A principios de este verano Bloomsday publicaron su LP debut Place to Land, mostrándonos de este modo siete composiciones que transitaban entre las guitarras cristalinas y aquellos ambientes donde el dream pop intentaba aliviar todo tipo de cargas acumuladas al cabo del día. Mostrándonos su enorme sensibilidad en todo lo relativo a atreverse a hablar de situaciones de aislamiento y momentos donde parece que todo nos supera, Iris y Alex se abrían paso de forma más que acertada con unas canciones repletas de arreglos mínimos pero necesarios para poder enfatizar todas esas situaciones que implican cambios. Por ello, ante todo las estampas que desprenden estos temas están bastante relacionadas con aceptar el movimiento constante de la mejor forma posible, aportando para ello la calma y el tiempo necesarios para adaptarse a todo tipo de novedades. Solo así es posible facturar unas canciones cargadas de belleza y crudo realismo, sacando a relucir ante todo la fortaleza necesaria para que siempre seamos conscientes de como todo esfuerzo merece la pena. Aprovechando lo reciente de este lanzamiento, hemos tenido el placer de entrevistar a Iris.
La banda comenzó en 2018 cuando os conocisteis. Por aquel entonces, cuando empezasteis a tocar juntos, ¿teníais más o menos clara la dirección musical que queríais tomar o hubo un periodo de probar muchas cosas diferentes?
Sin duda, hubo que probar muchas cosas diferentes. Sin embargo, nuestros gustos compartidos estaban bastante claros. Descubrir cómo sonaba realmente la banda nos llevó mucho tiempo. Antes de grabar y producir las canciones, todavía no sabíamos exactamente cómo transmitir el ambiente que queríamos que escuchase el oyente. Hay un montón de canciones que tocábamos y que nunca llegaron a grabarse.
Este LP de debut se compuso y grabó en gran parte durante los meses más duros de la pandemia y el confinamiento, ¿sientes que la atmósfera oscura e incierta de esos días afectó de alguna manera al contenido de este álbum aunque no sea directamente?
Sí, creo que algo de eso llegó a la grabación, inevitablemente. Fue una época de mucha introspección, que hizo que nuestro sonido tomara diferentes colores y parte de las canciones quizás se encontraban impregnadas de la incertidumbre de aquellos días tan raros.
Hablando un poco más del proceso de elaboración del disco, ¿pudisteis trabajar durante esos meses en contacto físico o no tuvisteis más remedio que trabajar a distancia?
Alex y yo quedábamos en ocasiones para grabar, pero había momentos en los que era mucho más arriesgado. Había gente más vulnerable en contacto con nosotros, así que había algunas sesiones que hacíamos con mascarilla, y otras partes de las grabaciones las hacíamos nosotros en nuestras respectivas casas. De hecho, muchas de las voces que escuchas las hice yo en casa. Recuerdo el momento en que ambos nos vacunamos dos veces y hubo un suspiro de alivio, por fin podíamos dejar de preocuparnos tanto.
"Antes de grabar y producir las canciones, todavía no sabíamos exactamente cómo transmitir el ambiente que queríamos que escuchase el oyente. Hay un montón de canciones que tocábamos y que nunca llegaron a grabarse."
Sin duda, creo que las siete canciones que componen este disco están marcadas por los contrastes entre momentos de moderado optimismo y otros de soledad y aislamiento. Desde dentro, ¿sientes que tus canciones se balancean constantemente entre dos sentimientos bastante opuestos?
Diría que hay un equilibrio entre los extremos del espectro emocional. A lo largo de nuestra música, me resulta interesante pensar en términos de mi identidad y expresión de género, me siento a la vez con un lado muy masculino y con otro muy femenino. Esas dos energías tienen tensión y conflicto, así como armonía y ternura. También creo que expresar esas dos cosas forma parte de la condición humana y que todos nos esforzamos por alcanzar el equilibrio.
Hablando ahora a nivel musical, también creo que el conjunto de estas canciones contiene momentos de lo más variado, pasando de composiciones pop aterciopeladas como la inicial 'Phase' a otras mucho más robustas donde destacan incluso los riffs de guitarra, como 'Standby'. ¿Sientes que en todo momento no te has cerrado ninguna puerta en cuanto a las influencias y estilos que querías reflejar en estas composiciones?
En el proceso de elaboración de este disco estuvimos descubriendo realmente cómo hacerlo. Atender a las necesidades particulares de cada canción fue realmente variado. Esas dos canciones que mencionas fueron escritas con casi dos años de diferencia, lo que marca dos periodos diferentes de mi vida. Sus tonos sonoros son diferentes, y especialmente ‘Standby’ expresaba un nivel de angustia y anhelo que no estaba experimentando cuando escribí ‘Phase’. Creo que un tema del disco es el cambio y la transición, así que poder escuchar esas diferencias es parte de lo que quería transmitir.
'Phase' es una canción en la que muestras muy bien los vertiginosos cambios que estaban ocurriendo en tu vida en ese momento, mientras esperabas que llegaran a su fin. Cuando escribes una canción así, ¿sueles obtener algún tipo de respuesta o conclusión tranquilizadora sobre los difíciles acontecimientos que tratas en ella?
Podía sentir la inminencia del cambio, pero no podía saber cómo se desarrollarían las cosas. Creo que en realidad estaba lidiando con el miedo al cambio y con un poco de catastrofismo. La canción fue escrita en un momento en el que no sabía lo que vendría después, e intentaba llegar a la carcoma de lo desconocido. La resolución consiste en seguir adelante y, con el tiempo, descubrir cómo aguantar los golpes.
'ISO' es otra de las canciones del disco en la que aparecen quizás los momentos más duros del mismo, aunque la parte musical parece intentar aliviarlos de alguna manera. ¿Pensaste mucho en la relación entre la letra de esta canción y lo que podría sugerir la parte instrumental?
En esta ocasión lo que pensaba en todo momento era en el control sobre mis emociones. Así que seguramente la relación que une estas dos partes de la canción era la de encontrar como calmarme para sacar adelante el tema.
"Diría que hay un equilibrio entre los extremos del espectro emocional encerrado en las canciones."
También tengo la sensación de que, en general, en este disco hay también muchas reflexiones sobre la forma en que nos relacionamos con las personas que nos rodean, especialmente con aquellas a las que queremos y que han marcado nuestra vida. ¿Cree que fuiste muy consciente de la gente que le rodea a la hora de componer estas canciones?
Sí, diría que gran parte del procesamiento de lo que me ocurre y que vuelco en mis canciones se produce a través de darle vueltas a cómo es mi relación con los demás, lo que en última instancia también me ayuda a reflexionar sobre la relación que mantengo con mi interior.
Aunque creo que las letras de sus canciones tienen un significado muy personal, también siento que pueden extrapolarse fácilmente a un aspecto más universal. ¿Sueles pensar mucho en ellas cuando compone una canción que no se percibe como demasiado críptica?
Decidir las palabras que introduzco en un tema puede ser un proceso largo para mí. Cuando escribí algunas de ellas pude hacerlo en una tarde, y otras me llevaron meses hasta que de repente fui consciente de cómo quería expresarlo todo.
En los créditos del álbum aparecen Daniel Álvarez De Toledo y Jordan Dunn-Pilz, del grupo Toledo. ¿Sientes que de alguna manera hay una influencia mutua entre los dos proyectos?
Jordan y yo fuimos a la universidad juntos, y durante ese tiempo estuvimos tocando juntos y él ha formado parte de mi forma de componer. No estoy seguro de que sientan una influencia mía, pero sé que a Alex y a mí nos encanta trabajar con ellos en nuestro material.
Hablando ahora de la sección en vivo, ¿interpretaréis estas canciones sólo ustedes dos o alguien más los acompañará en el escenario?
Siempre tocamos cuatro encima del escenario, añadiendo bajista y batería.
"Gran parte del procesamiento de lo que me ocurre y que vuelco en mis canciones se produce a través de darle vueltas a cómo es mi relación con los demás, lo que en última instancia también me ayuda a reflexionar sobre la relación que mantengo con mi interior. "
En todas nuestras entrevistas nos gusta que nos dejéis preguntas para el siguiente grupo a entrevistar. ¿Cuál es la tuya?
¿Cuál es su aspecto favorito de ser músico?
También tengo una para ti de Dana Gavanski: Cuando se trata de música, ¿cómo puedes sorprenderte a ti mismo y dejar de tener expectativas muy altas de lo que quieres lograr en tus canciones?
El síndrome del impostor es algo que creo que combaten muchos artistas y no artistas. En mi caso, tengo que darme espacio para la ingenuidad, cantar en el karaoke y divertirme. Que no todo lo que hago tiene que ser tan serio, y permitir que esos momentos de alegría y apertura me guíen a la hora de escribir y producir.

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