Conociendo a

The Loud Residents



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The Loud Residents seguramente sea la banda que siempre nos hubiese gustado formar a nosotros desde nuestros años de instituto. Adelantándose siempre a todo, la formación malagueña cuenta ya con unos cuantos años de amistad y compartir escenarios a sus espaldas, algo que se seguramente sea clave para facturar unas canciones redondas en todos los sentidos. Los miembros del grupo además de encontrarse envueltos en otra banda aún más joven como es La Trinidad, llevan desde los 14 años mostrando unas inquietudes musicales más que interesantes, recorriendo un amplio espectro guitarrero que se plasma de forma directa en sus temas. A través de un conjunto de demos, un EP y un reciente LP nos han ido mostrando una evolución más que lógica, logrando cada vez más matices en sus canciones y girando hacia territorios menos estandarizados, al menos en el panorama nacional. De este modo, la personalidad del grupo ha ido transformándose hasta lograr The Last Teenage Party, su debut de largo que muestra a una banda exultante y certera en el plano melódico a forma de perfecto álbum de sentimientos acumulados a lo largo de estos años.

Si nos remontamos a las primeras piezas que conocemos del grupo, nos encontraremos con un trabajo de demos publicado en 2013, donde tiran hacia un formato de banda de rock llevada por los terrenos del garage más arduo, aquel que llegó después de la resaca grunge noventera. Con más corazón que cabeza, lograron unos temas de impacto inmediato como fue el caso de ‘Set on Fire’, esforzándose porque los cambios de dinámicas e intensidad pudiesen destacarse al máximo sin olvidarnos de momentos instrumentales que lograban destacar por encima del resto. Posteriormente, un par de años más tarde, llegaría el momento de publicar su primer EP titulado For You, Lovers And Sinners, en el que observamos cómo la banda afronta un camino de autodefinición, intentando domar el empuje de sus canciones y abriendo la puerta al estruendo melódico de bandas como Bass Drum of Death y en cierta medida el Jay Reatard más sumergido en su mundo interior. Unas nuevas coordenadas estilísticas que reflejan inquietudes musicales más precisas, con la vista puesta hacia una escena garagera más focalizada en la costa oeste.

Todo este camino nos lleva directos hacia su primer LP titulado The Last Teenage Party, publicado hace unos días a través de Family Spring Recordings, donde nos encontramos en la perfecta madurez y definición de la formación. En estos nuevos temas seguramente se dirigen de una forma más clara hacia el power pop más vitalista, esquivando cualquier tipo de resquicio de revival. Así es como las canciones logradas insuflan espíritu juvenil y esa sensación de atravesar los mejores años de sus vidas haciendo lo que más les gusta. A través de canciones como ‘Underwear Love’ sacan a relucir sus señas de identidad, mostrando un lenguaje directo, logrando que todos aquellos problemas que atacan a la cabeza en la casi salida de la postadolescencia puedan saltar hacia un plano más trasversal. La forma en la que logran incidir sobre estas nuevas canciones guarda más relación que nunca con bandas como Weezer, pero sin dejar que las influencias reposen al máximo, ya que tampoco dan la espalda a ese tipo de canción de corazón punk enmascarado en un frenesí accesible propio de bandas tan populares como Fidlar o Together Pangea. No en vano Pepillo de Airbag ha decidido poner su voz en los coros de 'E.S.A.' y 'Still Friends', encontrando una conexión lógica con el sonido que en parte exhibe la banda en estos nuevos temas. Estamos por lo tanto ante una de esas bandas inusuales en el panorama nacional, capaces de escapar a las tónicas musicales imperantes tanto en su ciudad como en un ámbito más amplio. Por lo tanto, ya que la utopía de una eclosión musical asociada a sus canciones pegue de forma fuerte en otras bandas, solo podemos esperar que lleguen a todos aquellos rincones que se propongan.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.

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