Crónica

La Femme

La Riviera

20/05/2025



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La Riviera acogió el martes 20 de mayo el concierto de La Femme, dentro de su actual gira de presentación de su nuevo disco, ‘Rock Machine’. La banda francesa regresaba a Madrid, a un escenario en el que ya había actuado previamente otras dos veces con sold out, para mostrar sobre el escenario el contenido de su último trabajo, que recoge una serie de piezas con una producción más directa, influida por estructuras sencillas, referencias electrónicas y una estética sin concesiones. La sala, completa en aforo, recibió a un público diverso, aunque en su mayoría vinculado a anteriores etapas del grupo.

La actuación comenzó con una pieza introductoria, ‘Intro’, que sirvió como marco sonoro inicial antes del inicio formal del concierto. Le siguió ‘My Generation’, tema que inauguró la parte central del repertorio con una base rítmica sostenida y un enfoque directo. La puesta en escena en este tramo no buscó establecer vínculos emocionales, sino mantener un tono contenido y casi automático.

‘Packshot’ y ‘La femme’ consolidaron ese carácter funcional. Ambas piezas se desenvolvieron sin cambios significativos en intensidad o ritmo. La ejecución fue precisa, sin excesos ni improvisación. El grupo mostró una actitud centrada en la repetición de patrones sonoros conocidos, sin intención aparente de generar interacción con la audiencia.

En ‘Love Is Over’, el grupo introdujo un cambio de tono leve, que no alteró el esquema general. ‘White Night’ aportó una densidad mayor, con líneas más oscuras, aunque sin generar momentos destacados. En la sala, la respuesta fue mínima: parte del público conversaba, algunos se desplazaban, otros observaban sin reacción.

‘Sweet Babe’, con un ritmo más ralentizado, prolongó esa sensación de desconexión. Su estructura no invitó al movimiento ni al seguimiento activo. Acto seguido, ‘Paris 2012’ introdujo elementos melódicos reconocibles de toda la trayectoria del grupo, lo que produjo una atención algo más sostenida, sin llegar a ser generalizada.

La secuencia formada por ‘Elle ne t’aime pas’ y ‘Où va le monde’ se ejecutó con fidelidad al formato original. Son temas característicos del repertorio de La Femme, pero en directo no ofrecieron variaciones significativas. La interpretación fue correcta, aunque limitada en matices ya que, a contrario de todo lo que les hemos observado en anteriores ocasiones, esta vez parecía que todos sus miembros parecían ocultar alguna carta bajo el mantel en cuanto a entrega.

Con ‘Cool Colorado’ y ‘Clover Paradise’, el grupo propuso una atmósfera más expansiva. Sin embargo, estas piezas no alteraron el tono general del concierto. Su inclusión respondió a una lógica interna del setlist más que a una intención de crear contraste. En el plano visual, la iluminación y las proyecciones acompañaron con discreción.

‘Sphynx’ y ‘Venus’ mantuvieron el ritmo pausado y esos guiños al público chapurreados en espanglish. Ambas piezas destacaron más por el recuerdo de su producción que por su ejecución en vivo, algo errática, quizás debido al hecho de ir cambiando constantemente de vocalistas en cada gira. A continuación, ‘Goodbye Tonight’ marcó un ligero desplazamiento hacia lo narrativo, aunque sin énfasis dramático.

El bloque siguiente, con ‘Sacatela’, ‘Cha-cha’ y ‘Ciao Paris!’, incorporó un aire más informal, con fragmentos de letras en distintos idiomas y un ritmo más accesible. Sin embargo, no se produjo una reacción colectiva notable como en otras oasiones, muestra de que en esta ocasión el público era mayoritariamente francófono. La interpretación fue limpia, sin errores visibles, aunque también sin riesgo escénico.

‘Mycose’ funcionó como interludio, con una base algo más psicodélica y una textura diferente, aunque sin implicar una ruptura formal. Las siguientes, ‘Nous étions deux’ y ‘Télégraphe’, continuaron sin cambios de dinámica, reforzando la idea de un repertorio pensado para la escucha más que para el impacto.

En la parte final, ‘Foutre le bordel’, ‘Sur la planche 2013’ y ‘Antitaxi’ cumplieron su función como cierre del bloque principal. Fueron recibidas con algo más de respuesta por parte del público, especialmente quienes reconocían estos temas de trabajos anteriores. No obstante, la reacción fue más contemplativa que celebratoria.

El grupo regresó para los bises con ‘La femme ressort’, ‘Tatiana’ y ‘I Believe in Rock and Roll’. Esta última cerró la velada con una estructura circular con la que completar la euforia colectiva que se había ido generando toda la noche.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.

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