Crónica

Teenage Fanclub

Teatro Albéniz

10/10/2023



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El pasado martes, el Teatro Albéniz de Madrid presenció el esperado reencuentro entre una veterana banda y sus seguidores más acérrimos. Tras una prolongada espera en los escenarios de la capital, Teenage Fanclub finalmente se presentaron en Madrid para regocijo de sus fans, con la mejor excusa posible de presentar su más que reciente trabajo Nothing Lasts Forever, una antimetáfora de lo que bien supuso su concierto. Un concierto que por momentos estuvo marcado por un sonido para nada justificable para un recinto de tales características.

El cuarteto escocés ofreció un vibrante concierto plagado de clásicos atemporales, aunque centrado especialmente en su último trabajo discográfico. Pese a los vaivenes creativos de los últimos años, con la marcha de Gerard Love y unos álbumes que no han alcanzado las cotas de antaño, sobre las tablas del Albéniz quedó patente que la esencia de la banda sigue tan viva como siempre.

Desde el primer acorde, Teenage Fanclub inundó la sala con una energía arrolladora y una actitud mucho más eléctrica que la mostrada en sus trabajos de estudio más recientes. Especialmente chispeante se mostró la conexión entre Norman Blake y Raymond McGinley, cuyas personalidades complementarias sobre el escenario dieron lugar a momentos mágicos.

Mientras Blake irradiaba un carisma inherente, interactuando constantemente con el público, McGinley desprendía una intensidad visceral y una fuerza telúrica en cada rasgueo de guitarra. El tándem funcionó a la perfección, liderando a una banda de directo realmente compacta.

Los temas más enérgicos y coreables constituyeron auténticas explosiones sonoras, con las guitarras reverberando como truenos sobre el suelo, que no dejaba de vibrar con cada acorde. Canciones como ‘About You’ sonaron espléndidas en su formato eléctrico, aunque en ocasiones el volumen resultó excesivo, solapando sutilezas.

No obstante, fueron los momentos más reposados e íntimos los que alcanzaron auténticas cotas de belleza estremecedora. Joyas como ‘I Left a Light On’, del último álbum, o la delicadez de ‘I’m in Love’ evidenciaron que Teenage Fanclub son capaces de brillar en cualquier registro.

Especialmente emotiva resultó la repesca de algunos clásicos que han marcado a toda una generación. Temas como ‘I Don’t Want Control of You’, ‘Alcoholiday’ y, muy especialmente, ‘Your Love is the Place Where I Come From’, arrancaron más de una lágrima entre el público, que revivió nostálgicos recuerdos de juventud.

El bis no hizo sino confirmar la progresión ascendente del concierto, abriéndose con la grata sorpresa de ‘Back in the Day’ y culminando en una explosiva versión de ‘Everything Flows’ que puso de pie a todos los presentes. Quedó patente que, las bases del sonido y la esencia del grupo siguen más que presentes en su música, continuando con su pose de tipos normales que tienen un don extraordinario para las melodías enfervorizadas.

En resumen, una velada prodigiosa donde el talento atemporal de la banda escocesa se impuso por encima de vaivenes pasajeros. El concierto quedará grabado en la memoria de todos como un encuentro mágico, la confluencia de dos ríos, el de los músicos y el de sus oyentes más devotos, tras un largo periplo separados.

Porque ciertas conexiones musicales trascienden épocas y baches temporales. La comunión entre un grupo longevo que ha marcado a fuego una generación y sus fans de siempre, muchos de los cuales llevaban media vida esperando este momento, solo puede describirse como un acontecimiento extraordinario.

Y es que cuando banda y público están predestinados a encontrarse, da igual el cuando o el donde: la magia emerge irremediablemente. El Albéniz fue la casa de la música esa noche, y como un viejo amigo, acogió en su seno un reencuentro emotivo largamente acariciado.

Teenage Fanclub demostró que sus directos en la actualidad reverdecen y electrifican un cancionero imperecedero, forjado a fuego lento durante décadas. Temas como ‘The Concept’ o ‘About You’ siguieron funcionando como auténticos himnos multitudinarios pese al paso del tiempo. Y hasta sus composiciones más recientes adquirieron una dimensión enriquecida en el escenario.

Por su parte, los seguidores agradecieron con creces la ocasión de reencontrarse con viejos amigos, de volver a sumergirse en ese río de melodías que tantos momentos de sus vidas ha musicalizado. El concierto supuso un viaje emotivo a través del tiempo y del espacio, que de algún modo los retornó a casa.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.

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