Crónica

Las Ligas Menores

El Sol

01/09/2023



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Mazo Madriz inició el nuevo curso musical acercándonos a Las Ligas Menores en la sala El Sol, en un concierto de esos donde brillaron los sentimientos desbordantes. La formación argentina no había actuado en la capital desde hacía más de cuatro años, algo que, sin lugar a dudas, no pasó desapercibido para su cada vez más numerosa colonia de fans que agotó las entradas con una semana de antelación. Aún sin nuevo disco a la vista, pero con un goteo de singles extraordinarios a lo largo de los últimos años, la visita estaba más que justificada, tanto como reivindicación de toda su trayectoria de pop guitarrero brillante, como para ofrecernos una buena muestra de cuáles serán los próximos pasos de su carrera. Algo que, sin lugar a dudas, podemos aventurar que será de lo más excitante, a juzgar por la presentación de la inédita ‘La Vereda’ y las ya mencionadas interpretaciones de los enérgicos singles que nos han acompañado estos últimos meses.

A través de un sonido nítido, que dejaba el espacio preciso para cada guitarra, teclados y percusión, el quinteto se marcó uno de esos directos que podríamos definir como sin prisa, pero sin pausa, ya que en todo momento supieron cómo encadenar dinámicas trepidantes para potenciar todas las virtudes de su repertorio. Comenzando la noche con ‘Contando lunas’, nos introdujeron en ese espacio de letras confesionales, donde la reflexión siempre suele tener una cara agridulce, bien acompañada por esos guitarrazos que apuntan siempre hacia una euforia bajo control. Desde los primeros compases del directo, pudimos palpar firmemente un estado de entusiasmo entre un público que se sabía al dedillo sus letras, no dudando en celebrar cada tema como algo único. De hecho, Anabella bromeó en un punto del directo diciendo que había un sector de la sala que bailaba mucho más que el otro, lo que se podría interpretar como un desafío divertido hacia el público.

Siendo conscientes de que, a estas alturas, su conjunto de canciones resulta de lo más versátil, pudiendo exprimir al máximo el carácter de single que tienen casi todos sus temas, no dudaron en soltar a las primeras de cambio canciones tan potentes como ‘El Baile de Elvis’, ‘Mejor Así’ o ‘Hoy Me Espera’. Una certera combinación con la que conjugar sus primeras etapas como formación y todo lo que implicó su segundo disco, con el que definitivamente llegó el mayor reconocimiento internacional. Canciones de distancia, afectos y levantarse una y otra vez para lograr un compromiso inequívoco con una escritura de canciones sensible y apasionada. Todo esto ocurría con una banda que se encontraba totalmente a gusto encima del escenario, compartiendo miradas cómplices e intercambiando también con el público esas sonrisas que hacen que un concierto siempre resulte mucho más cercano y familiar.

Llegando el turno de las novedades más recientes, no dudaron en interpretar ‘La Nieve’, rompiendo con su formato de canción más habitual, pero revelando otra cara más aguerrida a los riffs desatados. Tampoco se olvidaron de interpretar su más reciente sencillo, ‘Piedra del águila’, estando en este caso ante una composición que sí encaja mucho más en esa forma de echar de menos a las personas queridas. Con un estribillo marca de la casa que destacó sobremanera, caímos una vez más rendidos a su capacidad de presentarnos estampas descriptivas de los momentos que siempre se perciben con gran nostalgia. En esta línea también llegó la hermosa ‘La Vereda’, un tema que aún no ha sido grabado, pero que desde sus primeros compases desprende ese tono de honestidad en la forma de revelar a la otra persona esas situaciones que generan incomodidad y precisan ser resueltas.

Avanzando por el ecuador del concierto, llegó el turno de las sorpresas más que agradables en forma de una versión de ‘Where Is My Mind?’ de los Pixies de una forma de lo más libre, conservando algún que otro acorde, pero logrando que el tema fuese lo suficientemente personal como para que casi pareciera de autoría propia. Mucho más reconocible sonó la versión de ‘Mabuse’ de Los Punsetes, pero antes de llegar a ella, tuvimos el placer de disfrutar de puntos álgidos del directo como los vividos con ‘Tema 7’ o ‘Tibet’, dos canciones que encararon con un reprís especial que realmente hizo enmudecer al público. Sin ser muy conscientes de cuánto quedaba de concierto debido al embelesamiento ante tal avalancha de composiciones capaces de sacar de nosotros sentimientos reconfortantes, encararon el final con el bello desastre descrito en ‘Hice Todo Mal’, sonando como un bálsamo frente a los fracasos personales, para culminar posteriormente con la celebrada ‘Renault Fuego’. Sin embargo, aún quedaba el turno de los bises con 'Crecer', 'Ni una canción' y 'De la mano', ofreciéndonos de este modo los últimos coletazos de un concierto capaz de calmar todo tipo de ansiedades y hacer que aún tengamos más presentes en nuestra mente a todas las personas importantes en nuestras vidas.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.

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