Con ‘Spellbound’, Boyscott deja atrás la frescura casi accidental de su primer trabajo, ‘Goose Bumps’, para adentrarse en territorios más inquietos y deliberados. ¿Cuánto puede cambiar una banda en más de cinco años? Mucho, y en el caso de Boyscott, eso significa pasar de la ligereza a la introspección, de la intuición al análisis. Si el primer álbum surgió casi por inercia, con esa despreocupada noción de que la primera idea es la buena, aquí nos encontramos ante un trabajo meticulosamente pulido, donde cada nota ha sido cuestionada y cada verso reescrito hasta la saciedad. Scott Hermo Jr. parece haber librado una batalla interna contra el perfeccionismo, esa búsqueda incansable de lo inalcanzable que, aunque lo llevó al borde de la locura, también le permitió gestar algo mucho más sólido y maduro. ¿El resultado? Un álbum que suena a sudor y noches sin dormir, pero que también tiene una extraña calma, como si al final del camino se hubiera encontrado una especie de paz. La dualidad emocional que atraviesa ‘Spellbound’ es su columna vertebral: el placer y el sufrimiento, la estabilidad y el caos, la euforia y el cansancio. Temas como 'Rocky Road' nos introducen en los dilemas internos de una banda que ha pasado años en la carretera. La vida de gira no es solo conciertos y aplausos, es también enfrentarse a las dudas existenciales y al miedo de si todo esto tiene sentido. Sin embargo, Hermo nos deja claro que, aunque siempre estará agradecido por esta vida nómada, lo que más lo motiva hoy en día es conectar con el público que canta sus canciones y encuentra en ellas un refugio.
En cuanto al sonido, ‘Spellbound’ es un reflejo de la lucha entre la intuición y el perfeccionismo. Boyscott sigue apostando por esa estética lo-fi de raíces surf pop, pero aquí se nota una evolución técnica, un refinamiento palpable. La producción de Scoops Dardaris añade capas que, aunque sutiles, enriquecen las canciones, convirtiéndolas en paisajes sonoros más complejos. Piezas como ‘Arthur Kill’ y ‘Lima’ son ejemplo de cómo la nostalgia y la naturaleza juegan un papel clave en la narrativa de Hermo, quien revisita lugares y melodías que marcaron su juventud. Las letras, llenas de imágenes vívidas, hablan de cementerios de barcos, caminos olvidados y amistades que se sienten como un hogar en medio del caos. Boyscott ha sabido transformar la ansiedad de la creación en una experiencia auditiva que, aunque inquieta, encuentra belleza en la imperfección. 'Spellbound' no solo es un álbum maduro, es una muestra de la capacidad del grupo para capturar la esencia del paso del tiempo y de cómo las experiencias de la vida moldean, no solo al artista, sino también al ser humano. Aprovechando lo reciente de este lanzamiento, hemos tenido el placer de charlar con Scott.
Tu álbum debut, 'Goose Bumps', surgió de un proceso creativo espontáneo, casi sin darte cuenta de que estabas creando un disco. Ahora, con ‘Spellbound’, parece haber habido un enfoque más deliberado. ¿Cómo describirías la evolución de tu proceso creativo entre estos dos álbumes?
Desde 'Goose Bumps', definitivamente he sido mucho más intencionado al escribir y grabar. 'Goose Bumps' se hizo con una mentalidad de "la primera idea es la mejor", mientras que 'Spellbound' estuvo lleno de dudas, reordenaciones y reescrituras de partes. Pasé tantos años escribiendo este disco que en realidad crecí mucho durante las giras, y aprendí mucho sobre la composición de canciones en el proceso, lo que me llevó a reescribir constantemente muchas de las canciones.
En ‘Spellbound’ exploras una dualidad emocional entre el miedo y las emociones que surgen de estar en una banda y no parar de moverte. En ‘Rocky Road’, mencionas la lucha interna entre estos sentimientos. ¿Cómo ha cambiado tu percepción de las giras y el estilo de vida de los músicos desde que empezaste hasta ahora?
Siempre me encantará hacer giras y escribir música. Me siento muy agradecido de poder vivir este estilo de vida tan extraño y único. Somos una banda DIY en toda regla. He reservado y gestionado todas nuestras giras personalmente hasta este año. Al principio, todo era tan nuevo, emocionante y aterrador. ¡Y aún lo es! Pero ahora somos una banda más experimentada en giras, y la gente canta con nosotros y nos cuenta lo mucho que nuestras canciones significan para ellos. Hacer giras ahora mismo lo veo menos sobre nosotros y nuestra experiencia en la carretera, y más sobre querer estar a la altura de la emoción de las personas que compraron entradas y quieren pasar la noche con nosotros.
El álbum refleja muchas de tus experiencias en Nueva Jersey y aborda temas como la amistad y el crecimiento personal. La relación con estos temas parece estar profundamente ligada a tu evolución como persona y como artista. ¿Qué te llevó a revisitar estos aspectos de tu vida en ‘Spellbound’?
He crecido muchísimo desde que lancé 'Goose Bumps'. Y la mayoría de las canciones de 'Spellbound' son ideas que se formaron inicialmente al grabar 'Goose Bumps' o muy poco después. Pero me llevó años descubrir cómo arreglarlas, tanto sonora como líricamente, de una manera que se sintiera auténtica a quien me convertí después de que pasaron unos años. Durante los 6 ó 7 años que tardé en terminar este álbum, pasé por experiencias vitales muy formativas, aprendiendo a navegar por el mundo como adulto. No pude evitar que esas experiencias se colaran en las canciones, simplemente ocurre cuando trabajas en un proyecto durante tanto tiempo.
"Hacer giras ahora mismo lo veo menos sobre nosotros y nuestra experiencia en la carretera, y más sobre querer estar a la altura de la emoción de las personas que compraron entradas y quieren pasar la noche con nosotros."
‘Arthur Kill’ es una canción inspirada en un lugar muy peculiar, un cementerio de barcos en Staten Island, que en la canción parece tener una carga simbólica. ¿Qué representa este lugar para ti y cómo crees que encaja en la narrativa más amplia de ‘Spellbound’?
Visité el cementerio de barcos de Staten Island en el instituto, y la experiencia simplemente se quedó conmigo. Algunas de las vías fluviales de la costa este no son precisamente las más bonitas de ver, especialmente cerca de Nueva York y Nueva Jersey. Sin embargo, verás garzas y garcetas acudiendo a ellas. Hay algo genial en cómo la vida encuentra la manera y se adapta a cualquier cosa. Me encantan todo tipo de vías fluviales; hay algo tan especial en el agua corriente cerca de un horizonte urbano, sabiendo que hay tantas estructuras artificiales cerca, y aun así, hay un martinete y un cormorán asomando sus cabezas por el agua sin molestarse, a menos de un kilómetro de distancia.
En ‘Arthur Kill’, también mencionas a los ‘fantasmas de Nueva York’. ¿Sientes que estos lugares, cargados de historia y memoria, juegan un papel importante en tu identidad como artista o en las historias que eliges contar a través de tus canciones?
La costa este es donde crecí y no puedo evitar usarla como escenario para muchas de mis canciones. Me encanta estar aquí. Creo que Nueva Inglaterra la veo cercana a mi identidad como artista y a lo que termino escribiendo. Sin embargo, al hacer giras y ver gran parte de América del Norte, he notado que muchos lugares me inspiran y se cuelan en mis canciones. Ahora me encanta el noroeste del Pacífico. Me encanta el suroeste. Pero en 'Spellbound', definitivamente he escrito mucho ambientado en la costa este.
La canción ‘Lima’ tiene un trasfondo muy personal, ya que mencionas que está inspirada en una melodía que te marcó desde tus años de instituto. ¿Qué tiene de especial esta canción que se quedó contigo durante tantos años, y cómo influyó en tu visión del amor o la nostalgia en el álbum?
Escuché esa canción justo en el momento de mi vida en el que empecé a darme cuenta de que la música era algo que realmente me apasionaba. Durante esos momentos formativos, ciertas cosas se te quedan grabadas. Y ‘Lima’ definitivamente se quedó conmigo. Fue muy divertido revisitar esa canción y darle nuestro propio giro creativo.
El proceso de grabar y regrabar ‘Spellbound’ fue largo y lleno de cambios, lo que habla de tu búsqueda constante de la perfección. ¿Qué te enseñó este proceso sobre el perfeccionismo en la música y cómo decides cuándo una canción está finalmente 'completa' y lista para ser lanzada?
Me enseñó que es imposible alcanzar la perfección. En realidad, no existe. Sin embargo, si estás dispuesto a perder un poco la cabeza, puedes acercarte a lo que estás buscando. Tuve la suerte de acercarme a ello en este disco. Pero me llevó, al final, dejarlo ir y permitir que otros me ayudaran. Aprendí a darme espacio y tiempo con una canción o una mezcla y luego volver a ella. Definitivamente hice pasar a nuestro productor e ingeniero de mezcla por una auténtica pesadilla con tantas remezclas y ediciones constantes. ¡Incluso llegamos a masterizar 'Arthur Kill' y luego volvimos a editarla de nuevo! Nunca está realmente completa, pero puede llegar a estar cerca. Y aprender a respetar tu cordura es importante.
"Durante los 6 ó 7 años que tardé en terminar este álbum, pasé por experiencias vitales muy formativas, aprendiendo a navegar por el mundo como adulto. No pude evitar que esas experiencias se colaran en las canciones"
En ‘Below The Ladle’, mencionas la lucha entre hundirse o nadar, una metáfora que podría aludir tanto a desafíos personales como creativos. ¿Cómo relacionas esta metáfora con los obstáculos que enfrentaste durante la creación de este álbum y cómo los superaste?
Solo los superé al finalmente elegir trabajar con personas que podían ayudar y que eran buenas en lo que hacían. Al final, simplemente aprendí a confiar en los miembros de la banda y en Scoops, nuestro ingeniero, y creí que ellos también querían que sonara bien, así que si decían que lo estaba, debía confiar en ellos.
La naturaleza es un tema recurrente en tus canciones, como podemos ver en ‘Fell’ y ‘The Pond’, donde los paisajes parecen reflejar estados emocionales. ¿Qué papel juega el entorno natural en tu vida personal y cómo influye en tu música?
Me encanta pasar tiempo en la naturaleza. Vivo cerca de una playa y el bosque. No puedo evitar querer escribir sobre ello y dejar que inspire nuestra música. Después de una gira completa pasando todos los días en ciudades, lo único que quiero es estar en casa y ver una garza en la cala cerca de mi casa.
En ‘Rocky Road’, te preguntas si estás "pensando demasiado", lo que parece reflejar una constante duda interna. ¿Crees que esta tendencia a sobreanalizar las cosas ha impactado tu carrera como músico, o ha sido un motor creativo?
100%. Definitivamente soy un pensador ansioso y compulsivo. Me ha ayudado a alcanzar algunas de las metas que me he propuesto, pero también ha sido una gran carga, y estoy trabajando en aprender a soltar lastre. Ha ayudado a mejorar las canciones, pero también nos ha impedido lanzar música nueva durante años. Es simplemente quien soy, pero espero experimentar la libertad y la facilidad de hacer música como lo hice en el primer disco algún día.
Decidiste trabajar con Scoops Dardaris para reescribir el álbum desde cero, lo que sugiere una búsqueda de perfección y nuevas perspectivas. ¿Cómo fue la dinámica entre los dos en el estudio y qué crees que aportó Scoops al sonido final de ‘Spellbound’?
Estoy muy agradecido a Scoops. Fue maravilloso trabajar con él. Me obligó a soltar ciertas cosas. Ya había escrito la mayoría de las partes, y luego él montaba los micrófonos y conseguía el sonido que estaba buscando en las maquetas, pero de una manera más "hifi". Fue realmente divertido. Pasamos dos semanas en una cabaña juntos. Él trabajaba 12 horas al día, incluso después de que yo me iba a la cama. Es muy talentoso y un trabajador incansable. Es un tipo genial con quien colaborar, y estoy deseando volver a hacerlo.
"La costa este es donde crecí y no puedo evitar usarla como escenario para muchas de mis canciones. Me encanta estar aquí. Creo que Nueva Inglaterra la veo cercana a mi identidad como artista y a lo que termino escribiendo."
Tus raíces musicales están en la escena de Nueva Jersey, pero has pasado mucho tiempo de gira y explorando nuevos sonidos. ¿Cómo crees que tu experiencia en la escena musical de Nueva Jersey ha influido en el sonido actual de Boyscott en ‘Spellbound’?
De hecho, nunca me uní realmente a la escena musical de Nueva Jersey. No fue hasta que fui a la universidad en Nashville que me uní a una escena musical. La escena de Nashville, desde 2015 hasta 2017 cuando viví allí, definitivamente nos influyó. Había un montón de bandas maravillosas basadas en Nashville en ese momento. Esta banda llamada Free Pizza, inicialmente de Boston, me inspiró muchísimo. Ahora soy amigo de Santiago, de la banda. Su estilo era tan divertido y enérgico que todo lo que quería hacer era música animada como ellos. También había tantos músicos talentosos rondando por Nashville en esa época. Me hizo querer mejorar, y definitivamente ayudó a elevar nuestros estándares como banda.
En todas nuestras entrevistas, nos gusta que los artistas dejen una pregunta para la siguiente banda que entrevistemos. ¿Cuál es la tuya?
¿Cuál es tu experiencia más memorable en una gira? ¡Buena o mala!
También tengo una para ti de Kal Marks: Si tu presupuesto fuera ilimitado para la próxima gira, ¿qué harías? ¿A dónde irías? ¿Qué cambios harías en el proyecto?
¡Wow! Nos quedaríamos en un lugar con jacuzzi y contrataríamos a un conductor para que nos llevara durante la noche, así podríamos despertarnos y hacer una caminata o explorar el próximo destino por la mañana.