Surf Curse se encuentran en el mejor momento de su carrera, tanto a nivel de popularidad como de toda la explosividad que son capaces de generar en directo. Agotando todas las entradas en la sala Independance, comprobamos como tienen un público totalmente consolidado, armado de alguna que otra pancarta y dispuesto a dejarse la voz incluso cuando las canciones no formaban parte de su fiable abanico de singles. Sin saber muy bien cual fue el punto de inflexión de su carrera, más allá de la viralización de ‘Freaks’ en TikTok y el hecho de no contar con ningún disco menor, el ahora cuarteto ofreció más de una hora de garage rock a la vieja usanza.

Con su nuevo LP Magic Hour prácticamente recién salido del horno, la banda enarboló un generoso setlist con el que repasar todos los puntos de su carrera, evidenciando como el nivel interpretativo que ofrecen en la actualidad combina la entrega de sus inicios y la pericia de saber levantar al público con muy poco.  Por ello, sin ningún tipo de miramientos arrancaron el concierto con la cíclica y desenfrenada ‘Christine F’, dando a entender como para ellos encima del escenario no hay diferencias de interpretación entre las diversas etapas de su carrera.

Ver tocar la batería a Nick Rattigan, y dejarse la garganta al mismo tiempo, fue uno de los grandes alicientes que tuvo el concierto. Resulta admirable como incluso en aquellos momentos donde parece que la maquinaria descarrila definitivamente, el músico sabe como salir airoso y culminarlo todo incluso metiendo una marcha más. A través de esta tónica pudimos disfrutar de lo lindo los cambios de ritmo impresos en nuevos temas como ‘Arrow’ o ‘TVI’, teniendo la sensación de que la sala se podía venir debajo de un momento a otro, en parte por lo que ocurría en las tablas y en parte por el fervor del público.

Sin lugar para el descanso, el ritmo ejecutado como un martillo pilón de temas como ‘In My Head Till I'm Dead’ o ‘Heathers’ se daba la mano con esa explosión vivida en los momentos en los que los estribillos nos conducían a unos cuantos años antes cuando la adolescencia para muchos golpeaba aún con fuerza. Surf Curse también parecen tener presentes todos aquellos años, tratando de capturar su energía y no dejándose llevar por lo cada vez más refinado de sus últimos trabajos. Incluso la cara del concierto más focalizada en dar rienda suelta a su pasión por la cara más galopante de la canción americana con ‘Midnight Cowboy’ y ‘Little Rock ‘n’ Roller’ no cortó para nada ese clímax festivo permanente que gozamos durante toda la actuación.

Entrando en la recta final del concierto, quedaban balas más que certeras gracias a los pesados riffs de ‘Self Portrait’, el por supuesto desenfreno de ‘Freaks’ con algún asistente volando y esa falsa definitiva ‘Sugar’ que es lo más parecido a intentar agotar todas las opciones que tiene nuestro futuro en una noche. Ante la lógica insistencia de un público sudoroso, no se hicieron esperar regresando prácticamente al minuto al escenario y culminar la noche con otras tres canciones insignia que definen muy bien lo que han sido y lo que son, emergiendo la efervescente ‘I'm Not Making Out With You’, la píldora frente a cualquier tensión de ‘Goth Babe’ y por supuesto la urgente ‘Disco’ donde Nick no dudó en agarrar el micrófono e interpretarla a un palmo de los asistentes. Así fue como culminó un directo con el que recordarnos como nunca hay que perderle la pasión a cualquier cosa que hagamos en la vida.