Entrevistamos a

Emily Yacina

"Por mis propias experiencias, llevo un tiempo interesada en la muerte y el duelo. Lo veo como lo más verdadero, algo innegable para cualquier persona. "



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‘Veilfall’ surge en un momento en que Emily Yacina busca fijar con canciones aquello que siempre amenaza con escapar. Tras años publicando en soledad, la autora encuentra en la colaboración con Jonnie Baker una manera de expandir su trabajo sin perder el hilo íntimo que lo atraviesa desde el inicio. Trece piezas toman forma en un estudio de Long Beach y más tarde se completan en los Catskills, entre cintas analógicas, capas de voz y una atención al detalle que recuerda al cuidado artesanal. El resultado se presenta como un cuerpo sonoro que fluctúa entre la confesión y la despedida. En ‘Battle’ se abre una tensión entre lanzarse hacia el otro o detenerse antes del cruce: “The battle between intention and letting it reveal itself.” Esa vacilación reaparece en ‘WIP’, donde el deseo de avance convive con la sensación de inacabado. La escritura de Yacina elige escenas cotidianas como una llamada, una barra de bar o un trayecto en coche para exponer cómo el vínculo se sostiene en lo más ordinario y a la vez en lo más vulnerable. ‘Holy For A Moment’ lo traduce en un instante que se percibe eterno, mientras ‘Clarity’ introduce la certeza de la muerte como contrapunto inevitable: “Death laughs at denial and pours it back into the earth.” Cada tema abre una grieta distinta. En ‘Meteor’ se percibe el duelo anticipado en medio del brillo inicial, y en ‘The Clearing’ la desnudez compartida se vuelve protección frente al exterior. ‘Blanket’ condensa la dificultad de mostrar lo íntimo y pide cobertura ante la exposición. Yacina canta con un tono que nunca exagera, sostenido por arreglos de cuerda, sintetizadores que se expanden con suavidad y percusiones discretas que acompañan sin imponerse. El conjunto se mueve entre la pérdida y la permanencia, como si cada canción intentara fijar una chispa antes de que se diluya. Aprovechando lo inminente de este lanzamiento, hemos tenido el placer de entrevistar a Emily.

Has estado haciendo música durante más de una década, pero este álbum salió seis años después de tu debut. Durante ese tiempo, te mudaste de Pensilvania a Long Beach. ¿Cómo influyó este gran cambio geográfico en tu proceso creativo y en el sonido de este nuevo trabajo?

No estoy segura de que el cambio geográfico influyera en mi proceso en cuanto al lugar en sí, pero sin duda lo hicieron las personas que he conocido viviendo aquí y que inspiraron algunas de las canciones. Por eso, y también por los músicos que he conocido aquí y que contribuyeron al disco, creo que probablemente sería un álbum diferente si hubiera vivido en otro sitio durante el tiempo en que lo hice.

 

Algunas canciones de este álbum surgieron de la búsqueda activa de colaboraciones específicas, mientras que otras las trabajaste sola durante años. ¿Qué determina para ti cuándo una canción necesita la participación de otros artistas y cuándo, en cambio, requiere un proceso más introspectivo?

A mitad de la creación del álbum me di cuenta de que necesitaba contar con alguien que me ayudara a levantarlo y a llevarlo hasta el final. Contacté con mi amigo Jonnie, que fue la primera persona en la que pensé. En ese momento, algunas canciones estaban casi terminadas y otras las reconstruimos por completo. Creo que, en general, este disco es más colaborativo que cualquier otra cosa que haya hecho. Recuerdo sentirme libre cuando solté parte de mi propio control sobre él, lo cual fue emocionante. Hubo un momento en que pensé: “Cualquier cosa que pueda imaginar que se grabe en esta canción es posible, ya sean cuerdas o piano clásico, solo es cuestión de pedirlo”. Creo que involucrar a otros músicos fue, al final, una de las mejores cosas para estas canciones.

El proceso de grabación parece haber sido bastante intenso, con largas jornadas que se alargaban hasta la noche. ¿Cómo describirías la dinámica emocional y creativa de esas sesiones prolongadas en el estudio?

Grabamos en un estudio increíble aquí en Long Beach, que casualmente no tenía ventanas. Así que nunca sabíamos qué hora era y estábamos como en un vórtice. Fue extremadamente divertido, en gran parte gracias a las personas que formaron parte de ello. Experimentamos mucho con todo tipo de instrumentos, y fue genial ver cómo todos coincidíamos de manera intuitiva en los caminos a seguir.

"Recuerdo sentirme libre cuando solté parte de mi propio control sobre él, lo cual fue emocionante."

Tengo entendido que durante la creación de este álbum empezaste a organizar encuentros temáticos en Los Ángeles donde invitabas a desconocidos a compartir experiencias muy personales. ¿Qué te motivó a crear estos espacios íntimos de conversación con gente que no conocías?

Por mis propias experiencias, llevo un tiempo interesada en la muerte y el duelo. Lo veo como lo más verdadero, algo innegable para cualquier persona. El duelo a menudo puede resultar muy aislante, y creo que eso tiene mucho que ver con la cultura. Los ·dath cafes” empezaron a principios de los 2000 como encuentros informales donde desconocidos podían reunirse y hablar de duelo y muerte sin un propósito concreto. Supe de ellos a través de un programa de doula de la muerte que hice en 2022 llamado ‘Going with Grace’. Me encantó la idea de que desconocidos se reunieran para hablar de la muerte, así que le pedí a un amigo si podía organizarlos en su espacio de eventos en Los Ángeles.

Compartir reflexiones sobre la muerte con desconocidos es inusual pero profundamente humano. ¿Qué aprendiste de esos encuentros sobre cómo nos relacionamos con la pérdida?

Aprendí que tenemos muchísimo más en común de lo que a menudo llegamos a pensar o a imaginar. Y creo sinceramente que eso resulta profundamente poderoso, sobre todo cuando hablamos de un tema que con frecuencia puede sentirse tan doloroso y tan aislante.

 

Debe de ser fascinante escuchar historias tan personales de gente que no conoces. ¿Cómo cambiaron esas conversaciones crudas sobre experiencias de vida y muerte tu perspectiva, tanto personal como artísticamente?

Creo que una parte muy significativa del disco gira en torno a los efectos que el duelo puede tener, en especial cuando se trata de la forma en que repercute directamente en las relaciones personales. Mucha gente en los “death cafes” compartió y expresó sentimientos muy parecidos acerca de la vulnerabilidad, el apego y la dificultad de soltar. Y creo que todo eso probablemente me inspiró, de algún modo u otro, a escribir todavía más sobre esas cuestiones.

En 'Talk Me Down' cantas: “I wish I was more of a natural, I wanna open up”, y parece haber un deseo de expresarte con más libertad. ¿Sientes que este álbum te permitió abrirte más y abordar de forma más directa lo que tenías en mente?

Sí, totalmente. Eso es precisamente algo que siempre me ha encantado de la escritura de canciones en general: el modo en que te ofrece, casi como un refugio, un espacio propio y seguro para poder hacerlo libremente. También me resulta curioso y llamativo que gran parte del álbum trate justamente de dejar entrar a la gente, y que, además, casualmente sea el proyecto en el que más personas he logrado involucrar nunca en toda mi trayectoria.

"Creo que una parte muy significativa del disco gira en torno a los efectos que el duelo puede tener, en especial cuando se trata de la forma en que repercute directamente en las relaciones personales."

El título del álbum insinúa la idea de levantar un velo, de revelar algo oculto. ¿Qué significa para ti dejar caer ese velo, tanto en la música como en la vida?

Creo que puede llegar a significar muchas cosas diferentes y adoptar matices muy variados, pero para mí, en lo más profundo, significa sobre todo permitir que los demás te vean tal y como eres, de una manera auténtica y sin máscaras. Y aunque eso pueda dar muchísimo miedo, al final termina siendo algo que, en última instancia, te ayuda de verdad a crecer como persona.

En 'Blanket' escribes: “on my trip home like a little kid, I was counting on my fingers”. ¿Sientes que los gestos infantiles suelen tener un papel importante en tu forma de escribir canciones?

Paso bastante tiempo en compañía de niños porque suelo trabajar como canguro con bastante frecuencia. Creo sinceramente que me inspiran muchísimo, en gran parte porque están mucho menos condicionados a comportarse de una manera concreta o predeterminada y, sencillamente, se muestran tal y como son. Pienso que ese tipo de honestidad tan pura, que surge directamente de la inocencia, resulta profundamente significativa y conmovedora.

 

'WIP' y 'Signal' exploran los malentendidos y las señales perdidas en las relaciones. ¿Crees que explorar los fallos de comunicación entre las personas es un tema clave en tu proceso de composición?

Me resulta muy interesante observar cómo dos personas distintas pueden llegar a vivir exactamente el mismo acontecimiento y, aun así, tener percepciones o lecturas completamente diferentes de lo sucedido. Es como si se tratara de realidades paralelas y distintas, y lo curioso es que ninguna de ellas resulta del todo falsa.

Visiones y sueños de futuros imposibles o perdidos aparecen en varias de tus canciones. ¿Cuál es tu relación creativa con esos elementos oníricos que persisten incluso cuando chocan con la realidad?

Creo que escribo con bastante frecuencia sobre la fantasía porque para mí siempre surge la pregunta inevitable: “si no es aquí, ¿dónde podría ser entonces?”. Y como la fantasía no es algo real ni tangible, componer una canción acerca de ella se convierte en una manera muy especial de honrar ese sentimiento, darle valor y ofrecerle también un lugar concreto en el que pueda llegar a existir.

"Me resulta muy interesante observar cómo dos personas distintas pueden llegar a vivir exactamente el mismo acontecimiento y, aun así, tener percepciones o lecturas completamente diferentes de lo sucedido. "

La naturaleza aparece a menudo en tus letras como un espacio de revelación y vulnerabilidad. ¿Qué papel juegan los paisajes físicos y emocionales en tu forma de entender el mundo?

Encuentro la naturaleza profundamente inspiradora, y creo de verdad que el entorno siempre juega un papel muy importante dentro de la memoria. Como la naturaleza resulta tan sensorial y estimulante, inevitablemente está implicada en la manera en que experimento y percibo cualquier cosa. Cuando me encuentro en un entorno específico que me resulta cercano o familiar, me transporta y me recuerda emociones que ya había sentido antes, y con frecuencia llega incluso a desbloquear recuerdos muy vivos.

En las fases finales del álbum trabajaste con equipos analógicos en los Catskills. ¿Cómo moldearon esas herramientas más tradicionales y físicas el sonido final y tu experiencia creativa?

Fue realmente genial y emocionante. Muchos de los equipos analógicos más antiguos con los que trabajamos en aquel estudio eran completamente nuevos para mí y representaban todo un descubrimiento. Alex P. Wernquest, que además era el dueño del estudio, resultó ser de una ayuda enorme y constante. Nosotros le explicábamos con detalle cómo deseábamos que un sonido fuese cambiando de forma o de textura, y él utilizaba este enorme rack externo, repleto de efectos retro, para conseguirlo. Creo sinceramente que muchas de las canciones no sonarían tan plenas ni tan completas sin ese estudio ni sin la experiencia que él aportó.

 

Hace un par de años publicaste un recopilatorio que abarcaba gran parte de tu carrera, incluyendo un tema nuevo llamado 'White Bull', una canción que me fascinó desde el principio y que es una de mis favoritas tuyas. ¿Qué representa para ti 'White Bull'?

Gracias. Cuando escribí esa canción, recuerdo que estaba pensando en cómo ciertas personas concretas tienen la capacidad de cambiar por completo el rumbo de tu vida, casi como si la redirigieran. Es algo muy emocionante y vibrante, aunque al mismo tiempo también puede convertirse en una forma sutil de intentar huir de tus propios problemas. Creo que, en esencia, la canción habla sobre la promesa de un cambio real y profundo cuando alguien verdaderamente especial aparece en tu camino.

En todas nuestras entrevistas nos gusta que los artistas dejen una pregunta para la siguiente banda con la que hablamos. ¿Cuál es la tuya?

¿Qué crees que pensaría tu yo de la infancia sobre tu vida actual?

Y tengo una para ti de parte de la banda Pearly Drops: si nadie te estuviera mirando, ¿qué mundo crearías a través de tu arte?

Buena pregunta. Como mi música es tan profundamente personal e introspectiva, me resulta bastante difícil imaginarla o concebirla de alguna otra manera distinta. Si nadie me estuviera observando, probablemente seguiría siendo esencialmente igual, aunque quizá sonaría algo menos completa, más inacabada.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.