Crónica

Fabiana Palladino

Sala Clamores

19/10/2024



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¿Qué tiene Fabiana Palladino que atrapa así a su audiencia? ¿Por qué, desde el primer acorde, nadie en la sala Clamores parpadeó siquiera? La respuesta podría ser esa forma tan suya de hacer que la nostalgia suene a futuro. O tal vez sea el modo en que su música, tan impecable y minuciosa, se despliega en directo con una naturalidad casi desarmante. La pasada noche, Palladino no solo ofreció un concierto; brindó un paisaje sonoro tan etéreo como contundente, donde cada tema parecía una carta de amor a la música que la moldeó y una declaración de principios para quienes buscan algo más que ritmos vacíos.

Fue un espectáculo que bailó entre lo preciso y lo emotivo, entre la sutileza y la intensidad. Desde el primer tema, 'Can You Look In The Mirror?', la artista británica estableció su dominio de la escena. No hizo falta un solo truco o despliegue de virtuosismo para conquistar a la audiencia. Todo se sintió orgánico, como si cada acorde y cada nota respiraran con la misma cadencia del latido de un corazón emocionado. Porque, seamos sinceros, hay conciertos que se disfrutan y otros que se viven; y este, con sus momentos de luces bajas y sonidos envolventes, fue tanto de los primeros como de los segundos.

A medida que avanzaba el repertorio, con temas como 'I Can't Dream Anymore' y 'Closer', la capacidad de Fabiana para combinar la nostalgia de los sintetizadores con una producción contemporánea se hizo más evidente. Su voz, que alternaba entre matices suaves y notas más firmes, se deslizó sobre los arreglos, creando una atmósfera envolvente y melódica. La elegancia de cada transición era una muestra de su dominio del escenario, llevando al público de un estado de contemplación a la pura emoción de cada nota.

La artista, a lo largo del espectáculo, mantuvo un carácter sobrio en sus intervenciones, limitándose a agradecer al público su acogida sin añadir historias personales. Sin embargo, la conexión entre ella y la audiencia era palpable en cada aplauso. Con 'In The Fire' y 'Deeper', el setlist adquirió un tono más melódico, donde el bajo y los sintetizadores creaban un fondo sonoro que acompañaba la cadencia de su voz. Cada acorde parecía planificado para transmitir la intensidad y la profundidad emocional de sus composiciones, haciendo que la atmósfera de la sala se volviera casi hipnótica.

El momento de mayor conexión rítmica llegó con 'Shoulda', donde Palladino y su banda alcanzaron un punto álgido. La canción, con su groove contagioso y un ritmo que invitaba al movimiento, mostró el lado más bailable de la artista. Aun así, la interpretación no perdió la sensibilidad que caracteriza a Fabiana, y el equilibrio entre la lírica personal y el pulso rítmico resultó sublime. Fue un tema que logró sintetizar la dualidad de su propuesta: la pista de baile y la reflexión conviviendo en armonía.

El viaje continuó con 'Give Me A Sign' y 'Waiting', donde la atmósfera se tornó etérea y la banda, siempre precisa, proporcionó un soporte instrumental que dejó brillar la interpretación vocal de Fabiana. En 'Mystery', la artista exploró territorios más enigmáticos, jugando con texturas sonoras y elementos de sintetizador que evocaban paisajes nocturnos. El público, inmerso en esta exploración, respondió con una atención casi reverente. La combinación de electrónica suave y melodías nostálgicas convertía cada momento en una experiencia sonora que iba más allá de lo meramente musical.

La recta final del concierto nos llevó a las emociones más profundas con 'I Care', una canción que, en su versión de estudio, cuenta con la colaboración de Jai Paul. Durante la interpretación en vivo, Fabiana mencionó esta colaboración con orgullo antes de sumergirse en su interpretación solista. Con su minimalismo instrumental, permitió que la voz de Fabiana tomara el protagonismo. La precisión de cada fraseo y la intensidad emocional de su interpretación hicieron que cada palabra resonara en la audiencia. La interpretación de 'Forever' añadió un toque épico a la noche, con una instrumentación más rica que envolvía a la sala en un crescendo lleno de energía.

Antes de cerrar, 'Shimmer' iluminó el ambiente con su vibrante uso de los sintetizadores y un ritmo que invitaba a los últimos movimientos de la noche. La banda, perfectamente sincronizada, se lució en este tramo final, manteniendo la atmósfera elevada y casi festiva. La interpretación de Fabiana y la complicidad con sus músicos destacaron la profundidad de su propuesta artística, que combina una sensibilidad única con una destreza técnica indudable.

Finalmente, 'Stay With Me Through The Night' clausuró la velada, con una interpretación que condensó la esencia de todo el concierto. La canción, con su aire de súplica contenida y su ritmo envolvente, fue un cierre que dejó al público pidiendo más. La capacidad de Palladino para transmitir la melancolía y la esperanza en una misma canción demostró que, a pesar de la contención en sus palabras, su música era su verdadera forma de comunicación.

Fabiana no solo se presentó como una artista destinada a crecer sobremanera, sino que construyó un espacio donde la música fue la protagonista absoluta, dejando claro que su talento está destinado a ocupar un lugar importante en la escena musical actual. Una noche que, sin duda, marcará el inicio de un vínculo especial entre la artista y una audiencia repleta de bastantes fans. Cada acorde, cada palabra, cada pausa estuvieron cargados de intención, dejando una impresión inmejorable de cara al futuro.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.