Hotline TNT sacudieron los cimientos de la Sala Wurlitzer Ballroom con un descomunal despliegue de fuerza sonora. La banda liderada por Will Anderson demostró por qué se ha convertido en una de las sensaciones de rock noventero más asociado a al fervor por las atmósferas altamente distorsionadas. Ofreciendo uno de esos directos concisos y al grano de los que cuesta olvidarse.
A modo de perfecto entrante, Atomizador nos ofreció un breve directo con el que dejar claro cuales son las bases de su proyecto. A través de un conjunto de pedales y su buzuki, Jose nos presentó unos cuantos de los temas contenidos en su más reciente referencia HAZ. Derrochando pasión vocal y dejando que fuesen las propias emociones exaltadas contenidas en las canciones las que hablasen, nos encontramos ante una de esas propuestas que rompen totalmente esquemas.
A medio camino entre la repetición de unos acordes con mucho de mantra hindú, pero también de ecos folklóricos incluso tiroleses, sentimos de cerca como el entramado de voces grabadas, loops ejecutados de forma brumosa y punteos extenuantes iban calando cada vez de forma más honda. Un concierto de lo más sensorial con el dejarnos llevar hacia formatos de canción indómitos y de lo más imaginativos.
Llegando los protagonistas de la noche, nada más pisar el escenario, los cinco miembros de Hotline TNT arrancaron con ‘Protocol’, la irresistible obertura de su aclamado último álbum ‘Cartwheel’. Las estridentes notas de las guitarras inundaron la sala y crearon una atmósfera densa y embriagadora desde el primer instante. El poderoso riff inicial, apuntalado por la sólida base rítmica, preparó el terreno para la entrada triunfal de la voz de Anderson, con ese toque de melancolía que caracteriza su emotiva línea melódica.
La segunda canción, ‘Son In Law’, continuó elevando las revoluciones con un torrente de guitarras encadenadas en la mejor tradición shoegaze. Una muralla de distorsión golpeó los tímpanos del respetable en una muestra de maestría en la explotación del factor ‘ruidista’. Aun así, la banda logró mantener un equilibrio milimétrico entre la potencia desatada y los sutiles matices, gracias a la cohesión de sus miembros tras años de gira conjunta.
En ‘I Thought You'd Change’, el grupo transitó por caminos más pop sin perder una pizca de contundencia. Las armonías vocales de Anderson se fundieron a la perfección con los arpegios de guitarras, tejiendo un cálido tapiz de nostalgia y añoranza. A medida que avanzaba el concierto, se hizo evidente que los seguidores locales de Hotline TNT son una legión creciente capaz de entonar al unísono cada una de sus conmovedoras letras.
Tras un inspirado ‘Out of Town’, Anderson y su banda se adentraron en territorio más crudo y visceral con la aún no grabada ‘Candle’ y la arrolladora ‘Stampede’. Will no paró en ningún momento de mostrar la complicidad con el resto de miembros del grupo, ejerciendo de perfecto director de orquesta, pero también dejando patentes sus ciertas bromas privadas. Interactuando también con el público, invitando a formar el pogo en la abarrotada sala, no tardó mucho en conseguir su objetivo.
En la recta final, canciones de la talla de ‘Trinity’, ‘Antonio’ e ‘History Channel’ destilaron la esencia más pura de la propuesta de Hotline TNT. Una experiencia inmersiva en la que las guitarras conducen la narrativa con magistral destreza, ya sea a través de auténticos muros de sonido o de pasajes más íntimos y evocadores. El buen oficio de Anderson como letrista quedó patente en esos momentos de mayor hondura emocional.
El clímax llegó con ‘Had 2 Try’, un torbellino de power pop destartalado y estruendosas baterías digno de los mejores exponentes del grunge más contundente. A modo de bis, nos regalaron la memorable ‘Are U Faded?’, extendiendo su final para poder disfrutar de ese efecto espidifrénico que posee uno de los riffs más memorables de su carrera. Esos minutos de catártico frenesí colectivo, el pabellón madrileño pareció estremecerse ante el ímpetu de una banda con auténtico hambre de escenario.
Al término del concierto, los eufóricos fans abandonaban el recinto con la certeza de haber sido testigos de una de esas noches que se graban a fuego en la memoria de cualquier amante del rock de alto voltaje. Hotline TNT demostró que cuando se combina talento, oficio y pasión, el resultado sólo puede ser apoteósico. Una actuación que posiciona a la banda en la vanguardia del sonido independiente más vigoroso y sustancioso.
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