Crónica

The Wave Pictures

Porta Caeli

07/12/2013



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The Wave Pictures llegaban a la ciudad dispuestos a dar rienda suelta a sus melodías afables, ideales para los oídos de cualquier amante de los riffs de guitarra perfectos. Y es que los ingleses son uno de los pocos grupos pop con mayúsculas que quedan, demostrándolo la noche del pasado sábado en la sala Porta Caeli. Al igual que en anteriores ocasiones que los hayas visto, siempre sales con la sensación de que han alcanzado la perfección. Sin embargo, pasado un tiempo, cuando vuelvas a verlos con un nuevo disco bajo el brazo, te darás cuenta de que han alcanzado la perfección en una nueva faceta. Dejando de lado algo tan abstracto como la perfección, mejor será que nos centremos en sus temas amables y la sensación de disfrute que nos provocan.

En esta ocasión, el trío de Wymeswold llegaba acompañado por un sonriente amigo francés encargado de las percusiones y en ocasiones de la batería. En un ambiente distendido, el más propicio para desarrollar su música, The Wave Pictures se sintieron cómodos mostrándose como en todas las ocasiones anteriores muy cercanos. Muestra de ello fueron las bromas acerca de ponerse guapos para salir en la tele al igual que Jane’s Adicttion o todos aquellos aspectos que encierran las largas giras. Como metáfora de ello, arrancaron con ‘Never Go Home Again’. Desde ese momento volvimos a recordar el motivo por el que tanto nos gusta la personal voz de David Tattersall. Con ‘Spaghetti’, los primeros coros de la noche entre el público aparecieron y con ellos las sonrisas de los músicos sobre el escenario se acentuaron. Rápidamente contagiados en una nube de felicidad, nos adentraron de lleno en los temas de su último doble trabajo City Forgiveness. Disminuyendo las pulsaciones con la preciosa ‘New Skin’, nos demostraron que también se mueven a la perfección con los ritmos lentos y las canciones de corte más melancólico.

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En un concierto de alta intensidad, pronto destacó el bueno de Jonny Helm. El batería de la banda cada vez tiene más protagonismo como vocalista. Soltándose rápidamente con temas como ‘Give Me a Second Chance’. Mostrándonos que también saben tocar la guitarra con mucha fuerza, la banda empezó a mostrarnos todo el potencial de sus solos. Solos de guitarra, de bajo, de batería espectaculares y nada forzados, encajando a la perfección con las canciones y sin grandes alardes. Y con detalles como estos nos es nada difícil disfrutar de sus nuevas canciones, algo más rockeras de lo habitual, pero con el mismo contagio y ambiente familiar. Rápidamente se nos van los pies con los ritmos algo caribeños de ‘Before this Day’, demostrándonos que siempre están abiertos a incorporar nuevos elementos a su música. En cambio, otros temas como ‘Chesnut’ se desvían por los caminos más elegantes de los riffs de guitarras contundentes. Tampoco nos podemos olvidar de su particular faceta romántica acompañada de su habitual lado irónico y a la vez despreocupado de muchos de sus temas. Otro de los encantos de la banda precisamente es esa actitud serena con la que tratan todos sus temas. En esta ocasión el rol le tocó a ‘Better to be Loved’ un tema que tiene todo lo bueno que puede tener una canción.

A pesar de centrar buena parte del concierto en sus excelentes nuevos temas, también hubo mucho tiempo para recordar los clásicos. Y vaya clásicos. Canciones que constituyen auténticos himnos y que se pueden definir fácilmente con una sonrisa en nuestra cara. Estamos hablando de temas como la celebrada ‘Just Like a Drummer’, donde los músicos unieron sus voces en ese final que en el que te recorre un espíritu alegre en el que quieres abrazar a todo el que se te ponga por delante. Algo parecido, pero a menor escala y con un poco más de mala leche nos ocurre con ‘Leave the Scene Behind You’ donde la interpretación de ese ‘Push, push, push your friends aside’ hizo que sacudiésemos todos nuestras rodillas botando. Melodías de raíz pop que provocan sentimientos muy difíciles de expresar que se alternaban con otros momentos en los que te venían a la memoria agradables recuerdos asociados a esos temas, como es mi caso con ‘Seagulls’. Y es que resulta asombroso el enorme fondo de armario que tienen los ingleses en apenas poco más de diez años de trayectoria. Tan pronto te sorprenden con la inmediata ‘Kiss me’ como dejan caer un tema nuevo de enorme calidad como ‘Lisbon’.

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El concierto avanzaba, la intensidad no decaía y las escenas para gardar en el recuerdo no cesaban. Jonny cada vez se dejaba más la garganta en temas repletos de corazón como ‘Eskimo Kiss’ o la cambiante y rítmica ‘Atlanta’. Unos músicos cada vez más emocionados se despedían por primera vez del público con el primer guiño de la noche al gran Daniel Johnston con todo un clásico como ‘True Love Will Find You in The End’ donde nos erizaron el vello y nos demostraron que las versiones con sentimiento pueden quedar casi mejor que las originales. La cosa no quedó ahí, ya que los Wave Pictures se sentían pletóricos aquella noche, regalándonos melodías vitalistas a raudales. Aún quedaba tiempo para aquellas magníficas canciones de Instant Coffe Baby como ‘Tiny Craters in the Sand’, tiempos en los que las visitas de los ingleses a Valladolid eran frecuentes gracias al Colectivo Laika. Y es que no hay nada como volver a escuchar en directo aquel tema que tenías olvidado y que de repente se presenta ante tus oídos envuelto en los decibelios perfectos. Entre todos estos reencuentros emocionales, te sacude sin esperarlo ‘Strange Fruit for David’, ese auténtico himno que habla de la llamada creativa y los amores, todo ello afrontado con estrofas tan surrealistas como concisas. En este preciso momento, el público asistente alcanzó el clímax perfecto de la noche. Cuando piensas que las emociones no pueden aflorar más, llega David e interpreta en formato acustiquísimo ‘Sweetheart’, un tema de esos de mojar pestaña. De nuevo con una falsa despedida, volvieron al gran Daniel Johnston con ‘My Life is Starting Again’, un tema cambiante, bipolar como el propio creador de la canción. The Wave Pictures se encargaron a golpe de guitarra de quitar el lado más trágico al tema.

Ante el insistente clamor popular, superando con crecer la hora y media de concierto. Jonny volvió al escenario para interpretarnos ‘Now You’re Pregnant’, otro de los temas más nostálgicos de la banda. Ese momento de la noche en el que cierras los ojos y viajas a otro lugar sin dejar de escuchar la música. (‘Johnny Cash died today and I could take a train. And take an hour to think on the way of what I would say when I saw you'). Uno de esos temas en los que la emoción te puede y nos sabes si reaccionar con lágrimas o con una expresión de felicidad ante el momento tan especial que estás viviendo. Esas situaciones solo las pueden lograr las grandes bandas. Una noche llena de recuerdos que parecen muy cercanos pero que sin embargo ya están bastante distantes en la cronología. Resulta muy reconfortante ver a una banda en directo a medida que pasan los años, observando como tú evolucionas y ellos también, cada cual en su faceta. Por suerte los Wave Pictures seguirán ahí, con sus melodías incansables que siempre te provocarán alegrías por los años que se han ido y los que vendrán.

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Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.

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