Tras un largo impasse de seis años sin lanzar material, el trío lusitano 800 Gondomar ha roto su silencio con un segundo trabajo discográfico que supone un fantástico retorno. En São Gunão mantienen su esencia primigenia de punk eléctrico, pero a la vez exploran nuevos derroteros sonoros y temáticos que reflejan su progresiva madurez artística. A lo largo de las once canciones, el grupo captura con crudeza las realidades de los suburbios de clase obrera que conforman su entorno vital. Lejos de visiones maniqueas, retratan con mirada poliédrica tanto los pesares como las alegrías que brotan en esos barrios frecuentemente marginados. Mientras temas incisivos como el demoledor 'Mataram o Fábio' desentrañan sin concesiones la violencia y desesperanza reinantes, otros cortes como el titulado 'Não há Mal' logran vislumbrar destellos de amor y esperanza.
Su inconfundible garage rock crudo y enérgico sigue siendo el marchamo del sonido de la formación. Pero ahora no rehúyen inmiscuirse en caminos más experimentales y psicodélicos como en la intensa 'Faca No Bolso'. La pieza de cierre 'Sexta-à-Noite com o Monstro' sorprende además con un aire festivo que bien podría recordar a ciertas vertientes folk propias de su país. Lo que más destaca es la madurez alcanzada, con letras más reflexivas e introspectivas, y una factura instrumental mucho más detallada y elaborada que en trabajos anteriores. Las disonancias guitarreras conservan su mordiente, pero ahora son arropadas por capas de teclados y otros elementos que aportan mayor riqueza de matices sonoros.
En resumidas cuentas, São Gunão consolida a 800 Gondomar como una de las propuestas musicales más sugerentes de la escena underground portuguesa actual. Un trabajo potente e incisivo, crudo pero a la vez reflexivo, que retrata con valentía las luces y sombras de la vida suburbial sin caer en poses simplonas ni moralismos facilones. Todo un imprescindible para los amantes del garage rock con sustancia y calado. Aprovechando su regreso con tal destacado LP, hemos tenido el placer de entrevistar a Daqui y Rui, el batería y vocalista del grupo.
Han pasado más o menos seis años desde que entrasteis en un parón como banda hasta el anuncio de vuestro regreso la primavera pasada. ¿Durante todo este tiempo tuvisteis muy en mente el regreso del grupo o es algo que se ha forjado más bien de forma reciente?
Este nuevo momento no fue algo precisamente planeado, pero el anterior tampoco fue realmente un final. Nunca dejamos de ser amigos más allá de la banda, de estar en contacto constante y de hacer música individualmente o en otros proyectos. Nos reunimos de nuevo de forma natural, sin muchas pretensiones. Estamos en esa etapa ahora. ¡Está siendo maravilloso!
Hablando de la escena lusa más underground y en especial la relacionada con el garage rock, ¿sentís que ha cambiado enormemente hacia una dirección desoladora desde que publicasteis vuestro primer LP hasta este segundo?
En los últimos años han surgido menos bandas de instrumentos analógicos, aunque eso está cambiando sutilmente. En ese sentido, se puede considerar que este es el momento más alentador de los últimos tiempos. Por casualidad, siempre acabamos lanzando nuestros trabajos en momentos menos obvios: publicamos EPs cuando no había realmente un circuito de garage en Portugal y lanzamos nuestro primer álbum cuando este circuito ya estaba en declive. Es bueno volver a surgir en un contexto en el que está volviendo a florecer. Los chakras están definitivamente alineados y tenemos muchas ganas de ver qué está pasando por ahí en los submundos.
Relacionado con la pregunta anterior, ¿echáis de menos alguna sala o festival en el que os hubiese gustado presentar estas nuevas canciones y que ya no será posible porque ya no existen?
Para lidiar con los lugares y causas que desaparecen, hemos tenido la suerte de poder contar con la variedad de lugares y causas vivas que aún nos aceptan. A veces, también es difícil manejar el hecho de que algunos de estos lugares aún existen, pero ya no puedes adaptarte a su filosofía. Y ahí es cuando te das cuenta de que eres alguien diferente, que lo que haces es algo diferente, y tanto te consideras arrogante y presumido como responsable y orgulloso.
"Por casualidad, siempre acabamos lanzando nuestros trabajos en momentos menos obvios: publicamos EPs cuando no había realmente un circuito de garage en Portugal y lanzamos nuestro primer álbum cuando este circuito ya estaba en declive. "
Hablando ahora de vuestro nuevo disco ‘São Gunão’, ¿cómo fue el proceso de composición de estas canciones y qué desafíos os encontrasteis hasta su publicación?
Estas canciones son prácticamente todas nuevas, en el sentido de que casi no dejamos nada en el cajón durante estos años. Pero logramos reencontrarnos musicalmente de forma muy rápida. El mayor desafío fue reencontrar nuestra condición y gestionar los temas líricos; entender lo que queremos dejar de decir y lo que queremos decir en su lugar. Escribir letras es, en general, asumir posiciones y quizás nunca nos habíamos preguntado qué pensábamos o sentíamos sobre ciertos temas. Lanzar un disco es como desprenderte de una parte de ti y de tu conocimiento, cristalizándola en el tiempo.
Sin lugar a dudas, siento que en estos nuevos temas se intuye un sonido más maduro, que conserva el empuje de vuestras primeras composiciones, pero de alguna forma, también busca más matices en la interpretación. ¿Desde dentro sentís que en este disco habéis alcanzado un sonido más reflexivo y con más detalles?
Tenemos una madurez diferente, no necesariamente mayor o mejor, sino aplicada a diferentes detalles. Estábamos particularmente entusiasmados con el proceso de grabación, porque ninguno de nosotros había estado en un estudio durante mucho tiempo. Por lo tanto, fuimos un poco más exigentes con nosotros mismos y con nuestro sonido, aunque hay mucho espacio para cumplir aún mejor con lo que nos proponemos interiormente. Estamos realmente contentos de haber hecho un disco imperfecto, porque eso es lo que más nos motiva a trabajar en el próximo. Somos autogestionados y no estamos listos para refugiarnos en el éxito.
Siempre habéis sido un grupo que ha cantado mucho acerca de todo lo que ocurre en los entornos de extrarradio, tanto lo que sugieren sus elementos como las situaciones que pueden darse en ellos. ¿Sentís que las historias más interesantes para componer canciones surgen en estos lugares?
Fue simplemente la historia que nos tocó vivir. Todos tenemos razones diferentes para haber crecido en este suburbio en particular, Rio Tinto, y fue la atención a esa plasticidad lo que, en primer lugar, nos unió como amigos. Hay dramaturgias interesantes en todo tipo de lugares, pero fue esta la que nos atrapó y nunca pareció ser capaz de soltarnos. Cuantos más años pasan, más improbable parece esa separación, y con el transcurso de la vida, los símbolos de pertenencia también cambian de significado. Muchos han cambiado durante nuestro tiempo alejados.
Hablando un poco más de las temáticas sociales que reflejáis a lo largo de vuestras nuevas canciones, ¿consideráis que de forma más o menos directa en vuestras canciones también buscáis reflejar la realidad de todas aquellas personas y entornos que el sistema ha decidido dejar de lado?
Sí y no. Hay temas sobre los cuales no nos compete hablar, al menos en esta etapa, pero realmente intentamos reflexionar sobre lo que nos rodea. Al contar nuestra propia historia, exploramos temas universales que necesariamente están politizados y cargados de un sentido de reflexión sobre lo real y su contexto. No es una aproximación muy diferente a la del hip-hop más clásico. Antes de intentar salvar el mundo, debemos intentar humildemente salvarnos a nosotros mismos. Este disco intenta centrarse menos en las injusticias personales, sino encontrar también una calma y un equilibrio que permita celebrar las diversas caras que presenta la vida. Creo que este disco puede tender la mano a muchas personas similares a nosotros.
"Escribir letras es, en general, asumir posiciones y quizás nunca nos habíamos preguntado qué pensábamos o sentíamos sobre ciertos temas. "
Aunque a lo largo del disco aparezcan momentos repletos de desesperanza y esa sensación de que no hay futuro, también siempre momentos que apelan al amor como en ‘Não há Mal’ o incluso en ‘Mataram o Fábio’. ¿Sentís que a pesar de todo este sentimiento tiene más cabida de lo que parece en vuestros temas?
Exacto, es un reflejo de esa calma y respeto que intentamos practicar. La gran conquista de este disco es haber logrado ser definitivamente más incisivos y estoicos en nuestras emociones. Y parece que cuando te vuelves más objetivo sobre lo que estás sintiendo, también puedes encontrar una racionalidad más positiva en la forma de manejarlo. En ese pequeño espectro de racionalidad se encuentran una variedad de visiones sobre las cuales rara vez se canta. ‘Não há Mal’ es un resultado directo de esa exploración interior.
Hablando ahora de como afrontáis la desilusión y el desencanto en vuestra música, ‘Erva Daninha’ recoge muy bien la forma que tenéis de transformar la frustración en rabia. ¿Creéis que en muchas ocasiones el convertir el enfado en una canción puede resultar catártico?
La canalización de cualquier sensación en canciones de dos minutos es un proceso súper catártico y loco. Fue realmente importante tener cierta sensibilidad para que la expresión de nuestra ira fuera entregada de manera justificada, contextualizada y casi constructivista. En esos momentos, es realmente importante tratar de entender lo que sentirás al respecto y lo que dijiste sobre eso dentro de unos meses. Es fundamental crear un espacio en el que no nos avergonzaremos ni guardaremos rencor hacia nosotros mismos y hacia lo que fuimos. Expulsar tu ira conlleva una enorme responsabilidad contigo mismo.

Abrís el disco con ‘Rio Tinto’, una canción en la que habláis sobre regresar a vuestra ciudad natal. ¿Cómo es vuestra relación con vuestra ciudad y qué sentimientos despierta en vosotros?
Rio Tinto es un excelente ejemplo de un símbolo de pertenencia que ha cambiado de significado durante nuestro tiempo alejados. Antes era un lugar suburbano poco recomendable debido a su agresividad social, pero la presión gentrificadora del centro de Oporto lo ha convertido ahora en algo mucho más cercano a un ideal alcanzable y deseable. El suburbio es casi como nuestro compañero en una relación monógama: habrá momentos de lujuria y placer, hastío y monotonía, pero todo lo que hemos construido juntos hasta ahora siempre tendrá un valor indeleble. Estamos definitivamente casados con la periferia, por el momento.
El tema ‘Faca No Bolso’ nos muestra un formato de canción diferente a lo que soléis hacer, encontrando una especie de pieza de rock intenso, progresivo y con mayor carácter de ruido experimental. ¿Cómo surgió esta canción?
El tema es simple en su génesis, y quizás eso nos permitió expandir más sus contornos. Definitivamente comienza a explorar algunos elementos y formas de estar que queremos afianzar más en el futuro. Necesitamos experimentar cada vez más. Tal vez fue la pista que generó más discordia en el estudio, y creo que esa discordia terminó siendo transmitida a la música. Toqué un saxofón tenor en ciertos momentos de la pista y la yuxtaposición de la melosidad de ese instrumento con la fuerza de todos los demás crea una mezcla que se suaviza en los lugares adecuados. Esa yuxtaposición de elementos simples también ocurre en la letra, que tiene solo dos versos. En la primera parte, se establece la idea de que vamos a ganar. En la segunda, se muestra que siempre perdemos.
"Es fundamental crear un espacio en el que no nos avergonzaremos ni guardaremos rencor hacia nosotros mismos y hacia lo que fuimos. Expulsar tu ira conlleva una enorme responsabilidad contigo mismo."
Me gusta mucho como en la canción final ‘Sexta-à-Noite com o Monstro’ lográis algo parecido a una canción country mezclada con un espíritu popular de lo más festivo. ¿En qué os inspirasteis en particular para componer esta canción?
Esta canción tomó prestada su melodía vocal de una canción de folk portugués, de canto de intervención. Supimos desde el principio que sería el tema perfecto para cerrar el disco, y la idea central fue liberar toda su tensión, pero también crear una especie de autoevaluación profundamente crítica. Habla sobre el incesto social, sobre el sentido de autoprotección del medio artístico en el que nos encontramos y al que acabamos contribuyendo en muchas de sus virtudes y problemáticas. Me gusta especialmente cómo anula el disco a nivel temático, es un tiro en el pie que necesitaba ser dado para que vuelva a rondar en la mente de todos.
A lo largo de vuestra carrera, canciones como ‘Coração’ o ‘Cordoaria’ han sido vividas por vuestros seguidores como grandes himnos en vuestros conciertos. Desde dentro, ¿sentís que alguna de vuestras canciones ha sido especialmente importante y que tenga un simbolismo y significado muy importante para vosotros como grupo?
‘Cabeçudo’ es la segunda canción que escribimos, cuando teníamos quince años. Y aún es la canción con la que hemos abierto los conciertos. Al estar con nosotros durante tanto tiempo, es interesante observar cómo nuestra percepción cambia en relación a ella. Tiene tanto de fuerte como de retrógrada, y es casi imperativo que se mantenga inmaculada, principalmente para no ser injustos con nosotros mismos. A veces podemos olvidar que somos personas que evolucionan, y eso no debería suceder. También debemos estar orgullosos del trabajo que hemos realizado.
Relacionado con lo anterior, ¿intuís cuáles pueden ser las canciones de este nuevo disco que puedan desatar un fervor similar a las mencionadas en la pregunta anterior y que la gente las pueda considerar como sus nuevos himnos?
La respuesta más sincera es que se pueden prever cuáles son las canciones con dinámicas similares a temas más antiguos. Y vamos a intentar de todo para que no ocupen el mismo espacio, ni sirvan para la misma función, en momentos de comunicación o performativos. Afortunadamente, parece que las personas han estado extrayendo contenido de todas las partes del disco: personas diferentes elogian diferentes pistas, lo que nos dicen y preguntan es casi siempre sobre temas distintos, y eso nos hace muy felices. No hay un camino dentro del disco que sea más obvio que los demás.
El pasado otoño regresasteis después de mucho tiempo a los escenarios, ofreciendo conciertos en Lisboa, Évora y Oporto. ¿Qué tal fue la experiencia de volver a subirse a un escenario y estar en contacto con el público después de bastante tiempo?
Fue espectacular, y sobre todo nos dejó con muchas ganas de lanzar un nuevo disco. Quienes escuchan nuestras canciones y asisten a nuestros conciertos son parte de todo este proceso, es casi como si fueran el epílogo de nuestra razón de ser y hacer esto. Nos dimos cuenta de que estábamos atrayendo a mucha gente que nunca nos había visto, y se volvió importante tener un nuevo objeto físico y temático, que pueda establecer una relación fresca con todos. Ahora todo comienza de nuevo, con nuestros habituales errores, olvidos y desorden al tocar las nuevas canciones en vivo, pero es emocionante recorrer esta evolución junto con todos. De cierta manera, estamos desmontando esa relación con la audiencia, y queremos abolir un poco esa nomenclatura de público: todos somos compañeros, testigos, colaboradores.
"El suburbio es casi como nuestro compañero en una relación monógama: habrá momentos de lujuria y placer, hastío y monotonía, pero todo lo que hemos construido juntos hasta ahora siempre tendrá un valor indeleble. Estamos definitivamente casados con la periferia, por el momento."
He leído rumores de que vuestro último concierto de la etapa anterior fue en el garaje de uno de vosotros y sucedió de una forma tan caótica como memorable. Si ocurrió eso de verdad, ¿qué recuerdos tenéis de aquel directo?
Fue en mi garaje y fue espléndido. Construimos un escenario bajo y se creó una verdadera comunidad en torno al evento. Hicimos un museo de recuerdos fotográficos de la banda dentro de un canil y un laberinto de macetas. Fue una despedida solemne, una especie de funeral donde el difunto está con los ojos abiertos, pero fue realmente curativo. La policía apareció y genuinamente no se preocupó. Creo que había problemas más grandes en Rio Tinto ese día. A los vecinos no les gustó mucho, pero no tuvieron mucha elección. Los del edificio de atrás lanzan cohetes siempre que el FC Porto gana y prueban las pistolas nuevas disparando al aire durante la noche. Después de veinte años en los que fui tranquilo, reservé mi derecho de hacer ruido por una tarde. Mis abuelos nunca habían visto una banda de rock, y verlos haciendo headbanging en mi garaje con 90 años es una imagen inolvidable.
En todas nuestras entrevistas nos gusta que nos dejéis una pregunta para la siguiente banda a entrevistar. ¿Cuál es la vuestra?
¿Cuál es el recuerdo más embarazoso que tenéis de un momento en vivo? Aquí les dejo la invitación para compartirlo y dejar que la herida se vaya.
Del mismo modo tengo una para vosotros a cargo de Alex de Real Estate. Dice así: Si pudieses asociar un olor a tu último disco, ¿cuál sería?
¡Huele a embrague!

Fotografías por Tiago Mogege
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