Conociendo a

Snail Mail



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Todos alguna vez sufrimos de la incapacidad para decidir. Éramos muy pequeños. Casi todo lo que ocurría a nuestro alrededor, tenía injerencia de nuestros padres, excepto, por supuesto, esos accidentes de los que aún conservamos algunas cicatrices y que probaron la resistencia mental de los progenitores. A los cinco años, es muy improbable que una niña pida un instrumento musical, pero para este caso, diremos que así fue. Lindsey Jordan comenzó con las clases de guitarra clásica al lustro de existencia. 

Durante la adolescencia estaba en algunas bandas de rock de esas que abundan en recitales de colegios y fiestecillas. Por alguna razón, la voz no era algo que le llamara la atención. Prefería la guitarra y la dirección. Mucha dirección. Era la clásica voz campante, la que lleva la batuta, la exigente. No a todos les cae bien que un miembro sea tan demandante. Al final, acababa sola. ¿Y por qué no intentar así? 

Snail Mail nace como el vehículo para que Lindsey Jordan hiciera las cosas a su antojo. Con sus letras, sus cuerdas y sus matices. Luego de prácticas en casa, la voz fue mejorando. Algunos covers de Arcade Fire subidos a YouTube después, Snail Mail era lo suficientemente maduro para lanzar un EP. Todo esto, mientras Lindsey tenía 15 años. 

Habit EP es un material que parece ser un extracto de la mentalidad de Lindsey. Es honesto y crudo. Esa etapa tan complicada, en donde se empiezan a moldear los gustos, las percepciones, las mismas nociones de la existencia, es un periodo tan crucial en la vida de los seres humanos, que tener testimonios como el de Snail Mail, se vuelve algo invaluable. La mayoría prefiere olvidar esa etapa. Fotos tontas con peinados ridículos y una playera que hoy en día nadie usaría, son vestigios de lo que se fue, pero pocas personas pueden tener una declaración como Lindsey Jordan. 

Se escucha casero, el indie lo-fi de un puñado de bandas que coexisten en Estados Unidos está presente en cada composición. Teniendo una oferta tan amplia, muchas veces es fácil perderse entre tantos perfiles de bandcamp, no obstante, Snail Mail destaca con una magia un tanto extraña. Se siente la pubertad, pero curiosamente también se vislumbra la madurez a la vuelta de la esquina. En canciones como ‘Thinning’ o ‘Stick’, Lindsey enfrenta el cuestionamiento sobre quién se es. ¿Adónde se va? ¿Cómo será el porvenir? 

Hoy, Lindsey terminó la preparatoria y junto a dos amigos ensaya para tocar como Snail Mail. Se le ve alegre, juguetona, dice que prefiere el humor extraño y que podría pasarse todos los días viendo videos de éste en YouTube. Prefiere las cámaras a los micrófonos de la radio y está próxima a sacar su álbum debut Lush bajo el sello Matador (el mismo que sacó a otro precoz compositor como Will Toledo y su proyecto Car Seat Headrest de ser un héroe de Bandcamp, a tocar en Late Night Shows y figurar en carteles alrededor del mundo). 

‘Pristine’ es el primer tema que podemos escuchar. Es un himno a la honestidad en el amor o el desamor que parece tener como maestro a Thurston Moore. El punto fuerte de Snail Mail, parecen ser las palabras, y ahora que van dirigidas a eso tan complejo como las relaciones humanas, tocan otra etapa crucial en el devenir humano. “We can be everything/Even apart”, dice Lindsey con un dejo de resignación y convicción que le vendría bien a muchísimas relaciones alrededor del mundo. 

Lindsey Jordan tenía cinco años cuando tuvo su primer acercamiento con la guitarra, y sí, quizá era muy pequeña para decidir si quería tocarlo, pero hoy tiene 18 años, un disco en puerta y una carrera que, de seguir así, nos dará muchas horas de música para sentirnos identificados, cantar encerrados en alguna habitación y como un recordatorio de que al final del día, todos nos encontramos con los sentimientos que nos hacen tan humanos.

Reseña realizada por Alan Luna.

Redacción Mindies

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