¿Cómo se captura el amor en una canción? ¿Es posible construir puentes entre la nostalgia y lo efímero? Bruno Berle parece haber encontrado la manera. Su obra flota, entrelazando lo antiguo y lo moderno en un vaivén de armonías sutiles y letras que invitan a un viaje hacia su universo interno, sin prisas, con pausa, como el tiempo ralentizado en un atardecer. Con 'No Reino Dos Afetos 2', Berle ha entregado un testimonio musical en el que se atreve a borrar los límites entre géneros y a sumergirse en las profundidades de lo sentimental, componiendo una obra que, lejos de pretender complacer, es una exploración de sus propios afectos y su herencia cultural. Y ahora, en medio de esta búsqueda, Berle se prepara para presentar el álbum en directo en Madrid el 20 de noviembre, donde cada acorde encontrará su eco en un público deseoso de sumergirse en su propuesta. Es como si sus canciones fueran puertas hacia mundos personales donde se tocan tanto el amor como el desarraigo, y donde cada nota, cada silencio, se siente cargado de intención y de vida propia.
Pero, ¿qué pasa por la mente de alguien que mezcla forró y dubstep, que compone sobre el amor desde una perspectiva casi documental, visceral, y que dibuja su sonido sobre los tonos de la piel? Bruno Berle, el joven cantautor de Maceió que ahora camina por las calles de São Paulo, no teme a las contradicciones. En su segundo álbum, nos da la bienvenida a un espacio íntimo y expansivo, una atmósfera construida tanto con voz y guitarra como con sintetizadores. Para él, cada tema del álbum se mueve entre dos mundos; hay piezas que son puro folclore y otras que experimentan con la electrónica, como si quisiera reflejar el contraste entre su origen y su presente. "En los dos discos está lo nuevo y lo antiguo, pero algunas canciones creo que se definen: unas solo son voz y guitarra, otras solo con beats y sintetizadores. Pero no pienso en eso cuando hago la música, es solo fruto de lo que escucho diariamente”, comparte, como quien explica una obviedad que solo él sabe natural.
Este equilibrio, sin embargo, no es casualidad ni una búsqueda artificial de fusión de géneros; es el resultado de un entorno cultural que ha moldeado su sensibilidad. Para Berle, la música que compone no busca flirtear con modas o etiquetas, sino que surge de las sonoridades que lo rodearon desde la infancia. Su arte es como una carta de amor a Alagoas y Pernambuco, a su gente, a su folclore y a sus poetas, a todo lo que define la cultura de su lugar de origen. "No hago música pensando en géneros. Todos los sonidos que lanzo no vienen de una pretensión de flirtear con esto o aquello, sino del lugar en el que nací y de la música que circula por allí; es el punto de partida de mis gustos. El forró, el coco, Alagoas y Pernambuco, los instrumentistas, los cantores, los poetas… todo eso lo amo y formó parte de mi creación", explica con un respeto y amor palpables hacia su herencia. Su identidad y sus vivencias se convierten en el eje que le da coherencia a su obra, y a través de sus melodías, Berle logra transmitirnos un poco de la esencia de su tierra.
Este contacto íntimo con sus raíces no ha evitado que su trabajo sea catalogado como “lo-fi”, debido a la calidez y cercanía del sonido que logra. Pero Berle rechaza esta definición, explicando que la música, para él, es algo que no debería reducirse a conceptos técnicos; su estilo de grabación refleja el dinamismo de la vida, su ritmo vibrante y una inclinación natural por lo espontáneo y orgánico. "No veo mi trabajo como 'lo-fi', diría que mi forma de grabar es más viva, más orgánica; intenta relacionarse con el ritmo de la vida de hoy, de ideas rápidas, de recursos múltiples y accesibles para hacer sonido. Pero es solo el comienzo de mi historia fonográfica y evolucionará de muchas formas aún", reflexiona el músico. Esta autenticidad parece ser el motor de su música, que, aunque se nutre de influencias externas, nunca se desvía de lo íntimo y personal, marcando un camino en el que parece apenas estar empezando a descubrir la amplitud de su propia voz.
La mudanza de Maceió a São Paulo ha sido un hito crucial en su vida y en su música. La ciudad más grande de Brasil le ha ofrecido un entorno en el que los sueños se tornan posibles y donde el arte encuentra el espacio para expandirse. Sin romantizar, Berle confiesa que São Paulo representa para él un lugar de esperanza y de apertura. "Me encontré en São Paulo porque sabía bien lo que quería y es la ciudad de quien sueña y cree. No quiero romantizar la ciudad, pero es una de esas ciudades en el mundo donde las cosas suceden, donde realmente es posible intentar en Brasil", declara, mostrando su fascinación por el dinamismo y la libertad de esta gran metrópoli. La ciudad se convierte en un escenario de encuentros y posibilidades para su música, un espacio de experimentación y crecimiento. Este cambio también le ha permitido conectar con otros músicos, productores y artistas, ampliando su visión y colaborando en un ambiente creativo en constante movimiento.
En cuanto a los temas que aborda, 'No Reino Dos Afetos 2' se sumerge en el amor y las relaciones desde una perspectiva completamente distinta a la de su primer álbum, el cual describe como un viaje más introspectivo y personal. En este segundo trabajo, el amor es algo compartido, un sentimiento que fluye en las letras y melodías, convirtiéndose en un diálogo abierto con el oyente. "El álbum anterior era un viaje interno, menos diálogo, más declaración. Este tiene preguntas, sensaciones compartidas. Y puede ser tanto un fin de semana como toda una vida", revela. En cada canción parece invitarnos a recorrer las emociones que surgen en un romance, desde la inocencia inicial hasta las complejidades de una conexión más profunda, permitiéndonos experimentar un abanico de sentimientos que van desde la vulnerabilidad hasta la pasión, de lo efímero a lo eterno.
El universo sonoro de este álbum se siente casi tangible, una obra de matices que Berle asocia con los colores de la portada del disco, que reflejan tanto la oscuridad como la calidez de las experiencias humanas. "Veo el disco en los colores de la portada. Hay negro y marrón, piel oscura, sueños con otros colores", expresa, dándole a su música una paleta visual que acompaña y da profundidad a sus composiciones. En este juego de tonalidades y texturas, 'No Reino Dos Afetos 2' se convierte en una experiencia sensorial, un viaje que atraviesa diferentes estados emocionales y lleva al oyente a un lugar de intimidad y reflexión, un espacio que se siente profundamente humano.
La producción de 'No Reino Dos Afetos 2', en la que colaboró estrechamente con su amigo y también músico Batata Boy, no solo destaca por su complejidad instrumental, sino por la delicadeza con la que cada arreglo fue concebido. Berle y su equipo logran capturar la esencia de lo cotidiano y lo efímero en sus melodías, envolviendo al oyente en un ambiente casi artesanal, como si estuviéramos en presencia de un álbum tejido a mano. Su tema 'Tirolirole' es un claro ejemplo de esta mezcla de lo etéreo y lo nostálgico, una pieza que canta al amor con la ternura de una tarde soleada, capturando un momento que parece suspendido en el tiempo. Otros temas, como 'Dizer Adeus' y 'É Só Você Chegar', exploran una atmósfera introspectiva y melancólica, construyendo un espacio donde cada sonido parece contar una historia única y, a la vez, universal.
Cada canción de 'No Reino Dos Afetos 2' parece concebida para invitar a los oyentes a entrar en un mundo en el que la música y la emoción son inseparables, un reino de afectos donde Bruno Berle expresa la intensidad de sus relaciones y su visión del mundo. En definitiva, 'No Reino Dos Afetos 2' es una invitación a recorrer el universo emocional de Bruno Berle, un espacio donde la música cobra vida y adquiere una dimensión casi táctil. En cada canción se vislumbra una narrativa de amor, identidad y pertenencia que nos lleva a repensar la música como un lenguaje de sensaciones, de colores y texturas. Berle nos entrega un testimonio sincero y valiente de su propio viaje, una travesía que, como él mismo menciona, "es solo el comienzo de mi historia fonográfica y evolucionará de muchas formas aún", marcando un punto de partida en su carrera que promete seguir expandiendo los límites de lo que significa hacer música hoy en día.
Cada frase, cada acorde, cada silencio en este disco evoca una intimidad visceral y nos invita a adentrarnos en la visión de un artista que se despliega con honestidad, sin temor a ser vulnerable. En 'No Reino Dos Afetos 2', Bruno Berle nos abre una puerta a su mundo y, al cruzarla, no podemos evitar sentirnos parte de su historia, como si cada uno de sus acordes resonara en nuestras propias experiencias. Es un álbum que no solo se escucha, sino que se vive, un viaje emocional que nos lleva de la mano por los rincones más profundos del afecto humano.