Entrevistamos a

2nd Grade

"Siento que una canción pop habita esa zona gris cuando las elecciones de acordes son sorprendentes y la melodía necesita responder a una estructura armónica inusual, pero manteniéndose pop y extrovertida. "



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En ‘Scheduled Explosions’, 2nd Grade se adentra en un universo donde los momentos cotidianos se convierten en escenas dignas de ser revividas, un intento de atrapar lo efímero y sus impactos invisibles. La banda nos invita a percibir las ‘explosiones’ de lo habitual, como fragmentos de memoria donde cada detalle se vuelve significativo, transformando lo mínimo en un eco prolongado. Las canciones, construidas sobre bases instrumentales de una aparente simplicidad, consiguen evocar una diversidad de emociones sin caer en el exceso. Entre guitarras que rasgan con delicadeza y percusiones que marcan un ritmo constante, 2nd Grade juega con la fragilidad de cada instante, como si cada tema fuera una postal enviada desde algún rincón perdido del pasado. En este sentido, ‘Work Till I Die’ captura la persistencia y la resignación de una rutina inevitable, en una letra que interpela sin artificios, mientras que en ‘Cover of Rolling Stone’ encontramos una nostalgia implícita, un deseo de permanencia en una era que se desvanece rápido.

El álbum no se limita a la introspección; en su exploración de momentos comunes, ofrece una crítica sutil al ritmo frenético de lo actual, que reduce el tiempo disponible para comprender la propia experiencia. En ‘Teenage Dirtbag’ retoman una crudeza juvenil, casi como un grito encapsulado en una melodía que parece inofensiva, pero que habla de una incomodidad que persiste. 2nd Grade articula un mensaje de resistencia a través de temas que exploran lo pequeño y lo perdido. ‘Scheduled Explosions’ no busca la gloria de los grandes himnos, sino que se presenta como un espacio para lo desapercibido, donde cada acorde y cada pausa se sienten como parte de una historia sin resolución. Un álbum que, en sus silencios y en sus ritmos pausados, cuestiona cómo los momentos fugaces pueden ser recordados. Aprovechando lo reciente de este magnífico lanzamiento, hemos tenido el placer de entrevistar a Peter Gill.

Con 23 canciones en el álbum, muchas de ellas bastante cortas, parece que evitaste deliberadamente las estructuras convencionales. ¿Qué te llevó a adoptar este formato, y cómo crees que afecta la forma en que el álbum se escucha y se entiende?

He preferido siempre escribir canciones cortas. Creo que presentar un montón de canciones breves en rápida sucesión comunica una densidad y urgencia de ideas, como si hubiera un exceso de información musical que necesita ser transmitida al oyente de inmediato. Las canciones más inusuales son simplemente una extensión de ese impulso por comprimir más acción en espacios reducidos.

 

Después de trabajar previamente con Lucas Knapp en 'Hit to Hit', esta vez decidiste grabar en casa con él. Grabar en un entorno más personal suele cambiar la dinámica creativa. ¿Cómo crees que esta decisión influyó en la atmósfera y el sonido del álbum?

Tuvimos menos presión de tiempo, lo que nos dio mayor libertad para explorar diferentes ideas y enfoques. ¡El tiempo jugaba a nuestro favor! Muchos sonidos se transforman a lo largo del álbum porque cambiábamos a propósito la configuración de los micrófonos y otras cosas entre canciones, incluso para cosas como la batería, algo que muchos ingenieros no suelen tocar una vez que encuentran un sonido principal de batería que les gusta.

A lo largo del álbum hay imágenes que evocan la Guerra Fría, como silos de misiles y refugios. Aunque estos conceptos parecen lejanos, logras conectarlos con temas emocionales más contemporáneos. ¿Qué te llevó a usar esas imágenes y qué significan para ti?

No estoy seguro de cómo ese vocabulario se coló en las canciones, pero me pareció adecuado. Hay mucha violencia en el mundo y bastante violencia aquí en Filadelfia. Se manifiesta de muchas formas diferentes, por lo que es difícil de ignorar. El lenguaje de la Guerra Fría está en mi mente muy ligado a los sonidos del rock y pop clásicos. ¿Sabías que The Beach Boys tuvieron su primer gran éxito en las listas pop con ‘Surfin’ Safari’ mientras ocurría la Crisis de los Misiles en Cuba? El mundo humano estaba al borde de la autodestrucción, y ‘Surfin’ Safari’ sonaba en la radio. Ese hecho histórico está, de algún modo, en el corazón de este álbum.

"Hay mucha violencia en el mundo y bastante violencia aquí en Filadelfia. Se manifiesta de muchas formas diferentes, por lo que es difícil de ignorar."

En algunas canciones del álbum, como 'Ice Cream Social Acid Test', parece que mezclas intencionadamente melodía con disonancia, aunque sigue sonando natural. Las melodías tarareables chocan con ruido y abrasión. ¿Cómo decidiste explorar esta combinación de belleza y caos en este álbum?

Me encanta el pop puro y me encanta el caos total. Son el ángel y el demonio sobre mis hombros, dándome consejos contradictorios. En general, me intriga ver cuánto daño puede soportar una canción pop, y resulta que tengo muchas canciones escritas, así que no me importa someter algunas de ellas a experimentos sónicos más pervertidos para ver qué pasa.

Muchas canciones de 'Scheduled Explosions' tienen cambios abruptos de tono y emoción. Un buen ejemplo es 'Like Otis Redding', donde parece que conviven varias emociones a la vez. ¿Cómo manejas esta fusión de sentimientos encontrados en una sola canción?

Esa canción es como seis canciones en una, así que cada sección básicamente funciona de forma independiente de las otras, aunque hayan sido unidas después. Es como la experiencia de pasar por las estaciones de radio, es caótico y quizás hasta autocontradictorio, pero también se siente como una experiencia coherente. Como cuando cambias de emisora en la radio, no tienes una crisis de identidad o de realidad, aunque suene muy desordenado.

En el álbum, como en 'Evil Things', hay un choque constante entre lo real y lo surreal, lo cotidiano y lo extraordinario. ¿Cómo logras equilibrar esa tensión entre esos dos mundos en las canciones?

Creo que esos dos mundos tienden a equilibrarse bastante bien en nuestra imaginación. Quizás en la composición, cualquier cosa puede parecer surrealista o real, cotidiana o extraordinaria, dependiendo de cuán de cerca se mire, desde dónde se vea y qué más esté en la imagen. Tiene una gran libertad, lo cual es muy atractivo.

En varias canciones haces referencias a íconos de la cultura pop, como Otis Redding en 'Like Otis Redding' o 'Easy Rider' en 'Uncontrollably Cool'. ¿Qué te lleva a incluir esas referencias y cómo se relacionan con las emociones que intentas transmitir?

Las referencias son útiles como una especie de atajo hacia algo más grande o profundo, o como nodos que puedes usar para triangular algo emocional o de otro tipo, o como hilos en una red, o como descripciones llenas de significado. También pueden ser simplemente divertidas. Podría seguir. Utilicé muchas referencias en nuestro último disco, 'Easy Listening', y este álbum también las tiene, aunque no en la misma medida.

"Me intriga ver cuánto daño puede soportar una canción pop, y resulta que tengo muchas canciones escritas, así que no me importa someter algunas de ellas a experimentos sónicos más pervertidos para ver qué pasa."

En 'Instant Nostalgia', hablas de una nostalgia instantánea que parece capturar los momentos de inmediato, incluso antes de que se vivan completamente. ¿Qué papel juega el tiempo en tu álbum y cómo abordas esa sensación de querer congelar el presente?

La noción de tiempo en este álbum no es la que está relacionada con relojes, calendarios o el lenguaje del pasado, presente y futuro. Es la sensación de tiempo que tiene que ver con la grabación y las cintas magnéticas: rebobinar, adelantar, retrasar, hacer eco, retroalimentar, distorsionar en la reproducción, la coreografía de los cabezales de reproducción. Estar en el estudio es decidir constantemente qué vas a hacer con lo que acabas de hacer. ¡Vaya, qué respuesta tan enredada! Es complicado de explicar.

Las canciones del álbum parecen estar en constante movimiento, evitando cualquier trazo de monotonía. ¿Cómo equilibras esa necesidad de mantener un dinamismo constante sin perder la cohesión del álbum?

Cuando estoy armando estos álbumes, siempre pienso en el ritmo, en buscar una tensión estructural en el ritmo. Una tensión que lo mantiene todo unido al guiarlo constantemente hacia adelante. Idealmente, el dinamismo y los cambios rápidos son paradójicamente lo que hace que el álbum mantenga su cohesión.

'Scheduled Explosions' parece tener un flujo continuo de ideas que a veces puede sentirse fragmentado, pero de forma intencionada. ¿Cómo te aseguraste de que ese sentido de fragmentación aún se sintiera cohesivo a lo largo del álbum?

Es cierto que hay muchos experimentos fragmentados y tangentes extrañas a lo largo del álbum. También hay ciertos elementos que generalmente permanecen constantes, como la instrumentación, la prioridad de la melodía y ese ritmo de batería en negras al estilo de los años 60 que sigue reapareciendo. Estos son puntos de apoyo a los que el oyente puede aferrarse mientras otros elementos están en constante cambio y las cosas se vuelven ruidosas o texturales de forma extraña.

Algo que destaca de tu música es cómo logras hacerla accesible y críptica al mismo tiempo. ¿Cómo encuentras ese equilibrio entre crear algo que pueda disfrutarse en la superficie y que, al mismo tiempo, oculte múltiples capas de complejidad?

Siento que mis letras se han vuelto más abstractas en los últimos años. Encuentro más placer en el misterio y la complejidad de cantar canciones sin significados obvios. Enmarcar estas abstracciones en el contexto de una música pop pegajosa puede potenciar esa sensación, creando este contraste realmente atractivo que no se puede resolver fácilmente, pero que sigue estimulando todos los centros de placer en el cerebro. Es casi como si, cuanto más fuerte es la melodía pop, más libertad tiene el compositor para jugar con las letras.

La música pop siempre puede ser accesible e innovadora. ¿En qué punto sientes que una canción pop cruza esa línea entre ser simple y experimental?

Es curioso cómo los estándares cambian con los años y cosas que antes eran experimentales en una canción pop se vuelven convencionales. Hoy en día, siento que una canción pop habita esa zona gris cuando las elecciones de acordes son sorprendentes y la melodía necesita responder a una estructura armónica inusual, pero manteniéndose pop y extrovertida. Muchas de estas canciones tienen cambios de acordes extraños; quizás no suenen demasiado raros en la superficie, pero si te sentaras a tocarlas en la guitarra, tal vez sería más evidente cómo encajan entre sí.

"La noción de tiempo en este álbum no es la que está relacionada con relojes, calendarios o el lenguaje del pasado, presente y futuro. Es la sensación de tiempo que tiene que ver con la grabación y las cintas magnéticas: rebobinar, adelantar, retrasar, hacer eco, retroalimentar, distorsionar en la reproducción, la coreografía de los cabezales de reproducción."

Hay una cualidad cinematográfica en algunas canciones del álbum, como si acompañaran escenas visuales. ¿Te inspiras en el cine u otras formas de arte visual cuando compones, o ese efecto surge de forma natural?

Definitivamente me inspira el cine, y las referencias cinematográficas tienden a colarse en mis canciones. Nuevamente, esto se relaciona con la idea del ritmo: el ritmo en tiempo real de una película es fundamental para la interpretación del significado y cómo el espectador experimenta y recuerda la obra.

En todas nuestras entrevistas, nos gusta pedir a los artistas que dejen una pregunta para la próxima banda que entrevistemos. ¿Cuál es la tuya?

Describe tu sándwich perfecto, y luego describe el peor sándwich que puedas imaginar.

Igualmente, tengo una para ti de Wild Pink: ¿Alguna vez has visto un fantasma?

No, no lo he visto, pero le pregunté a Lucas y dijo que ha sentido la presencia de uno. ¡Eso ya fue demasiado espeluznante para mí, así que no le pedí más detalles!

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.