Entrevistamos a

Feeble Little Horse

"Siento que la forma de hacer las mejores canciones posibles es ponerme a hablar sobre las cosas que me resultan complejas de abordar."



Por -

Feeble Little Horse acaban de lanzar su segundo LP, Girl with Fish, vía Saddle Creek. Este disco se enfocó en la intuición en lugar de la intención, permitiendo que la colaboración fluyera naturalmente. A lo largo de 11 pistas auto-grabadas y auto-producidas, la banda experimenta con diferentes géneros, desde el pop hasta el ruido y el rock noventero atonal, a veces todo ello contenido en una sola canción. Aprovechando este lanzamiento, hemos tenido la posibilidad de hablar con los miembros de la banda y descubrir cómo el colaborar en la escritura de canciones les permite crear temas que reflejan diferentes facetas de sus vidas y experiencias. También nos hablaron sobre cómo utilizan la música para expresar emociones y sentimientos que pueden ser difíciles de expresar con palabras. Gracias a este tipo de cuestiones, podemos descubrir cómo el álbum es un testimonio del poder de la auto-grabación, el solventar problemas que surgen y dar un salto de confianza con las personas más cercanas a ti. Adentrándonos en cómo su nuevo sello discográfico les ha permitido centrarse más en el lado artístico de su trabajo, mientras que el sello se encarga de las tareas más aburridas, nos hablaron de su proceso de grabación y cómo han desarrollado nuevas técnicas para capturar sonidos de batería de una manera más sutil. Además, nos comentaron sobre cómo esta referencia presenta una variedad de influencias más amplia, incluyendo el hip hop de los años 90. Todo esto y mucho más es lo que ha dado de sí nuestra entrevista con el grupo.

Habéis grabado y producido las canciones del disco vosotros mismos. ¿Desde un primer momento sentisteis que no queríais involucrar a nadie externo a la banda para lograr un disco aún más personal?

Sebastian Kinsler: Creo que la forma en que solemos componer es siempre similar, escribiendo las canciones y grabándolas tan pronto como nos es posible. Así que probablemente los temas serían muy diferentes si pasáramos mucho rato en un estudio. También es divertido hacerlo todo nosotros mismos, buscando maneras imaginativas de grabar ciertos sonidos y así lograr que todo suene de la manera que queremos. Solo así sentimos que lo estamos haciendo de la mejor forma posible.

 

Siento que las canciones de este disco resultan muy variadas entre sí, pero al mismo tiempo creo que resultan bastante coherentes en su sonido gracias a todo el ruido que las rodea. ¿En algún momento os preocupó que las canciones del disco fueran muy diferentes y que en su conjunto no estuvieran muy relacionadas?

Jake Kelley: Sí que hay veces que puede aparecer esta idea por nuestra cabeza, pero nunca es una gran fuente de preocupación. Es decir, cuando sentimos que quizás resulta todo muy dispar, confiamos en que nuestro subconsciente acabará mezclando todos los elementos para que resulte un proyecto cohesivo. Esto nos ocurre tanto dentro de las canciones como con un disco en su conjunto. Recuerdo que hubo un momento en el que pensamos en cómo estructurar el tracklist del disco, antes de haber compuesto ‘Freak’ y ‘Heaven’. Luego Ryan, Sebastian y Lydia compusieron esas dos canciones y a partir de ahí tuvimos más claro cómo teníamos que ordenarlas.

Sebastian Kinsler: A mí me ocurría que quizás estaba preocupado de que las canciones fueran demasiado similares. Porque en realidad tenemos muchas canciones que son estrofa, estribillo, estrofa y estribillo con coros. Por lo tanto, tratamos de colocarlas en el tracklist engañando a la gente para que pensase que cada canción tiene una estructura muy diferente.

Vuestras canciones sin lugar a dudas siempre resultan imprevisibles, logrando melodías de lo más cambiantes y teniendo la sensación de cómo cualquier cosa puede ocurrir en vuestra música. ¿Sentís que en vuestro proceso compositivo os dejáis guiar casi siempre por la intuición o tenéis también alguna regla interna acerca de cómo desarrollar las estructuras de los temas?

Lydia Slocum: En las canciones que hago, soy muy intuitiva con el proceso de creación, pero luego trabajo mucho con Sebastian. Él lo enfoca todo más hacia la estructura del tema y si es una idea novedosa lo que tenemos entre manos para ver cómo la acoplamos con lo que ya está escrito. Como en ocasiones me cuesta pensar en las cosas estructuralmente, siento que quizás este es el motivo por el que las cosas parecen un poco impredecibles, aunque realmente nunca es solo el proyecto de una persona ya que nunca podría hacer ninguna de estas canciones por mi cuenta. Por lo tanto, se trata un poco de mostrar de forma sutil las características tan dispares de cada uno en la composición, logrando luego repetir rasgos comunes entre los cuatro para que haya algo más de equilibrio.

"Cuando sentimos que quizás resulta todo muy dispar, confiamos en que nuestro subconsciente acabará mezclando todos los elementos para que resulte un proyecto cohesivo."

En relación a lo anterior, ¿os resulta en ocasiones difícil decidir también si un tema está acabado?

Sebastian Kinsler: Esta pregunta me resulta muy interesante, porque siempre me gusta escuchar mucho a otros amigos músicos sobre la forma en que tratan de rematar sus temas. Para nosotros, a veces las canciones tardan mucho tiempo en ser rematadas. Hay algunos temas en este disco que tardaron más de un año en ser terminados, pero llegado el momento nunca hubo ambigüedad sobre si estaban terminadas o no. Es decir, hay un preciso instante en el que eres consciente de una forma muy clara que no se pueden añadir más cosas.

Ryan Walchonski: A veces, al agregar diferentes capas y diferentes instrumentos, Sebastian toma las riendas diciendo: "Esto se quedará, esto se irá. Esto agrega algo, esto no agrega nada". A veces, para algunas canciones, desechamos muchas cosas. A veces se quedan. Así que creo que depende de la canción.

Sebastian Kinsler: Tener el poder de decisión sobre todo esto es genial, porque es algo que nunca sucedería en el estudio. Allí solo podría estar mezclando una canción y luego pensar: "Oh, esta guitarra no está llenando el espacio", y luego puedo volver a grabar la guitarra en mi habitación, llevándolo de nuevo al estudio y tardando más tiempo. Así que el componer como lo hacemos ayuda a terminar las canciones porque siempre podemos ser conscientes de cómo los cambios constantes son necesarios para finalizar los temas cuanto antes.

Algo que me apasiona del disco es como a pesar de que hay un montón de sonidos y ruidos diferentes, no se superponen unos encima de otros, sino que en todo momento se pueden distinguir bien. ¿Sentís que cuando hacéis las canciones os preocupa bastante que cada elemento que esté sonando tenga su dosis de protagonismo y se pueda reconocer frente al resto?

Ryan Walchonski: Creo que algo útil en este sentido es la música que escuchamos y de la que tomamos inspiración. No sé qué estaban escuchando los demás en ese momento, pero recuerdo que escuchaba mucho porque me encanta, y creo que a Sebastian también, el grupo Mid-Air Thief, que utiliza muchas capas diferentes. Sin embargo, lo hacen de una manera orgánica y todo se mezcla muy bien. Nada compite por el espacio. Simplemente crean un paisaje sonoro muy agradable.

Sebastian Kinsler: Sí, hacemos las cosas de tal manera que los sonidos se mezclan y suenan como un solo instrumento. Muchas veces, podrías pensar que es una guitarra con un sonido un poco particular, pero en realidad es una guitarra y dos sintetizadores tocando juntos.

Jake Kelley: Sí, incluso en nuestro primer EP, Modern Tourism, teníamos un amigo que hacía pequeñas reseñas de música y pensó que en la canción ‘15’ las guitas eran un sintetizador. Y lo incluyó en la reseña, aunque eran solo guitarras. Me encanta la forma en que las capas de los instrumentos se asemejan a pequeños trucos sonoros donde no sabes lo que suena realmente.

 

Me parece muy interesante la química que debe surgir cuando todos os juntáis en una habitación y comenzáis a componer canciones o simplemente a tocar. ¿Sentís que momentos de improvisación que surgieron cuando todos tocabais juntos han sido importantes en este álbum?

Lydia Slocum: En cuanto a la escritura, siento que desde el principio siempre ha sido un poco improvisada. Tal vez siempre traigo las letras un poco pensadas de casa, porque vivo un poco lejos de Ryan y Sebastian, de modo que cuando estamos juntos en la misma habitación, la idea de que solo tengo 20 minutos para articular correctamente las palabras me invade, surgiendo una especie de presión cuando estamos juntos para hacer canciones. No es una presión mala, sino más bien relacionada con la necesidad de remar todos en la misma dirección para componer los temas. Es algo del estilo de: "Por supuesto que la terminarás, estamos juntos. Esta es nuestra oportunidad". Así que mucho sucede en el momento en el que llegamos a este punto. En este disco, creo que realmente nunca llegué con algo muy definido de antemano, salvo en ‘Paces’.

Sebastian Kinsler: Incluso en esta, que trajiste casi todo escrito, al final acabamos cambiando más o menos la mitad.

Lydia Slocum: Sí, pero esa es la única vez que traje algo. Casi nunca lo hago. Siempre es como que nos sentamos y empezamos a construir juntos. Y cuando acabamos el día, al menos tenemos algo hecho. Nunca tiramos cosas sin razón.

Sebastian Kinsler: A Ryan le gusta escribir riffs por su cuenta y luego mentirme diciendo que los acaba de inventar en persona. Es un truco que le he pillado haciendo alguna vez (risas).

Ryan Walchonski: Es un buen truco porque si Sebastian sabe que lo escribí de antemano, me dirá que piense en otro diferente en ese momento. Pero si no se lo digo, ¿qué va a decir ¿Lo escribiste antes? Él no lo sabe. Trato de que no se de cuenta (risas).

Una de las cosas que ha cambiado desde que compusisteis vuestro anterior trabajo, Hayday, y este nuevo, es que ahora ya os conocéis mejor y tenéis una amistad muy sólida. ¿Sentís que el haber desarrollado unos vínculos entre vosotros más fuertes y tener más confianza ha sido un factor muy decisivo a la hora de componer este disco?

Jake Kelley: Siempre tienes que aprender a confiar en los demás, todos estamos tratando de hacer la mejor música posible. Solo porque alguien del grupo tiene una idea diferente a la tuya no significa que esté tratando de herir tus sentimientos o ser malicioso. Solo están tratando de decir lo que creen que sonaría mejor en el disco. Así que tienes que asegurarte de que todos tengan poder de tomar decisiones en el disco, para que todos estemos contentos con el producto final. Y tiene que haber mucho espacio para el compromiso, algo en lo que creo que hemos mejorado bastante.

Ryan Walchonski: También creo que cuando escribimos Hayday, fue muy fácil. Pero ya sabes, cuanto más tiempo pasamos juntos, también se nos plantean nuevos desafíos. Y creo que muchas cosas buenas surgen al trabajar juntos en esos desafíos. No siempre es simple y fácil, a veces tienes que ser honesto con los demás y trabajar en cosas difíciles, así como en cosas fáciles y divertidas. Y creo que eso nos hace mejores como unidad de amigos y mejores músicos.

"Se trata un poco de mostrar de forma sutil las características tan dispares de cada uno en la composición, logrando luego repetir rasgos comunes entre los cuatro para que haya algo más de equilibrio."

A lo largo del disco, como puede ocurrir en la inicial ‘Freak’, parece que el humor también es importante a la hora de lograr un ambiente más especial. ¿Consideráis que las bromas internas y vuestro sentido del humor se acaban reflejando de una forma clara en las canciones de este disco?

Sebastian Kinsler: La música es cómo nos relacionamos. Cuando estamos fuera del proceso compositivo como banda, también compartimos muchas conversaciones sobre música porque es algo que nos encanta. Por otro lado, cuando estamos juntos, siempre estamos bromeando, tanto en nuestro papel de banda como en el de grupo de amigos, por lo que todas estas bromas son comunes a estos dos mundos, colándose de lleno en las canciones.

Hablando ahora de las temáticas encerradas en las canciones de este disco, ¿sentís que hay algún tema general que predomina por encima del resto o más bien sentís que cualquier cosa que os ocurra casi siempre puede formar parte de una de vuestras canciones?

Lydia Slocum: Sí, creo que la segunda afirmación es cierta, porque Hayday tenía más bien una sola temática, ya que lo escribimos en un período de tiempo muy corto. Pero el nuevo álbum, en cambio, cada canción en sí es un pequeño mundo. Hay algo real dentro de cada una y se basa en mi vida o en la vida de otra persona desde mi perspectiva. Sin embargo, como fue escrito durante un período de tiempo tan largo, no creo que estuviera pensando todo el rato en las mismas cosas. Estaba escribiendo algo diferente un año después, por lo que no pensé en si en este sentido todo conectaba a lo largo del tiempo. El álbum es una unidad en muchos sentidos, pero al mismo tiempo, se trata de la experiencia de las personas que lo van a escuchar y cómo puede recordarles a un momento determinado de sus vidas. En este punto, depende del oyente crear el tema para sí mismos.

Ryan Walchonski: Una de las cosas buenas de estar en una banda y no tener solo uno de nosotros escribiendo todas las canciones es el hecho de que los temas son como un parche de todo el trabajo que hemos hecho colaborativamente o como un empedrado de diferentes facetas de nuestras vidas, influencias, lo que estamos disfrutando y experimentando. Con suerte, todo eso se une en algo único porque no va a ser solo lo que uno de nosotros está experimentando, sino fragmentos de lo que todos estamos experimentando de forma colectiva.

 

Otra cosa que me gusta mucho de este disco es la forma en la que lográis mostrar estados de ánimo muy precisos, como por ejemplo la forma en la que mostráis en ‘Paces’ esos momentos vitales de monotonía que parecen permanentes. O también en ‘Heaven’ un estado de apatía. ¿Sentís también que los momentos más confusos de vuestras vidas son bastante interesantes a la hora de analizarlos a través de vuestras canciones?

Lydia Slocum: Sí, al menos para mí, creo que los medios creativos siempre los utilizo para articular cosas que no siento muy bien como expresarlas de forma precisa con palabras. Siento que la forma de hacer las mejores canciones posibles es ponerme a hablar sobre las cosas que me resultan complejas de abordar.

También siento que quizás en este disco respecto al anterior hay letras más crudas como pueden ser las de ‘Streamroller’ o ‘Pocket’. ¿Creéis que en este disco habéis tratado de no poner ningún filtro a vuestras letras?

Lydia Slocum: Creo que simplemente estoy más cómoda ahora. Al igual que antes hablábamos de que ahora hay más confianza para contarnos las cosas, siento que ahora me atrevo más a dejar las letras como surgen. No es que de forma premeditada me ponga a escribir cosas muy locas o llamativas, sino que simplemente sucede así.

"Me encanta la forma en que las capas de los instrumentos se asemejan a pequeños trucos sonoros donde no sabes lo que suena realmente."

Me gusta mucho como ‘Slide’ suena de una forma más calmada, para posteriormente encontrar un camino más ruidoso y pesado. ¿Sentís que el contenido de esta canción os pedía que tuviese dos partes bien diferenciadas entre la calma y el ruido?

Sebastian Kinsler: Sonar tranquilos e inmediatamente ruidosos es algo que nos encanta. Esto lo hacemos por pura diversión.

Ryan Walchonski: Realmente amo esta dinámica dentro de la música, pero también me gustan las partes simples que se acaban volviendo complejas. Creo que una cosa que hace que la música sea interesante para mí es la yuxtaposición entre diferentes partes de una canción, y eso es lo que me hace recordarla y conectarme con ella.

Me encanta el cierre del disco con ‘Heavy Water’ ya suena de una forma más nostálgica y también describe imágenes bastante cinematográficas. ¿Qué queréis transmitir con este tema?

Lydia Slocum: Quería que fuera muy sensorial. Creo que estábamos tomando inspiración de Wednesday en ese momento, pensando en la forma en la que logran que todo tenga unas texturas muy vivas. Sobre la temática, la idea era de reflejar que estas en una fiesta entre una multitud, sintiéndote muy perdido y pasando mucho calor. Todo esto lo conectamos con la sensación de no saber quién eres y cómo tienes que actuar en estas situaciones, logrando sonar suaves y cerrando el disco así.

Sebastian Kinsler: Esto es una de esas cosas que se unieron muy bien en retrospectiva, ya que no estábamos planeando que fuese de este modo mientras lo hacíamos. Porque sí, tiene estos versos realmente corales con esa percusión rota, y luego el estribillo parece que te empuja a la tranquilidad de las olas cuando se desvanecen en la orilla. Así que terminó uniéndose muy bien, pero no conscientemente mientras lo escribíamos.

Jake Kelley: Es una de las canciones del disco en la que puedo hacer una percusión un poco más hiphopera. En general, en el proceso de grabación de la percusión de este disco, en comparación a Hayday, Sebastian encontró una forma de capturar sonidos de batería de una forma muy sutil, pudiendo desarrollar la técnica que empleé en esta canción. Me encantan bandas de hip hop de los 90 como Digable Planets, por lo que fue genial poder transmitir esa influencia en ciertos puntos del disco, como en esta canción.

 

Os sentís muy vinculados e identificados con toda la escena DIY de Pittsburgh y Filadelfia. ¿Cuándo formasteis el grupo sentisteis que fue bastante fácil poder moveros en una comunidad de músicos de estas ciudades?

Ryan Walchonski: Creo que todos fueron muy acogedores desde el principio en Pittsburgh. Jake está muy conectado en la escena musical de Pittsburgh y creo que hizo un gran trabajo presentándonos a personas que conocía. Un poco más tarde, también nos empezamos a relacionar más con personas en Filadelfia y también fueron muy solidarias con lo que estábamos tratando de hacer, como hacer música pop experimental. Creo que no siempre es muy sencillo el conocer a otros músicos, pero creo que en esas dos ciudades, Pittsburgh y Filadelfia, se fomenta y se da la bienvenida a probar cosas nuevas y tomar riesgos. Creo que son buenas comunidades para formar parte de musicalmente, sin duda.

Relacionado con lo anterior, en vuestros inicios como grupo ¿hay alguna banda de la escena DIY de vuestro entorno que admirabais y que os motivase a empezar a hacer canciones?

Ryan Walchonski: Cuando estábamos escribiendo el EP, había una banda llamada A Country Western. Son mis amigos de la escuela primaria y hacían canciones que yo pensaba que eran realmente geniales. Recuerdo que hablé con Sebastian y le dije que no necesitábamos sonar así, pero quería encarnar el espíritu con el que estaban haciendo canciones.

Sebastian Kinsler: Sí, hay demasiadas bandas para nombrar, pero definitivamente para mí, puedo pensar en cuando estaba en secundaria donde amaba las canciones de rock que sonaban claramente como si hubieran sido hechas con un ordenador. Una vez que todas estas bandas en Filadelfia comenzaron a hacerlo, como A Country Western, They're Gutting A Body of Water o Full Body 2, pensé: "tenemos que empezar a hacer esto ahora mismo antes de que todos lo hagan".

Jake Kelley: Estilísticamente, la banda que más me influyó está bastante lejos de lo que estamos haciendo, pero se llama Water Trash. Y para mí, el gran atractivo era que me gustaba ese tipo de rock psicodélico. Pero lo que me gustaba era que siempre llenaban los sótanos de las casas y hacían música donde participaba mucha gente. Hacían rock psicodélico, hacían música pop pero en una forma de rock psicodélico. Nosotros estamos haciendo música pop, pero de manera más experimental.

"El álbum es una unidad en muchos sentidos, pero al mismo tiempo, se trata de la experiencia de las personas que lo van a escuchar y cómo puede recordarles a un momento determinado de sus vidas. "

Este es el primer trabajo que habéis publicado bajo el cobijo de Saddle Creek, dando un salto mayor a nivel mediático. ¿Sentís que han cambiado muchas cosas en cuanto a vuestra forma de trabajar como banda desde que habéis fichado por este sello?

Sebastian Kinsler: La música es exactamente la misma que antes de firmar, pero todo lo demás se ha vuelto más fácil. Solíamos hacer todo nosotros mismos, principalmente Ryan lo hacía. Pero ahora, tenemos un sello que hace todas las cosas aburridas. Lo cual nos libera bastante de cargas que nos resultaban pesadas.

Jake Kelley: Eso nos da más tiempo para enfocarnos en el lado artístico nosotros mismos, lo cual es agradable.

En todas nuestras entrevistas, nos gusta pedir que dejes una pregunta para la próxima banda a entrevistar. ¿Cuál es la tuya?

Lydia Slocum: ¿Cuál fue el último sueño que recordáis haber tenido? Me gusta preguntar esto porque siento que siempre quiero contarle a la gente mis sueños y nunca están interesados, así que estaría muy emocionada si alguien me preguntara sobre mis sueños.

Para vosotros tenemos una pregunta de Foyer Red: Si pudieras hacer que alguien remezclara una de tus canciones, ¿quién sería y por qué?

Lydia Slocum: Diría AG Cook Me encanta. Produce para artistas como Caroline Polachek y Alaska Reid. Simplemente hace música realmente genial y probablemente no sonaría muy diferente. Tengo mucha curiosidad por saber cómo quedaría.

Fotografía por: Micah E Wood

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.

Deja una respuesta