Laetitia Sadier ha sabido configurar al margen de Stereolab una carrera en solitario sin estridencias, centrada en una forma de hacer canciones totalmente identificable, pero siempre cargada de una gran libertad para explorar el buen gusto de ceñirse a ideas sobrias. Precisamente esta fue la tónica de su concierto en la sala El Sol dentro de Mazo Madriz, pudiendo brillar más que nunca en las distancias cortas y así dejarnos con un sabor inmejorable para cerrar la semana. Conociendo de antemano como su puesta en escena sin ningún acompañamiento más que su guitarra, ampli y unos cuantos loops siempre proporciona resultados más que convincentes, en esta ocasión nos dejó con una sensación de crecimiento en todos los detalles que revolotean al núcleo interpretativo de los temas. Así fue como logró que sus modulaciones vocales estuviesen más cargadas que nunca de un sentimiento añadido, evidenciando al mismo como el enfoque que otorga a sus composiciones en directo, desvistiéndolas de cualquier arreglo sintético, posee la tenacidad necesaria para lograr tocar sobremanera la fibra.
Arrancando el concierto con ‘Double Voice, Extra Voice’ logró centrar la atención en esa forma tan rítmica de ir dejando caer las notas y surcarlas a través de una templanza envidiable, logrando así destilar una gran elegancia que la acompañaría durante toda la noche. Enfocando el concierto claramente como un crescendo en lo relativo a intensidad y recursos mostrados, no tardaron en caer canciones como ‘Love Captive’ o una ‘The Woman With The Invisible Necklace’ donde comenzó a adentrarse en unas dinámicas más relacionadas con mostrar un lado más liberador en su música y permitirse mayores florituras vocales. Logrando sacar un colorido inusitado a los rasgueos de su guitarra, que un principio pueden parecer bastante lineales, pero que sin embargo en todo momento están cargados de carácter imprevisible, temas del estilo a ‘Dry Fruit’ lograron destacar partiendo desde la calma más contagiosa hasta erigirse como auténticos momentos hipnóticos del concierto.
Sin dudar en introducir la mayoría del contenido de sus canciones, contarnos alguna que otra anécdota de lo que había vivido aquella tarde en Madrid o rememorando el buen recuerdo de cuando estuvo en los noventa actuando con Stereolab en la sala, la artista francesa poco a poco se fue ganando al público a través de su visión tan apasionada como filosófica de todo lo que incluye en sus temas. Regalándonos una ‘Reflections’ donde comenzó a mostrar esa otra faceta más aferrada a despertar una mayor conciencia social, se adentró en una nueva fase del directo marcada por un mayor ímpetu y aprovechamiento al máximo de los loops que servían para que todo pudiese crecer aún más. También hubo incluso tiempo para recuperar su proyecto en francés Monade, bridándonos con ‘Ode to a Keyring’ otra de esas composiciones de progresión tan sencilla como delicada donde puso en valor su dominio total de la energía volcada en sus temas.
Adentrándonos en el tramo final del directo, vivimos algún que otro momento mágico como aquel donde se disfrutó del silencio total ante la incertidumbre de aplaudir o no aplaudir por no saber si el tema ha finalizado. Confesando que ella ama esos momentos, pudimos comprobar como se volvió a producir gracias a esos finales totalmente inconclusos pero cargados de serenidad envidiable con los que suele dejar huella. Del mismo modo, también resultó destacada la presentación de su nuevo single que saldrá este mes acompañado por su correspondiente vídeo, explicando al mismo tiempo el mensaje que positivo que encierra acerca de encontrar esperanza en los tiempos que corren. Sin embargo, sin lugar a dudas la canción que más destacó de estos compases finales fue una ‘Galactic Emergence’ que nos dejó con el corazón más que pleno, atravesando diferentes etapas donde combinó tenues fraseos extendidos al máximo que parecían lanzados precisamente hasta lo más lejos de cualquier territorio mínimamente explorado. Sin lugar a dudas este fue uno de esos puntos álgidos de una velada donde lo agradable y significativo se combinaron a la perfección.
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