Crónica

Rivulets

Herminios Jazz

04/11/2015



Por -

El Colectivo Laika nos tenía guardada una sorpresa para la pasada noche del miércoles. No fue hasta minutos antes de empezar su actuación, cuando descubrimos que el grupo que nos aguardaba no eran otros los Rivulets, dentro de su extensa gira europea. Caras de sorpresa y desconcierto ante el inicio de concierto de los norteamericanos, fielmente liderados por Nathan Amundson. Un grupo con una trayectoria importante, moviéndose en terrenos donde la canción americana se da la mano con el shoegaze y slowcore para mostrar unas canciones plagadas de los efectos producidos por el paso del tiempo. El motivo principal de esta gira es la presentación de su último trabajo I Remember Everything, publicado el pasado año y que supone una síntesis perfecta a todos estos años de carrera.

La velada se dio inicio con ‘Ride On, Molina’, tema que Nathan compuso a su ya desaparecido amigo Jason Molina. Rostros de seriedad, sonido impecable y un grupo que se mostraba muy cómodo dentro de esa intensidad comedida que desarrollarían a lo largo de la noche. Según se desarrollaba el concierto, comprobamos como el trío supo recrear a la perfección ese carácter de nocturnidad que contiene su música. Temas como ‘Summer Rain’ mostraban fuertes dosis de electricidad que por momento descargaban a modo de ira sobre las cuerdas de la guitarra de Nathan, dando paso también a un juego de pedales que recrudecía enormemente la propuesta. Ambientes más reposados llegaron con ‘My Favourite Drug is Sleep’, sumiéndonos en el efecto casi narcótico descrito en el tema y despertando un lado cercano a artistas tan destacados como Mark Kozelek y sus múltiples proyectos.

Manteniendo un riguroso silencio, que solo Nathan rompía para agradecer al público su efusividad o bien presentar algún que otro tema, el concierto entraba en su recta final con la sentida ‘I Was Once a Handsome Man’. Gran poso melancólico y languidez en uno de los momentos más especiales de la noche. Sin embargo todavía quedaban partes importantes del directo como ese ‘Reinforced/Delicate’ que se mostró como un animal totalmente preparado para surgir entre el bosque y dar caza a su presa. Una vez vitoreado el grupo por su profunda dedicación a los temas, llegó el momento de los bises donde mostraron esa gran intensidad que habían contenido a lo largo de la noche. Esto es lo que ocurrió en una ‘Into the Night’ alargada entre fuertes golpes de batería o la impactante ‘Souls’ contenida en su trabajo We’re Fucked. El remate definitivo llegó con ‘No Talking’, mostrando una gran aspereza para disipar la atmósfera crispada en su final. Rivulets captaron toda nuestra atención y nos pusieron entre la espada y la pared en buena parte del concierto.

rivulets Jesus Desdemicadiera

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.