En contra de las previsiones meteorológicas, la jornada del viernes contó con un sol radiante que nos permitió disfrutar desde bien pronto de la Vodafone Music Session de Crocodiles. La Casa Do Gonte fue el lugar elegido para que los de San Diego nos ofreciesen un set en formato reducido, interpretándonos temas como ‘She Splits Me Up’ o ‘Mirrors’ en una escalera. Rodeados de público por todos los sitios, incluso con gente sentada a su lado, Brandon Welchez y compañía no acusaron las horas de vuelo para firmar posteriormente autógrafos y realizarse fotos. Una versión por supuesto mucho más descafeinada de lo que llegaría en tan solo unas horas.
La tarde del viernes comenzaba con uno de los grandes conciertos del festival. Kevin Morby ataviado con una camisa blanca y su banda eran los encargados de abrir el escenario Vodafone ante un público más numeroso que el de Ryley Walker un día antes bajo las mismas circunstancias. En sus poco más de 40 minutos de actuación, el de Texas ofreció un recital de esos que te dejan sin palabras y provocan que veas tu vida pasar por delante. En directo el músico posee una brutal capacidad para transmitir sus temas, apuntando con sus pupilas al infinito como si buscase una mayor concentración. Arrancó con ‘Cut Me Down’ para mostrar todas sus caras, tanto la más reposada y folky en ‘Destroyer’ o ‘Harlem River’, como aquella guitarrera y cercana a The Babies en ‘Dorothy’ o la final ‘The Ballad of Arlo Jones’ concatenada con una estrofa de ‘Moonlight Mile’. A pesar de lo vibrante que resultó todo el directo, el momento más bonito llegó cuando Kevin enlazó ‘All of My Life’ con ‘Miles, Miles, Miles’, impactando de lleno en el centro de nuestra diana emocional. No hubo tiempo para su nuevo tema titulado ‘Tiny Fires’, un aliciente más para estar deseando con gran ilusión volverlo a ver en directo.
Tras todo lo emocionalmente intenso vivido con Kevin Morby, nos esperaba un concierto de guitarras noise de los siempre disfrutables Crocodiles. Con un nuevo álbum en camino donde se dirigirán más bien a terrenos del pop de The Cure, los norteamericanos tiraron de temas infalibles para levantar bien el puño y corearlos. Así fue como no se dejaron en el tintero canciones tan imprescindibles en su repertorio como ‘Sunday’, ‘Mirrors’, ‘Hearts of Love’ o ‘I Wanna Kill’. Con una banda que ahora ha crecido con la incorporación de un teclista, el grupo supo rugir igual que siempre, rebajando únicamente las pulsaciones para presentarnos ‘Telepathic Lover’, el único tema que conocemos de su próximo trabajo y que Brandon interpretó sin guitarra. Ante tal estado de excitación, convenía serenarnos, encontrándonos en la propuesta de Psychic Ills el directo propicio para ello. Con unas luces tenues, la banda de Nueva York ofreció un gran concierto lisérgico, acercándose tanto a Spiritualized como al encanto por lo minimalista de Mazzy Star. No dejaron de lado temas de su último trabajo, destacando canciones como ‘Baby’, muy apegadas a las canción americana pero con el toque dream pop que se ha convertido en un habitual en ellos.
De nuevo la montaña rusa estaba en marcha con la actuación de King Gizzard and the Lizzard Wizard. La locura que nos habíamos imaginado de los australianos en directo resultó ser aún mayor. Un auténtico derroche de pedalera guitarrera que por momentos no sabíamos muy bien hacia donde se dirigía, algo que poco parecía importarles a los miembros del grupo. Ambrose Kenny Smith se destapó como frontman, sin despegarse de su guitarra pero desatando la locura cada vez que se acercaba el micrófono a la boca. Comenzando el torbellino con ‘Robot Stop’, decidieron darle rienda suelta a su último trabajo Nonagon Infinity, interpretando a continuación ‘Big Fig Wasp’, y ‘Gamma Knife’ para continuar con el orden del tracklist del trabajo. A partir de ahí continuaron el vendaval con varias canciones del I’m in Your Mind Fuzz para poner el broche de oro a su directo con ‘Evil Death Roll’, cerrando el círculo y justificando su posición privilegiada como uno de los mejores grupos de psicodelia garagera de la actualidad. Algo muy diferente es lo que nos encontramos con el holandés Jacco Gardner, ahora establecido en Lisboa. El músico y su banda nos ofrecieron un inspirador directo, sabiendo reposar muy bien las canciones y tirando del encanto de sus teclados sesenteros. Con un setlist muy equilibrado que nos dejó perlas como ‘A House on the Moon’, sentimos muy de cerca como Jacco no tenía ninguna presión por presentar los temas de su segundo trabajo, donde destacó sobremanera ‘Outside Forever’. No le hizo falta ningún tipo de audiovisuales para abrillantar sus canciones, demostrándonos como ya no es ninguna revelación del pop barroco, sino uno de sus máximos representantes.
Llegaban los dos platos fuertes de la noche y la afluencia de público al escenario Vodafone se hacía más que presente. The Vaccines regresaban al festival convertidos en auténticas figuras mediáticas. Lo cierto es que ofrecieron uno de esos conciertos casi perfectos en cuanto a setlist y sonido, siendo conscientes de que ya tenían ganado al público de antemano. Presentándose al escenario con la introducción de Juego de Tronos, llevaron al público en volandas desde los primeros acordes de ‘Handsome’ para dar paso a ‘Teenage Icon’ y comenzar un buen repaso a sus ya tres LPs. Justin Young se movió por el escenario como una auténtica estrella de rock, con o sin guitarra, arrodillándose si era preciso para otorgar mayor realismo a sus temas. A través de una sucesión de temas ya convertidos en memorables como ‘All in White’ o ‘Post Break-Up Sex’, el concierto fue llegando a su fin con la sensación de que la inclusión de los Vaccines en el cartel había sido de lo más acertada.
Casi sin tiempo para reponernos de la sucesión de melodías incontestables de los británicos, Cage The Elephant tenían reservado el puesto de cabezas de cartel, ante el público de un festival que vivió ya una noche memorable en 2014. Con un nuevo disco en su haber que aún no les ha dado todo el éxito que merecen en Europa, Matthew Shultz y compañía salieron un poco fríos al escenario, algo que se solucionó a medida que avanzaba la noche. Lo reposado que contienen las canciones de su último trabajo Tell Me I’m Pretty se contrarresta a la pasión que les pone Matt en cada estrofa. Si a todo esto le unimos el poder de arrasar que contienen piezas como ‘Spiderhead’ o ‘Aberdeen’, tenemos un directo que pasa por muchas etapas y todas ellas buenas. Nuevos temas como ‘Trouble’ ya se han convertido en los más celebrados entre sus fans, algo que pudimos comprobar de lleno en el festival. Una banda que ha ido evolucionando desde el garage más feroz sin perder su identidad y que a bien seguro seguirá conquistando muchos más escenarios. Con un bonito cierre que llegó de la mano de ‘Shake Me Down’, ‘Cigarette Daydreams’ y el apocalipsis de ‘Teeth’, el grupo se despidió de uno de los festivales más especiales para ellos.
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