Entrevistamos a

Draag

"Llegar a un lugar ligeramente incómodo con nuestra música es cómo sabemos que nos estamos manteniendo fieles a nosotros mismos."



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Arraigados en la escena DIY de Los Ángeles, la banda Draag ha logrado capturar la esencia de crecer en los suburbios angelinos de los años 90 a través de un sonido único que entrelaza elementos del shoegaze, el emo rock y el punk. Con su más reciente lanzamiento, el EP ‘Actually, the quiet is nice’, exploran esas memorias suburbanas de la infancia y la particular nostalgia que les provocan.

En sus propias palabras muchos son los recuerdos que provienen de esos días: "Ir a hacer recados en las tiendas con mi madre en los 90, tardes de verano jugando con los aspersores o quedarnos en el parque hasta después del anochecer". Una época y unos recuerdos que marcan su música de forma indeleble, como admiten: "Creció una obsesión con esa sensación particular de la infancia, sabiendo que podías regresar, pero nadie estaría en casa".


Y es que Draag es una banda que ha sabido desarrollarse dentro de la prolífica escena DIY angelina, alimentándose de esa comunidad de mentes afines. "Ser apoyados por y apoyando a una comunidad de personas con ideas similares" es, según ellos, uno de los aspectos más positivos de haber crecido como banda dentro de ese circuito.

Un circuito que los ha visto tocar "numerosos conciertos autoorganizados en muchos lugares diferentes". Y es que su sonido particular, que navega entre diferentes géneros, les ha permitido actuar en espacios muy distintos: "Nuestro rango estilístico lo veo como una bendición y una maldición. Nuestro instinto es crear algo que no se haya hecho antes, así que algunas canciones podrían no ser instantáneamente digeribles. Pero respaldamos eso, llegar a un lugar ligeramente incómodo es cómo sabemos que nos estamos manteniendo fieles a nosotros mismos".

“Nuestro rango estilístico lo veo como una bendición y una maldición. Nuestro instinto es crear algo que no se haya hecho antes, así que algunas canciones podrían no ser instantáneamente digeribles”

Una fidelidad a su visión que les ha llevado a desarrollar un sonido muy personal, que los miembros de la banda sienten que cada vez están más cerca de lo que buscan. Un largo camino recorrido desde su primer EP ‘Nontoxic Process’ de 2018 hasta la actualidad: "Nos tomó mucho tiempo encontrar nuestro sonido característico. Creo que la música finalmente está alcanzando a cómo la imaginábamos".

En ‘Actually, the quiet is nice’ han logrado plasmar todas las facetas que tienen ocultas en su música, ya que como reconocen, "de forma natural se convirtió en eso. Algunos de nuestros álbumes favoritos son los que tienen un enorme e inesperado rango". Un EP que parece abarcar diferentes estilos, desde canciones más orientadas al dream pop hasta otras más incisivas y crudas.

Una muestra de ese amplio rango es la canción ‘The Day Has Come’, sobre cuyo final comentan: "Cuando una tormenta golpea y termina, y el sol sale y proyecta una belleza ominosa. Además, los sonidos de pájaros son una muestra del último ave Kaua'i'o'o superviviente, insertada en una especie de canción sexy. Nos gustó la ironía de que fuera como un llamado de apareamiento, mientras que el pájaro no tiene idea de que es el último y no hay pareja para él".

Otro de los cortes destacados es ‘My Hell’, que la banda considera su canción "más experimental" junto a ‘Recharge’. Entre los detalles que lo convierten en un tema tan peculiar se encuentran "el tratamiento vocal, las atmósferas inquietantes al final y esa sensación claustrofóbica que transmiten las letras".

Y es que las letras han jugado un papel fundamental en la trayectoria de Draag, permitiéndoles "explorar emociones y sentimientos turbulentos" y convirtiéndose en "un fuerte componente de lidiar y analizar situaciones complejas" en sus vidas. "Nos identificamos como personas altamente sensibles y le damos muchas vueltas a las cosas. Una de las formas más saludables de procesar esto seguramente sea reflejándolo en las letras."

Esa introspección lírica ha ido de la mano de una particular atmósfera sonora que juega con las guitarras más urgentes y los sintetizadores. Porque Draag siempre ha buscado "un perfecto equilibrio entre esos dos aspectos", logrando un sonido único y personal.

“Nos identificamos como personas altamente sensibles y le damos muchas vueltas a las cosas. Una de las formas más saludables de procesar esto seguramente sea reflejándolo en las letras.”

Una estética que también se plasma en la portada de ‘Actually, the quiet is nice’, donde se puede ver a una persona vestida de blanco deambulando por la noche. Una imagen que el grupo admite que, "fue filmada en un televisor Hello Kitty de 2002, manteniendo el tema nostálgico. El centro comercial donde lo grabamos está congelado en el tiempo, está casi abandonado que probablemente fue muy querido en los 80 y 90. Visualmente representa mirar hacia tu infancia. Puedes volver al lugar físico, pero nunca será lo mismo".

Tras este lanzamiento, los planes de Draag pasan por "terminar de grabar el LP2 este verano, y posiblemente, intentar incorporar animación a los próximos vídeos musicales". Porque esta banda surgida de los suburbios angelinos y la escena DIY local continúa evolucionando para ofrecer nuevas y emocionantes propuestas sonoras tras unos años de lo más ajetreados.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.