Crónica

Matt Elliott

Teatros del Canal

01/03/2024



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De la mano de la programación del Festival Internacional de Arte Sacro, Matt Elliott recalaba en Madrid con una celebración más que destacada como es la de acercarnos las canciones de Drinking Songs 20 años después de que vieran la luz. El músico británico, aunque afincado en Francia, nos presentaba un formato trío especial para la ocasión, dando buena cuenta de la importancia de revivir unas canciones que parecen más apegadas al presente que nunca.

Acompañado por Anne-Elisabeth DeCologne al contrabajo y Anna Fleur al piano, desplegó durante hora y media todos los encantos de estas composiciones, retorciéndolas, haciéndolas más dulces en ocasiones, pero, sobre todo, dejándonos ante la sensación de cómo el músico puede reinventar en cada momento su propia historia para dejarnos boquiabiertos una vez más.A través de un entramado perfecto de loops que capturaban todo lo que salía de su guitarra, voz y saxofón, el espigado artista supo mostrar dinámicas de lo más variadas, muy asociadas a esa necesidad de sortear tempestades y allanar caminos tal y como se desvela en cada escucha de tan mítico trabajo.

Interpretando las canciones en orden, pero dejándonos ante nuevos arreglos y pistas con las que reconstruir tiempos oscuros, los tres músicos encontraban una simbiosis perfecta con la que retroalimentar los sonidos de sus instrumentos hasta crear esos momentos de caos bajo control con los que abrir la puerta a todos los demonios que contiene el disco. Solo de esta forma es posible transitar entre la languidez de la inicial 'C.F. Brundy' hasta alcanzar esos ecos espectrales de 'Trying To Explain' que tratan de asentar más nudos en la garganta de los debidos. Precisamente, esta segunda canción es la que sufrió una de las transformaciones más destacadas respecto a su versión de estudio.


Surcando el perfecto manual de cómo sugerir estados de ánimo opuestos en cuestión de segundos, 'What’s Wrong' nos dejó ante esas heladoras frases de “An eye for an eye only leaves us blind. We only seem to respond in kind”, logrando calar al máximo en cada repetición cada vez más grave con la que resultaba ejecutada. Saltando de forma prácticamente imperceptible a 'The Kursk', entramos en esa fase del directo donde los coros a modo de lamentos se estiraban al máximo, logrando teñir el ambiente de una cierta angustia con la que Matt supo jugar de aquí al final de la velada.

Voces que iban y venían, se fundían para aparentar ser muchas más, y por último, lograban ese efecto de apagarse entre el ruido de fondo. De hecho, en esta dirección de voces truncadas, llegó un momento hermoso con la dedicatoria a los niños de Gaza de la interpretación de 'A Waste of Blood', tema en el que la mercantilización de vidas y el horror de matar por matar capitalizan sus líneas.

Adentrándonos en la recta final, nos encontramos con una de las partes más brillantes y memorables del directo, emergiendo 'What the Fuck Am I Doing on This Battlefield?' como otra de esas canciones en las que se lanzan preguntas que indagan en las miserias que imponen unos seres humanos a otros. Desatando el mayor torbellino sonoro de la noche con una interpretación apoteósica al saxofón que derivó en 'Also Run', el único tema de la noche que no surgió de Drinking Songs, vivimos momentos de emoción desbordante, belleza deliberadamente marchita y escapismo hacia lugares incluso más oscuros.

Quedando patente como ante todo Matt Elliott a lo largo de su vida siempre ha sabido convivir con los fantasmas de su música, las historias derrotistas y el formar parte del lado oprimido pero luchador (véase Failing Songs, el disco continuación del protagonista de la velada), el revivir estas canciones en tiempos tan convulsos como los actuales, hace que todo tenga aún más valor. Como guinda al pastel, no pudo faltar la canción final y más larga del repertorio como es 'The Maid We Messed', logrando desatar sus raíces balcánicas a ritmo de oscuro drum'n'bass con el que mostrarnos sus orígenes musicales con The Third Eye Foundation. Una noche de sombras alargadas reflejadas de la forma más atrevida y reivindicativa posible.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.