Suele decirse que Hinds, la banda encabezada por las madrileñas Carlotta Cosials y Ana Perrote y que regresan a los escenarios fantásticamente acompañadas por la bajista alicantina Paula Ruiz y la batería murciana María Lázaro, ha logrado lo que muy pocas bandas españolas han alcanzado últimamente: traspasar las fronteras sonoras nacionales para hacerse un hueco en el panorama musical indie de Estados Unidos. Antes de siquiera entrar al Grog Shop, quizás la más mítica sala de conciertos de Cleveland, ya eran varios los estadounidenses en la puerta a los que se les notaba visiblemente emocionados. «Su canción con Beck no para de sonar en la radio», me comenta uno de ellos. «Llevaba cuatro años esperando verlas, aún tengo por ahí el correo de las entradas de la gira que cancelaron», me confesaba otra fan. Parecía que los rumores estaban en lo cierto. Y vaya que sí lo estaban… Pero no me adelanto. Volvamos hacia atrás. Entramos al Grog Shop justo cuando comienza a tocar la banda de pop/rock de San Diego, California The Happy Return.
Rabiosamente jóvenes, los miembros de The Happy Return resultaron ser un perfecto inicio de concierto. Las melodías pegadizas y la energía juguetona de sus diez canciones lograron captar sin mucha dificultad la atención de la audiencia. Sin duda, era difícil no dejarse llevar por su alegría contagiosa a medida que enlazaban cada canción con un chiste. Construyeron, así, una actuación teatral en el mejor de los sentidos, en la que era difícil saber si las anécdotas que iban contando eran verdaderas o pura ficción. No importaba, de hecho, era parte del encanto, porque les permitía construir, en directo, su propia definición de la juventud, entendida como un híbrido que nace de imaginar escenarios posibles y de mezclarlos con supuestos fracasos existenciales, que parecen catastróficos, pero que, en perspectiva, acaban por resultarnos divertidos. Dada la brevedad y energía de las diez canciones y dado el humor que supieron imprimir a lo largo de toda la actuación, era difícil quitarse de la cabeza la idea de que, en realidad, The Happy Return no está lejos de ser una especie de versión masculina y californiana de Hinds. Poder dar con unos teloneros que sean capaces de captar desde un inicio la atmósfera que se pretende imprimir más tarde es un verdadero logro.
Tras los Happy Return, llegó el turno de Hinds. Era su parada número ocho de la gira norteamericana en menos de dos semanas, pero todas entraron con una energía que parecía inagotable. Nada más entrar, Ana y Carlotta cantaron, casi a capella, ‘Hi How Are You?’, la canción que abre su nuevo disco, VIVA HINDS. Fue un inicio sumamente íntimo, pequeño y, por ello, sorprendente y satisfactorio. Tras ‘Hi How Are You?’, las Hinds optaron por interpretar dos de los temas más interesantes de su álbum I don’t run, ‘The Club’ y ‘New For You’. Lejos de renegar de su pasado, esta decisión representa musicalmente el grito de guerra y supervivencia que encapsula el título de su último lanzamiento. Del presente al pasado, para volver, vivas, al presente de nuevo. Llegó el turno de sus singles ‘Boom Boom Back’ (Paula Ruiz supo hacernos olvidar de que en la original aparece Beck) y ‘Coffee’.
Por si la metáfora sonora de la supervivencia que tan bien lograron plasmar en el inicio del concierto no fuese suficiente, llego ahora una mucho más física: Ana Perrote, que había estado de pie hasta entonces, pasó a sentarse mientras Carlotta sorprendía al público haciéndoles saber que Ana se había roto el pie en el primer concierto de la gira. Nada más acabar la confesión, Ana encendía una luz debajo del teclado, era la radiografía de su pie roto, mientras comenzaba inmediatamente a tocar ‘Just Like Kids (Miau)’. La metáfora física pasaba entonces a ser visual, dotando de poesía y una madurez inusitadas al concierto.
Fue, sin duda, sorprendente evidenciar cómo casi todos los momentos álgidos de la noche —las euforias desmedidas del público, los pogos, los saltos, las canciones gritadas— se dieron con las cuatro canciones de The Prettiest Curse (y vaya, visto ahora, que sí fue curse lo que sucedió, lamentablemente, con el que es posiblemente su mejor disco hasta la fecha). ‘Burn’, ‘Good Times’ y ‘Riding Solo’ no solo parecían ser las favoritas del público sino que, además, eran las que lograban un sonido más sólido y potente. Hinds demostró que The Prettiest Curse es un disco que nació para ser girado y, aun siendo el segundo disco que más tocaron en Cleveland, uno hubiera querido que sonaran incluso más canciones de este.
Otro momento para el recuerdo vino de la mano de ‘Stanger’, una de las canciones más comedidas del nuevo disco y que aquí supieron dotar, con muchísimo acierto, de un tono más rockero y grave. Asimismo, merece destacar que ‘Superstar’ parecía tocada por la misma magia de The Prettiest Curse, con un público que se vino arriba mientras Ana y Carlotta, aun con la entereza que siempre les caracteriza, se veían visiblemente afectadas. Con ‘Superstar’, Hinds dejó constancia de que tienen entre manos una de sus mejores canciones y una que casi reclama ser incluída en todos las giras futuras. Mientras tanto, otra gran sorpresa fue el directo de ‘En Forma’, quién hubiera dicho que una canción en español —si bien perfectamente en línea con el sonido Hinds— pudiera levantar como lo hizo al público del Midwest.
El final del concierto fue el broche de oro de una actuación para el recuerdo. Antes de despedirse, las Hinds invitaron a dos jóvenes estadounidenses a tocar (y a cantar) con ellas su ya mítica cover ‘Davey Crockett’. Buscaban, con ello, reclamar un espacio de mayor visibilidad para las mujeres en el mundo del rock indie. ‘Davey Crockett’ fue la materialización musical de la euforia colectiva. Cosials cantando mientras se lanzaba sin miedo a un pogo con la audiencia, mientras las jóvenes de Ohio tocaban perfectamente la canción acompañadas por Perrote, Ruiz y Lázaro. «¡Viva Hinds!», gritó algún oyente en el público nada más acabar la canción. Viva.
Hinds actuarán en Barcelona el 16 de enero en la Sala Apolo, en Valencia el 18 en la Sala Jerusalén y en Madrid el 24 en el Teatro Barceló.