Crónica

Porridge Radio

La Casa Encendida

28/11/2022



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Por fin Porridge Radio podían debutar en nuestro país después de bastantes intentos fallidos en estos últimos años debido a los motivos ya de sobra conocidos. Lo bueno de tener que esperar tanto es que a estas alturas su directo ya está más que rodado, encontrándonos de este modo a una banda de lo más segura de sí misma y capaz de explotar todas las virtudes exhibidas en su versión de estudio. Siendo el patio de La Casa Encendida un espacio ideal para poder disfrutar de este tipo de propuestas, las británicas llegaban para presentarnos su flamante Waterslide, Diving Board, Ladder To The Sky, un disco donde han sabido como enfatizar más que nunca esa vertiente de canción rock melancólica ejecutada a través de las emociones sin filtrar. Básicamente esta fue la tónica general de un concierto donde la vocalista Dana Margolin acaparó todos los focos, mostrando incluso en ocasiones una potencia vocal sin control que eclipsó al resto de miembros encima del escenario.

Queda bastante claro cómo las composiciones de la banda de Londres alternan constantemente entre los contrastes encerrados entre sacar el máximo partido a unas guitarras de lo más crudas y esa enorme sensibilidad a la hora de arrojar luz sobre los sucesos vitales más delicados. Sin embargo, en sus directos parecen lanzarse de lleno a por la primera de sus vertientes, sacrificando de este modo el mayor rango de matices arreglísticos que poseen sus canciones. Esto lo pudimos comprobar desde los momentos iniciales del concierto gracias a toda la pasión vertida en ‘Give/Take’ y ‘End Of The Last Year’, dos composiciones muy diferentes entre sí pero que reflejan muy bien los episodios cabizbajos que muchos hemos vivido durante estos últimos años. Con una Dana de lo más resolutiva, tanto cuando las revoluciones permanecían bajo control, como cuando era preciso aferrarse a la aceleración instantánea de sus frases ejecutadas en bucle, el directo transcurría sin ningún tipo de respiro.

Desgranando buena parte de su más reciente trabajo, destacaron sobremanera la interpretación de ‘Trying’ y ‘Birthday Party’ aferrándose más que nunca a ese poder de encontrar puntos de inflexión de lo más marcados dentro de los temas. Alcanzando momentos donde el estruendo retumbaba en el techo de cristal del recinto, nos hicieron ver como todo lo que interpretan realmente lo sienten al máximo, apareciendo rostros de concentración y miradas lanzadas hacia el vacío en canciones como ‘7 Seconds’. Logrando también integrar de buena forma todo aquello que se aleja del ruido guitarrero, tal y como resultó en una ‘U Can Be Happy If U Want To’ donde los teclados serpenteaban hasta lograr esa comunión total con el público, el directo iba tomando matices poco a poco de despedida. Algo a lo que nos aproximamos con canciones claramente in crescendo como esa interpretación de ‘The Rip’ donde partiendo casi del reposo poco a poco nos acercábamos hacia momentos mucho más cargados de ira.

El falso cierre corrió a cargo de ‘Back To The Radio’, uno de los singles más rotundos que han logrado hasta la fecha. Este momento sirvió para ejemplificar como también tienen un gran poder de calar hondo cuando se alejan de todas las particularidades de su música, estando ante uno de los estribillos más coreables del directo. Completando la hora de actuación, aún quedaba tiempo para una casi acústica interpretación de ‘U Can Be Waterslide, Diving Board, Ladder to the SkyIf U Want To’, dejándonos ante uno de los momentos más lacrimógenos del concierto. A pesar de ello, todo nos hacía pensar en que el directo tenía que acabar de forma ruidosa, algo que ocurrió con una ‘Sweet’ totalmente desatada donde Dana casi hunde el escenario con sus saltos. De esta forma nos regaló una perfecta estampa de lo que representa su música, estando muy relacionada con transformar las desilusiones en combustible para seguir adelante con la cabeza bien alta.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.