Crónica

Bonny Doon

Sala Clamores

16/09/2024



Por -

Bonny Doon actuaban por primera vez en nuestro país, una ocasión única para disfrutar en las distancias cortas de una de esas formaciones que mejor ha sabido sintetizar la canción americana con querencia folk y un liviano corazón pop durante estos últimos años. Con una carrera envidiable, donde sus tres trabajos han ido arrojando luz sobre una forma de hacer canciones de cocción lenta y con un resultado siempre embriagador, su paso por Madrid se presentaba como una de las citas imperdibles del año. Presentándose en formato cuarteto dentro de su gira europea, debido a la incorporación de Colson Miller al trío ya conocido, integrado por Bill Lennox, Bobby Colombo y Jake Kmiecik, su actuación supuso un auténtico despliegue de recursos técnicos y, al mismo tiempo, una gran capacidad para emocionar.

A través de su apariencia informal y totalmente despreocupada, en la que no faltaban camisetas de Bnny y Neil Young entre sus atuendos, un detalle que refleja muy bien esa mezcla entre los clásicos correctos y la efervescencia del pop guitarrero norteamericano, el grupo supo cómo navegar durante buena parte del concierto entre pasajes serenos y profundamente interesantes. No dudaron en arrancar el directo con ‘I Am Here (I Am Alive)’, una canción que ejemplifica a la perfección todo lo que esconde su música: voces suaves, leitmotivs melódicos cíclicos y esa sensación de asumir las situaciones desconcertantes tal cual llegan.

Generando una atmósfera reconfortante, sin renunciar a momentos de mayor brío guitarrero, canciones como ‘Clock Keeps Ticking’ se aventuraban hacia ese espacio en el que los solos instrumentales proporcionan pequeñas dosis de euforia. De este modo, combinando su faceta más relacionada con el cierto hilo psicodélico que recorre buena parte de su trayectoria y aportando también firmeza en la interpretación de estribillos, nos encontramos con canciones para disfrutar casi con los ojos cerrados, como fue el caso de ‘Evening All Day Long’ y ‘Naturally’. Ofreciendo también una mirada hacia sus inicios, más lo-fi y aferrados a la idea de que las canciones crezcan en intensidad, no se olvidaron de recuperar una espléndida ‘Blood In The Bathtub’ hacia la mitad del concierto.

Dirigiéndose al público en varias ocasiones para mostrar lo cómodos que se sentían esa velada, también hubo tiempo para desgranar nuevas composiciones que, con toda seguridad, auguran un nuevo disco para el año que viene. Estamos hablando de ‘Losing My Cool’ y ‘Getting High’, interpretadas vocalmente por Bill y Bobby, respectivamente. Estos dos cortes anuncian una nueva referencia que profundiza aún más en estructuras melódicas más definidas y en letras que, de nuevo, giran en torno al paso del tiempo y la melancolía por perder lo que se aprecia. Sumidos en este estado de embelesamiento, no faltó tampoco una hermosa ‘Saw The Light’, recordándonos una vez más cómo la delicadeza interpretativa que atesoran es siempre una virtud.

Sin ser muy conscientes de cómo nos adentrábamos en la recta final del concierto, el recorrido continuaba conduciéndonos por la exploración de estados de ánimo indefinidos y estampas contemplativas. Era como si nos olvidáramos completamente del lugar físico en el que estábamos para ubicarnos en un espacio donde no pensar en nada desalentador. Contribuyendo a esto, no faltaron canciones como ‘Long Wave’ y ‘A Lotta Things’, que marcaron el desenlace momentáneo del concierto antes de la explosión de júbilo entre los asistentes.

Sin hacerse mucho de rogar, el cuarteto volvió al escenario con una sonrisa de oreja a oreja, afirmando lo estupendamente que estaba resultando su debut en Madrid. Para los bises, nos dejaron con el juego de contrastes entre la enamoradiza ‘I See You’ y una más garagera ‘Summertime Friends’, logrando con esta última el estribillo más coreado de toda la noche. Cuando parecía que era momento de volver a nuestras preocupaciones cotidianas, para sorpresa de todos, volvieron a salir al escenario, bromeando que esto era algo que solo ocurría esa noche. Aceptando la petición popular de interpretar ‘Where Do You Go?’, volvimos a caer rendidos ante su propuesta de imaginar nuestro viaje a través de los sueños. Como punto final real, no se olvidaron de la preciosista ‘Roxanne’, culminando una de esas noches casi inverosímiles debido a la enorme calidad del grupo que teníamos ante nuestros ojos y oídos.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.

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