L’Hereu Escampa llegaban al Dabadaba dentro de la gira norteña de presentación de su nuevo 7” titulado L’Esclafit. Una gira muy intensa de nueve días consecutivos sin parar de tocar, demostrando cada noche el motivo por el que el dúo nos tiene tan enganchados a sus temas. Su visita donostiarra se producía un domingo, sin embargo eso no fue ninguna excusa para mostrar su habitual explosividad e interpretar cada tema con el cuchillo entre los dientes. Guillem y Carles no hacen distinciones entre si el público es abundante o no, dejándonos siempre esa gran impresión y fascinación por lo que hacen.
El elevado volumen con el que sonaron durante todo el concierto ayudó a que el público entrase pronto en calor. Atacando rápidamente los dos nuevos temas que venían a presentarnos, nos demostraron el gran carácter melódico que poseen sus composiciones. ‘Desglaç’ emergió como un torbellino. Breve, directa y a toda pastilla, pasando por diversas fases de intensidad desbordante en sus apenas dos minutos de duración. Por su parte ‘Escalfit’ se descubrió en directo como una de las canciones más completas de su carrera, pasando de un estado de reposo inicial hasta una euforia que continuó en crescendo para rematar con un final de tintes épicos.
Ni la fiesta ni las bicicletas de la noche anterior en Beasain pudieron frenar la plena actividad del dúo. Momentos como la prácticamente concatenación de ‘Amics estim’ con ‘La Feram’ nos dejaron la visión global del concierto. Los dos músicos a pleno pulmón, mientras todo cogía vértigo y las melodías se tornaban cada vez más coreables. Las rodillas ya no podían estar rígidas y los movimientos de cervicales cada vez se parecían más a lo que requería la altura de las circunstancias. Esa mezcla entre los recursos típicos del hardcore y el brío punk que el grupo ha sabido imprimir en sus trabajos, resulta ser una bomba aún mayor en directo.
A lo largo de la velada cayeron los grandes temas que esperaba el público. Desde ‘Escura el Rec’ hasta ‘La Font’ sin olvidarnos de otros como ‘Suor i Platja’. La maquinaria estaba perfectamente engrasada para llegar prácticamente a la hora de duración para el disfrute de los presentes. A pesar de la lógica extenuación del grupo, hubo un espacio para que ‘Consol, Condol’ fuese interpretada como bis. Gritos a la cara y la crispación perfecta para rematar el concierto. Veníamos muy mentalizados de que es lo que nos íbamos a encontrar y L’Hereu Escampa colmaron nuestras expectativas. Ojalá todos los domingos fuesen así.
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