Con un flamante LP debut bajo el brazo, todos parecíamos ser conscientes de que la gran noche de Morreo por fin había llegado, siendo ellos los completos protagonistas de una velada que ante todo nos hacía presagiar grandes himnos de celebración sentimental, o al menos, destinados a olvidar los episodios más aciagos que nos causa de vez en cuando nuestro propio corazón. Para ello, la sala El Sol presentaba una entrada más que destacada, encontrándonos entre el público un variopinto espectro de asistentes que demuestra como Morreo han calado mucho más allá de los asiduos a los conciertos de pop en pequeño formato de la capital.
A modo de perfecta previa, otra banda del sello Futuras Licenciadas, como es Mejores Amigas, se encargó de abrir la noche, demostrándonos como se están adentrando en una nueva etapa más que interesante de su música. Si hasta la fecha su EP homónimo y su buen puñado de singles nos había marcado un camino de ambientes pop intimistas, bañados por una electrónica tan minimalista como expansiva en el plano emocional, lo que nos encontramos durante su actuación tomó más tintes shoegaze de lo que en un primer momento se podía esperar. De esta forma, los temas nuevos como ‘Mucho Jardín’ se erigieron de una forma bastante agitada, jugueteando en todo momento entre los muros de sonido más versátiles y la forma en la que Valeria es capaz de sacar leimotivs melódicos de su teclado que siempre apuntan hacia lo esperanzador.
Sin dejar de lado la timidez que lógicamente produce actuar en una sala tan emblemática, el grupo demostró una química total en todo lo referido a ponernos en el epicentro de sus historias cargadas de dudas, indecisiones y esa forma de intentar moverse por la vida de la mejor forma posible. El hecho de contar con los ritmos pregrabados, es algo que quizás en un primer momento chocó un poco, pero a medida que se fueron adentrando en su cara más fuertemente sintetizada y relacionada con dar rienda suelta a su vertiente más noise, nos encontramos con que todo resultaba perfectamente engrasado. Así es como nos dejaron ante apuntes más que interesantes de todo lo que está por llegar, no renunciando incluso a marcarse algún que otro momento un tanto rompepistas como el encerrado en una 'Si No Me Siento’ que puso el punto épico al concierto y nos dejó con sensaciones inmejorables.
Pocos minutos después de la actuación de Mejores Amigas, Morreo salieron al escenario entre vítores, demostrando como a estas alturas son capaces de agrandarse en el escenario sin apenas moverse de sus respectivas posiciones de teclado y guitarra. Haciendo gala de lo polivalentes que resultan sus temas, mirando tanto a Los Brincos como al pop tenebroso de sintetizadores pegajosos y amenazantes, su directo estuvo marcado constantemente por una interpretación de lo más pasional. Sintiendo como todo lo encerrado en sus temas adquiere matices por momentos un tanto dramáticos, este componente pareció acentuarse a medida que avanzaba la velada, en parte gracias a la enorme complicidad que mostraron los artistas en el escenario. Así es como canciones del estilo a ‘Hola, Corazón’ llegaron cargadas de brío y con ese énfasis por dejarse llevar hacia ese mundo de metáforas tan ardientes con las que ejemplificar de la mejor forma posible la catarata sentimental encerrada en su música.
Comprobando de buenas a primeras como ‘Soy Un Rayo’ se ha convertido de forma totalmente insospechada en una de las canciones más celebradas del grupo, la banda en todo momento demostró con creces su habilidad relacionada con lograr melodías tan sencillas como instantáneas, aportando en directo matices aún más bailables y festivos a sus composiciones. Además, la combinación existente entre la cara más misteriosa reflejada en temas como ‘Pesadilla Pop’ y esa otra tan cinematográfica y coreable que nos dejaron con ‘Quemados Por El Sol’ provoca giros en el guion bien pronunciados con los que dejarnos ante las múltiples realidades con las que siempre tenemos que convivir. Además, tampoco podemos olvidarnos de unos de los momentos álgidos de la noche como fue el vivido gracias a ‘Nadia’, la rotunda balada del disco con la que ponernos totalmente blanditos, más aún si la protagonista del tema se encuentra totalmente emocionada entre el público. Detalles que seguramente convirtieron la noche en más especial aún para Germán y Joseca, haciendo que sus canciones cobrasen una vida extra y destilasen aún más esa ilusión por recobrar los episodios más brillantes de nuestra existencia con toda la magia de la primera vez.
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