La gira europea de Marina Allen afortunadamente recaló en Madrid, siendo la primera vez que la artista norteamericana visitaba nuestro país. Con dos discos en su haber que la han confirmado como una de las grandes figuras dentro de la renovación de la canción americana más ligera, había muchas ganas de comprobar cómo defendía su repertorio en directo, algo que se notó en una sala Galileo Galilei donde prácticamente todas las butacas estaban ocupadas. Presentándose en formato dúo con Jasper McMahon al bajo, no necesitó mucho más para lograr transmitir la serenidad y momentos tan sofisticados que nos ofrecen sus discos Candlepower y Centrifics. Si en la versión de estudio queda patente cómo su forma de componer los temas responde siempre a un núcleo melódico destacado y totalmente tarareable, en un directo de estas características, esta cualidad que posee su música fue resaltada aún más.
Desde los compases iniciales del concierto, logró pronto evidenciar cómo las canciones se articulan a través de la emoción volcada sobre narrativas capaces de expresar no solo su interior, sino la forma de relacionarse con los demás. A través de temas que en muchos casos no superan los tres minutos de duración, pero que son más que suficientes para transmitir de forma precisa sucesos que atañen a la forma de comprender mejor nuestro lugar en el mundo, Marina poco a poco fue desplegando todo su poderío vocal a través de modulaciones que realmente nos dejaron impresionados. Arrancando el directo con ‘Gardiner’s Island’, logró sumir al público en un estado de embelesamiento, haciendo que lo recogido y hogareño de los rasgueos de su guitarra lograsen reducir al máximo cualquier ruido de la sala. En esta línea, pero destacando aún más su cara de folk pastoril, también llegó una ‘Sleeper Train’ interpretada recreándose en esos momentos de falsete brillante con los que logra apaciguar los ánimos en cualquier viaje.
No tardó en mostrarse de lo más agradecida por tocar por primera vez en Madrid y bromear acerca de si iría alguien a verla. Marina nos mostró su carácter afable, no dejando pasar también la ocasión de comparar la hospitalidad de los europeos frente a la de los estadounidenses. A través de estas explicaciones logró meterse también a los asistentes no solo a través del plano musical, sino también del factor humano. Continuando con más detalles sobre el repertorio que nos brindó, resulta imposible pasar por alto momentos más solemnes del directo como la interpretación de ‘Ophelia’, una de esas canciones que partiendo de la calma tensa logra desatar todo su poderío y mirar al pasado sin miedo en la mirada. Evidenciando el gran sincronismo con Jasper, asistimos a un perfecto diálogo instrumental, encontrando en las líneas de bajo del angelino un complemento percusivo perfecto con el que guiar el directo.
Sin pausa pero sin prisa, y alguna que otra anécdota más sobre los lugares visitados por la mañana en la ciudad o lo tímido que era Jasper, el concierto se fue dirigiendo poco a poco hacia un tramo donde abundaron los nuevos temas. Antes de esto, no pudo faltar esa hermosa ‘Original Godness’ donde el carácter vulnerable del contenido contrastaba con una interpretación decidida y lanzada a mostrar esa forma de tratar de abrirse hacia otra persona. Centrándonos ahora en todo lo que está por llegar, siendo totalmente afortunados de poder disfrutarlo casi en primicia, podemos afirmar cómo las nuevas composiciones de Marina resultan de lo más diversas entre sí, pero unificadas a través de esa sobriedad en lo instrumental que se quiebra totalmente a través de unos juegos vocales preciosistas. Desde algún que otro momento de spoken word hasta alguna que otra canción que no pudo finalizar debido a lo nueva que resultaba, entendimos cómo hay mayores brotes pop en sus temas futuros.
Acercándonos de forma insospechada al final del directo, no pudo faltar una ‘Smoke Bush’ que representa a la perfección cómo Marina es capaz de emocionar sobremanera a través de la sencillez. Con momentos más dicharacheros y juguetones, ‘Or Else’ puso esa nota de intimidad compartida con la que tratar de mostrar cómo lo que realmente importa es irse ganando la confianza con los demás. Cerrando el directo de forma provisional, pero prometiéndonos en breves dos temas más, nos dejó ante una ‘Getting Better’ donde cambió los acordes de piano de la versión original por una capa de guitarra igualmente mansa con las que dejarnos sumidos en un estado lo más reconfortante posible. Regresando como había prometido, Jasper intentó hacer partícipe al público con los ritmos de ‘Belong Here’ y así dejarnos ante una estampa de comunión con la que poder rememorar de forma aún más nítida el concierto. Deseando tenerlos de vuelta cuanto antes, quedó claro que Marina tiene un talento especial para divagar a través de la ligereza folk y las emociones bien ordenadas.
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