La cantante y compositora Christina Rosenvinge ofreció un memorable concierto en The Music Station de Madrid el pasado 10 de enero, dentro del marco del festival Inverfest que celebra su décima edición. Rosenvinge se subió al escenario acompañada de una magnífica banda integrada por Amaia Miranda en la guitarra, teclados y coros, Irene Novoa al bajo e inseparable y Xerach Peñate en la percusión. Un nuevo formato que sirvió para acentuar tanto el lado más acústico de la velada, como para desatar el espíritu rock de la artista, todo sin perder de vista el perfecto empaque de las cuatro voces.
El motivo de la velada era presentar en directo las canciones de su último trabajo discográfico, Los Versos Sáficos, un ambicioso proyecto que nació del montaje teatral Safo donde la artista versionaba poemas de la insigne poetisa griega Safo de Lesbos. De aquellas interpretaciones surgieron las composiciones que darían forma a este celebrado álbum, el primero de Rosenvinge en casi seis años tras la publicación de Un hombre rubio en 2018.
La puesta en escena fue impecable. Rosenvinge y sus músicos tradujeron el espíritu del disco a un espectáculo envolvente, con momentos para la poesía y la introspección, así como para el baile y la fiesta. Sonaron la práctica totalidad de los temas de Los Versos Sáficos como la emotiva ‘Ligera Como El Aire’, la insospechadamente recrudecida ‘Fragmentos’ o ‘Una Manzana’ interpretada bellamente con la guitarra de Amaia como protagonista.
Especial mención mereció ‘Contra la épica’, una canción con ritmos tecno y letra reivindicativa que sirvió como broche final provisional a la noche. Pero también hubo tiempo para recuperar algunas piezas no tan habituales muy celebradas por sus seguidores como ‘Ana y los pájaros’ o la espléndida balada ‘Ese chico’ dedicada a su amigo Bob Pop. Sin embargo, la sorpresa mayúscula surgió con ‘Muertos o algo mejor’, la canción más veterana de toda la velada que sirvió para cerrar definitivamente la velada.
Escogiendo todas las canciones con la mente puesta en la temática de amor arrebatador desarrollada profundamente en su último LP, Rosenvinge volvió a demostrar que es una de las artistas españolas más interesantes y arriesgadas de las últimas décadas. Lejos de acomodarse, la madrileña explora constantemente nuevos territorios sonoros y estilísticos sin perder su esencia. Su carisma sobre las tablas también permanece intacto, como pudieron comprobar la abarrotada The Music Station de Principe Pío.
La elección de Christina Rosenvinge como primer concierto del año fue todo un acierto. Verla cantar la historia de Safo, abrirse emocionalmente ante el público y arrancar pasión de cada acorde supone una experiencia artística difícil de igualar. Queda claro que después de 30 años de carrera, Christina Rosenvinge sigue siendo una de las voces imprescindibles de la música en español. Y que sus directos son capaces de encandilar tanto como el primer día.
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