Arrancamos la jornada del viernes bien temprano dirigiéndonos al escenario Yorn, ya que resultaba imperdible el concierto de Conferência Inferno. La banda de Porto, programada incomprensiblemente a una hora tan temprana, sumergió a los asistentes en su particular universo sonoro, una mezcla de melancolía y energía que los define. El público, entregado desde el inicio, cantó a pleno pulmón cada una de las letras, mostrando la conexión emocional que han logrado forjar con su público. La potente voz de Francisco Lima lideró una actuación cargada de intensidad, donde los sintetizadores de José Miguel Silva y Raul Mendiratta tejían un tapiz sonoro oscuro y envolvente.
Uno de los momentos más destacados llegó con 'Fantasias', un tema de tempo más lento que permitió a la banda explorar nuevos horizontes sonoros sin perder ni un ápice de su identidad. La luz azul que bañaba el escenario acompañaba a la perfección la introspección y la delicadeza de la composición, logrando una atmósfera cautivadora. La creciente cohesión del grupo como banda se hizo patente a lo largo de todo el concierto, con transiciones fluidas entre temas y una complicidad palpable entre sus miembros. Cada uno aportaba su sello personal, guiando todo a través de texturas sintéticas.
Mientras transcurría el concierto, era evidente cómo la lucha interior, la soledad y la inquietud existencial quedan reflejadas en unas letras que trascienden lo personal para abrazar problemas sociales más amplios. Así fue como Conferência Inferno demostraron por qué se han erigido como una de las bandas más interesantes y personales del panorama musical luso. Su capacidad para crear atmósferas cautivadoras a través de su sonido oscuro y evocador, unido a unas letras que conectan con los sentimientos más profundos del público, los convirtieron en uno de los principales momentos destacados del festival.
Otra agradable sorpresa llegó de la mano de Nourished By Time, presentando sus temas en solitario desde Baltimore. Marcus Brown se movía con soltura sobre el escenario, alternando momentos de introspección con explosiones de energía que hacían vibrar al público. Temas como 'The Fields' exhibieron la versatilidad de Nourished By Time, transitando entre el sensual R&B y los ritmos más bailables, sin perder nunca ese toque de misterio y delicadeza que impregna toda su propuesta. Uno de los puntos álgidos llegó con 'Shed That Fear', un tema que parecía condensar toda la filosofía del proyecto. Sobre una base rítmica hipnótica, Brown exhortaba al público a liberar el miedo a morir para poder vivir la vida plenamente, transmitiendo una profunda sensación de esperanza y superación.
Pero sin duda, el momento culminante fue la interpretación de 'Daddy', el corte destacado de su álbum debut 'Erotic Probiotic 2'. Con una producción desbordante de influencias de los 80 y 90, la canción narra con un humor agridulce la lucha de un músico independiente por mantener a flote su relación cuando su pareja lo abandona por un millonario. La manera en que Brown navegaba entre el registro grave y los agudos desgarradores generaba una tensión cautivadora, reflejando la compleja gama de emociones presente en la letra. Nourished By Time demostró ser mucho más que un mero proyecto de bedroom pop nostálgico. A través de una puesta en escena minimalista pero eficaz, Marcus Brown logró conectar con el público de una forma profunda y visceral, exponiendo sus luchas personales y reflexiones sobre el mundo de una manera a la vez íntima y universal.
Sin despegarnos del escenario Yorn, Allah-Las regresaban al festival nueve años después con una carrera que, lejos de decaer, ha seguido consolidándose enormemente. En el escenario secundario, pero a una hora mucho mejor que en su pasada presencia en Coura, la banda, conocida por su particular mezcla de rock de garaje y surf rock con toques psicodélicos, deleitó a los asistentes con un set repleto de temas clásicos y nuevas composiciones. Desde la primera triada de temas, con 'The Stuff' y 'Tell Me (What's on Your Mind)' incluidos, Allah-Las sumergieron al público en su característico sonido retro, con guitarras reverberantes y una atmósfera desenfadada y nostálgica. La voz de Miles Michaud, el líder del grupo, se deslizaba con soltura entre las melodías pegadizas, invitando al público a dejarse llevar por el ritmo.
A lo largo del concierto, la banda hizo gala de su amplio repertorio, alternando temas de sus primeros discos como 'Catalina' con cortes más recientes como 'Jelly'. La precisión de la sección rítmica, formada por Matthew Correia a la batería y Spencer Dunham al bajo, era el soporte perfecto para las envolventes guitarras y los arreglos de teclados a cargo de Frank Maston. Pero sin duda, el clímax del concierto llegó con el bis, cuando la banda interpretó 'Catamaran', un tema que sintetizaba a la perfección la esencia de Allah-Las. La energía desbordante, los riffs pegadizos y las voces en armonía generaban una explosión de júbilo entre el público, que coreaba cada palabra. Allah-Las demostraron por qué se han convertido en una de las bandas más apreciadas de la escena garage y surf rock actual, todo ello gracias a su capacidad para crear un sonido atemporal y envolvente.
Después de una tarde cargada de grandes conciertos, por desgracia no podemos decir lo mismo del de Cat Power. Enfrascada en un revisionismo extremo de Bob Dylan, su actuación se mostró marcada por un gran nerviosismo y tics más que patentes encima del escenario. Enfundada en un vestido deportivo que llevaba en la espalda la frase "fuck war", desde los primeros compases quedó claro que algo no marchaba bien. La artista, visiblemente incómoda y distraída, parecía luchar constantemente por mantener la conexión con el público y con su propia música. Durante la primera parte acústica del concierto, donde Cat Power interpretaba fielmente las canciones de Bob Dylan que conforman su último álbum en directo, los problemas técnicos no tardaron en hacer acto de presencia.
Marshall, inquieta, no dejaba de hacer gestos y señas al equipo de sonido, dejando entrever su creciente frustración. Aunque logró sacar adelante temas emblemáticos como 'She Belongs to Me' o 'Mr. Tambourine Man', su interpretación se veía ensombrecida por la evidente falta de concentración. Cuando llegó el momento de pasar a la sección eléctrica, Cat Power pareció encontrar un breve respiro. La banda, sólida y precisa, logró transmitir la energía y la fuerza de clásicos como 'Tell Me, Momma' o 'Leopard-Skin Pill-Box Hat'. Sin embargo, la cantante seguía mostrando signos de incomodidad, interrumpiendo en varias ocasiones para pedir ajustes en la iluminación y el sonido. Llegado el punto culminante del concierto, la interpretación de 'Like a Rolling Stone', la cantante parecía estar en otra parte. Su voz, normalmente tan potente y expresiva, se veía opacada por una evidente falta de concentración. Fue en ese instante cuando quedó claro que el encanto y la magia que se esperaban de esta actuación simplemente no se habían materializado.
Intentándonos quitar el mal sabor de boca que nos dejó Cat Power, nos apresuramos a disfrutar de la delicadeza del concierto de Benjamim, quien logró cautivar a los asistentes con su fascinante propuesta musical 'As Berlengas'. El artista llevó al público a un viaje sonoro y visual a través de un archipiélago imaginario que se aleja del lugar real en el que toma inspiración. La presentación comenzó con la imponente 'As Berlengas (Parte 1)', una pieza instrumental que sirvió como una invitación a adentrarse en el universo creado por el artista. Los acordes del piano y la electrónica envolvieron al público, anticipando la épica jornada musical que estaba por comenzar.
Siguiendo el setlist, Benjamim deleitó a la audiencia con 'Atrás da Barricada', una composición que combina ritmos vibrantes con melodías cautivadoras. La energía del tema invitó al público a dejarse llevar por la música, moviéndose al compás de los instrumentos. Uno de los puntos álgidos de la actuación fue 'O Futuro Foi Cancelado', en el que Benjamim mezcló elementos electrónicos con voces etéreas, creando una atmósfera de incertidumbre y misterio. La pieza transportó a los presentes a un paisaje sonoro evocador, que los mantuvo absortos en la experiencia. Avanzando con el concierto, Benjamim presentó 'Encontrar Lugar', una composición que alternaba momentos de tranquilidad con secciones más intensas, reflejando la exploración y el descubrimiento inherentes a la narrativa de 'As Berlengas'. Los asistentes se sumergieron en la exploración musical, dejándose envolver por los cambios de textura y dinámica.
Durante el concierto, Benjamim también incluyó algunas de sus canciones más conocidas, como 'Volkswagen' y 'Vias de Extinção', que sirvieron como puntos de conexión con su trayectoria anterior. Estas composiciones familiares para los asistentes se entrelazaron armoniosamente con el viaje sónico de 'As Berlengas'. La actuación culminó con 'Dança com os Tubarões' y 'Terra Firme', dos composiciones que celebraron la fuerza y la resiliencia del espíritu humano. Los ritmos envolventes y las melodías cautivadoras llevaron al público a una catarsis musical, despidiéndolos con una sensación de plenitud y admiración por la visión artística de Benjamim.
Existía una gran expectación acerca de qué es lo que nos íbamos a encontrar en el concierto de Girl In Red, sin ir más lejos, no podía caber más gente en el escenario montando su colorido atrezzo. La artista noruega que ha cautivado a una legión de seguidores con su peculiar estilo indie-pop, derrochó energía y vistosidad en el escenario, si bien careció en ocasiones de la solidez musical que se espera de una artista de su calibre. Desde el momento en que la voz de Marie Ulven Ringheim resonó con el vibrante 'DOING IT AGAIN BABY', quedó patente que los asistentes presenciarían una actuación llena de dinamismo y compromiso escénico.
La artista se movía por el escenario con soltura, bailando y saltando al ritmo de la música, estableciendo una conexión directa con un público entregado que se entregaba a su carisma. Sin faltar columnas de humo y fuego, como si se tratase de un espectáculo de un artista de hip hop de primera línea, temas como 'bad idea!' y 'girls', auténticos himnos del repertorio de Girl in Red, desataron la euforia entre los espectadores, que coreaban cada palabra con entusiasmo. Sin embargo, en ocasiones, la artista parecía más preocupada por mantener una imagen de performer carismática que por profundizar en la esencia de sus composiciones. La puesta en escena, sin duda, fue uno de los principales reclamos del concierto.
Con una estética inspirada en lámparas italianas que aportaba vibrantes tonalidades de rojo, azul y amarillo, Girl in Red creó un ambiente que invitaba al disfrute y la diversión. No obstante, en ocasiones, este aspecto parecía eclipsar el verdadero peso de las composiciones. Temas como 'Ugly Side', 'October Passed Me By' y 'we fell in love in october' lograron emocionar al público gracias a la capacidad de Ulven Ringheim para conectar con sus letras, pero se echó en falta una mayor profundidad y coherencia en el conjunto de la actuación.
Los que no fallaron en su cometido fueron unos pletóricos Beach Fossils en el primer concierto en su historia en Portugal. Desde las primeras notas de 'Don't Fade Away', uno de los sencillos más populares de 'Bunny', la energía se apoderó del recinto. La multitud cantaba y se movía al ritmo de los riffs de guitarra, sumergida en la atmósfera envolvente creada por los cuatro integrantes: Dustin Payseur, Jack Doyle Smith, Tommy Davidson y Anton Hochheim. Cuando la banda inició los primeros acordes de 'Sugar', una joya escondida en su álbum 'Somersault', la euforia se elevó aún más. Los fanáticos, ya entregados en cuerpo y alma, se empujaban unos a otros, tratando de acercarse lo máximo posible al escenario.
Sin apenas respiro, 'What a Pleasure' continuó envolviéndonos en esa ola de euforia y nostalgia por un sonido realmente inconfundible. A lo largo de la noche, Beach Fossils recorrieron su discografía, deleitando a la audiencia con temas como 'Shallow', 'This Year' y 'May 1st'. Uno de los momentos más íntimos llegó cuando la banda pidió a los asistentes que encendieran las luces de sus teléfonos durante 'Sleep Apnea'. Bajo esa tenue iluminación, Payseur y sus compañeros ofrecieron una interpretación emotiva y despojada, acercando aún más a la audiencia. Volviendo a recuperar ese punto intermedio entre el frenesí de los riffs y el estado máximo de embelesamiento, 'Down the Line', 'Crashed Out' y 'Daydream' cerraron la noche de la manera más brillante posible.
A lo largo de todo el concierto, la habilidad técnica de cada uno de los músicos quedó patente. Los riffs de guitarra, el groove de la sección rítmica y la voz cálida de Payseur se fusionaron en una sinfonía indie que cautivó a cada uno de los asistentes. Beach Fossils demostraron por qué son uno de los exponentes más destacados de un formato de dream pop que prácticamente patentaron ellos mismos hace más de una década. Su actuación en el Vodafone Paredes de Coura 2024 será recordada como un momento cumbre del festival, donde la euforia y el caos se unieron para crear una experiencia musical inolvidable.
