah Moon o Nick Levine, que añadieron sus interpretaciones instrumentales, todo acabó influyendo de forma muy positiva en el resultado final. Estamos muy ilusionados con este disco.
Tras un periodo de separación en el que cada uno tomó caminos distintos, conseguisteis reuniros para comenzar de nuevo con este álbum. ¿Cuándo sentisteis que era posible componer música juntos otra vez y que la idea de un nuevo disco estaba cada vez más cerca?
En 2022 volvimos a coincidir en la costa oeste de Estados Unidos. No todos estábamos en Seattle, como en otros tiempos, pero ese reencuentro práctico se sumó a que, como amigos, colaboradores y compañeros de banda, echábamos de menos trabajar juntos. Nos entusiasmaban ciertas ideas de canciones que queríamos compartir. Empezamos poco a poco, dedicando bastante tiempo a crear y revisar maquetas, lo cual fue un proceso paciente que nos permitió ir probando arreglos y nuevas versiones de algunos temas hasta encontrar la forma definitiva. En total, el proceso de composición, grabación de demos y grabación final duró un par de años, pero creo que esa paciencia nos ha beneficiado mucho.
Siento que el sonido de este disco está más lleno de matices que nunca, con múltiples texturas que descubres poco a poco en cada escucha. ¿Creéis que os obsesionasteis más que antes en ser meticulosos a la hora de introducir detalles sorprendentes en las canciones?
Tener tanto tiempo para trabajar permitió que pusiéramos mucha atención en los detalles y que fuéramos tan cuidadosos como hiciera falta, revisitando las canciones cuando lo creíamos necesario. Queríamos que cada tema tuviera la esencia que imaginábamos, probando diferentes arreglos y posibilidades. Hablando en concreto de mi labor como baterista, traté de servir a las canciones siendo preciso y reflexivo con mis partes, pero también dejando cierto espacio para la espontaneidad, probando ideas que luego se pulían hasta definir la versión final de cada tema.
"Tener tanto tiempo para trabajar permitió que pusiéramos mucha atención en los detalles y que fuéramos tan cuidadosos como hiciera falta, revisitando las canciones cuando lo creíamos necesario."
El disco abarca muchas influencias, desde lo más crudo hasta lo más melódico, pasando por folk, pop e incluso algo cercano al trip-hop en 'Ephemera'. ¿Creéis que vuestros gustos musicales individuales han terminado por ser más evidentes que nunca en este álbum?
Sí, nuestras influencias individuales, de forma directa o indirecta, influyeron en la creación de este disco. Cada uno de nosotros ha estado escuchando distintos álbumes mientras componíamos y grabábamos, y eso se cuela sin darte cuenta. También hay artistas y discos que compartimos como banda, y otros que cada uno descubre por su lado, y todo eso se suma. Al final, lo maravilloso de la música es que siempre hay artistas nuevos —o nuevos para ti— por descubrir, y esas inspiraciones acaban dejando huella.
'Abbey Road' fue una referencia en la dinámica de la banda y en la composición. Más allá de esa idea general, ¿hay alguna canción o momento específico en 'Patience Moonbeam' donde sintáis esa influencia de forma más tangible?
Mi compañero Pat ha mencionado 'Abbey Road' en concreto, y sé que para él, The Beatles han sido siempre una gran influencia, tanto por su forma de componer melodías como por su experimentación. A mí también me han marcado durante mucho tiempo. No sé si Pat tenía en mente una canción específica de 'Patience, Moonbeam' cuando hablaba de 'Abbey Road', pero puede que haya ciertos elementos en 'Kid', por ejemplo, que reflejen algo de esa inspiración.
El concepto de familia, especialmente la que uno elige, parece un hilo conductor en el álbum. Está presente tanto en la reunión de la banda como en referencias personales, por ejemplo en 'Task' cuando cantáis “You had changed / But the heart of you was still the same”. ¿Sentís que este disco celebra el poder estar con las personas que queréis?
Totalmente. Llevamos más de diez años juntos, y en el disco se nota esa prioridad de reconocer a quienes son importantes en tu vida. Se ve en nosotros cinco, que seguimos colaborando con cariño y respeto mutuo. También habla de lo crucial que son nuestros amigos y familia, y de cómo nos consideramos una familia elegida. Poder seguir componiendo y divirtiéndonos con ello es algo único, y ojalá se refleje en las canciones.
Me encanta cómo en 'Junior' el protagonista se mueve entre la violencia y la rabia juvenil, pero también con un tono casi humorístico en frases como “Light crimes with my buddies all night”. Es quizá la canción más cinematográfica del disco. ¿Qué buscabais capturar con esa historia?
Pat escribió la letra de 'Junior', así que no quiero suplantar su explicación. Diría que la canción tiene un nivel de detalle que la hace muy vívida y que ayuda a sumergirte en esa pequeña historia. Pat podría explayarse mejor, pero creo que sí buscaba ese contraste entre momentos intensos y un punto de humor.
"Llevamos de diez años juntos, y en el disco se nota esa prioridad de reconocer a quienes son importantes en tu vida."
Pasando a 'Ladybug', es una canción con una estructura fascinante, llena de anécdotas curiosas que parecen sacadas de vuestra propia experiencia. ¿Sentís que este tema habla sobre valorar esos momentos de alegría inesperada que surgen a diario?
Exacto. Fue muy divertida de componer. Pasó por varias iteraciones y reestructuraciones hasta dar con su esencia. Recuerdo lo bien que lo pasamos creando ese patrón de batería repetitivo, las voces en grupo o los gritos que aparecen un par de veces. Teníamos claro que queríamos incluirla en 'Patience Moonbeam'.
'Doom' también impacta desde el primer momento, con un sonido pesado por instantes y luego muy ligero y veloz. ¿Fue una de las canciones más desafiantes a la hora de encontrar el tono y el ambiente correctos?
En parte sí. 'Doom' pasó por muchas fases y su demo original acabó siendo muy diferente de lo que escuchas en el álbum. Aun así, me alegra que nos tomáramos el tiempo para darle la forma definitiva. Tiene secciones, como la parte más pesada de guitarra, que quizá recuerden algo más a nuestros temas antiguos, pero esperamos que también suene fresca.
Me gusta cómo la estructura de 'Emma' y 'Doom' parece enlazarse, cantando en la primera “It’s funny how I need you, damn” y repitiéndolo en la segunda. ¿Creéis que están relacionadas más allá de esa conexión lírica y sonora?
Lo descubrimos mientras trabajábamos en 'Doom'. Nos gustó la idea de enlazar ambas canciones. Así, al llegar a 'Doom', aparece esa conexión con la letra de 'Emma', algo que nos pareció muy interesante.
'Kid' es quizás la canción más larga del disco y muy emotiva. ¿Creéis que ha cambiado mucho desde que la compusisteis en 2020 y que quizá se convierta en un nuevo himno para vosotros?
Empezamos a trabajar en 'Kid' a finales de 2020 y, a diferencia de otros temas que fueron más reinventados, una vez que dimos con la estructura que queríamos, se mantuvo bastante fiel a la idea inicial. Nos ilusionó mucho cómo quedó desde el principio, así que no tuvimos que modificarla demasiado.
"Poder seguir componiendo y divirtiéndonos con ello es algo único, y ojalá se refleje en las canciones."
Ahora que habéis vuelto y dado algún concierto, con más por delante, ¿qué echabais más de menos de estar todos juntos?
Lo que más echaba de menos era simplemente pasar tiempo con mis compañeros. Cuando ensayamos o tocamos, es fácil olvidar que es un privilegio poder hacerlo con tus mejores amigos. Nos hace mucha ilusión sacar el nuevo disco, volver a tocar en directo después de tantos años y presentar canciones nuevas junto a temas de trabajos anteriores.
Después de tantos años tocando juntos, ¿hay algún ritual o costumbre de la banda en la carretera o antes de un concierto que siga intacto desde vuestros inicios y que puedas contarnos?
No tenemos nada muy específico, pero solemos reunirnos justo antes de salir al escenario para darnos ánimos y recordarnos que todo va a salir bien. Más aún en estos primeros conciertos tras tanto tiempo sin tocar, a veces aparecen los nervios. Pero ese momento en grupo ayuda a relajarnos y recordar que es divertido.
En todas nuestras entrevistas pedimos a los artistas que dejen una pregunta para la siguiente banda que entrevistaremos. ¿Cuál sería la tuya?
Se me ocurre una que no está relacionada con la música: “¿Qué estáis leyendo ahora mismo? ¿Hay algún libro o autor que os inspire en este momento?”
Perfecto. Chase Petra dejó una pregunta sobre libros también, preguntando: si tuvieras que escribir un libro, ¿de qué trataría y por qué?
Vaya casualidad. Pues si escribiera un libro, quizá podría ser sobre mi abuelo, que publicó algunos libros infantiles y me parece una idea interesante. Por otro lado, también me atrae la idea de escribir una novela de ciencia ficción. Son dos ideas muy diferentes, pero ambas me parecen divertidas para explorar.