Dentro del ciclo Sound Isidro, La Sala Maravillas de Madrid presentó una buena entrada para acoger el primer concierto en Madrid de la banda luxemburguesa Francis Of Delirium, que dejó huella entre los asistentes. Con un recién LP debut estrenado hace días como es ‘Lighthouse’, Jana Bahrich nos hizo ver que ser un buen músico implica no solo tener talento para la composición y la interpretación, sino también ser un gran artista sobre el escenario. Y eso es precisamente lo que demostró Francis Of Delirium en su actuación.
El trío saltó al escenario con una energía contagiosa, dejando claro desde el primer momento que el público estaba a punto de presenciar un espectáculo de gran nivel. La emoción que transmitían a través de cada canción fue en aumento conforme avanzaba su set, llegando a generar una conexión especial con el público que se entregó por completo a su propuesta musical en los momentos más coreables del concierto.
Temas como ‘Alone Tonight’ o ‘Blue Tuesday’ sirvieron para introducir al público en la atmósfera de guitarras íntimas y reflexivas que caracterizan a Francis Of Delirium, con unas letras que destilan una sinceridad y vulnerabilidad apabullantes. La vocalista y guitarrista Jana Bahrich se entregó por completo a estas composiciones, logrando que cada palabra calara hondo en quienes la escuchaban.
Pero el concierto no se quedó ahí. A medida que avanzaba el set, la energía fue en aumento, revelando una faceta más potente y contundente de la banda. Canciones como ‘Let It All Go’ o ‘Circles’ hicieron que el público saltara y bailara sin parar, siendo testigos de una interpretación llena de fuerza y convicción por parte de todos los miembros del grupo.
Uno de los momentos más intensos llegó con ‘Ballet Dancers (Never Love Again)’, una auténtica pieza maestra que combina la delicadeza de las confesiones más profundas con muros de sonido que aparecen y desaparecen. La letra, cargada de una emotividad desgarradora, fue llevada al límite por Jana, cuya voz parecía en ocasiones al borde de las lágrimas. El público permaneció en silencio, cautivado por la enorme expresividad que transmitía la artista.
Pero si hubo un instante que consiguió elevar aún más la conexión entre artista y público, ese fue durante la interpretación de ‘Give It Back to Me’, el tema que cerró definitivamente el concierto a falta del bis ‘Quit Fucking Around’. Tras enseñar al público cómo cantar el estribillo, Jana y sus compañeros invitaron a todos a unirse en un coro ensordecedor que puso el broche de oro a una actuación memorable.
A lo largo de todo el concierto, resultó evidente que Francis Of Delirium son grandes intérpretes que disfrutan enormemente sobre el escenario. Sus movimientos, su interacción con el público y la complicidad que mostraban entre ellos transmitían una pasión desbordante por la música en vivo. Esa conexión se reflejaba en la forma en la que el público respondía a cada uno de sus temas, entregándose de manera entusiasta.
Más allá de su gran presencia escénica, lo que realmente cautivó al público fue la enorme honestidad y emotividad que impregna la música de Francis Of Delirium. Canciones como ‘Real Love’ o ‘First Touch’ sumergen al oyente en un mar de nostalgia y melancolía, con letras que parecen extraídas directamente de un diario personal. Jana Bahrich se revela como una compositora de una profundidad y sensibilidad extraordinarias, capaz de plasmar con gran precisión los matices más íntimos de la experiencia humana.
