Beach House llegaba a la ciudad de Berkeley en California para ofrecer un concierto con casi 9.000 asistentes, colgando así el sold out en sus puertas, el pasado viernes 8 de abril.
Cuando el sol aún se escondía por detrás de los árboles del Greek Theatre, al aire libre, la artista Ami Dang, también de Baltimore, abrió el espectáculo sentada en medio del escenario acompañada de otro músico. Empezando con un tema que nos invitaba a la meditación gracias a la dulce melodía del sitar, cambió en cuestión de segundos la atmósfera del lugar transportándonos a paisajes de la India. Las canciones iban jugando con melodías más tradicionales sabiamente mezcladas con sintetizadores que a su vez las modernizaban.
Poco después y bajo un cielo azul marino profundo salpicado de estrellas, Beach House hacen su entrada en un escenario de lo más minimalista, con tan solo los instrumentos necesarios y una gran pantalla a sus espaldas para resaltar sus siluetas. Victoria Legrand y Alex Scally, acompañados por el batería James Barone consiguieron que el bullicio del gentío quedara en silencio expectantes para arrancar con un repentino aplauso que dio la bienvenida a los de Baltimore. Comenzaron el concierto con ‘Once Twice Melody’, y a partir de allí entrelazaron tema tras tema con gran delicadeza y soberanía, consiguiendo que todos los asistentes nos sintiéramos hipnotizados y a la vez ansiosos por descubrir qué pista vendría después. Siguieron ‘Silver Soul’, ‘Through Me’ y la aplaudidísima ‘Lazuli’, todas ellas interpretadas en una sombría atmósfera que nos impedía ver las caras de los artistas, escondidos detrás de una pantalla que ofrecía una variedad de imágenes y colores perfectamente sincronizados con la emoción de cada canción.

Legrand y Scally se mostraron en todo momento muy comunicativos con el público, quien a su vez se notaba estaba allí para disfrutar al máximo de los de Baltimore. Pasa a veces en grandes ciudades y grandes conciertos que parte de los asistentes han ido allí a pasarlo bien sin importarle el artista, hablando de sus cosas y bebiendo, pero en esta ocasión la adoración de todos los allí presentes era palpable, una sensación muy agradable y emocionante que creó una atmósfera de lo más conmovedora. Entre canción y canción los músicos interactuaron con su público hablando del precioso paisaje del Greek Theater, de lo contentos que estaban de estar allí, e incluso haciendo reflexiones como cuando Legrand comentó: "A veces tienes este sentimiento cuando te preguntas '¿Cuánto tiempo más puedo hacer esto?' Queremos seguir haciendo esto hasta que llegue ese día".
Las dos horas de espectáculo se dedicaron a explorar con gran elegancia la discografía de Beach House, no faltaron ‘Dark Spring’, ‘Pink Funeral’, ‘PPP’, ‘Black Car’ o ‘Take Care’. Posiblemente el momento más impactante fue cuando en ‘Myth’ todos empezaron a cantar con Legrand, poniendo en alto los móviles para utilizarlos como linternas y crear una imagen de lo más bonita, los técnicos apagaron todas las luces del escenario para que tan solo los teléfonos, así como las brillantes estrellas pudieran iluminar el escenario, fue un momento realmente mágico.
Antes de irse del escenario, tocaron ‘Lemon Glow’, ‘Space Song’ y ‘New Romance’ provocando un enorme aplauso ya que todo el mundo tenía ganas de más, mucho más. Regresaron rápidamente y Legrand comentó que aquel era el concierto más grande que habían dado nunca, y que para celebrarlo habían decidido tocar la primera canción que escribieron, ‘Saltwater’ de su álbum debut homónimo de 2006. Era claramente un momento único; la multitud enloqueció sabiendo que estaban a punto de presenciar algo especial, provocando que la nostalgia nos poseyera a todos. Decidieron terminar la noche con ‘Over and Over’, despidiéndonos con “The night, that has no end, will be the last, my friend. Over and over”.
Una actuación sublime capaz de impresionar tanto a los fans más devotos como a a los que acaban de empezar a seguir a Beach House, desde luego una velada inolvidable.

