Entrevistamos a

Ela Minus

"En este disco hay momentos en los que parece haber un diálogo entre sintetizadores, como si pasasen por diferentes fases emocionales. "



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Con ‘DIA’, Ela Minus consolida un salto decisivo en su carrera, mostrando una capacidad creativa que roza la artesanía meticulosa. Desde el primer momento, la producción revela un enfoque cautivador donde la arquitectura sonora se fusiona con el carácter orgánico de sus composiciones. Lejos de replicar la esencia minimalista de su debut en 2020, aquí amplía horizontes y abraza la exploración de ritmos y texturas con firmeza renovada.

Cada pista responde a una narrativa clara: la artista recorrió distintos lugares mientras construía los cimientos del disco, y esa itinerancia impregna las canciones de un dinamismo casi cinematográfico. ‘Abrir monte’ actúa como una declaración de intenciones: sintetizadores vivaces y percusiones enérgicas se entrelazan en un coro magnético. De ahí surge la prolongación en ‘Broken’, que expresa vulnerabilidad sin renunciar al impulso rítmico, manteniendo el equilibrio entre emoción y baile.

‘Upwards’ brilla con un tono pegadizo que no sacrifica complejidad, reafirmando la voz con una honestidad que sacude. ‘Combat’ corona el conjunto con sintetizadores envolventes y la presencia de un coro que enaltece la fuerza del mensaje. Resulta impactante contemplar cómo una sola persona ejecuta esta suma de elementos, construyendo un sonido robusto y al mismo tiempo emotivo.

La influencia de su experiencia fabricando sintetizadores late en cada surco, y esa dedicación a los detalles se traduce en una paleta sonora que explora frecuencias graves demoledoras y arreglos con aire de laboratorio creativo. ‘QQQQ’ y ‘I want to be better’ muestran la vertiente más contundente, mientras ‘Onwards’ se sumerge en una distorsión intensa que remite a sus orígenes más desafiantes.

‘DIA’ refleja una reinvención constante, con letras más directas y un enfoque vocal sin tapujos. Este trabajo subraya la decisión de Ela Minus de expandir su universo electrónico, emergiendo como un paso sólido y emocionante en su evolución artística. Aprovechando la inminente publicación de este disco, su próximo concierto en Madrid (18 de febrero, sala Nazca), su paso por el Primavera Sound Barcelona y el Vodafone Paredes de Coura, hemos tenido el placer de entrevistarla.

A lo largo de ‘DIA’ se percibe una continua exploración de nuevos territorios físicos y emocionales, casi como si las canciones fuesen fruto de un viaje constante. ¿De qué manera sientes que el transitar por distintos lugares, con paisajes y silencios propios, acabó moldeando el sonido y la identidad final de este álbum?

Creo que influyó de muchas maneras, pero sobre todo de dos grandes formas. Por un lado, amplió mi paleta sonora porque, a diferencia del primer disco, no tenía mis propios sintetizadores, salvo un par que llevé conmigo. Me pasaba el tiempo yendo a distintos estudios que alquilaba por una o dos horas, y tocaba lo que hubiera disponible. Luego editaba bastante en la computadora, y eso hizo que la paleta sonora se expandiera mucho. Por otro lado, también generó inestabilidad emocional, porque estaba muy consciente de que solo contaba con ciertos días en cada lugar. Eso se ve reflejado en las letras y en la energía de las canciones. Además, cada sitio impregnó un matiz diferente: las canciones hechas en el campo suenan a naturaleza, con sintetizadores que parecen pájaros, mientras que otras suenan más urbanas. Creo que cada lugar dejó huella de forma inconsciente.

 

Me gusta mucho que el disco se inicie con ‘Abrir Monte’, ya que es una expresión que da a entender lo complicado que es siempre abrirse camino. ¿Sientes que todo el proceso que te ha llevado a lograr este disco se asemeja un poco a esta idea de “abrir monte”?

Efectivamente, me di cuenta además porque el nombre de la canción surgió al final de hacer el disco. No suelo trabajar con un concepto establecido, sino que voy creando y observo qué va saliendo. Me encanta la expresión “abrir monte” y la tuve presente mientras componía, igual que la palabra “día”. En un principio, había otras dos canciones que pensé que abrirían el disco, pero finalmente las descarté. Una de ellas se llamaba ‘Abrir Monte hacia adentro’, y trataba de explorar nuestro propio interior. Terminé eligiendo ‘Abrir Monte’ porque describe exactamente lo que sentí al hacer este álbum: abrir un camino donde antes no lo había.

Qué bonito y qué visual. También si no me equivoco fue en realidad la primera canción que hiciste para este disco.

Sí. Tenía un bloqueo creativo, no podía componer nada, y de pronto me topé con esa progresión de sintetizador que tiene el tema. Pensé: “Por fin, aquí está el disco”. Sentí que ese era el momento de empezar.

A diferencia de tus discos anteriores, en ‘DIA’ parece haber una confrontación directa con el miedo al fracaso, expresado en versos como “I’m terrified I’ll fail” que aparece en ‘Onwards’. ¿Sientes que el vencer esta idea también ha estado de alguna forma presente durante alguna etapa del disco?

Sin duda. Esa frase resalta mucho en la canción y refleja que este disco consiste en dejar caer la fachada. Antes me mostraba muy optimista, con la sensación de que todo era posible y nada me afectaba. Era quien yo era en ese instante, pero este disco revela mi vulnerabilidad. Siempre decía que no quería un proyecto solista, porque mi sueño era ser baterista, y tal vez lo afirmaba para no sentirme expuesta. Ahora admito que tengo miedo y que me aterra fracasar. De hecho, en ‘Onwards’ me burlo un poco de mí misma, diciendo que, si no tengo sueños, no puedo fracasar. Luego reconozco que sí me asusta fallar.

""Abrir monte" resume bastante bien el trabajo de estos años porque describe exactamente lo que sentí al hacer este álbum: abrir un camino donde antes no lo había."

Algo que también me llama la atención es el orden en que presentas las piezas. Parece contar una historia de transformación, ¿qué criterio seguiste para estructurar el álbum de manera que reflejara esa evolución interna?

La verdad es que el orden no lo planifiqué con esto en mente. El orden lo pensé sobre todo de forma musical, para que fueran diez canciones con transiciones, que funcionaran como un conjunto coherente. Pero sí es cierto que hay una especie de ola emocional. Empieza con más vulnerabilidad, va ganando fuerza, explota con ‘Onwards’ y ‘Upwards’ y luego vuelve a bajar. Aunque lo hice por motivos musicales, funciona a nivel emocional.

Otra cosa que también me fascina de este disco es como tu voz oscila entre la sutileza y el poderío total, adaptándote a la perfección a lo que sugiere cada canción. ¿En este sentido crees que en este trabajo has realizado un trabajo vocal más profundo para entender mejor que es lo que necesitaba cada canción?

Totalmente. Nunca antes había prestado tanta atención a mi voz. Siempre la trataba como una textura, grababa muchas capas y no me consideraba cantante, sino productora. Para este disco decidí tomarme en serio el trabajo de cantar y me puse el sombrero de ingeniera de audio. Probé distintos micrófonos, cadenas de compresión… Fue la primera vez que me di cuenta de que mi voz también es mi instrumento, y me dispuse a trabajarla con dedicación.

 

Hablando de la forma que tenías en mente para hacer que el sonido de este disco fuese por momentos más enérgico, ¿crees que fue un proceso complejo hasta lograr precisamente ese punto?

Sí, la verdad fue muy minucioso. Esta vez tuve que ser más creativa porque no disponía de mis herramientas habituales. Tenía menos control sobre la fuente de sonido, pero total control sobre cómo procesarla. Eso cambió mi rutina, porque dediqué más tiempo a procesar audio en la computadora que a grabar. Fue difícil, pero cuando encontré el lenguaje sonoro que buscaba, el resto del disco fluyó con claridad.

Al mismo tiempo, da la impresión de que cada sintetizador expresa un estado de ánimo distinto, como si fueran personas que conversan entre sí. ¿En algún momento lo has sentido así?

No lo había pensado, pero me encanta tu visión. En este disco hay momentos en los que parece haber un diálogo entre sintetizadores, como si pasasen por diferentes fases emocionales. Ahora que lo mencionas, encaja totalmente. Es bonito que haya surgido este comentario.

"Siempre decía que no quería un proyecto solista, porque mi sueño era ser baterista, y tal vez lo afirmaba para no sentirme expuesta. Ahora admito que tengo miedo y que me aterra fracasar."

Por lo que comentas, el disco está concebido en torno a distintos momentos y estados de ánimo. ¿Te propusiste contar alguna historia de evolución personal, pasando por situaciones más oscuras hasta otras más empoderadas?

Sí, y me gusta que lo veas así. No lo planifiqué, pero el álbum refleja a una persona que transita ese proceso. Lo veo como una foto o incluso una película en movimiento que captura esa transformación. Una imagen que tenía clara era la de estar en un cuarto oscuro, encender la luz y quedarme quieta para ver lo que había dentro y fuera de mí. Es el proceso de entender todo eso y enfrentar la situación con más fortaleza.

Me fascina la canción final, ‘Combat’. Es un cierre perfecto. ¿La compusiste como un himno de guerra colectivo para contrastar con la voz más íntima y personal del resto del disco?

Sí, un poco. La progresión de acordes surgió de una improvisación que grabé en la pandemia para una estación de radio, conectando dos canciones de ‘Acts of Rebellion’. Sentí que eran unos acordes preciosos y decidí desarrollarlos. Grabé saxofones, clarinetes, flautas… algo nuevo para mí. Al principio iba a ser instrumental, pero un día apareció la melodía y la letra de golpe. Me gustó que introdujera un “nosotros”, porque en ‘Acts of Rebellion’. siempre era “we”. Este disco, en cambio, es muy “yo”, así que ‘Combat’ recupera esa noción de colectivo y sirve como puente entre ambos trabajos. Me encanta que se sienta como un himno de guerra.

 

Ya que ha surgido lo de recuperar fragmentos de temas. ¿Te sucede a menudo rescatar fragmentos que descartaste, para luego darles una nueva perspectiva?

Antes no. Me arrepiento de no haber sido más organizada. Era muy radical: si algo no me gustaba en el momento, lo borraba y punto. Ahora, a veces reviso sesiones antiguas y encuentro ideas con potencial. Una canción de este disco inicialmente me parecía horrible, pero luego sentí que había algo valioso en la emoción que transmitía, y la recuperé. Aprendes a ver oportunidades donde antes no las veías.

Una de las cosas que me encanta de este disco es que, a pesar de la abundancia de sonidos y sintetizadores, nada se solapa en exceso. ¿Te cuesta decidir cuándo parar de producir una canción y darla por terminada?

Mi problema era lo contrario: acababa las canciones muy rápido y las publicaba enseguida. Con el tiempo aprendí a darme un respiro. Aun así, mi forma de trabajar sigue siendo muy intuitiva. Si se me agotan las ideas, siento que la canción está lista. A veces es más racional, sobre todo con estructuras más pop. Pero también hay que saber dejar ir: lo más importante es conservar la emoción que motiva la canción.

"Una imagen que tenía clara era la de estar en un cuarto oscuro, encender la luz y quedarme quieta para ver lo que había dentro y fuera de mí. Es el proceso de entender todo eso y enfrentar la situación con más fortaleza."

En todas nuestras entrevistas nos gusta que nos dejéis una pregunta a la siguiente banda a entrevistar. ¿Cuál es la tuya?

Me gusta la idea. Se me ocurre algo muy sencillo: “¿Cómo están en este momento?”. Puede parecer básico, pero me intriga mucho saberlo.

Del mismo modo tengo una pregunta para ti de Molina: ¿Qué fue lo último que escuchaste?

Ayer, en el aeropuerto, estuve escuchando bastante música ambient. Luego pensé en oír algo distinto y recordé a una cantante pop mexicana muy conocida que me sigue en Instagram, Ximena Sariñana. Siempre veo su nombre porque me salen sus likes, pero nunca había escuchado su música. También estuve con una compilación de piano improvisado del sello ‘section1’, donde hay una canción de ML Buch muy interesante.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.